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Mateo Morral Roca ¿Héroe o villano?

mateo morral

Nacido en 1879 en Sabadell, hijo de un conocido industrial textil, ciudad llamada en la época como el Manchester español por su gran producción industrial y con graves desigualdades sociales: 3/4 partes del sueldo de un obrero iba destinado a su alimentación y la de su familia, los niños y niñas empezaban a trabajar a los 7 u 8 años, en 1881 casi el 64% de la población masculina era analfabeta, y el analfabetismo femenino llegaba al 85%. 

La cultura de la ciudad estaba dominada por el sector de la iglesia católica más integrista, encabezado por el cura Félix Sardà y Salvany, fundador de la Academia Católica, desde donde dominaba la educación de los obreros y se enfrentaba a los círculos librepensadores. Sardà era además un importante ideólogo del integrismo católico, en su obra El liberalismo es pecado, carga contra el liberalismo, la masonería, el anarquismo y aquellos que pretenden dar una educación  fuera del círculos católicos.

El liberalismo es pecado se convertirá en obra de culto del  movimiento carlista. Aliado de Sardà nos encontramos con el líder de la patronal proteccionista, Joan Sallarès y Pla, partidario del trabajo infantil y de no disminuir las horas de trabajo de los niños y las mujeres.

La familia de Mateo Morral trató de educarlo pensando en su futuro de importante industrial: a los quince años lo enviaron a trabajar en varias casas comerciales de Barcelona, su madre lo rechazó desde pequeño, según Albà Rosell y por la propia trayectoria de Morral, este rechazo sería debido a que su madre creía que la nodriza le había cambiado el hijo. Sólo una madre llena de prejuicios integristas católicos y profundamente ignorante como era el caso, podía someter a su propio hijo en la más absoluta marginación y desprecio. Martín Morral, el padre, en cambio, tenía un talante liberal y humano, militaba en la Unión Republicana y desde 1884 había asistido a algunos actos sociales de los republicanos y presidía algunos mítines anarquistas; el padre era el encargado de la educación de los hijos varones, a quien confía en una escuela neutra en religión.

Mateo, al cumplir trece años, se apartó de la familia y es trasladado a residir en Francia, más adelante se traslada a Alemania, aprende idiomas y se especializa en asuntos textiles. Es sobre todo en el extranjero donde adquiere una cultura anarquista, se entusiasma con las ideas de Nietzsche y con el neomalthusianismo defendido en Alemania por Max Hausmeister. 

En 1899, con veinte años, vuelve a Sabadell, ya impregnado de las ideas anarquistas, lo que le comporta muchos problemas familiares. Al principio dirige la fábrica familiar con eficacia, da charlas a los obreros sobre organización y huelga, participa en los intentos de huelga fallidos de 1901 y 1902, incluso participó en proyectos de comunas en Sabadell y California con Albà Rosell. En 1901 acompañado por Josep Vila viajó por Francia, Alemania y Gran Bretaña. En Londres se entrevista con el conocido anarquista Errico Malatesta y se convirtió en admirador del geógrafo anarquista Élisée Reclus y del teórico anarquista ruso Piotr Kropotkin. Fue uno de los principales promotores del Neomalthusianismo -teoría de la procreación consciente y voluntaria entre las mujeres trabajadoras-, de hecho, fue el corresponsal del periódico de la Liga Internacional (neomalthusianos), Regeneración, finalmente termina abandonando la casa paterna en 1905. Desde 1903 está relacionado con Ferrer Guardia y una vez abandona el hogar familiar se pone a trabajar en la Escuela Moderna, donde se encargará de la biblioteca y la librería. Traduce con Anselmo Lorenzo el folleto neomalthusiano de Paul Robin, Generación voluntaria, que difunde entre los obreros.

Anarquista activo durante toda su corta vida, financió el periódico de la Federación Obrera de Sabadell, El Trabajo. Fue amigo de Vallina y Rosell, admirador de Ibsen, tuvo un romance con la nihilista rusa, Nora Falk, y también se dice que la mujer de Ferrer Guardia, Soledad Villafranca, se enamoró de él sin éxito.

En mayo de 1906 viajó a Madrid y el día 31, cuando el rey Alfonso XIII salía de la iglesia de San Jerónimo el Real, donde había tenido lugar la boda real; aprovechando el retorno de la comitiva al Palacio Real, desde el balcón de un cuarto piso de la Calle Mayor, lanzó una bomba camuflada en un ramo de flores sobre el carruaje real. El resultado fue de 24 personas muertas y 100 heridas, ya que el ramo tocó la catenaria del tranvía y se desvió hacia la multitud.

Una vez cometido el atentado, pide ayuda al periodista republicano José Nakens para esconderse, también le ayudará a escapar del ex-teniente republicano Mata, conseguirá salir de la capital, hasta que un guardia jurado sospecha de él en San Fernando, momento en que se suicida tras matarlo. Se asegura también que Morral participó en un atentado anterior contra Alfonso XIII en París en 1905, y que perteneció a una facción violenta del movimiento anarquista. Sea como sea, parece absurdo atribuir el atentado de 1906 en un fracaso amoroso con Soledad Villafranca.

Según Abad Santillán, durante un tiempo perteneció a la legión extranjera francesa en Argelia. El atentado de Morral desencadenó graves consecuencias sobre el movimiento libertario y librepensador: la reacción, basándose en sus relaciones con Ferrer Guardia, inició un escandaloso proceso que terminó con el cierre de la Escuela Moderna y el fusilamiento de Ferrer y Guardia tres años después, acusado de ser también el instigador de la Semana Trágica. Lo que nunca ha quedado claro es qué empujó a Mateo Morral a tirar la bomba él solo, o si recibió ayuda. Rosell muestra un Morral nihilista justiciero:

«En lucha contra el error, los prejuicios y los asesinatos de los que estimaba hermanos en infortunio, los mártires de Alcalá del Valle, Rio Tinto, de Jerez, de Montjuïc y de todas las explotaciones, de lo que él, hijo de burgués Él Mismo, se sentía víctima también «

Los esfuerzos de Morral para organizar a los obreros sindicalmente difícilmente lo atarían con el nihilismo teórico de un Morral que intenta ejecutar el rey por determinación personal, sin haberlo tratado colectivamente en un comité u organización política o sindical. Tampoco parece probable una doble participación en el atentado como afirma la memoria de Pedro Vallina, o como dice Rosell que Nora Falk le acompañaba en Madrid, no hay ninguna noticia al respecto que avale esta hipótesis.

En una entrevista en el Diario de Sabadell, del día 9 de diciembre de 1997, Facundo Morral, sobrino de Mateo Morral, nacido en Alemania un año después de la muerte de su tío, realizó las siguientes declaraciones:

«Hay muchas teorías sobre qué fue lo que empujó a tirar la bomba. A mí mi madre siempre me dijo que él formaba parte de un grupo de anarquistas que se jugaron en las pajitas quien mataría al rey. Él sacó la más corta […] mi madre era una extranjera que llegaba a Sabadell una semana después del atentado, y lo vivió de cerca «

El atentado de Mateo Morral tuvo numerosos apoyos y también detractores a lo largo del siglo XX. Para algunos autores bohemios filo-anarquistas de juventud, es clasificado hasta la Guerra Civil como «héroe trágico», por Valle-Inclán, y por Baroja de «ser el único joven que había defendido España». Hasta el 1939, por la clase trabajadora y el imaginario colectivo, Morral era conceptuado como un luchador por la libertad, ya que se creía que de haber conseguido asesinar al rey Alfonso XIII, figura del régimen caciquil y corrupto que enviaba a los jóvenes de familias humildes a morir a África, la Guerra Civil se hubiera evitado. A partir de 1939 con la victoria franquista y hasta 1976, la historiografía oficial, mostró a Mateo Morral como un terrorista malvado y loco, llegando al intento de aniquilación del movimiento anarquista en España. Buen ejemplo de este intento de aniquilación que continúa en democracia, es el historiador franquista y ministro de cultura en democracia Ricardo de la Cierva (1980-1982), nieto del ex-ministro de gobernación de Alfonso XIII, en su libro sobre la reina Victoria Eugenia, Victoria Eugenia, el veneno en la sangre, Ed. Planeta, Barcelona (1992), sentenciaba al anarquismo y a Mateo Morral:

«El fanático Mateo Morral, un colaborador de la llamada «Escuela Moderna» fundada en Barcelona por Francisco Ferrer, cuya complicidad en el atentado de Morral queda fuera de toda duda para el Gobierno español y la justicia de la época que le implica en el Proceso correspondiente. Así cobraba notoriedad el anarquismo español, que disfrazaba sobre crímenes repugnantes y sumo sadismo espantoso con pretextos políticos, subasta que desapareció felizmente como Fuerza social después de todos los anarquismos europeos en la Guerra Civil de 1936 «.

Mateo Morral no fue ningún loco, tampoco se le podría considerar un héroe o un villano. Era una persona formada, que había estudiado en el exterior y tenía conocimientos de diversas lenguas y había planeado con antelación el atentado contra Alfonso XIII. A finales del s. XIX hubo un serie de regicidios en Europa por parte de anarquistas que creían que eliminando al rey o una figura importante del gobierno se iniciaría la chispa de la revolución que acabaría con los regímenes despóticos. El rey entonces era visto por muchos como el principal causante de la pobreza, la corrupción y la represión, la columna vertebral donde se apoyaba todo el sistema.

-El 24 de septiembre de 1893 el anarquista Paulí Pallás intentó matar al gobernador general de Catalunya, Arsenio Martínez Campos. El 6 de octubre de 1893 es fusilado en el Castillo de Monjuich.

-En 1898 Angiolillo asesinó al primer ministro del gobierno Antonio Canovas del Castillo por ser el responsable de miles de asesinatos contra los movimientos independentistas de Cuba y Filipinas. Seria ejecutado por garrote vil.

Estos episodios de regicidios o intentos de regicidios por parte de anarquistas, no sólo se dieron en España, sino también en Rusia (cuna del nihilismo anarquista), Francia, Italia, Estados Unidos o  Japón. Destacando  el asesinato de la emperatriz Sisi por parte de Luigi Lucheni el 10 de septiembre de 1898 en Ginebra, el asesinato del rey Umberto I de Italia por  Gaetano Bresci el 20 de julio de 1900, o el asesinato del presidente de Estados Unidos William McKinley por Leon Czolgosz el 6 de septiembre de 1901.

Algunos regicidios o intentos de asesinatos de figuras políticas duraron más allá de finales del s. XIX y principios del XX, como el intento de Gino Lucetti de asesinar al dictador fascista Benito Mussolini en 1926. Pero ya con el auge del anarcosindicalismo y el sindicalismo revolucionario, estas acciones individuales prácticamente desaparecerían. Esto no quiere decir que no existieran y fueran necesarios grupos de acción para afrontar la represión de la patronal y el gobierno, como los grupos de  la CNT contra los pistoleros del Sindicato Libre (de la patronal), «Los Solidarios» o «Los Comités de Defensa».

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CASTELLS, Andreu. Sabadell, Informe de la oposición. O todo o nada 1904-18. Ediciones Riutort, Sabadell, 1978.

IÑIGUEZ, Miguel. Enciclopedia histórica del anarquismo español. Tomo II. Asociación Isaac Puente. Vitoria, 2008.

MASJUAN, Eduard. Un héroe trágico del anarquismo español. Mateo Morral, 1979-06.  Ed. Icaria, Capellades (Barcelona), 2009.

ESTEBAN, José. Mateo Morral, el anarquista. Causa por un regicidio. Vosa, ediciones, 2001, Madrid.

3 comentarios

  1. La élite talmúdico usurera anglosionista (siempre con los Rothschild a la cabeza) os pastorea a placer. Lo mismo a vostros que a los del sistema. Os utiliza. Estáis al servicio de aquello que más odiáis (lo sepáis o no). Fuisteis creados y alimentados para ello. Y cuando quieren os excitan desde sus medios, y os ponen una pancarta o un arma en la mano. Sois esbirros, lacayos. Pero hay que reconocer que os engañan los más listos, y no solo a vosotros. Raro es el que se da cuenta.

    «Mientras exista el hambre y la ignorancia del pueblo, nadie podrá oponersenos», «la raza elegida se vale de los ateos (antítesis masonas) y toca la mano de la escoria» (Protocolos y Disraelí-Rothschild respectivamente)

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    1. Menudo comentario… Los fascistas y derivados siempre son los tontos útiles del Gran Capital que no entiende de patrias, y tu comentario así corrobora… Menos palabras inventadas a lo Franco, y más uso de neuronas…

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