En este artículo se realiza una aproximación al auge y desarrollo del movimiento esperantista zamorano. Hasta el inicio de la guerra civil española, la lengua internacional del esperanto tuvo su época de crecimiento y consolidación con varios estudiantes y colectivos que vieron en esta lengua planificada, la meta de sus aspiraciones lingüísticas, sociales y culturales. En el presente artículo analizaremos sus actividades, asociaciones e inquietudes en Zamora[1].
PALABRAS CLAVE: Esperanto, idiomas, educación, filología, historia social.

1. Una lengua universal
El oftalmólogo Ludwik Lejzer Zamenhof creó el esperanto con la publicación del primer libro, en 1887, que incluía las bases de ese idioma planificado y neutral. Zamenhof firmó aquel manual con el seudónimo “Doktoro Esperanto”, y así pasó a conocerse esta lengua auxiliar internacional. La sencillez de su gramática y léxico, así como la facilidad para su aprendizaje, hizo que el nuevo idioma pronto se popularizara.
Zamenhof procedía de una familia de ascendencia judía asquenazí (Eliezer era su nombre hebreo), pero creció en un ambiente con gran variedad lingüística, debido a las diferentes comunidades que convivían en su ciudad natal, Białystok (situada en la actual Polonia). Dominaba varios idiomas y construyó así una lengua artificial que aspiraba a convertirse en un instrumento de comunicación entre los diversos pueblos de la Tierra. Zamenhof partía del cosmopolitismo, la solidaridad y la praxis antibelicista, y hasta vinculó al idioma con una teoría ética pacifista propia, el homaranismo.
La original propuesta lingüística de Zamenhof respondía así a «la idea de una lengua internacional que ha venido ocupando el espíritu del hombre desde los tiempos más antiguos»[2]. Varias lenguas construidas habían intentado triunfar desde mediados del siglo XIX: volapük, solresol, ro, novial, ido, occidental, etc., pero sería el esperanto la más exitosa debido a su simplicidad y eficacia.
Numerosas sociedades se formaron en todo el mundo dedicadas a su divulgación y estudio. En España, los primeros esperantistas, datan de 1890. Y ese mismo año: se comenzó a publicar la primera gran revista del movimiento, La Esperantisto, en Núremberg; y en la península ibérica, un maestro de escuela andaluz, José Rodríguez Huertas, publicó el primer compendio de esperanto en castellano, «y dos años más tarde convirtió al club volapükista malagueño en la primera asociación esperantista española»[3].
La prensa regional recogió noticias sobre la creación de diferentes secciones esperantistas en varios lugares del territorio nacional (Burgos, Santander, Galicia, Vitigudino, Medina del Campo, Barcelona o entre oficiales del ejército), augurando la prosperidad de este movimiento social, ya desde comienzos del siglo XX[4]. Y anunció también la estancia en Zamora de Ursicino Gutiérrez Yaque, notable esperantista y oficial de la Guardia Civil[5]. En el cercano Vitigudino (Salamanca) funcionaba una agrupación esperantista, desde el invierno de 1907, fundada por un joven juez con destino en la localidad salmantina, José Seijas[6].
El esperanto tenía un gran futuro. Interés que se despertó también en la ciudad de Zamora, una pequeña capital de provincia fronteriza con Portugal y dependiente del sector primario, que tenía en 1900 un total de 16.417 habitantes y, tres décadas más tarde, no hubo un aumento significativo, puesto que alcanzó los 20.507 de población de derecho, según el censo de 1930. En ese contexto sociodemográfico llegó la atracción por el esperantismo a Zamora.
En las primeras décadas del siglo XX creció la cantidad de estudiantes de esperanto en toda Europa. Y en el periodo de entreguerras, se fundó hasta una agrupación internacionalista de trabajadores esperantistas, la Sennaciera Socio Tutmonda (SAT).
El ascenso de los regímenes totalitarios coartó el desarrollo del movimiento esperantista. Asimismo, el inicio de la Segunda Guerra Mundial acabó con la pujanza de sus organizaciones y ya nunca se recuperarían. En el Portugal de la dictadura salazarista, el esperantismo estaba ilegalizado desde 1936[7]. Previamente, hasta el semanario anarcosindicalista madrileño ¡Campo Libre!, había publicado una fotografía en portada con los esperantistas de un grupo lisboeta, el 1 de febrero de 1936.
Sin embargo, pese a que el movimiento esperantista es algo hoy minoritario, merece la pena estudiar las inquietudes, anhelos y trayectorias de unas personas que desearon transformar el mundo con un idioma. Unos hombres y mujeres que se dedicaron, con ahínco e ilusión, a la promoción del esperanto también en Zamora.

2. Los inicios del esperanto en la ciudad de Zamora: Eugenio Calvo y el Grupo de Esperanto con su “sección feminista”
Las primeras referencias sobre los esperantistas activos en Zamora son del verano de 1908. Y ese interés inicial por el idioma auxiliar, estuvo vinculado a un sector ilustrado y con inquietudes culturales de las clases sociales acomodadas de la ciudad, a principios del siglo XX.
El esperantismo llegó a la ciudad traído por Eugenio Calvo Blasco, un veterano mando militar destinado a Zamora. Calvo participó en la Primera Guerra del Rif (donde cayó herido) y fue un destacadísimo masón, en Melilla, que alcanzó el grado de maestro de la logia. Previo a su llegada a Zamora, había promovido con éxito el grupo esperantista de Tarancón (Cuenca). Y en mayo de 1908, fue nombrado teniente coronel de la zona de Zamora. Militar culto y excelentemente relacionado, en su tarea por la difusión del esperanto en la ciudad fue ayudado por sus familiares y por otro importante jefe del ejército, el coronel de zona y gobernador militar interino, Pedro Calderón de la Barca y Ruiz.
El oficial Calvo pronto comenzó a difundir las virtudes del esperanto entre sus contactos. Un periódico zamorano lo entrevistó para conocer su ideario:
«El señor Calvo, nos ha enseñado infinidad de tarjetas postales y cartas de sus amigos y corresponsales esperantistas, así como gran número de periódicos que se publican en todas las naciones, incluso Turquía, Japón, China, etc.»[8].
Esa misma noticia, en Heraldo de Zamora, informaba del inminente inicio de un curso de esperanto en la ciudad:
«Dicho señor, conociendo la utilidad y ventajas del idioma universal, se propone abrir un curso práctico, completamente gratuito, para todas aquellas personas que gusten de tal enseñanza filológica, que comenzará el primer domingo de septiembre».
Además, Eugenio Calvo consiguió que el ayuntamiento de Zamora le cediese un local, antes ocupado por la Escuela de Comercio, para la enseñanza del idioma[9]. E hizo las oportunas gestiones para dos solicitudes: una subvención municipal para enseñar esperanto [10]; y otra, «pedida por el grupo esperantista para arriendo de un local más grande que el que ocupa»[11]. Ayudas que fueron finalmente denegadas.
Parece que el esperantismo tuvo muchos interesados en sus inicios en Zamora, Calvo informó al concejo:
«Que no puede aceptar el local concedido por el Ayuntamiento, para la enseñanza del idioma internacional, por ser insuficiente para contener el número de alumnos»[12].
Los esperantistas comenzaban a asociarse en Zamora en los últimos meses de 1908. Por esas fechas, en la prensa zamorana, aparecieron dos artículos de otros pioneros esperantistas zamoranos. Uno, enviado por Higinio Pérez, mostraba la confianza y las grandes expectativas del zamorano ante las posibilidades del idioma universal:
«Él [Zamenhof] ha sido capaz de compendiar en tan cortas y sencillas reglas como el esperanto tiene, las dificultades que suponen la variedad y número de idiomas que se hablan en el mundo. ¿Cuándo los hombres pudimos pensar que la palabra madre, que la palabra hijo, que la palabra amor tuvieran igual forma y sonido en cualquiera de las cinco partes del mundo? ¿Y si todos tenemos madre, si todos sentimos amor, y todos lo pronunciamos del mismo modo, ya no hay diferencia entre nosotros, pues que somos iguales hasta en el hablar»[13].
Y en el otro, la articulista resumía las actividades para constituir el grupo en la ciudad, que, además, poseía en sus filas a un colectivo de mujeres autodenominado “sección feminista”. En el citado artículo se reconocía a Eugenio Calvo como el primer profesor del grupo y que la corporación municipal había concedido un local para las reuniones:
«No podemos, sin embargo, quejarnos en Zamora; pues aún no hace dos meses que nuestro amable profesor, señor Calvo, comenzó la propaganda, y ya están inscritos para formar parte del grupo más de 40, entre caballeros, señoras y señoritas»[14].
Efectivamente, esa vitalidad del grupo primigenio esperantista era manifiesta. En enero de 1909, la revista La Suno Hispana (órgano oficial de la Sociedad Española para la propagación del Esperanto) dedicó una hoja completa para difundir la organización del denominado Grupo de Esperanto de Zamora.
Ese informe bilingüe (en español y en esperanto), en La Suno Hispana, incidía en que el grupo de esperanto en la ciudad fue organizado por don Eugenio Calvo y constaba de dos secciones: «la sección de hombres con 31 socios y la de señoras con 35»[15]. Las mujeres superaban a los varones en el asociacionismo esperantista de la ciudad.
Y es que el informe completo de la publicación esperantista no tiene desperdicio. Sirve para conocer la realidad y anhelos de aquellos esperantistas de comienzos de siglo, especialmente en lo relativo a la amplia participación femenina en el grupo:
«Sobre el Grupo de Zamora, recién fundado, queremos decir algunas palabras. Es el primero en España, que desde su fundación aparece potentísimo y ayudado de veras por ‘esperantistinoj’[mujeres esperantistas].El elemento femenino de Zamora se muestra dispuesto a defender y sostener nuestro estandarte en aquella ciudad y su provincia; con ello, da prueba evidente de su amor a la humanidad, al progreso y a la ciencia, y esperamos dar cuenta con frecuencia sobre el adelanto de nuestra causa en Zamora. Dígnense aceptar nuestras correligionarias la expresión de nuestro cordial agradecimiento, agradecimiento tan merecido como sincero, y sean estas líneas pública alabanza de su fervor, que presentamos como ejemplo de imitación».
Heraldo de Zamora hasta incluía un listado con las jóvenes que entonaron el himno esperantista La Espero, en una de las veladas del grupo, en el Café Español, acompañadas por Angelita Martínez al piano: «Mercedes Vaquero, Tránsito Crespo, Luisa González, Paula Petit, Angelina Calvo y Luisa Ferreras»[16].
Por último, en contraste, se puede comprobar como el género femenino estuvo excluido de los cargos directivos del grupo esperantista zamorano. Ninguna mujer formaba parte del equipo directivo de los esperantistas zamoranos.
La Junta Directiva elegida, en el umbral de 1909, la integraron los siguientes afiliados.
| Presidente: | Pedro Calderón de la Barca y Ruiz. |
| Vicepresidente: | Andrés Treviño. |
| Secretario: | Higinio Pérez. |
| Cajero: | Felipe Figuera. |
| Bibliotecario: | Felipe Rueda. |
| Vocales: | Mauricio González, Diego Requena, Abdón García, Luis Belestá y Gervasio León. |
| Cónsul: | Eugenio Calvo Blasco. |

La Suno Hispana recogió también retratos fotográficos y direcciones de diferentes esperantistas, para facilitar la comunicación entre los hablantes de la lengua. Y en sus páginas aparecieron, Angelita y Carolina, dos jóvenes hermanas Calvo de la Torre (con sus nombres en esperanto: Anĝelino y Karolino), que vivían junto a su familia en la calle de San Torcuato, 30[17]. Es preciso señalar que otra hermana, Aida, fue de igual modo una destacada esperantista.
El centro esperantista de Zamora tuvo una intensa vida social. El presidente de la sociedad informó que el domicilio social se establecía en la plaza Mayor, número 2, y remitía a los alumnos, que desearan estudiar la lengua auxiliar, a formalizar su matrícula gratuita en dicha academia. La coeducación no existía, por lo tanto, el horario establecido fue diferente para hombres y para mujeres:
«Los lunes, miércoles y viernes de seis a siete de la tarde para las señoras y las señoritas; y los martes, jueves y sábados a la misma hora para los caballeros»[18].
Desde su constitución, el grupo organizó frecuentes actos culturales y de difusión de la lengua, durante los primeros meses de 1909. El jueves 18 de febrero, el presidente del grupo esperantista de Ourense, Higinio Ameijeiras (inspector general de la empresa La Ganadera Española), dio una charla sobre sus impresiones en los congresos internacionales de esperanto y el porvenir del idioma[19].
La estancia de Ameijeiras en Zamora fue fructífera, pues impartió también una conferencia para el jesuita Círculo de San Luis, donde animó a los jóvenes de los Luises a iniciarse en el esperanto:
«Acompañaban al señor Ameijeiras: el R.P. Gómez, el Teniente Coronel de la Zona, entusiasta esperantista y los señores don Higinio Pérez y don Godofredo Rivera. Después de la conferencia se recogieron los nombres de los congregantes que quisieran aprender dicha lengua de la cual se darán lecciones gratuitas los domingos en dicho centro»[20].
Por otro lugar, el grupo esperantista organizó conciertos y bailes en la capital, varios en los salones altos del Café Español (establecimiento situado en el solar de la actual Casa de las Panaderas, en la plaza Mayor). En algunos contó con un coro de jóvenes, de ambos sexos, y la participación del pianista Berdión o las músicas Ángela Martínez, Anita Nafría y Concha Tola[21].
Hay que señalar que 1909 fue un año decisivo para los esperantistas españoles, ya que, en septiembre, se celebró el V Congreso Universal de Esperanto en Barcelona (evento también publicitado en la prensa zamorana) y contó con la asistencia de Zamenhof. Un congreso marcado por la represión acontecida durante el verano, debido a los sucesos de la Semana Trágica y la injusta detención del pedagogo libertario Ferrer Guardia, que conmocionó a la opinión pública europea.
No obstante, el final del primer grupo esperantista en Zamora iba a llegar en las últimas semanas de ese mismo año. Tres miembros de la junta directiva presentaron su dimisión en junio: Andrés Treviño (vicepresidente), Joaquín Ruiz Girones y Fernando Gago (vocales)[22]. Y tras el verano de 1909, no se conocen más actividades de la agrupación.
Llegados a ese punto, anunciaron la disolución del grupo: «que se hallaba instalado en uno de los salones del Café Español»[23]. La noticia indicaba que Eugenio Calvo se ofrecía para continuar enseñando el idioma, gratuitamente a todos los interesados, en su domicilio familiar, en calle San Torcuato, n.º 30, 2.º.
Y poco más duraron las lecciones del teniente coronel Calvo en Zamora, en diciembre de 1910, el ejército le concedió el retiro. Por su parte, el antiguo presidente del grupo esperantista, Pedro Calderón de la Barca, también dejaría la jefatura militar de la provincia en septiembre de ese año.
Pasado un tiempo, en abril de 1911, Agustín Santamaría Montero remitió gustoso una carta personal aEl Correo de Zamora, firmada por su amigo Calderón de la Barca, en la cual le felicitaba por sus magníficas traducciones al esperanto, así como por su relación con la Asociación Universal de Esperanto (en esperanto UEA, siglas de Universala Esperanto-Asocio), y le encomiaba a seguir con la tarea proselitista en Zamora:
«Lástima es que el entusiasmo que despertó en Zamora cuando se constituyó la Sociedad esperantista hubiese decaído tan rápidamente, después de haber recibido su constitución grandes elogios por la Prensa de las demás naciones, cuya contrariedad fue la causa de haber desaparecido la mencionada Sociedad, de la que solo quedan sus recuerdos y la sustitución por usted [Agustín Santamaría]del entusiasta profesor don Eugenio Calvo Blasco, que en la actualidad se encuentra a mucha distancia de nosotros»[24].
Agustín Santamaría sería el nuevo referente esperantista en Zamora, aunque ya sin un colectivo organizado en la ciudad. Él mantuvo correspondencia con la UEA -con sede en Ginebra (Suiza)-, tratando temas organizativos y concursos de la asociación internacional, y varias de esas epístolas serían publicadas en El Correo de Zamora, tras ser enviadas a su director, entre 1911 y 1913.
Por otro lado, el 30 de julio de 1914, Heraldo de Zamora, deseó un feliz viaje al cónsul de la ciudad para la propaganda del esperanto, el citado señor Santamaría, que salió para París para asistir al Décimo Congreso Universal del Esperanto, finalmente cancelado a consecuencia de la Primera Guerra Mundial.
Unos años más tarde, el insigne esperantista y militar Julio Mangada, reflejó la existencia de un lector de la revista Hispana Esperantisto -órgano oficial de Zamenhofa Federacio (la Federación Zamenhofiana)- en Zamora, desde sus primeros números, en 1917[25]. Y efectivamente, allí figuraba, en el tercer lugar del listado de miembros y abonados a la revista ilustrada, el zamorano Agustín Santamaría (presentado como secretario del Asilo)[26].
En esa misma línea, en el número 32 de la publicación, Mangada tradujo al esperanto y comentó un romance de José Sánchez Rojas dedicado a Zamora, donde describía heterogéneos elementos literarios y paisajísticos del municipio: el río Duero, Valorio, la Catedral, la iglesia de Santa Lucía, el Castillo, el Romancero o el cerco de Zamora[27].
La actividad en pro del esperantismo de Mangada no mermó con el paso del tiempo. Por ejemplo, en esperanto escribió, para la revista Hispana Esperanto, la leyenda popular zamorana Ribelo de la Truto (El Motín de la Trucha) [28].
Para terminar este apartado, en Heraldo de Zamora, un colaborador publicó tres artículos de opinión, entre 1917 a 1920, el esperantista zamorano y escritor invidente, Luciano Caño (profesor de la primera escuela de ciegos de A Coruña), donde aportó su parecer sobre el futuro del idioma y la obra de Zamenhof.
Y hasta los últimos años de la década de 1920, solamente la prensa zamorana se ocupará del esperanto: al referenciar las actividades en pro de la lengua en otros lugares, pues en Zamora no hay ningún acto conocido de los esperantistas; o en su sección del sumario de radio, es publicitado en los periódicos provinciales, al incorporarse lecciones de esperanto en las principales emisoras de España.

3. El esperanto en Zamora en los años previos a la guerra civil: Amado Hernández
Hasta finales de los años 20, no he vuelto a localizar ninguna actividad pública de los esperantistas en el municipio de Zamora. Y ese retomado interés, por publicitar las posibilidades de la lengua internacional, no puede comprenderse sin conocer a la figura de Amado Hernández Pascual[29].
Amado nació en 1906, en el pueblo de Argujillo (Zamora). Era hijo de unos prósperos agricultores y, durante parte de los años 20, estudió arte en Madrid, en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. En la capital tomó contacto con las vanguardias artísticas y las ideas marxistas, para regresar después a Zamora donde estudió Magisterio en la Escuela Normal de Maestros.
Amado Hernández fue un activo difusor del esperanto en Zamora. La portada de Heraldo de Zamora, el 15 de noviembre del 28, ya avisó de una conferencia pública de Amado, acerca de la lengua auxiliar, para la mañana del siguiente domingo en la Escuela de Magisterio (solar utilizado en la actualidad por la biblioteca pública).
Y las esperanzas de Amado con el esperanto en Zamora eran grandes, a finales de 1928. En noviembre y en diciembre, publicó un anuncio bilingüe (castellano y esperanto), en Heraldo de Zamora, donde se ofrecía como profesor de la lengua. “¿Por qué no estudia V. el ESPERANTO?”, se podía leer en el periódico. El joven artista fijó su residencia en la ciudad, en el número 5 de la Ronda de San Pablo (arteria después denominada avenida de Blasco Ibáñez, y ya en el franquismo fue bautizada como avenida de Portugal), y a esa dirección remitía a todos los interesados en aprender esperanto. Hay que indicar que esta localización se correspondía, además, con las cocheras de la empresa de autobús que mantenía la línea hasta su pueblo (Argujillo), un conocido lugar de encuentro en la época.
Asimismo, entre diciembre de 1928 y enero de 1929, realizó una exposición de pintura en el Círculo de Zamora donde publicitaba el idioma[30]. Los esperantistas editaron una invitación para el evento, impresa en castellano y en esperanto, que incluía también un catálogo bilingüe para la venta de los cuadros del autor.
A mayores, los esperantistas zamoranos publicaron una hoja informativa de la literatura en esperanto, con un poema del célebre escritor esperantista Julio Baghy, que indicaba a la “Librería Religiosa” de Jacinto González como el establecimiento donde conseguir libros de esperanto en la capital provincial. La dirección de Amado estaba incluida en el pasquín, para todo aquel que necesitase ayuda en el estudio del esperanto.
Y la Academia de Artes, situada en la plaza de Sagasta, n.º 35, piso 3.º (actualmente la numeración se corresponde con Sagasta 3 A, es la casa modernista construida por el arquitecto Francesc Ferriol para Norberto Macho), fue otro espacio más donde estudiar esperanto en Zamora. En abril de 1929, El Correo de Zamora, publicó varios anuncios (publicados también en castellano y en esperanto) donde indicaba que allí se daban clases del idioma, entre otras materias y artes.


Igualmente, la relación de Amado Hernández con la prensa y el movimiento esperantista español fue fluida. Se inscribió al VII Congreso Español de Esperanto de Sevilla[31]. Asimismo, obtuvo un diploma de habilidad lingüística expedido por el Instituto Español de Esperanto[32].
El impulso para promocionar el esperanto en la ciudad creció después de la constitución de varias asociaciones de jóvenes estudiantes y revolucionarios, desde la proclamación de la II República, entre las que destaca la Asociación Profesional de Estudiantes Zamoranos (APEZ), que fue inscrita en el registro de asociaciones el 5 de mayo de 1931[33]. Tras su fundación la APEZ se adhirió a la Federación Universitaria Escolar (FUE)[34].
La APEZ sería la agrupación encargada de dinamizar la Universidad Popular para Obreros de Zamora, y en ella participaron activamente los futuros maestros afines al comunismo que fundaron el Radio Comunista de Zamora en 1932[35]. Amado Hernández sería el primer presidente de este radio del Partido Comunista en la ciudad y otros esperantistas se involucraron de igual modo en él. Varios de estos jóvenes estarían detrás de la formación del sindicato FETE, unido a la Casa del Pueblo de Zamora.
La Universidad Popular se constituyó en el invierno de 1933, Engracia del Río de la Vega sería su vicepresidenta y coordinadora[36]. Las universidades populares nunca pretendieron ser el sustituto de las universidades clásicas, sino más bien su complemento revolucionario[37]. Su cuerpo teórico partía de las teorías pedagógicas de Ferrer Guardia, Freinet, Krause o la Institución Libre de Enseñanza. En el caso de Zamora, se concebía como un lugar para la culturización de la clase trabajadora, pero pronto se sumaron notables intelectuales progresistas pertenecientes a las clases medias[38]. Y el esperanto fue uno de los intereses de esta escuela popular autogestionaria.
Veta, la revista de la APEZ, tuvo una sección llamada “Veta esperantista” y allí escribió Amado Hernández. En uno de sus artículos, que firmó en septiembre del 31, titulado “Los Porqués”, expuso las razones que le llevaron al estudio del esperanto. Se percibe cierta influencia del homaranismo en sus ideas:
«Cuando a mí me preguntan que, por qué estudio contesto que por egoísmo; cuando, por qué soy esperantista, respondo con la misma justificación (…). Por ‘razones de ideología’ me estoy ‘empapando’ (valga la palabra) y ocupando de estas cuestiones que en un tiempo me parecían laberínticas, jeroglíficos indescifrables. Y DIGO RAZONES IDEOLÓGICAS porque no otra cosa más que una idea me introdujo al estudio del Esperanto».
La difusión del esperantismo fue constante durante los años republicanos. Gestionado por la APEZ (Sección Magisterio), el viernes 28 de octubre de 1932, Amado impartió una conferencia divulgativa que versó sobre la lengua internacional, en las aulas de la Escuela Normal. En la crónica periodística posterior puede leerse:
«Es un síntoma el que el esperanto vuelva a ocupar la atención del mundo. Lo decimos porque en los años precedentes a la Gran Guerra tuvo también este idioma ‘sinnacionalista’, como lo llama el señor Hernández, una preponderancia inusitada en el mundo (…). Esto bien lo sabe don Amado Hernández. Sin embargo, no podemos por menos de admirar su tozudez esperantista por lo desinteresada y abnegada que se ofrece a los ojos de todos»[39].
Por tanto, los esfuerzos que realizó Amado Hernández, para promover la lengua esperantista en Zamora, se verían recompensados con la estrecha colaboración de otros compañeros y asociaciones de izquierdas, quienes trabajaron conjuntamente en esta original empresa. Fueron otros estudiantes de esperanto en la ciudad: un joven dirigente comunista, Antonio Pertejo[40]; la estudiante de la Normal, Engracia del Río; y, alguna relación pudo tener con el idioma, el militante marxista hispanocubano, Esperanto Luis Martín[41]. Igualmente, es muy probable que los dinámicos sindicatos y grupos anarquistas activos en la provincia, en los años 30, tuvieran también interés en promocionar al esperanto, debido a su afinidad ideológica y la importancia que daban a su estudio[42].
La enseñanza del esperanto en Zamora prosperaba. Organizado por la sección de Magisterio de la APEZ, y con Amado Hernández como profesor, en la Escuela Normal comenzaron unas clases de esperanto, tres veces a la semana (los lunes, miércoles y viernes de 7 a 8 de la tarde). El curso empezó a principios de diciembre de 1932 y en enero se retomaron las lecciones, después del periodo de vacaciones navideñas.
En los cursos siguientes, sin embargo, no se encuentran noticias destacables sobre la propaganda del esperanto en Zamora. Sin duda, esto se debe a la clausura de la Universidad Popular, un suceso represivo justificado por el gobernador civil republicano, Antonio Suárez Inclán, al considerarla partidista[43]. Y por la persecución de la que fueron objeto las sociedades proletarias y progresistas, tras la Revolución de octubre de 1934. Así, hasta febrero del 36, las asociaciones no retomaron su normal funcionamiento.
Y en lo relativo a la experiencia esperantista en la localidad de Argujillo, fundamentalmente durante el periodo de vacaciones escolares veraniegas, Amado Hernández impartía clases de alfabetización gratuitas a sus paisanos y también enseñó esperanto a los interesados en dicho idioma. Muchos de sus alumnos eran jóvenes agricultores que no habían acudido a la escuela en su niñez e iban, por las noches, al propio domicilio del maestro esperantista a tomar las lecciones, una vez concluida su jornada laboral.
El esperanto se fue popularizando entre las gentes de la comarca, y el activismo de Amado era algo comentado entre sus vecinos. En un lateral de su casa de Argujillo, sita en la calle Empedrada, pintó una estrella verde de cinco puntas (el símbolo del esperanto) junto a un cartel donde ponía: “Plaza del Esperanto”[44].
Sin embargo, el final del movimiento esperantista en Zamora iba a terminar trágicamente con el golpe de Estado de julio de 1936 contra el gobierno de la Segunda República. Los cuatro jóvenes organizadores (Amado Hernández, Engracia del Río, Antonio Pertejo y Esperanto Luis) fueron asesinados por los voluntarios y autoridades golpistas. Y las asociaciones promotoras del esperanto en la ciudad serían prohibidas. El franquismo supondría el exterminio del esperanto en Zamora.
Los falangistas pronto borraron la estrella verde de la casa de Amado. Y el manto de la represión y el silencio, también para los hablantes de esperanto, sería el nuevo orden de España en la dictadura franquista.

4. El esperanto hasta nuestros días
El esperantismo fue eliminado en la provincia durante el primer año de la guerra civil. Las autoridades franquistas desarrollaron una persecución sistemática contra las organizaciones esperantistas que llevó a su práctica desaparición en bastantes lugares de la geografía española. Y en Zamora todos sus organizadores fueron represaliados.
La paz y la libertad, dos de las premisas clave en el esperanto, pasaron a un segundo plano en el orden de valores de la dictadura. El atraso cultural y económico se convirtieron en parte de la cotidianidad del país:
«Además, tras el fin de la guerra civil en 1939, durante al menos dos décadas no hubo ninguna reconstrucción positiva, tal y como ocurrió en los países de Europa occidental después de 1945»[45].
Inesperadamente, en diciembre de 1946, el gobierno aprobó la legalización de la Federación Española de Esperanto. En esa insólita decisión tuvo que ver la necesidad del régimen de mejorar su imagen política exterior, tras la derrota de las potencias del Eje en la Segunda Guerra Mundial, Franco debía buscar nuevos aliados y distanciarse del fascismo era algo prioritario ante la opinión pública internacional.
Autorizar a los esperantistas, a quienes solo unos años antes había perseguido con saña, a retomar sus actividades era una oportunidad política singular dentro del desierto asociativo de la España franquista:
«Desde hacía décadas el movimiento esperantista contaba con cierto reconocimiento internacional, de modo que dejarlo actuar en España bien podía ayudar a romper el aislamiento del régimen»[46].
No obstante, los grupos esperantistas habían desaparecido de la mayoría de las localidades tras un severo hostigamiento. Las únicas noticias que hubo del esperanto en Zamora, durante la etapa franquista, fueron las breves crónicas sobre los congresos de la Federación Española y anécdotas que salieron en la prensa local. Asimismo, los periódicos falangistas no desaprovechaban el momento para ridiculizar al esperantismo si era preciso. En un artículo de opinión, el periodista César González-Ruano escribió:
«El deseo del hombre por entenderse con los hombres ha sido siempre una eterna y fracasada aspiración (…) Todo fue inútil. Aquello del esperanto quedó como una extraña rama de la teosofía y del vegetarianismo»[47].
El esperanto quedó relegado a una cuestión minoritaria y de estudio individual. No aparece en los listados de asociados a la Federación Española de Esperanto (directorios de 1957, 1962 y 1974) ningún socio originario de Zamora, tampoco existen en las actas de los congresos[48]. Es llamativo que tampoco en la vecina provincia de León figuren miembros, y en Salamanca solo hay dos socios en el directorio de 1965. Ese mismo año, en el congreso esperantista celebrado en Palencia se inscribieron tres salmantinos[49]. En cambio, sí había varios esperantistas activos en la ciudad de Valladolid. El esperantismo en la región sufría una prolongada crisis.
Las últimas décadas del siglo XX fueron también un páramo para el esperanto zamorano. Y hubo que esperar al albor del nuevo siglo para que la actividad pública del asociacionismo esperantista retornara a la ciudad de Zamora. Así, en el 2009 se constituyó la Asociación Zamorana de Esperanto[50]. Igualmente, algunos jóvenes vinculados al anarcosindicalismo y al extinto Ateneo Libertario de Zamora, manifestaron a la par su interés por el idioma y llegaron a poner un nombre en esperanto a uno de sus boletines de difusión anarquistas, Vorto Libera[51].
En los últimos años, Internet ha facilitado el acceso al estudio del esperanto. Es relativamente fácil localizar contactos y cursos virtuales de iniciación al idioma, así como páginas webs relacionadas con la cultura esperantista[52].
Evidentemente, la popularidad del esperanto hoy no es la misma que tuvo desde sus comienzos hasta la II Guerra Mundial. En el actual mundo globalizado, el inglés en Occidente y el pujante idioma chino en Oriente pueden ser consideradas las lenguas francas de nuestros días.
Sin embargo, el esperanto es un auténtico superviviente y despierta aún el interés entre los estudiantes y filólogos con más inquietudes culturales. En la lengua china, la traducción literal de la palabra “esperanto” tiene un bello significado: «el idioma del mundo», y es justo reconocer que, en este país del Lejano Oriente, el esperantismo disfruta de una enorme protección institucional[53].
El esperanto goza de una nutrida red de asociaciones internacionales e incondicionales seguidores que organizan cursos y encuentros dirigidos a la promoción del idioma neutral:
«La historia del esperanto está protagonizada por altibajos, persecuciones por parte del nazismo, el franquismo o la censura. La propuesta de Zamenhof ha sobrevivido a guerras y rechazos, todo ello, gracias a la difusión de sus adeptos, al afán comunicativo de los considerados utópicos»[54].
La UNESCO recomienda y ha reconocido al esperanto como lengua internacional. Y el listado de intelectuales, escritores, científicos, profesores y artistas que hablaron o promovieron las ventajas del esperanto es extensísimo[55].
Y en la ciudad de Zamora, con carácter bianual desde septiembre del 2022, se organiza una feria mundial del queso, Fromaĝo, que toma del esperanto el término «queso» para su denominación, en un municipio donde el esperanto tuvo bastante repercusión en el pasado.
Actualmente, las posibilidades culturales y educativas del esperanto son innegables, y solo las nuevas generaciones podrán decidir sobre su proyección y porvenir. La bella idea de una lengua internacional y auxiliar prevalece, y las magníficas páginas de la historia del esperanto siguen escribiéndose.

5. Epílogo: reflexiones sobre el esperanto en Zamora
La presente investigación destaca el periodo correspondiente entre 1908 y 1936, años de máxima difusión del esperanto en Zamora, para llegar al siglo XXI. Y para concluir este estudio, mediante un orden cronológico, podemos reunir algunas conclusiones sobre la historia y cultura del movimiento esperantista en Zamora:
- El teniente coronel Eugenio Calvo Blasco puede ser considerado el introductor del esperanto en Zamora. Masón, regeneracionista y pertinaz activista del esperanto, se dedicó de una manera altruista a enseñar el idioma a todos los zamoranos interesados en él.
- Ya en 1908 existía un grupo organizado de esperanto en la ciudad de Zamora, relacionado con los sectores cultos y reformistas de la capital provincial, el colectivo era dinamizado por Calvo Blasco. La agrupación fue muy temprana, pues funcionaba ya antes del Congreso de Barcelona, y tuvo una buena vinculación orgánica con otros grupos esperantistas nacionales, al publicitar sus actividades en la revista La Suno Hispana.
- Ese pionero Grupo de Esperanto de Zamora destacó por la amplia participación numérica de las mujeres (un total de 35 socias) en sus filas, superior en afiliadas al sector masculino, aunque no había ninguna fémina en los cargos directivos de la agrupación. Por un artículo en la prensa local, conocemos que esa sección de mujeres en el grupo fue autodenominada como “sección feminista”.
- Esta primera sociedad esperantista zamorana dispuso de un local para la enseñanza de la lengua. Además, organizó diferentes eventos culturales en la ciudad, entre septiembre de 1908 y el verano de 1909.
- En noviembre de 1909 se disolvió esa primigenia sociedad. Eugenio Calvo continuaría dando clases de esperanto en su domicilio (en calle de San Torcuato, n.º 30, 2.º), durante unos meses más. Y en la década de 1910, Agustín Santamaría sería el contacto del esperantismo en Zamora. La prensa esperantista seguiría llegando a la ciudad gracias a su labor proselitista.
- A fines de los años 1920 se retomó el interés por el esperanto en Zamora. Un joven pintor y normalista, Amado Hernández Pascual, sería el docente encargado de enseñar el esperanto y un perseverante propagandista de la lengua internacional. Y los lugares elegidos para esas lecciones de esperanto: el garaje de Ronda de San Pablo, 5; la Academia de Artes (sita en plaza de Sagasta, 35, 3.º); o un aula de la Escuela Normal, con clases vespertinas. Asimismo, en la localidad de Argujillo también hubo difusión del idioma inventado por Zamenhof.
- En los años 30, al amparo de asociaciones políticas revolucionarias, especialmente la APEZ, se organizaron más actividades para la promoción del esperanto en Zamora. Esa experiencia terminó abruptamente con el golpe de Estado militar de julio de 1936, siendo todos sus organizadores represaliados y sus colectivos ilegalizados durante el franquismo. El movimiento esperantista zamorano, con vasta actividad hasta entonces, nunca volvería a recuperarse.
- El esperanto tuvo así su máximo esplendor en Zamora durante el primer tercio del siglo XX y se convirtió, sin género de dudas, en el idioma planificado de todos los existentes con mayor éxito y más estudiantes en la región.
- En los años 2000 retornaría el interés por el esperanto en Zamora, y el asociacionismo esperantista regresó a la ciudad en el 2009.
- En la actualidad, el esperanto se consolida como la lengua neutral y auxiliar con más alumnos y desarrollo. Internet y las nuevas tecnologías de la comunicación han facilitado su estudio y divulgación. Y el cosmopolita idioma creado por Zamenhof ha sobrevivido y tiene futuro, la lengua de la utopía es una realidad casi 140 años después de su invención.


[1] Este estudio parte del artículo publicado en la revista portuguesa Côa Visão de 2025, “Esperantistas y rayanos. La lengua internacional del esperanto en Zamora (1908-1936)”, debidamente revisado y ampliado para esta edición.
[2] DE DIEGO, Fernando, Nuevo método de esperanto para clases y autodidactas, Madrid, 2001, p. 11.
[3]GARVÍA, Roberto, Lengua y utopía. El movimiento esperantista en España, 1890-1936, Granada, 2021, p. 58.
[4] Para conocer más del esperantismo en otra región rayana, Extremadura, véase ÁLVAREZ RODRÍGUEZ, Chema (2024):“Extremadura, tierra de Esperanto, 1924-1936”. Ser Histórico: [https://serhistorico.net/2024/10/18/extremadura-tierra-de-esperanto-1924-1936/], [Consultado el 18 de octubre de 2024].
[5] Heraldo de Zamora, 9 de diciembre de 1907, p. 2.
[6] El Lábaro, 15 de marzo de 1907, p. 2.
[7] Sobre el movimiento esperantista en Portugal, véase APOLINÁRIO RIBEIRO GOMES, Sónia Piedade, O Esperanto em Portugal. Língua Internacional e Movimentos Sociais. Tesis doctoral, Lisboa, 2006.
[8] Heraldo de Zamora, 10 de agosto de 1908, p. 2.
[9] Heraldo de Zamora, 19 de noviembre de 1908, p. 2.
[10] Boletín Oficial de Zamora, 14 de abril de 1909, p. 4.
[11]El Correo de Zamora, 14 de enero de 1909, p. 1.
[12] Heraldo de Zamora, 31 de diciembre de 1908, p. 2.
[13] Heraldo de Zamora, 18 de diciembre de 1908, p. 2.
[14] Heraldo de Zamora, 2 de diciembre de 1908, artículo “El mundo esperantista”, firmado por María Magdalena, p. 2.
[15] La Suno Hispana, enero de 1909, n.º 61, p. 6.
[16] Heraldo de Zamora, 3 de febrero de 1909, p. 2.
[17]La Suno Hispana,diciembre de 1909, n.º 72, p. 2.
[18] El Correo de Zamora, 5 de febrero de 1909, p. 2.
[19] Heraldo de Zamora, 18 de febrero de 1909, p. 2.
[20] El Correo de Zamora, 1 de marzo de 1909, p. 1.
[21] El Correo de Zamora, 19 de abril de 1909, p. 2.
[22] Heraldo de Zamora, 16 de junio de 1909, p. 2.
[23] El Correo de Zamora, 22 de noviembre de 1909, p. 2.
[24] El Correo de Zamora, 19 de abril de 1911, p. 2.
[25] MANGADA ROSENÖRN, Julio, Algo sobre el movimiento esperantista español, Madrid, 1928, p. 11.
[26] Hispana Esperantisto, 1 de febrero de 1917, n.º 2, p. 14.
[27] Hispana Esperantisto, agosto-septiembre de 1919, n.º 32, pp. 2-3.
[28] Hispana Esperanto, junio de 1929, n.º 6, pp. 26-28.
[29] Para conocer en profundidad la biografía de Amado Hernández, remito a mi artículo: “La labor educativa de Amado Hernández Pascual: universidad popular, esperanto y difusión cultural en Zamora y Argujillo durante los años 30”, en Anuario del Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, vol. 34, 2019, pp. 251-276. Un estudio, posteriormente ampliado y corregido, publicado como capítulo de mi libro, Ácratas y revolucionarios por Zamora. Estudios y Artículos, Burgos, 2024.
[30] Heraldo de Zamora, en la portada del 2 de enero de 1929, Julián de Mena redactó una apasionada crítica a esa muestra instalada en El Casino.
[31] Hispana Esperanto, abril de 1928, n.º 4, p. 5.
[32] Hispana Esperanto Gazeto, julio de 1935, n.º 50, p. 9.
[33] AHPZA, Sección Gobierno Civil, Asociaciones n.º 938, carpeta 5/28. La primera Junta Directiva de la APEZ: presidente, José María Casas; secretario, Antonio Pertejo Seseña; Ricardo García-Pelayo Alonso, tesorero; y vocal deportivo, el futbolista Carmelo García Rueda. Amado Hernández desempeñó el cargo de vocal por la Normal de Maestros.
[34] En Heraldo de Zamora, 2 de mayo de 1931, p. 2, apareció un aviso de la FUE donde convocaba, para el día siguiente, una reunión de estudiantes: «en el domicilio social nuestro, que como sabéis, está en la Normal de Maestros en el aula número 2».
[35] Archivo Histórico Provincial de Zamora (AHPZA). Fondo de Partidos Políticos, Sección del Gobierno Civil- Asociaciones Extinguidas: Radio Comunista de Zamora, número de Registro 1392, carpeta 11/19.
[36]La Voz del Trabajo, 19 de marzo de 1933, p. 1.
[37] FERNÁNDEZ SORIA, Juan Manuel, “La educación popular entre la Reforma y la Revolución Social. La Federación Universitaria Escolar (F.U.E.)”, en Historia de la educación: revista Interuniversitaria, n.º 14-15, Salamanca, 1996, pp. 397-416.
[38] El historiador Miguel Ángel Mateos me informóque uno de los protectores iniciales de la Universidad Popular de Zamora fue el gobernador civil y catedrático, Mariano Quintanilla, ilusionado por los logros obtenidos en la experiencia segoviana, que tuvo la participación, entre otros, del poeta Antonio Machado.
[39] La Mañana, 29 de octubre de 1932, p. 3.
[40] Entrevista a la pintora Margarita Pertejo Seseña, hermana de Antonio, el 15 de diciembre de 2004.
[41] Los cuatro gozaban de una excelente amistad entre ellos. Es oportuno indicar que Amado, Engracia y Pertejo desarrollaron una sui géneris relación afectiva durante su juventud, absolutamente rompedora para la sociedad zamorana de la época.
[42] Sobre la relación entre anarquismo y esperanto, véase ALCALDE VILLACAMPA, Javier, Esperanto i anarquisme: els orígens (1887-1907), Barcelona, 2022.
[43] MARTÍN GONZÁLEZ, Eduardo, “Engracia del Río de la Vega (1908-1936)”, en Nuestra Historia: revista de Historia de la FIM, n.º 18, Zaragoza, 2024, p. 228.
[44] Entrevistas con varios de sus familiares y vecinos de Argujillo, y con Máximo Martín Álvarez (de El Piñero), el 10 de septiembre de 2018.
[45] CASANOVA, Julián, Europa contra Europa, 1914-1945, Barcelona, 2021, p. 24.
[46] GARVÍA, Roberto, Lengua y utopía. El movimiento esperantista…, p. 10.
[47] Imperio: Diario de Zamora de Falange Española Tradicionalista y de las J.O.N.S., 2 de agosto de 1949, artículo titulado “Palabras y palabras”, p. 4.
[48] Los libros pueden consultarse en la biblioteca digital de la Federación Española de Esperanto, Bitoteko: [https://bitoteko.esperanto.es/], [Consultado el 15 de julio de 2025].
[49] HISPANA ESPERANTO-FEDERACIO, Kongreslibro. 26ª Hispana Kongreso de Esperanto, 20-24 julio, Palencia. Zaragoza, 1965, p. 25.
[50] “Texto del artículo publicado en La Opinión de Zamora de 27-12-2009”. Esperanto Zamora: [https://esperantozamora.wordpress.com/2009/12/27/texto-del-articulo-publicado-en-la-opinion-de-zamora-el-27-12-2009/], [Consultado el 5 de julio de 2025].
[51] ÍÑIGUEZ, Miguel, Enciclopedia del anarquismo ibérico, tomo III, Vitoria, 2018, p. 2851.
[52] Un blog que posee contenidos sobre el esperanto y Zamora es Tera koro: [https://terakoro.tierradelpan.com], [Consultado el 7 de julio de 2025].
[53] El Norte de Castilla, 4 de marzo de 2010, “China mantiene vivo el sueño del esperanto como lengua neutral y universal”, reportaje de Antonio Broto, [https://bitoteko.esperanto.es/xmlui/handle/11013/2580].
[54] MERELLO GUZMÁN, Patricia, “El esperanto en los medios periodísticos: una aproximación a la historia esperantista de España”, en Ámbito. Revista internacional de comunicación, n.º 44, Sevilla, 2019, p. 196.
[55] Algunos notables esperantistas o defensores del idioma: Leonardo Torres Quevedo, León Tolstói, J.R.R. Tolkien, Albert Einstein, Charlie Chaplin, Julio Verne, Francisco Pi y Margall, Julio Mangada, Vicente Inglada Ors, Miguel de Unamuno, Blas Infante, Francisco Ferrer Guardia, María Julivert, Joseph Plunkett, Max Josef Metzger, Marjorie Boulton, Marie Hankel, Judit Polgár, Zhang Haidi, Lu Xun, Cai Yuanpei, Ba Jin, Qian Xuantong, Deng Yingchao, Kenji Miyazawa, Teru Hasegawa, Eduardo Vivancos, Joan Puig Elías, José Pellicer Gandía, Víctor García, Andreu Nin, Antonio Buero Vallejo, Julio Baghy, Juan Régulo Pérez, Joan Mascaró Fornés, Célestin Freinet, Reinhard Selten, Alfonso Cuarón, Umberto Eco, Carles Riba, Daniel Bovet, Ebenezer Howard, etc.
Artículo publicado en el Anuario del Instituto de Estudios Zamoranos «Florián de Ocampo», volumen 39, año 2024, pp. 287-307 ISSN: 0213-8212

