Guerra civil Española Nacionalismos

El Complot de ‘Estat Català’ contra Companys [Antonio Gascón Ricao]

El nuevo Estat Català

Tras la victoria electoral del Frente Popular, en febrero de 1936, que permitió a Cataluña recuperar sus dos instituciones básicas: el Parlamento y la Generalidad, suspendidas con motivo de los Hechos de Octubre de 1934, regresando Companys a la presidencia, se produjeron una cadena de hechos muy significativos que marcaron la futura trayectoria de Estat Català (EC), el más representativo de los partidos nacionalistas radicales, hasta entonces adherido a la Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), pero descabezado tras la huída en octubre 1934 de Josep Dencás y de su acólito Miquel Badia.1

Aquella misma victoria del Frente Popular propició también el regresó a Barcelona de Miquel Badia, donde se dedicó a tratar de reorganizar a sus antiguos “escamots” protagonistas de los Hechos de Octubre y de los cuales había sido su jefe supremo. El 28 de abril de 1936, a la salida de su domicilio, fueron asesinados Miquel Badia y su hermano Josep, al parecer por unos anarquistas, en versión popular, pero atentado del cual quedaron en la sombra los auténticos autores intelectuales de aquella operación.

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Miquel Badia en el centro, junto a su hermano Josep. Fuente: El Español

En la sesión del 5 de mayo siguiente, el Parlamento catalán, a propuesta del presidente Lluis Companys, se responsabilizó a Dencás, antiguo secretario general de EC de la derrota de Octubre de 1934. Decisión que motivó una fuerte división entre las Juventudes de Esquerra Republicana-Estat Català (JEREC).

Consecuencia de lo anterior, en los finales de aquel mismo mes se celebraron dos congresos paralelos de las Juventudes. Uno rechazó al “traidor” de Dencás, mientras que el otro decidió la ruptura definitiva con ERC y la formación de un nuevo partido independiente de ella que cómo no se llamó Estat Català, eligiendo como secretario general a Josep Dencás, el antiguo responsable de Gobernación durante los Hechos de 1934, cuyo segundo había sido Miquel Badia.

Al producirse dicha escisión fueron expulsados de EC personajes tan significativos como Ventura y Gassol, Puig i Ferrater, Jaume Aiguader o Jaume Miravitlles. Por otra parte, en aquellas mismas fechas, el nuevo EC contaba con unos 6.000 afiliados.

La propia desintegración que se produjo dentro del ala más nacionalista de ERC, obligó al resto de los partidos nacionalistas radicales, por otra parte muy minoritarios en el Principado, a tener que tomar posiciones. Así, Nosaltres Sols!, el grupo encabezado por Daniel Cardona desde 1933, convocó en los principios de marzo una asamblea de delegados, “para acordar en ella el plan de acción, adaptándolo al momento de nuestra vida nacional y de acuerdo con el momento político de Cataluña”. Celebrada el 11 de abril, la asamblea ratificó “la plena confianza en el Jefe Supremo”, es decir, en Daniel Cardona.

Pero, tras la refundación de EC en los finales de mayo, en Nosaltres Sols! se generó un movimiento mayoritario partidario de integrarse en el nuevo partido creado por Dencás. La nueva asamblea, presidida por Manuel Blasi, personaje con claras tendencias nazis, decidió entonces fusionarse con EC, para ello se creó un comité conjunto que tendría como misión facilitar la integración.

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Desfilada de la JEREC en octubre de 1933 en Barcelona. Se observa una estética inspirada en la fascista italiana. Fuente: El País.

Al mismo tiempo, el Partit Nacionalista Català, presidido por el abogado Josep María Xammar, menos sólido que Nosaltres Sols!, se liquidó en una asamblea extraordinaria el 13 de junio, al decidirse en ella la fusión por la base con EC. Tras la sublevación militar de julio de 1936, se aceleró el proceso de unificación, hecho que tendría lugar en los finales de julio.

Aquella reunificación de los nacionalistas radicales entorno a un único partido, todavía no estaba consolidada cuando un mes más tarde estalló la guerra civil española. Circunstancia que no fue óbice para que algunos de ellos, los más radicales, resucitaran el viejo proyecto insurreccional encaminado a lograr una Cataluña independiente, que se debería conseguir mediante el uso de la fuerza de las armas.

La guerra

El 19 de julio de 1936, los hombres de EC, con sus mandos políticos a la cabeza, participaron en el asalto del Hotel Colón en la plaza de Cataluña, o tomaron parte activa en el asalto de los cuarteles de Artillería de San Andrés, donde se hicieron con una gran cantidad de armas largas. Asimismo, al igual que otros grupos políticos, EC procedió a incautar el Diari de Barcelona convirtiéndolo en el órgano oficial del partido a la par que catalanizándolo, de igual modo procedieron a la incautación del restaurante el Oro del Rhin en plena Gran Vía, que se convirtió en su cuartel general, o formó columnas militares destinadas a diversos frentes, uno de los primeros el de Mallorca, participando así de forma activa en la expedición organizada por el capitán Bayo.

A la vista del cariz que estaba tomando la nueva situación revolucionaria, Daniel Cardona, buscando cobijo para el resto de su grupo Nosaltres Sols!, negoció la integración del mismo en el remodelado EC, lo que consiguió sin que por ello su grupo perdiera su estructura orgánica interna. Pero a pesar del indudable peso específico que alcanzó el nuevo partido de EC dentro de la sociedad catalana, después de todas aquellas fusiones, no consiguió acceder al Comité de Milicias Antifascistas y aún menos al gobierno de la Generalitat.

El motivo fue doble. Por una parte, lo impidió el fuerte recelo personal que sentía el presidente Companys por sus antiguos correligionarios tras el fracaso de Octubre de 1934. Por la otra, estaba la franca hostilidad que mostraban hacia todos ellos los anarquistas, que no habían olvidado las persecuciones de que habían sido objeto en el pasado, personalizadas en su secretario general Dencás.

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Carné de Josep Dencàs de Estat Català durante el exilio. Fuente: Pinterest

De hecho, un intento de asalto al Comité Central de EC por parte de los anarquistas, obligó a Dencás a tener que abandonar Cataluña y partir rumbo a la Italia fascista el día 2 de agosto, hecho que provocó su expulsión automática del partido. A su huida, la secretaria general pasó a ser ocupada por un joven Joan Torres-Picard, el antiguo secretario del depuesto líder.

La entidad patriótica Palestra, fundada por Josep M. Batista i Roca y con más de 4.000 socios, también inició contactos con EC, hasta el punto de ofrecer a Manuel Cruells, que provenía de Nosaltres Sols!, el cargo de secretario general de la entidad, o de ofrecer también el incluir miembros de EC dentro de su organización. Pero, a pesar de ello no se llegó a alcanzar aquella unificación. Esta situación ambigua, dio lugar a dejar tras de sí a un buen número de dobles militancias de una parte muy importante de sus afiliados.

El llamado Exèrcit de Catalunya

La sugerencia realizada a Companys por Joan Comorera, secretario general del PSUC, a finales de julio de 1936, de la necesidad de crear un ejército totalmente adicto a la Generalitat, no cayó en saco roto. De este modo, con la creación de las columnas Macià-Companys, se inició la formación del que debería haber sido el futuro Exèrcit de Catalunya.

Dichas columnas, compuestas por voluntarios, miembros de los partidos que formaban parte del gobierno de la Generalitat, fueron puestas bajo el mando del capitán Pérez-Salas, uno de los muchos conspiradores de Octubre de 1934. El resto de los mandos fueron ocupados por militares profesionales, por otra parte, totalmente adictos a Companys.

Al iniciarse la formación de las llamadas Milícies Pirinenques, al mando del capitán Benet, que logró imprimir a la nueva unidad el necesario espíritu bélico y la disciplina, cualidades que columnas milicianas generalmente no poseían, lo que Companys ignoró, o quiso ignorar, era que una buena parte de sus componentes pertenecían a EC o eran miembros activos de Nosaltres Sols!, o que casi todos los oficiales o suboficiales de sus compañías pertenecían a Club Català, refugio del OMNS (Organizació Militar Nosaltres Sols), aparato paramilitar perteneciente al grupo de Cardona,2 o que eran gentes procedentes de Palestra y de su grupo paramilitar ORMICA (Organizació Militar Catalana), algunos de ellos militantes activos del recién nacido PSUC.

Tras la frustrada expedición en agosto del capitán Bayo a Mallorca, a su regreso, EC creó con 700 hombres suyos la denominada Columna Volant Catalana, a la cual se unieron dos compañías que EC ya poseía en el frente de Aragón, unidad que quedó al mando del teniente Blavia. Por el mismo motivo, las Milícies Pirinenques vieron incrementar sus efectivos, al pasárseles 150 hombres de EC que inmediatamente fueron destinados al frente pirenaico de Aragón.

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Fuente: Memòria Nacional

Curiosamente, Josep Mª Xammar, hombre fuerte de Estat Català, aunque líder del Partit Nacionalista Català, unos días más tarde de la partida de la Columna Volant hacia Lérida, se entrevistó con el presidente Companys, que según él le ofreció dos consejerías en el nuevo gobierno por formar, oferta a la que Xammar contestó que con la de Gobernación (Orden Público) ya tenía bastante, propuesta que por supuesto fue rechazada de plano por Companys.

Entonces Xammar, le propuso al presidente catalán que le adjudicara a él la delegación de Orden Público de Lérida, donde le demostraría cómo y de qué manera se podía acabar con el desorden de la CNT-FAI en aquella zona. Propuesta rechazada también con energía por Companys. En aquellos días, la delegación de Orden Público de Lérida estaba a cargo de Josep Rodés Baly, al que sustituirá un tiempo más tarde Francesc Viadiu.3

Propuesta muy interesada por parte de Xammar, dedicado en aquellos momentos, según él mismo, a “gestiones secretas cerca de los acobardados dirigentes de Esquerra para batir a la FAI”,4 misión posiblemente encaminada a acabar con los comités revolucionarios afincados, en Lérida, en La Seu de Urgell o en Puigcerdá, que estorbaban y mucho a determinados grupos de EC que ya estaban desplegados en aquella zona geográfica concreta y por supuesto conocidos por Xammar.

A finales de octubre, parte de los 1.500 hombres que al final acabarían formando parte de los Pirenaicos, concretamente su primer Batallón, comenzaron a desplegarse tomando posiciones a todo lo largo de la frontera, desde Benasque hasta el golfo de Rosas, incluida una pequeña franja costera. En la Cerdaña no tardaron en entrar en conflicto con la CNT-FAI que la ocupaba, especialmente con Antonio Martín Escudero, más conocido por el mal nombre de “Cojo de Málaga”, que tenía ocupados todos los puestos fronterizos del sector.5

“Catalanizar” la revolución

Paralelamente al inicio de los primeros pasos en el terreno militar, los nacionalitas radicales catalanes, también empezaron a preparar en Cataluña el necesario terreno político. Así, en el Diari de Barcelona del día 4 de septiembre podía leerse: “Hay que catalanizar la revolución y ordenarla. El pueblo de Cataluña siente un gran horror por el vacío, y existe un gran vacío irresponsable en las comarcas catalanas. Hay comarcas donde la revolución está en manos francamente irresponsables” y concluía pidiendo: “¿Nadie no siente el deber de ponerse al frente?”.

Dicha invitación a la “reconducción” de la situación política, en detrimento de la CNT-FAI, estaba dirigida al único hombre que podía llevarla a término en aquellos momentos, pues se trataba de Joan Casanovas, presidente del Parlamento de Cataluña y a su vez jefe del gobierno catalán, dándose así por supuesto que Casanovas poseía tanto el carisma como la dureza necesaria para ello a la inversa de Companys.

El 19 de aquel mismo mes tuvo lugar en el Gran Price de Barcelona el primer mitin de ERC, después del abortado golpe militar del 19 de julio. En él, Casanovas tomando la palabra y analizando la auténtica situación del gobierno catalán decía: “Hemos tenido que suplir toda la acción del Estado… Se ha de gobernar con plenitud de responsabilidades y con claridad, para que la opinión pública sepa quien gobierna y cómo gobierna…”.

Esta crítica de Casanovas, ponía públicamente al descubierto la impotencia de su gobierno y la dualidad de poderes existente con el Comité de Milicias, al que tenía que soportar por obligación. A partir de aquel momento Casanovas empezó a tener serios problemas no solo con los anarquistas sino con el propio presidente Companys.

Los motivos de aquella divergencia venían dados por la diferencia de criterios existente entre ambos, a la hora de plantearse la forma de poder recuperar el poder la Generalitat. Mientras Companys, con el apoyo de Tarradellas, creía que la solución del problema residía en maniobrar enfrentando a la CNT-FAI contra el PSUC, Casanovas opinaba que la solución residía en realizar un golpe de fuerza, contando con los recursos de la Generalidad y con los de los nacionalistas, tanto de dentro como fuera de la Esquerra, lo que permitiría desarmar y reducir a la hegemónica CNT.

La situación entre Companys y Casanovas se hizo tan tensa, que un año más tarde Casanovas confió a Azaña que, en aquella ocasión, Companys llegó incluso al extremo de amenazarle de muerte. Consecuencia de aquellas tensiones fue que Casanovas, que había presidido los dos primeros gobiernos de la guerra, sería sustituido el día 26 siguiente por Josep Tarradellas.

El diseño del golpe

El 1 de octubre se produjo la disolución del Comité de Milicias, en un acto público que cerró García Oliver, dirigente de la CNT, con un vibrante discurso. El 6 del mismo mes tuvo lugar en Barcelona un desfile en conmemoración del levantamiento de Octubre de 1934. Horas antes, en el cuartel de las Milícies Pirinenques, tuvo lugar una tensa escena en presencia del capitán Benet, que se limitó a observarla impasible.

Narcis Casas, amigo de Benet, jefe y organizador de la Compañía de Esquís y único mando de la unidad que no pertenecía a EC, o a ninguna de las otras organizaciones nacionalistas radicales, fue substituido a la fuerza por Carles Balaguer, hombre recién llegado pero políticamente más seguro para los nacionalistas y para el PSUC.

La tarde de aquel mismo día, EC había convocado un mitin en el Price. En él, uno de los oradores afirmó sin tapujos: “… Los hombres de Estat Català están dispuestos a luchar con quien sea y contra el que haga falta para poder restablecer un orden revolucionario que acabe con los hechos esporádicos que se están realizando en Cataluña…”.

Entre el público asistente se encontraba, más o menos camuflado, un conocido dirigente de la Lliga de Cambó, el cual concluido el acto se presentó a los miembros del Comité Central de EC, preguntando si era cierta aquella afirmación que se acababa de hacer en público, asegurando que su partido estaría dispuesto a aceptar la revolución siempre y cuando esta fuera “ordenada”, y si ello era posible, qué había que hacer y cómo se podría llegar a un acuerdo mutuo.6

No solamente le confirmaron que era cierta, sino que le desvelaron que ya existía un plan en marcha. Básicamente se trata de concentrar a todos los hombres de EC, Columna Volant y Milícies Pirinenques incluidas, en un punto determinado de la frontera con Francia donde deberían ser armados con material moderno que ya tenían apalabrado.

Seguidamente, se iniciaría una acción rápida, que tendría como misión ocupar en su avance todo el territorio posible antes de llegar a Barcelona, donde ya había fuerzas preparadas –voluntarios, Guardias de Asalto y Mozos de Escuadra-, y un ambiente propicio al golpe. Incluso le desvelaron que se estaban manteniendo contactos políticos con los Ministerios de Asuntos Exteriores de Francia, Inglaterra o Alemania, por mediación de Batista i Roca, Nicolau Rubió o Serrallach, para conocer la postura de dichas cancillerías caso de llevarse a efecto el plan. Sólo les falta que alguien financiara el proyecto.

A la vista del asunto, el representante de la Lliga aconsejó que algún miembro del Comité Central de EC viajara a Bruselas para entrevistarse con Cambó. Y así se hizo. Vicençs Borrell, hombre de EC, pero muy próximo por su ideología al PSUC fue el designado. Pero Cambó convencido en aquellas fechas de la victoria inminente de los militares sublevados, con la previsible caída de Madrid, no compareció a la cita.

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Francesc Cambó. Fuente: El País

Joan Casanovas se deja querer

El 20 de octubre, Andreu Revertés, hombre de dudosos antecedentes morales, antiguo miembro de EC y militante en aquel momento de la ERC, pasó a desempeñar el cargo de jefe de la Comisaría de Orden público. A pesar de las ruidosas protestas anarquistas, Companys mantuvo el nombramiento alegando tener “un compromiso personal” con Revertés. En efecto, Carmen Ballester, segunda esposa del presidente, era íntima amiga de la amante del último y, como ella, militante de EC.

El 22 de octubre, al son de la Internacional, salió para el Pirineo catalán un batallón de las Milícies Pirinenques, compuesto por tres compañías de raquetas y, con ellas, una cuarta, denominada Secció del Mar, destinada en su caso a cubrir el sector marítimo de Figueres. El 30 de aquel mes, EC, en nota pública, puso todas sus fuerzas a las órdenes de la Consejería de Defensa. A partir de este momento los acontecimientos comenzaron a precipitarse.

El 1 de noviembre tuvo lugar en el Gran Price un nuevo mitin de EC. Como oradores tomaron la palabra Vicenç Borrell, Joan Cornudella, Josep M. Xammar y el secretario general Joan Torres–Picard. Como invitado de honor Joan Casanovas, que ante la sorpresa general no se limitó a su presencia física, sino que incluso subió a la tribuna de oradores. Con aquel gesto, Casanovas ponía de relieve ante la opinión pública, bien a las claras, su apoyo y aproximación a EC y por supuesto su alejamiento de ERC, cuestión que ya se rumoreaba tras su dimisión de la jefatura del gobierno el día 26 de octubre.

El Diari de Barcelona, órgano de EC, remarcaba al día siguiente una de las frases más significativas del acto: “La Cataluña trabajadora y consciente ha recuperado una de las figuras que tanto necesitaba…”. De esta forma, el llamamiento realizado por EC dos meses antes al posible líder del nacionalismo parecía haber tenido un eco positivo.

Los periodistas interrogaron a Casanovas a la salida del acto sobre el tema candente de la actualidad: la apertura o no del Parlamento catalán, a lo que su presidente contestó entre chusco y sarcástico: “No vivo allí, hay realquilados”. Su mordaz comentario estaba dirigido en directo a Manuel Azaña, presidente de la República española, que por aquellas fechas residía en él. Una nota significativa: entre los muchos telegramas de adhesión recibidos durante el mitin cabría resaltar, en particular, el de la Milícies Pirinenques.

El frenazo

El día 2 de noviembre apareció en Diari Oficial de la Generalitat un decreto largamente esperado por los conspiradores. En él se declaraba la frontera y la zona litoral como “zona de Guerra”, comprendiendo esta una franja de 25 Km. hacia el interior de Cataluña, lo que permitía y justificaba aun más el despliegue que ya había realizado en aquella zona las Milícies Pirinenques.

La grave situación que vivía en aquellos días Madrid, que hizo necesario el envío de refuerzos catalanes a la zona Centro, entre ellos la columna Durruti, dio pie a EC para poder insertar una nota en el Diari de Barcelona llamando a todos sus hombres a la movilización. La nota se publicó sin interrupción entre los días 11 al 17 de aquel mes, y la columna que se conformó tras aquella movilización general recibió el nombre de Hermanos Badia.

Durante aquellos mismos días, a la espera de acontecimientos, numerosos efectivos de la Columna Volant asentada en Lérida se concentraron anormalmente en Barcelona, mientras que por su parte las Milícies Pirinenques, sin motivo alguno que lo justificase, fueron puestas en estado de alerta, tanto en Barcelona como en el Pirineo.

A destacar en medio de ello, la autorización, por parte del gobierno catalán, a las Milicias Pirenaicas, el día 15 noviembre, y durante el transcurso de una visita de inspección al 2º Batallón, acuartelado en Barcelona y por parte directa de la Conserjería de Defensa, de sustituir el segundo nombre que tenía la unidad, el primero había sido Milicias Alpinas, por el de Regimiento Pirenaico número 1 de Cataluña.

Batallón que estaba listo para salir, aunque desarmado, no hacía Aragón o Madrid como hubiera sido lo lógico y previsible dado el momento, sino hacia Gerona donde ya estaba desplegado el Primer Batallón Pirenaico. Orden de salida que al final, por motivos hoy desconocidos, no tuvo efecto. 7

Hecho, que parece coincidir en el tiempo, de forma curiosa, con las gestiones que estaba realizando en aquellas mismas fechas Josep María Xammar, destacado dirigente de EC, encaminadas a conseguir la entrada en Cataluña, procedente de Cervere, de dos vagones cargados, según su testimonio, con mil fusiles, seis ametralladoras y abundante munición, y cuya documentación pertinente le había sido proporcionada en su día por el consejero Espanya, puesto que eran armas compradas con dinero de la propia Generalitat.

Operación de aprovisionamiento a favor de EC, de la cual no debería tener noticias, bajo ningún concepto, la propia Generalitat y menos aún Companys. A la cual dio cobertura con sus hombres, casualmente, Andreu Revertés, comisario de Orden Público, personaje que al ser detenido un tiempo después destapó el complot contra el presidente Companys, protagonizado por EC.

Dicho convoy ferroviario, tramitado por Xammar en Cervere, escoltado por una Sección de Guardias de Asalto adicta a Revertés, quedó estacionado en la estación de Port Bou preparado para su envío a Barcelona, en cuyo trayecto tenía prevista una parada previa en el Masnou, población de la costa muy cercana a Barcelona.

Armas, parte de las cuales, un 20% en concreto, tendrían que pasar a manos de Revertés, según el pacto establecido, pues aquel personaje tenía previsto armar con ellas, en Barcelona, a fuerzas de su confianza y que estaban bajo sus órdenes directas, pero con objetivos nunca explicados por los principales protagonistas, aunque no son difíciles de entrever.

Aquel pacto sobre el porcentaje de las armas que debería quedarse Revertés, tuvo lugar una noche en la propia comisaría de Orden Público, asistiendo a él, por una parte, Revertés, y por la otra, Casanovas, presidente del Parlamento catalán, Torres-Picart, secretario general de EC, Xammar, segundo de EC, y Joan Cornudella, que a la desaparición de los tres últimos, con motivo de destaparse el complot, se convirtió de la noche a la mañana en el hombre fuerte de EC, pactando la inmediata unificación de sus juventudes con las del PSUC.

Aprovechando aquel mismo viaje a Cervere, Xammar llevó a Port Bou cuatro cajas de bombas de mano, con la excusa pueril de que tras el mitin en el Price, donde Casanovas se había puesto al servicio de EC, o donde las Milicias Pirenaicas habían enviado un telegrama dando su total adhesión a la política de EC, la CNT-FAI estaba preparando un asalto armado y masivo a todos los locales de EC en Cataluña, o que tras el mismo la CNT-FAI había “condenado a muerte” a Casanovas, Torres Picart o al propio Xammar.8

El 19 tuvo lugar en la Generalitat una reunión entre el jefe del gobierno Tarradellas y Casanovas, acompañado el último por Serra Hunter, vicepresidente del Parlamento catalán. De los temas tratados, ninguno trascendió a la calle. Aquella misma noche, en medio de un gran sigilo, partió hacia Madrid la columna Hermanos Badia compuesta por más de 1.000 hombres. Con la participación de los nacionalistas radicales catalanes en la defensa de Madrid, todo parecía apuntar al abandono de su proyecto insurreccional, pero, en realidad qué había sucedido.

Andreu Revertés, el hombre clave

De hecho existen dos versiones muy distintas y casi antagónicas al respecto de todos aquellos hechos, aunque el elemento común pasa por la persona de Andreu Revertés, comisario de Orden Público. La primera la difundió interesadamente el comunista Manuel Benavides.9

Para Benavides, Revertés era el responsable principal de la apropiación indebida de un cargamento de oro y platino del Tesoro, procedente del Banco de España de Madrid, y en tránsito hacia Francia, con el cual pensaban los conspiradores financiar la compra de las armas necesarias, lo que habría provocado la inmediata detención de Revertés y con ella el descubrimiento del complot.

Según la misma versión, al paso de la expedición por Barcelona, los agentes que la custodiaban fueron detenidos por orden expresa de Revertés. Ante lo anormal y arbitrario de aquella medida, Manuel Muñoz, director general de Seguridad, se puso en contacto con Revertés, que para su sorpresa le propuso la libertad de aquellos hombres a cambio de un alto rescate. Indignado, Muñoz denunció la maniobra a Artemi Aiguader, consejero de Seguridad Interior, que a su vez la puso en conocimiento del gobierno catalán, lo que provocó, después de largas deliberaciones, la detención inmediata de Revertés, que al verse atrapado puso al descubierto el vasto plan conspirativo en que estaba implicado.

Sin embargo, a la vista de los exhaustivos estudios realizados por el historiador Ángel Viñas, sobre el tema del oro exportado, todo parece indicar que no hubo ningún transporte por Cataluña. Motivo que da en presuponer que aquella no pudo ser en concreto la causa principal de la detención de Revertés.

Cronológicamente, el día 21 fueron asesinados en el campo del Club de Futbol Júpiter los militares, comandante Emilio Escobar Udaondo de la Guardia Nacional Republicana y miembro de la dirección de la Escuela de Guerra y el capitán de la Aeronáutica Aurelio Martínez Jiménez, profesor en la misma escuela, incidente que nadie explicó. El día 23, Tarradellas jefe del gobierno catalán hizo pública una nota para que en el plazo de 48 horas se procediera a la entrega de todas las armas en poder de particulares.

Aquel mismo día y el siguiente, Casanovas se reunió en solitario con Companys sin que trascendiera lo hablado en aquellas reuniones. También durante el último día, después de mantener Companys una tensa reunión con los jefes de la policía, convocó a su despacho a todos los directores de los rotativos barceloneses, y mantuvo a continuación una larga conversación con Artemi Aiguader, consejero de Seguridad, el cual, al acabar, se limitó a dar a los periodistas la noticia de la separación de Andreu Revertés de su cargo y de su detención, postergando para otro momento, que nunca llegará, la explicación de las razones. Después de este hecho, Companys desapareció de escena durante más de una semana. Cuando finalmente se de una explicación se hablará de una enfermedad indefinida.

La denuncia de la CNT

A las 6 de la madrugada del día 25, llegó a Barcelona procedente de Valencia Tarradellas, que había tenido que abandonar precipitadamente las conversaciones que mantenía allí con dirigentes del gobierno republicano, al cual Aiguader puso al corriente respecto al asunto Revertés.

Según todos los indicios, su detención había obedecido a una denuncia formal contra él presentada por la CNT a Companys por abuso de cargo. Abuso que incluía la orden de asesinato de los militantes confederales Dionisio Eroles, jefe de los Servicios de Orden Público, de Joan Solans, su secretario, de Aurelio Fernández, secretario general de la Junta de Seguridad Interior, y del jefe de la sección de Pasaportes, Portela, en lo que no dejaba de ser una fase más del proyecto conspirativo, detalle que confirmó Solidaridad Obrera el día 28.10

Una explicación de cómo llegó toda aquella información a poder de la CNT, la dio el propio Xammar, pues, Revertés al parecer fiaba y mucho de los policías puestos bajo sus órdenes, al ser militantes activos de EC, designados en la época por Miguel Badia, mano derecha de Dencás en octubre de 1934, y asesinado junto con su hermano en el mes de abril de aquel mismo año por personas desconocidas.

De esta forma, según el testimonio de Xammar, Dionisio Eroles, miembro de la CNT y enemigo jurado de EC, al hacerse cargo de la dirección de los servicios de Orden Público, al conocer personalmente a muchos de aquellos policías, los había amenazado de muerte, en caso de que decidieran no cumplir con los nuevos principios de la revolución. De este modo, según Xammar, “(mientras) Revertés se creía rodeado de amigos […] sólo lo estaba de servidores atemorizados por Eroles”.11

Otra versión más domestica del asunto, pues hubo más versiones, fue que Revertés había dado órdenes, a un grupo de agentes de su confianza, de asesinar a su madrastra por una simple cuestión de herencias que debería haberle comportado importantes beneficios económicos, provocando que dichos agentes lo denunciaran, al no ver claro aquel “encargo” tan peculiar, a Dionisio Eroles, jefe de Orden Publico, que aprovechó el asunto en beneficio propio, procediendo a la inmediata detención de Revertés.

Revertés tenía viejos pleitos con su madrastra. Asunto de intereses derivados de herencia… Ordenó a sus patrulleros privados que fueran a una casa de los barrios antiguos de Barcelona y preguntaran por la Sra […] les advirtió que era una expertísima espía al servicio de Italia y de Franco. Les ordenó que fuera lo que fuera lo que la Sra. dijera, que debían llevarla a la Rabassada y liquidarla sin trámite alguno. Los patrulleros cumplimentaron las órdenes y su extrañeza no tuvo límites cuando la detenida les dijo que era la madre del Jefe Superior de Policía.” 12

Interrogado Revertés, saltó la liebre, al asegurar ser él el hombre que tenía que preparar el terreno en Barcelona, poniendo sus guardias a disposición de EC tan pronto como recibiera instrucciones en aquel sentido. Un golpe, según Revertés, encaminado a asesinar a Companys y a todos los consejeros, habiéndose hecho planes, incluso, para un atentado, o para un secuestro de Companys a cargo de un comando de EC, pero que en todos los casos, tendría que haber sido substituido por el presidente del Parlamento catalán, Joan Casanovas.13

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Joan Casanovas. Font: Els diputats de la Mancomunitat de Catalunya

Declaración de Revertés, que en principio no debió sorprender a nadie, pues era público y notorio la intención de Casanovas de acabar con la CNT-FAI, o sus fuertes discrepancias, tanto personales como políticas, con Companys, al que acusaba de estar comprometido en todos los aspectos con los anarquistas. Prueba simple de ello, es una conversación mantenida entre Casanovas y Claudi Ametlla, donde Casanovas le explicó textual al segundo con quien contaba para ello:

Principalmente con los grupos de Estat Català que mantienen hace tiempo una lucha a muerte contra los anarquistas. Y después con una parte sana de la Esquerra (Republicana) que es la gran mayoría y con el país, que no puede dejar de apoyar una empresa así…”14

Pero en versión de Xammar, la historia de la delación de Revertés fue así:

Así es como la víspera de mi viaje a Port Bou fue llamado Revertés al edificio de Gobernación. A buen recaudo en uno de los salones, Artemio Aiguader, expuso la situación y dejó encima de la mesa una pistola para que Revertés epilogara el enojoso antecedente.

Al no oír el disparo esperado, Aiguader y Aurelio Fernández volvieron con el detenido quien hizo esfuerzos vanos para obtener una entrevista con Companys. Éste de negó categóricamente. Revertés, que durante la prisión de Companys con motivo del 6 de octubre había guardado en su casa a la entonces Carmen de Durán,15 quería jugar la carta de su amistad con Companys.

Perdida esta oportunidad propuso el cambio de su vida por la denuncia de un complot de inminente realización que debía costar la vida a Companys y a todos sus consejeros. Se le prometió llevarlo al extranjero si denunciaba el complot y fuimos delatados con exageraciones tan viles que no resistieron ni el examen sereno, si bien antes de este examen estuvimos expuestos a ser asesinados. Revertés firmó una extensa denuncia. Había en ello de cierto lo de Port Bou y nuestro proyecto de defensa contra la FAI. Además nuestra alianza con Casanovas”. 16

Revertés, trasladado al castillo-prisión de Montjuic, fue asesinado a la salida de él entre los días 25 o el 26. Aunque según otras fuentes, murió el día 30, entre Manresa y Calaf, cuando era conducido a Andorra por miembros de la escolta del presidente de Companys, incumpliéndose así el supuesto pacto, según el cual, al denunciar Revertés el complot, salvaría su vida.17

Al día siguiente mismo (día 25 de noviembre), en que yo estaba en territorio del Estado español (escribe Josep María Xammar), Revertés fue llevado al extranjero. A veinte kilómetros de Barcelona terminaba su viaje no sin antes defenderse como un león. Un fotógrafo tomó diez o doce fotografías del cadáver de Revertés.”18

Extraños pactos

No dejó de ser curioso aquel pacto, como curioso fue que en los momentos de más apuro de su interrogatorio Revertés pidiera hablar personalmente con Companys.19 Producto probable de la relación que unía de antiguo a Companys con Revertés, relación que pasaba, en directo, por la segunda esposa de Companys, Carme Ballester Llasart.

De hecho, corrió el rumor en Barcelona de que Andreu Revertés había sido nombrado comisario de Orden Público porque Carme Ballester se lo había pedido a su esposo Companys. La boda había tenido lugar el 5 de octubre de 1936, y el 17 siguiente Revertés tomó posesión del cargo, en contra de la opinión tanto de los anarquistas como de gente de la ERC, pero según aquellos mismos rumores la amante de Revertés y la segunda esposa de Companys eran íntimas amigas y ambas militantes de EC.

Historia puesta al día, con escabrosos detalles, pues, al parecer la misma Carme Ballester, casada anteriormente con un tal Carles Duran, militante de EC, se hizo amante en 1933 de Miquel Badia, líder de EC y mano derecha de Dencás, para pasar poco más tarde a los brazos de Companys, enterado de aquella escabrosa relación de boca del propio Badia.

Así que cuando Badia y su hermano fueron asesinados en abril de 1936, muchos militantes de EC apuntaron con el dedo a Companys, al que acusaron de haber pasado la información pertinente a sus asesinos, supuestamente, de la CNT-FAI, aunque Federic Escofet, atribuyó de forma vaga la acción a “los falangistas”.20

Las consecuencias

Las declaraciones de Revertés, filtradas convenientemente a la calle, provocaron de inmediato un terremoto. Torres-Picard, secretario general de EC, fue detenido, mientras tanto el Consejo Ejecutivo de su partido, reunido en sesión permanente, le retiraba del cargo suspendiéndole de militancia, y declarándose el Consejo incondicionalmente al lado del gobierno legítimo, momento en que apareció Joan Cornudella, que sin dar las buenas noches, se limitó a anunciar a los presentes que el nuevo secretario general de EC era él. Entonces se supo que el cenetista Eroles, amigo antiguo de Cornudella y uno de los que tenía que ser asesinado por la gente de Revertés, había intervenido para que fuera así.21

Al mismo tiempo, la redacción y los talleres del Diari de Barcelona, órgano de EC, fueron asaltados por militantes anarquistas del Sindicato de Artes Gráficas, reteniendo por unas horas a periodistas y trabajadores.

En los primeros compases del interrogatorio de Torres Picart, secretario general de EC, todo parecía dar la razón a Revertés que estaba presente durante el mismo, creyendo así que su vida estaba finalmente salvada. Ante la gravedad del asunto, se llamó entonces a Andreu Abello, presidente interino en aquel momento del Tribunal de Casación de Cataluña, para que le tomara declaración:

Los primeros momentos de la investigación de la denuncia de Revertés le fueron favorables por la inexperiencia e insolencia del entonces secretario de Estat Català, Torres Picart. Éste era amiguete (sic) de Aiguader y de Aurelio Fernández […] Al llegar a Gobernaciones le hizo la primera pregunta: “¿Es cierto que tú y tus amigos queréis fusilarnos a todos?” Torres contesta: “Naturalmente, eso va a suceder en la primera oportunidad que tengamos porque vuestros crímenes, se dirigía a Fernández, no merecen otro castigo” “¿Y cuando va a suceder esto? Torres Picart: “En la primera oportunidad que tengamos y la creo más próxima de lo que pensáis”.22

Torres Picart, quiso entonces entrar a matizar, señalando que sus ideas nada tenían que ver con la denuncia de Revertés, levantándose seguidamente una acta que, según Xammar, se prestaba a mucha confusión. Al parecer y a la vista de ella, Andreu Abello advirtió a Torres Picart de la gravedad que suponía firmar aquella acta, pero al invocar Aurelio Fernández, de la CNT, la falta de “masculinidad” de Torres Picart, a éste le faltó tiempo para estampar su firma en aquel documento que de hecho lo incriminaba.

Seguridad, por otro lado, creó una comisión de investigación formada por Aiguader, Vidiella y Aurelio Fernández, una de las víctimas designadas, que citó a Casanovas en dos ocasiones, aconsejándole el día 27, en la segunda, vista la inmunidad parlamentaria que poseía, que saliera inmediatamente del territorio catalán, cosa que hizo Casanovas el 29 en un vuelo directo a París.23 Según la opinión de Xammar, aquella huída y su no asesinato por orden de Companys, salvó también, de rebote, la vida de Torres Picart, secretario general de EC. 24

Por otra parte, según Claudi Ametlla, aquel intento golpista de Casanovas no era el precisamente el primero sino de hecho el segundo y, una vez en exilio, Casanovas continuó conspirando, en opinión también de Ametlla:

Al final del coloquio, de confesión en confesión, no estuvo lejos de reconocerme que el proyecto, al menos en la primera parte, había fracasado. En efecto, fracasado del todo, ya antes de iniciarlo. Casanovas tuvo que dimitir del efímero cargo.25 Reemprendió meses después en ocasión aparentemente propicia, que acabó malamente, de manera trágica, para alguno que le creyó y colaboró.26 Y su autor tuvo que expatriarse con la mayor rapidez posible y en medio de un gran sigilo […] El propósito de Casanovas no salió bien en aquella ocasión, igualmente como las posteriores. Mal preparados, fuera del tiempo oportuno, privados de cooperadores aptos y de medios eficientes, cabe inscribir estos intentos más bien intencionados que posibles, en el activo de este político de buena voluntad que no pudo encontrar su coyuntura”. 27

La huida

Solidaridad Obrera, órgano de la CNT, publicó el día 27 una editorial que, entre otras muchas cosas, afirmaba: “Mientras en los frentes de lucha los proletarios dan su sangre y su vida por la Revolución, en la retaguardia, una colección de traidores y de insensatos, dotados de instintos verdaderamente criminales, se dedican a conspirar y a preparar golpes de Estado favorables a la causa fascista, contra la que venimos luchando ardorosamente”.

Poco después Torres Picart, evadido de forma rocambolesca de su celda de Gobernación, pasó a Francia y punto seguido, nada más pasar la frontera y contra la prudencia más elemental, realizó unas serie de declaraciones desprestigiando de forma infame a Companys en el diario francés La Dépêche, declaraciones que después aprovechará el régimen franquista en el juicio que se seguirá contra Companys. Josep María Xammar, el hombre fuerte del PNC, fusionado entonces con EC, tras conocer en directo, vía telefónica, que había una orden de detención contra él por parte de Aiguader, pasó igualmente a Francia junto con toda su familia por Port Bou.

Y es bien posible que no acabara aquí la relación de los implicados. Ventura y Gassol, que estaba en el país vecino desde mediados de octubre y no precisamente en comisión de servicio, continuó en Francia.28 Josep María Espanya, consejero de Gobernación hasta el 26 de septiembre, pasó también a Francia en aquellos días, ambos bajo la excusa semioficial de que habían huido a causa de la persecución de que eran objeto por parte de la CNT-FAI.29

Personaje el primero, acusado por la CNT-FAI, de haberse juntado en Francia con Casanovas y con una serie de personajes, todos ellos catalanes, “trabajando” allí por la “independencia de Cataluña”, entre ellos, Artemio Aiguader, separado de su cargo a raíz de los llamados Hechos de Mayo del año siguiente, al haber sido precisamente él uno de los principales instigadores.30

Daniel Cardona, líder de Nosaltres Sols¡ (integrado en EC), que había estado detenido en Caspe por milicianos libertarios dependientes del Consejo de Aragón, y al cual se le habían intervenido documentación relacionada, según parece, con una modificación substancial del frente, encaminada a dejar en territorio enemigo, tanto a las fuerzas del mismo Consejo como a las columnas confederales que operaban frente a Zaragoza, en lo que no dejaba de ser el plan primitivo de aislar Cataluña del resto de España, escapó atravesando la frontera, al igual que hizo por su lado Blasi31, uno de sus principales lugartenientes, por no decir, el primero.

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Daniel Cardona. Font: Associació Vibrant

De la misma historia, como es natural, existe otra versión, según la cual, el 25 de septiembre de 1936, una patrulla de milicianos detuvo en Maella, más en concreto en el Matarranya, y trasladó a Caspe junto con su chofer al dirigente de Nosaltres Sols¡ y principal ideólogo de “catalanizar” la revolución Manuel Blasi, cuando aquel se disponía a ayudar a atravesar la frontera al cura de aquel pueblo, otro clérigo y el hermano de este último, que estaban ocultos en una masía.

Operación que aunque indudable humanitaria, no dejaba de ser, dado el momento, muy discutible a la vista del papel que había adoptado la iglesia española en general, frente a la guerra o frente a la República. Por otra parte eran bien conocidos en Cataluña los contactos mantenidos por Blasi con la red alemana de Alfred Rosemberg, o el encuentro programado en Bruselas entre una delegación de EC y representantes del Partido Nacional Socialista de Hitler.32

Al parecer, y según se pudo deducir del informe del proceso iniciado contra Blasi por parte del Consejo de Aragón, el secretario general de EC, Joan Torres-Picart, en medio de los rumores de contactos de Nosaltres Sols! con las fuerzas fascistas y reticente a la política que por su cuenta desenvolvía aquel grupo, Torres-Picart se comprometió a llevar personalmente a Daniel Cardona delante del comité de investigación de Caspe, pidiendo a la vez a los militantes de su partido que estaban al corriente del incidente que no divulgaran la noticia, o consiguiendo arrancar del dirigente anarquista del Consejo de Aragón, Joaquín Ascaso, la promesa que, después de recibir el pertinente informe, sería la misma EC la encargada de administrar justicia, es de suponer, la sumaria.

Finalmente, el incidente al parecer concluyó, según esta segunda versión, en los finales de diciembre con la libertad incondicional de Manuel Blasi, que huyó a Francia. Pero que a la postre obligaría a Daniel Cardona, su jefe orgánico huido ya con anterioridad, y por el cual habían intercedido numerosas personalidades, a tener que dirigir un escrito al nuevo Comité Central de EC en el cual Cardona afirmaba su “solemnemente” fidelidad a EC.

Escrito que de nada le sirvió al ser expulsado del partido, o cuando un mes tarde, el diario portavoz de EC, publicó una nota oficial con el título “Delante de una infamia”, en la cual, en un lenguaje contundente, atacaba sin nombrarlo de forma explícita a Daniel Cardona, acusándolo, entre otras lindezas, de “cobarde y traidor” o de “emular” con sus veleidades al fascista Adolfo Hitler.

Comprendemos perfectamente que cuando lo hemos expulsado del partido, por indisciplina, por inadaptación o por discrepancias con las orientaciones y tácticas que este había trazado, se sienta una amargura que degenere en despecho.

El despecho es una de las características de la debilidad humana que, como humanos, hemos de excusar. Y que excusamos mientras no se ultrapasen los límites de la corrección y de la ética.

Hemos hablado de unos límites.

Pero parece que hay algún pequeño personaje mezquino, de un gris acentuado, tanto político como varonil, que, traspasando los límites que establece la ética, perdido el control de la decencia, desatadas las bajas pasiones que le animan, intenta jugadas criminales, dignas de un loco o de un amoral”. 33

El expediente que, para investigar todos aquellos hechos del complot, obraba en la audiencia territorial de Barcelona, presidida por Andreu Abelló, presidente interino del Tribunal de Casación, incluido en él las declaraciones firmadas, tanto por Andreu Revertés como por el propio Torres-Picart, o las conversaciones mantenidas con Casanovas, fue cerrado sin que hicieran públicas las conclusiones inherentes al caso. Conclusiones ya innecesarias, más aún cuando tanto la Generalitat como la propia CNT habían perdido todo su poder al concluir de los Hechos de Mayo de 1937.

Causas o motivos de aquel turbio asunto que al regreso de Casanovas a Cataluña en agosto del año siguiente, tras su exilio francés, y ya concluidos los Hechos de Mayo barceloneses, que tampoco explicó, ni antes ni después. Y menos aún a la hora de las responder a las preguntas que le hizo en directo y en el propio parlamento catalán Joan Comorera, secretario general del PSUC.34

Cuestión distinta es los informes que tenían sobre él tanto la CNT como los propios servicios de información franquistas, sobre las actividades conspiratorias de Casanovas en Francia, o sobre el dinero que se tenía depositado en diversos bancos franceses con intención de financias aquella aventura, documentación última que hoy todavía se conserva.

El final

Casualidad o no, al igual que ya había sucedido a mediados de noviembre con el caso de la columna de EC, Hermanos Badia, que en los primeros días de diciembre de 1936 marchó inopinadamente a Madrid, la 5ª Centuria del Regimiento Pirenaico, acuartelada y ociosa hasta entonces en Barcelona, después de aquellos mismos hechos del complot de noviembre, pasó en medio del silencio más absoluto al frente del Alto Aragón, quedando allí bajo el mando del comandante Mariano Bueno, motivo por el cual la unidad de Benet pasó a tener en aquel sector cuando menos cuatro compañías, o lo que es lo mismo un batallón denominado en jerga militar, Primer Batallón Alpino. Poco después el resto del Regimiento nº 1 de Catalunya le seguirá, en su caso el Segundo Batallón Alpino 35, disolviéndose totalmente aquella unidad en Aragón dentro de lo que será la 43ª División del Ejército popular, diluyéndose que aquella forma la parte armada de la conspiración nacionalista36.

Notas

1 Josep Dencás, El 6 d’octubre des del Palau de Governació, Barcelona, 1935.
2 A modo de ejemplo, los oficiales del 2º Batallón, capitanes respectivamente de la 1ª, 2ª, 3ª y 4ª compañía S. Galobardes, F. Millet, L. Pons y R. Rodes son socios activos del Club Català, mientras que en la Compañía de Esquís, compuesta por tres secciones al mando de un capitán, Balaguer, y de tres tenientes, son socios dos de ellos, concretamente A. Xandri y N. Gauset.
3 Daniel Díaz Esculies, Objectiu: Matar Companys (El report de Josep Maria Xammar). l’Avenc, núm. 225, mayo 1998, pp. 6-12.
4 Cita textual de Xammar, artículo anterior, p. 9.
5 “La Columna Pirenaica”, La Vanguardia, 22-10-1936.
6 M. Cruells, La societat catalana durant la guerra civil, Barcelona, 1978, pp. 130-132.
7 Testimonio de Josep María Benet, primavera de 1977.
8 D. Díaz Esculies, Objectiu: Matar Companys…, p. 9-10
9 M. Benavides, Guerra y revolución en Cataluña, Méjico, 1978, pp. 213-214.
10 Solidaridad Obrera, 28 de noviembre de 1936, p. 1, El Día Gráfico, 29 de noviembre de 1936, p. 5. La versión citada de Manuel Benavides (obra citada, pp. 213-214), fue seguida más tarde por Carlos Rojas (La Guerra en Catalunya, Barcelona, 1979, pp. 120-121), sin citar tampoco la fuente. Historia común que al parecer proviene del rumor propagado por algunos elementos de EC en la época, según el cual Revertés se dedicaba al contrabando de oro. D. Díaz i Esculies, “Objectiu: Matar Companys…”, p.12, nota 17.
11 D. Díaz i Esculies, “Objectiu: Matar Companys…”, p.11.
12 D. Díaz i Esculies, “Objectiu: Matar Companys…”, p.11.
13 D. Díaz i Esculies, “Objectiu: Matar Companys…”, p.12.
14 Claudi Ametlla, Memòries polítiques, Barcelona, 1983, pp. 135-137.
15 Se trata de Carme Ballester Llasart, segunda esposa de Companys.
16 D. Díaz i Esculies, “Objectiu: Matar Companys…”, pp. 11-12.
17 Ver la interesante descripción que se da sobre el mismo asunto en el artículo de José María Huertas Clavería y Antonio Ribas, “El complot que quería catalanizar en 1936 la revolución popular”, El Periódico, 25 de noviembre de 1984, pp. 17-18; ver también Daniel Díaz i Esculies, “Objectiu: Matar Companys (El Report de Josep María Xammar)”. Avenç, núm. 225, mayo 1988, p. 7.
18 D. Díaz i Esculies, “Objectiu: Matar Companys…”, p.12.
19 D. Díaz i Esculies, “Objectiu: Matar Companys…”, p.11.
20 J. M. Huertas Clavería y A. Ribas, “El complot…”, p. 18; Guerra civil a Catalunya, (1936-1939). Barcelona, 2005, Vol. III, E. Ucelay da Cal, “El complot nacionalista contra Companys”, pp. 210-215.
21 J. M. Huertas Clavería y A. Ribas, “El complot… ”, 17-18; R. Ferrerons y A. Gascón, “Les Milícies Pirinenques, nacionalisme armat”, L’Avenç, marzo 1986, pp. 20-29; V. Saura, “El complot contra Companys”, Avui, 23-6-1995, p. 3.
22 D. Díaz i Esculies, “Objectiu: Matar Companys…”, p.12.
23 Joan Casanovas, Une pensée et une attitude. 1936-1939, París, sin fecha, p.36.
24 D. Díaz i Esculies, “Objectiu: Matar Companys…”, p.12.
25 Salida de Casanovas del segundo gobierno en septiembre de 1936.
26 Está hablando del asesinato de Andreu Revertés
27 C. Ametlla, obra citada., p. 137.
28 El Diari Oficial publica el 27 de octubre un decreto disponiendo que el consejero primero se encargará de la tramitación de los asuntos del Departamento de Cultura mientras dure la ausencia de Ventura Gassol.
29 Ventura Gassol y Josep María Espanya, en compañía de Artemi Aiguader, separado del gobierno a raíz de los Hechos de Mayo y que había pasado también una temporada fuera del país, volvieron juntos a Barcelona el 18 de agosto de 1937 visitando a Companys.
30 José Peitras, La CNT en la revolución española, París, 1971, Vol. II, pp. 162-165.
31 Arnau González Vilalta: “Ahora con la Italia Fascista. ¿Todavía el plan Blasi en 1938?, en Contra Companys, 1936, pp. 367-374
32 Fermí Rubiralta, Una història de l’independentisme polític català. Barcelona, 2004. p. 96.
33 Diari de Barcelona, 19 de enero de 1937; M. Cruells, La societat catalana…, pp. 208-212.
34 Jaume Ros i Serra, La memoria és una decepció, 1920-1939. Barcelona, 1995; F. Rubiralta, Op. cit., pp. 97-101.
35 Lo curioso es que en un estadillo de la 130 Brigada Mixta del 2 de junio de 1937, unidad a la que fueron asignados aquellos hombres, recoge que el Primer Bon. Alpino, constaba de 252, y el Segundo de 552, y si a los mismos sumamos la Compañía de esquís 166, el total de hombres de toda la unidad sería de 970 hombres, por lo mismo muy lejos de los 2000 que siempre se citan. Lo que demuestra que muchos hombres de los primeros tiempos, por un motivo u otro, habían desaparecido. Archivo Familia Benet.
36 A. Gascón, “El complot de Estat Catalá contra Companys”, pp. 91-110, en; Ucelay y González (eds.) Contra Companys. 1936. La frustración nacionalista ante la revolución. Publicaciones Universidad de Valencia, Valencia 2012

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