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Lucía Sánchez Saornil, poeta, periodista y fundadora de Mujeres Libres.

Reseña actualizada de la aparecida en “Spagna contemporanea” (n.49, 2016, pp. 217-221)

Ha aparecido de reciente una biografía de Lucía Sánchez Saornil, acompañada de una antología de textos, principalmente artículos y también algunos poemas, que preparaba hacía mucho tiempo Antonia Fontanillas Borràs1. Un auténtico homenaje a esta destacada fundadora de la organización anarcofeminista Mujeres Libres (MMLL). Su autora, estudiosa y militante del movimiento libertario español, ha querido aportar en este libro una investigación realizada a partir de fuentes escritas y orales: prensa, documentación de archivo, entrevistas y cartas manuscritas, principalmente.

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Aunque la organización MMLL ha sido objeto de muchos estudios y interés sobre todo por parte de estudiosas y historiadoras2, menos conocida es la vida de sus impulsoras. De las tres personalidades más destacadas únicamente Amparo Poch y Gascón (Zaragoza, 1902-Toulouse, Francia, 1968) contaba con una extensa biografía y también con una antología detallada de sus obras más importantes realizada por Antonina Rodrigo3. El presente trabajo llena un vacío y nos ayuda a conocer más de cerca a Lucía Sánchez Saornil, importante activista, periodista y poeta en los años veinte y treinta, quién creó la innovadora revista Mujeres Libres en mayo de 1936. Todavía está por escribir la biografía de la tercera componente del grupo impulsor, Mercedes Comaposada Guillén (Barcelona, 1901-Paris, Francia, 1994), hija de un conocido militante socialista catalán, abogada, escritora y periodista.

Entorno a la revista se aglutinó un movimiento anarquista a favor de la emancipación y liberación de la mujer, que luchaba por cambiar las bases de la sociedad, es decir, la destrucción al mismo tiempo del patriarcado y del capitalismo. En pocos meses, la Federación de Mujeres Libres (MMLL) se extendió por toda España, agrupando a unas 20.000 afiliadas.

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Su principal ideóloga, Lucía Sánchez Saornil había nacido en Madrid en el año 1895. De familia humilde, perdió a su madre de muy niña y estudió en el Centro de Hijos de Madrid destinado a los huérfanos. El padre trabajaba de telefonista, oficio que continuó la hija entrando a trabajar en la Telefónica de Madrid como operadora en 1916. También fue en ese momento que empezó a colaborar con los poetas más representativos de la corriente literaria Ultraísta, publicando sus primeros textos poéticos en la revista “Los Quijotes”. Se afilió a la central anarcosindicalista CNT en la década de los años veinte, participando en las luchas sociales y sindicales del momento. Fue trasladada por la Compañía americana a Valencia en 1927, probablemente como castigo.

Durante la República asumió grandes responsabilidades en la organización cenetista, siendo Secretaria de redacción del diario confederal madrileño CNT, a partir de 1933. Pocas eran las mujeres que ocupaban cargos en la organización anarcosindicalista. Lucía escribía muy bien y además destacaba por su vitalidad, inteligencia y gran capacidad de trabajo. Sus ideas sobre la mujer le llevaron a polemizar con Mariano Vázquez, “Marianet”, el director del diario confederal catalán Solidaridad Obrera, en una serie de artículos sobre “La cuestión femenina en nuestros medios”. En ellos defendió que el problema de la ausencia de las mujeres en los medios anarquistas se debía a que en los hogares de estas familias predominaban también las ideas patriarcales. Consideraba que los militantes tenían que reformar su casa antes que hacerlo en la sociedad, es decir, tenían que implantar la igualdad y justicia por la que luchaban primero en su espacio doméstico, elevando la conciencia política y social de su compañera. En un estilo directo y claro denunciaba así la cuestión:

¿Propaganda en los sindicatos? ¿Propaganda en los ateneos? ¡Propaganda en casa! Es la más sencilla y la más eficaz. ¿En qué hogar no hay una mujer, compañera, hija, hermana? (…) La propaganda de atracción femenina no hemos de hacerla entre las mujeres sino entre los compañeros. Debemos comenzar por desarraigar de sus cerebros la idea de superioridad”4.

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Ella misma participará como profesora en los cursos de capacitación de la mujer que organizó la CNT de Madrid a partir de 1934. Con el estallido de la guerra civil y la revolución, la organización MMLL, así como su revista, transformaron su carácter. Se multiplicaron sus actividades y el periódico se hizo más incisivo. También Lucía Sánchez Saornil inició una nueva etapa multiplicando sus actividades y creando Secciones de Trabajo en Madrid para la formación y preparación de las mujeres y su posterior incorporación a la vida laboral. Escribió su conocido poema ¡Madrid, Madrid, mi Madrid!, que transmitirá por la radio al pueblo de esta ciudad alentando a la lucha y a la resistencia. También lamentará la muerte del líder anarquista Durruti en otro conocido escrito Atardecer de noviembre. Sus textos son conmoventes, apasionados y desgarrados. Fue también la autora del himno de Mujeres Libres.

A mediados de 1937, Lucía abandonó Madrid aceptando incorporarse en la redacción del semanario gráfico Umbral, en Valencia. Allí conoció a América Barroso, “Meri”, secretaria administrativa del periódico, que llegó a ser su más fiel colaboradora. Para el semanario realizó importantes reportajes que reflejan la situación de la retaguardia en diversos aspectos, desde las colectividades agrarias e industriales, los hogares infantiles y la Casa de la Maternidad, hasta personalidades destacadas como el pedagogo catalán Joan Puig Elías, o los dirigentes anarquistas Federica Montseny, Joan García Oliver y Cipriano Mera. También colaboró en la revista Tiempos Nuevos de Barcelona, Nosotros de Valencia, Juventud Libre y CNT de Madrid sin dejar de hacerlo obviamente en Mujeres Libres, trasladada su redacción a Barcelona desde el inicio de la guerra.

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Sus textos, reproducidos en el libro, son ágiles y contundentes siendo su lectura imprescindible para conocer los problemas que se debieron afrontar en estos difíciles años y su posición ante ellos. Podemos poner como ejemplo su campaña a favor de la moral y la sobriedad revolucionaria y en contra de los abusos de los revolucionarios con sueldos desproporcionados. Consideraba que “una era de justicia y equidad no podrá jamás edificarse sobre la base de nuevos privilegios y nuevos favores5. También ponía de manifiesto su crítica a la construcción de los nuevos héroes de la retaguardia, los que se sacrifican trabajando más horas o produciendo más que los demás compañeros. Para ella era necesario racionalizar y humanizar el trabajo. No se podía permitir que nadie malgastase el tiempo, pero tampoco que un solo ciudadano acumulase excesivas horas restando a los demás la posibilidad del pan y del heroísmo. “La revolución es de todos y para todos, y no podemos admitir que nadie la monopolice”6. También se manifestó contraria a las absurdas ceremonias matrimoniales, celebradas en los Sindicatos cenetistas o en los Ateneos libertarios, declarándose a favor de la unión libre promovida por el ideario anarquista basada en el consentimiento de ambas partes. “Condenemos, si nos place, la libertad de unión; pero no la disfracemos cobardemente con hipócritas ceremonias, mezclando a los Sindicatos en nuestras cobardías espirituales”7.

Con el traslado del semanario Umbral a Barcelona, se instalará en esta ciudad a finales de 1937. Aquí interviene en la organización de Solidaridad Internacional Antifascista (SIA), con el objetivo de atender a las víctimas del fascismo en el mundo. En mayo de 1938 asumirá la Secretaría general de la sección española, función básica para gestionar las ayudas que llegaban de Francia e Inglaterra. A finales de la guerra hará llamamientos de solidaridad al pueblo francés ante el éxodo y la evacuación de la población catalana. Sus protestas se harán oír ante el brutal tratamiento recibido por el Gobierno republicano francés y también paralelamente se multiplicarán sus esfuerzos por incrementar las ayudas. Ante el riesgo de ser detenida por los alemanes volverá a España a finales de 1942 iniciando una vida clandestina primero en Madrid y después en Valencia.

El libro nos ilumina este periodo menos conocido de esta destacada líder que vivió durante el franquismo en silencio, sin documentación durante una década, en un auténtico exilio interior. Gracias a las entrevistas, la autora reconstruye estos oscuros años en dónde la creatividad de Lucía Sánchez Saornil se vio sofocada por la represión del régimen. Se ha querido aclarar también la cuestión de su supuesto lesbianismo, atribuido por alguna militante de MMLL. Sin embargo, la autora lo niega basándose en las fuentes orales y escritas familiares. La destacada militante murió en Valencia en junio de 1970, a los 75 años, estando todavía vivo Franco. Sobre su tumba se colocó una frase de uno de sus poemas: “¿Es verdad que la esperanza ha muerto?”. Antonia Fontanillas le responde con un rotundo “¡no!”. Para ésta última “mientras el hombre aliente sobre la tierra, habrá sueño en su mente y energía para forjar ese mañana8.

Este es un libro póstumo aparecido meses después de la muerte de su autora, acaecida en setiembre de 2014. Con él se cierra un ciclo de estudios biográficos que Antonia Fontanillas dedicó a las mujeres anarquistas, siempre acompañado de textos y artículos originales. El primero que realizó fue el de la italiana Luce Fabbri 9y el segundo el de la barcelonesa Lola Iturbe, ambos preparados junto a Sonya Torres10. El tercero es el que comentamos y viene acompañado de un prólogo de Pau Martínez Muñoz, en el que se puede profundizar la vida y la rica personalidad de Antonia Fontanillas.

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Resumiendo, nos encontramos con un libro extremadamente útil y aconsejable tanto por el análisis de los aspectos biográficos de la dirigente de la organización de MMLL, como por la antología de textos que se incluyen. Gracias a ellos podemos acercarnos a una gran variedad de temáticas que nos ayudan a valorar los tres años de la guerra y la revolución española de forma mucho más rica, compleja y crítica. Los escritos de Lucía Sánchez Saornil se alejan de la retórica al que algunas veces caen algunos escritores y periodistas revolucionarios, ofreciéndonos una visión clara y contundente de una realidad vivida de forma intensa en diversos escenarios, desde la ciudad de Madrid, duramente bombardeada, hasta la Cataluña revolucionaria y en pie de guerra.

Notas

1 Lucía Sánchez Saornil, Poeta, periodista y fundadora de Mujeres Libres. Introducción y selección de Antonia Fontanillas Borràs y Pau Martínez Muñoz, Madrid, LaMalatesta Editorial, 2014.
2 Recordamos sobretodo los trabajos de M. Nash, Mujeres Libres. España 1936-1939, Barcelona, Tusquets, 1975 y Libertarias y anarcofeminismo, en J. Casanova (coord.), Tierra y Libertad. Cien años de anarquismo en España, Barcelona, Crítica, 2010; y de M. Ackelsberg, Mujeres Libres. El anarquismo y la lucha por la emancipación de las mujeres, Barcelona, Virus, 1999.
3 A. Rodrigo, Una mujer libre. Amparo Poch y Gascón, médica anarquista, Barcelona, Flor del Viento, 2002 y Amparo Poch y Gascón. Textos de una médica libertaria, Zaragoza, Diputación-Alcaraván, 2002.
4 Lucía Sánchez Saornil, Poeta, periodista y fundadora de Mujeres Libres, op.cit. pág. 33-34.
5 Ibíd., pág. 146.
6 Ibíd., pág. 166.
7 Ibíd., pág. 113.
8 Ibíd., pág. 69.
9 L.Fabbri, La libertad entre la historia y la utopía. Tres ensayos y otros textos del siglo XX, Barcelona, Colectivo de Escritores Anónimos, 1998.
10 Lola Iturbe Arizcuren. Vida e ideal de una luchadora anarquista, Barcelona, Virus, 2006.