Después de «Sois muchísimas las personas, colectivos… los que estáis contribuyendo a que no nos olvidemos ni de María del Carmen Fernández Vázquez ni de las demás mujeres que sufren violencia sexual» cerramos la entrevista a la periodista Lara Graña. La imagen de cabecera es del mítico Magar. NOTA: recordamos al cerrar el libro Kanikosen. El pesquero, que pensamos tiene puntos en común con el excepcional trabajo de Lara.
Después de la primera parte de la entrevista recordé el caso de Sarm Heslop. Tiene muchas similitudes con el caso de Carmen. ¿Tienes constancia de más sucesos así?
Recuerdo haber leído una noticia en la que su madre apuntaba a un asesinato a bordo del catamarán. Desconozco si ha habido avances en esta investigación y cómo es el equivalente al código civil norteamericano. Lo digo porque, en nuestro caso, y al no haber desaparecido Carmen en un naufragio, el Código Civil fija que no podrá declararse su fallecimiento hasta pasados diez años. Si ella hubiese tenido más de 75 años serían cinco los años de espera. Es un problema enorme para su familia. Lo digo pensando en sus hijos, principalmente, por las pensiones de orfandad. Si el oceanográfico hubiese naufragado, que por suerte no fue así, la declaración de fallecimiento se habría resuelto en pocos días. Es una de estas cosas en las que te das cuenta, y no soy jurista, que tenemos algunas normas que merecen un gran repaso.
En lo relativo a desapariciones en alta mar, el caso del García del Cid ha sido muy singular, no conozco ninguno que se le asemeje, teniendo en cuenta que el buque pertenece al Estado. Por desgracia se producen muchas desapariciones a bordo; destacaría las que tienen lugar en pesqueros, la mayoría de capital asiático, en las que se tira a marineros enfermos o fallecidos por enfermedad o inanición directamente por la borda. Hay un trabajo espléndido de Ian Urbina al respecto que recomiendo muchísimo.
“Veintiuno en la escarcha de Terranova”. ¿Estás haciendo un periodismo que nadie más había abordado con las condiciones del trabajo marítimo? ¿Y sólo puede hacerse desde un medio como El Faro de Vigo?
Para nada. He trabajado en informaciones amplias o con seguimiento sobre Namibia, Argentina, Malvinas, Chile… con el tiempo (o la paciencia) como únicos handicaps reales. ¿Que me encantaría poder trabajar sobre el terreno y viajar a Lüderitz o a Mar del Plata? Evidentemente, sería lo ideal para mí. Pero el factor en el que más creo, que es la curiosidad, depende únicamente del tipo de periodista que quieres ser. Y yo quiero ser buena, en el sentido de ofrecer un trabajo de calidad, honesto y riguroso.
Sin duda, Faro de Vigo ha vivido siempre vinculado al mar y es clave. Piensa que nuestro periódico es de 1853, ha visto a Vigo convertirse en primer puerto pesquero de Europa, la eclosión de las flotas pesqueras de gran altura a caladeros que entonces eran exóticos, como Sudáfrica, Mozambique… hasta el Golfo de Carpentaria o las Malvinas. Faro nunca ha dejado de reflejar esta realidad, que lamentablemente es muy desconocida para el público generalista.
En España tenemos a las grandes corporaciones mediáticas centradas casi en exclusiva en el eje Madrid-Barcelona, si acaso algo de Euskadi; lo que sucede en la “periferia” raras veces trasciende en sus páginas de papel, informativos o webs. Y lo mismo sucede a nivel administrativo e institucional, el debate siempre se está centrando en la centralidad, o en ese eje Madrid-Barcelona que mencionaba. Pero yo siempre digo lo mismo: el periodismo no es periférico, es periodismo o no lo es. Ahora estoy pendiente, por ejemplo, del naufragio de un pesquero, el pasado mes de julio, que tenía bandera de Santa Helena pero en el que fallecieron cuatro marineros gallegos. Estamos tratando directamente con la MAIB, que es la comisión investigadora de Reino Unido encargada del caso.
Ahora bien, supongo que, en el caso de mi trabajo, que asumo que es un poco outsider a veces, hay un fuerte componente personal que me ha llevado a trabajar en cosas que no se habían hecho antes y que creo que son importantes: cómo se trabaja en Terranova, en Gran Sol… cómo se les paga a los marineros, de dónde vienen los que son extranjeros. Toda mi familia ha vivido ligada al mar, a su economía, y eso supongo que tira…. Y ha experimentado también la parte cruda: dos tíos abuelos, por parte de padre y madre, desaparecieron a bordo de pesqueros. Benedicto, en 1932 a bordo del vapor Azaña, cerca de las Cíes; y Ramiro, en 1979 en Gran Sol en el buque Ensenada de Pinténs. Con mi tío Ramiro, al que no conocí (yo soy de 1985), fallecieron otros dos hombres, fue un golpe de mar que se los llevó por delante y nunca aparecieron.
No es que no me guste hacer periodismo mainstream, sino que hay realidades e historias que, para mí, tienen que ser contadas. Si nadie más lo quiere hacer pues lo seguiremos peleando nosotros desde aquí. Cueste lo que cueste y moleste a quien moleste, que te puedes imaginar que lo hace.
¿Qué fue la estafa de Hiperxel?
El argumento de una buena serie de televisión, sin duda. Imagina una cadena de tiendas que vende productos congelados, con 101 establecimientos en toda Galicia, que lleva funcionando y creciendo desde finales de los años ochenta. De repente aparece un supuesto grupo, de nombre Vinova, que la compra para consolidar su negocio y consigue para ello un préstamo de 9 millones de euros de dos fondos de inversión. Pero esa cadena, Hiperxel (es el nombre comercial de una mercantil denominada Xeldist), empieza a sumar impagos después de cambiar de propiedad y desaparece dinero de la caja. Mucho dinero. Nuestra investigación descubrió que Vinova era un cascarón de empresas que no tenían actividad y que al frente estaba un autodenominado empresario que suma denuncias por decenas en toda España, Portugal o Emiratos Árabes. Acaba de aceptar seis meses de prisión por fraude a Hacienda, pero tiene muchos más procedimientos sobre la mesa.
Hiperxel cerró -ahora la marca funciona con otro empresario– y 300 personas, la mayoría mujeres, fueron despedidas. Tanto el Ministerio Fiscal como la administración concursal fueron avalando nuestro trabajo con el paso de los meses. Fue un trabajo terriblemente intenso y complejo pero, de nuevo, la única limitación que tuve fue la propia complejidad de la trama, no el hecho de trabajar en un periódico con medios limitados. Tuve una buena escuela con el caso Pescanova, cuya estafa mayúscula también fuimos desgranando desde Faro de Vigo a lo largo de casi ocho años. Entonces era más joven, pero no menos obstinada, he de admitir.
Y el caso Hiperxel/Vinova sigue, por cierto, porque hay mucho más que descubrir sobre ciertas personas. Ahí estaré, desde luego.
“Desembarcada la observadora de un pesquero tras denunciar acoso a bordo”. ¿Cómo es la situación de las mujeres en los pesqueros?
Aquí el factor a tener en cuenta es doble, y en ningún caso genérico. Primero, ¿hay machistas/acosadores a bordo? Los hay, como en nuestro día a día sin tener que estar embarcados; es algo que tenemos que erradicar, apelando aquí a la responsabilidad de las empresas armadoras. Y segundo, ¿qué garantía se ofrece a las mujeres, desde las instituciones, para no sufrir ninguna situación de acoso por cuestión de sexo o laboral? Las mujeres observadoras van casi siempre contratadas por una empresa externa que, a su vez, está contratada por el Ministerio de Pesca o el CSIC. Si sufren una situación de acoso tienen el deber de ampararlas, no castigarlas ni revictimizarlas.
Ahora bien, en el caso de las mujeres tripulantes o marineras, la inmensísima mayoría de las que conozco están encantadas con sus compañeros. Pero es evidente que hay acoso a bordo, como lo hay en tierra, y de ningún modo podemos permitirles impunidad. Que es lo que han sufrido las mujeres víctimas a las que yo he tratado, sin excepción.
A mi me interesan muchísimo todos los temas relacionados con propiedad intelectual. ¿Cómo está de extendido el plagio en la actualidad en el periodismo? ¿Tú lo has sufrido?
Lo sufrimos todos los días, con más o menos pudor por parte de otros medios. La eclosión de la IA en ciertos portales de noticias, que no les llamaré nunca medios de comunicación, hace que te puedas encontrar un trabajo tuyo traducido al ruso, por ejemplo, y firmado por algún nombre random. Pero ha pasado siempre y seguirá sucediendo porque tampoco creo que las empresas editoras le hayan metido mano al plagio.
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