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Hablar por no callar. Los misterios de la vida y la muerte de Lina Ódena

Mirando el pasado sin ira

De vez en cuando puede resultar enriquecedor echar la mirada hacia atrás para ver cómo evoluciona la historia, siempre en función de los intereses de cada momento. Para ello será de recibo recordar la trayectoria de determinadas obras monográficas, como ha sido el caso de la obra Lina Ódena, una mujer, escrita en su día por el presente autor junto a Manuel Moreno Sanjuán, que en su día editó La Comissió d´Alliberament de la Dona Lina Ódena, Barcelona 1996.

Comisión perteneciente en aquellos días al hoy desaparecido Partit Comunista de Catalunya (PCC)1, que refundado en una segunda etapa en 1982 volvió a disolverse en 2014 al formarse una nueva formación política llamada ahora Comunistes de Catalunya.

Lina Ódena, una mujer

Obra que en su momento pasó casi desapercibida, los editores no estuvieron por la labor, y teniendo en cuenta que en ella se aportaban importantes novedades al respecto de la persona o de la obra escrita de Lina Ódena. Al recogerse en ella por primera vez, el testimonio de un testigo que asistió al momento mismo de la muerte de Lina Ódena el 15 de agosto de 1936 en Motril, en un lugar conocido como Camino de las Cañas, y según el testigo, al confundir el chofer que conducía su coche, un control falangista con un control de la CNT. Es de suponer que a causa de la similitud de los colores existentes entre la bandera anarquista y la falangista, al tener ambas el color rojo y el negro.

Historia de la muerte de Lina que ya había aparecido en la revista catalana Historia y Vida en 1974,2 firmada por un conocido falangista granadino que al parecer había estado de guardia en el citado control, el día de la muerte de Lina Ódena. Trabajo al cual nadie había prestado la atención necesaria. Y menos aún los propios comunistas catalanes, entre ellos varios amigos íntimos de Lina Ódena, que en aquel tiempo todavía vivían y militaban en su mayoría en el PCC.

La segunda novedad fue que por primera vez se había recopilado toda la obra escrita de Lina Ódena, asunto que hasta entonces tampoco había interesado a nadie del PCC o del PSUC. Trabajos que abarcaban 20 artículos periodísticos redactados por Lina, que cubrían desde 1932 hasta 1936, y que habían aparecido publicados en cuatro publicaciones distintas, Catalunya Roja, Octubre, Octubre (segunda época) y Juliol

La tercera novedad aportada por aquella publicación de de 1996 fue recoger, por vez primera, 14 biografías concretas de los personajes comunistas que en su tiempo habían formado parte del periplo político de Lina en vida, cuestión de la que nadie del PCC tampoco se había preocupado.

La cuarta novedad fue dar a conocer el nombre del chofer que falleció junto a Lina, llamado Juan Cuadrado García, al aparecer su nombre en la Causa de Juzgado Militar que se cita en el Libro de Enterramientos de Granada.

Libro de Registros de Enterramientos de los años 1936 -1939 del Cementerio municipal de Granada que consultado visualmente en 1978, en el año 1996 ya habían desaparecido de forma misteriosa, pero salvado oportunamente al haber copiado de forma oportuna el contenido un conocido autor de ideología franquista, en su caso Eduardo Molina Fajardo. 3

Así gracias a Molina Fajardo hoy sabemos que Lina Ódena fue enterrada en la fosa 122 del Cementerio de Granada, más en concreto en el Patio de la Ermita. Lugar que podía visitarse todavía en 1986, pero que hoy en día ya no existe. Dado que sus restos, al no ser reclamados por nadie, pasaron a engrosar un anónimo osario.

Otra cuestión que aclaró aquel trabajo fue que los falangistas que presenciaron la muerte de Lina Ódena, de normal estaban acuartelados en Viznar, lugar donde, desde el día 14 de septiembre hasta el 23 de noviembre de 1936 se fusiló a 147 personas, entre ellas un conocido poeta llamado Federico García Lorca. Pequeño detalle que al testigo Belza se le olvidó consignar en su testimonio escrito.

Sin olvidar que la reiterada inscripción que figuraba en el libro de Enterramientos, que afirmaba Causa del Juzgado Militar, durante la guerra civil expresaba bien a las claras y en todos los casos sin excepción, una muerte por fusilamiento.

Y lo cierto fue que el entierro del cadáver de Lina en el Cementerio de Granada el día 14 de septiembre de 1936, lo fue por una orden del Juzgado Militar, firmada por el Teniente Rafael Salmerón, juez instructor. Expediente que se abrió a su nombre pero que hoy ha desaparecido.

La segunda versión

Pasados 12 años de aquella primera publicación, en el año 2008, Manuel Moreno Sanjuán, el otro autor de la citada obra de 1996, eso sí citándome en el prólogo de su nuevo trabajo, pero sin comunicármelo por ningún medio, editó en solitario una obra titulada “Lina Ódena. lluita de dona”. En aquella ocasión publicada por la Fundación Pere Ardiaca, cuyo contenido resultó ser más de lo mismo, al utilizar todos los materiales del trabajo anterior.

Siguiendo incluso en todo a la composición de la obra de 1996, siendo su única aportación la de añadir unas cuantas biografías más de personajes y un puñado de fotos nuevas y poco más. Pero sin entrar en disquisiciones al respecto de los temas de Granada, a los cuales se había dado una importancia capital, pero de los cuales no hacía mención alguna en 2008 o diferencia de la primera versión, obviando también el triste abandono de los restos de Lina por parte del PCC, tras tener conocimiento en su día del lugar concreto de su entierro.

Por otra parte resulta muy evidente que Moreno en algunos momentos de su nueva obra intentó blanquear los temas más espinosos apuntados en la edición de 1996, como por ejemplo los motivos que llevaron a Lina a Madrid y poco tiempo después a morir en Granada. Desconociéndose si fue por decisión personal o por sugerencia del editor. Asunto que se había tratado con mucho más detalle en la primera edición, al dar sentido al motivo real de su presencia en Granada.

El nacimiento del mito

También habrá que reconocer que determinados personajes históricos consiguen, de forma paradójica, alcanzar la categoría de héroes o de heroínas, de la mano de los responsables directos de su propia muerte. Categoría heroica que se mantiene con el tiempo, al no explicarse los detalles puntuales que en su día dieron, como consecuencia, la creación del mito, como es el caso de la joven comunista catalana Paulina Ódena García, más conocida como Lina Ódena. 4

Mito que en el caso de Lina Ódena obedeció a su prematura muerte, en los inicios de la guerra civil española, haciendo bueno el clásico adagio clásico de “a quien los dioses aman, muere joven”. En el caso de Lina, muerte sobrevenida al tomar la radical decisión personal de suicidarse con su propia pistola en Cubillas (Granada), el 14 de septiembre de 1936, ante el inminente peligro de caer prisionera en un control de falangistas, y supuestamente al confundir el chofer de su coche los colores de la Falange con los de la CNT (rojo y negro), equivocación fatal que también le costó la vida al propio chofer, pero en su caso, por fusilamiento.

4 T

Y fue por ello que el PCE decidió elevar a Lina a la categoría de Heroína de la Libertad, honor que compartió en un cartel propagandístico junto personajes tan dispares como Agustina de Aragón, en su caso se supone que por su lucha contra los franceses invasores, con Aida Lafuente, una mártir del octubre asturiano de 1934, o Mariana Pineda heroína de la causa liberal, cuando los liberales eran liberales.

Aunque la pregunta que debería hacer ahora es: qué hacía una joven catalana “luchando” en el frente de Granada, y la respuesta resulta incómoda, ya que su presencia en Andalucía, en principio todo indica que obedeció a un vulgar ataque de machismo, defecto que imperaba y mucho entre los comunistas ortodoxos de aquella época, un asunto intocado por los corifeos del PCE.

Así descubrimos que la ascensión política de Lina Ódena resultó imparable, tras haber decidido el Partido Comunista de España (PCE), su envío a la URSS en julio de 1931, donde pasó a cursar estudios en la Escuela Marxista-Leninista de Moscú, estancia que se prolongó a lo largo de 14 meses, entre 1931-32, coincidiendo en aquella escuela con Francisco del Barrio Navarro,alias Rescoldo, en su casosalido a toda prisa de España,5 y en el caso de Lina enviada a Moscú para su formación, al estar llamada a ser en un futuro la sucesora natural de Pasionaria, dado su verbo fácil y su capacidad para convencer, o por su arrojo personal, que demostrará con creces cuando se produzcan los hechos de octubre de 1934, al combatir con el fusil en la mano, mientras que el responsable político de aquel momento en el PCC ando “desaparecido” durante días, el responsable en cuestión era Pere Ardiaca, cuestión que ha sido tocada con pinzas por su biógrafo oficial. 6

En octubre de 1934, Lina participó activamente en la sublevación que tuvo lugar en Barcelona, siendo una de las pocas mujeres que empuñó el fusil, combatiendo en la carretera de la Rabassada o en San Cugat. Al concluir el levantamiento, pasó a la clandestinidad colaborando a través del Socorro Rojo Internacional en la ayuda a los niños de Asturias. Detenida en Barcelona en agosto de 1935, al mes siguiente, participó con la delegación española en el IV Congreso de la Internacional Juvenil Comunista (IJC) que tuvo lugar en Copenhague.

Cuestión distinta será el porqué Lina acabó muriendo en Granada, historia sobre la cual siempre se ha estado guardado un pudoroso silencio dentro del PCC o del PCE.

La vida amorosa de Lina en el meollo de la cuestión

Ya que tal como reconoció en su día Margarita Abril en una entrevista al autor que subscribe, otra joven comunista amiga suya, que con el tiempo se convertirá en la inseparable compañera de Josep Serradell alias (Román),7 Lina tenía, según ella, un “gran problema”, a Lina le gustaban mucho los hombres, y por lo mismo había decidido ejercer de mujer libre, pero sin estar casada legalmente con ninguno de ellos.

Muchos años más tarde, uno de sus biógrafos más prolíficos, Manuel Moreno, intentara explicar el mismo asunto, pero sin entrar al detalle que se merecía, afirmando que:

Es cierto que (Lina) estuvo ayudando a “La Pasionaria” pero no es menos cierto que el PCE nunca la llamó (a Madrid).8”. Dando a entender de aquel modo tan elegante que Lina marchó a Madrid, casi por una pura “casualidad”, y por lo mismo continúa hilvanando su historia:

Para explicar aquella conducta (la de los dirigentes del PCC) tendremos que entrar en la vida privada de Lina, ya que, en este caso, fueron de índole personal las causas que motivaron su marcha a MadridEn el caso de Lina fue su relación afectiva con un destacado dirigente del Partido. Este, que era protagonista de los enfrentamientos provocados en la dirección, quería mantener con la joven una historia sin demasiados compromisos; pero Lina, que ya había vivido antes aquella misma situación, quería una relación más seria.”

Acabaremos, ahora resulta que la supuestamente “ligera” de Lina quería una “relación sería” con un hombre casado. Lo que calla Moreno en su trabajo es que aquella era la tercera relación de la que se tiene noticia. Lo que no implica por nuestra parte crítica alguna, ni mucho menos, pero que prueba la libertad de la joven en un espacio, el comunista, que no tenía nada de permisivo al respecto de las relaciones sentimentales o extramaritales entre “camaradas”, sino todo lo contrario. En su caso juzgando a una persona soltera (Lina), pero sin juzgar a la persona casada (Sesé), prueba de la falsa moral imperante en el seno del PCC de aquellos tiempos.

Lo que Moreno no explica de forma abierta, es que a ojos de los curtidos y curtidas comunistas de aquel momento, Lina con su permisiva actitud sentimental, estaba cometiendo un grave pecado para la época, puesto que primero había compartido vida sentimental con Francisco del Barrio, relación que concluyó sin compromiso por parte de ninguno de los dos, y después lo intentó con otro camarada, historia que tampoco no fructificó.

Concluida aquella segunda historia, pero ya en 1936, Lina andaba tonteando con un conocido sindicalista, que resultaba estar casado, Antonio Sesé, 9 el futuro secretario de la UGT en Cataluña, veleidades amorosas de Lina que ni su gran e íntima amiga Margarita Abril justificaba ni siquiera en privado, y menos aún Serradell, el compañero de Abril .10

Lo que tampoco descubrió Moreno en su segundo trabajo fue que la esposa de Sesé, Elisa Úriz, militaba también en el PCC, y que a su vez también era una persona muy próxima a Dolores Ibárruri, La Pasionaria, al mantener ambas tanto una relación política como de amistad, al haber sido impulsoras ambas de la Asociación de Mujeres Antifascistas Españolas, formando parte las dos de la delegación, que junto con Irene Falcón, participaron en el Congreso Mundial de Mujeres contra la Guerra y El Fascismo que se celebró en París en agosto de 1934.

Amistades y relaciones que a buen seguro podían explicar de forma simple y conveniente como se pudo producir el apartamiento de Lina Ódena de Barcelona, o de dónde o de quién pudo partir la orden de su marcha de la Ciudad Condal rumbo a Madrid.

De ahí que Moreno, por salvar responsabilidades, achaque al Partido, pero sin decirlo, unos intereses políticos y no de género, como hace en el caso concreto de Lina, como motivo principal de justificación de aquel “destierro” de Lina a Madrid, dado que si explicaba el motivo real, que ahora conocemos, no hubiera quedado en buen lugar la susodicha política machista del Partido.

Sin explicar tampoco que si Sesé hubiera estado muy interesado por Lina, lo tenía realmente muy fácil, al existir hacía ya cuatro años la ley del divorcio en España, aprobada por la República el 11 de marzo de 1932. De lo que se desprende que los intereses de Sesé eran otros, es de suponer los físicos, y que por lo mismo no eran precisamente los sentimentales, como al parecer era el caso concreto de Lina.

Y por lo mismo Moreno tratando de quitar hierro al asunto escribió:

Como acostumbra pasar, en cada discusión política sus adversarios ponían sobre la mesa su relación sentimental (con Sesé), para explicar la postura que en aquel momento defendía Lina, acusándola de no mantener la necesaria perspectiva, al acomodar su criterio a los intereses de su relación (sentimental)… Acusación o excusa de Moreno que es absolutamente falsa, ya que el dirigente en cuestión, (Sesé), defendía posturas contrarias a la unificación, mientras que Lina defendía el aproximarse a todas las fuerzas obreras”. 11. Es decir eran posturas divergentes y antagónicas, y por lo tanto la supuesta explicación no tiene ningún sentido.

Ante semejante “pecado” carnal, y como castigo a sus escarceos amorosos, el Comité de su Partido, el PCC, es de imaginar que con el correspondiente “empujón” desde Madrid, decidió apartar a Lina Ódena de Barcelona, enviándola a la capital de España, con la “excusa” real de que se estaba iniciando la unificación de las juventudes. Y por lo mismo su presencia se hacía necesaria allí, asunto que en aquel tiempo y en Madrid corría a cargo de un jovencísimo Santiago Carrillo.

Y fue salir del fuego, para caer en las brasas, pues Carrillo en aquella época ya no se dejaba hacer sombra por nadie, y menos aún por una jovencita catalana, y por ello se tomó la decisión de enviarla a Andalucía, en aquella ocasión con la excusa de coordinar los congresos de unificación que estaban teniendo lugar en aquella región.

Y para desgracia de Lina aquel envío a Andalucía vino coincidir con la sublevación fascista del 18 de julio de 1936, y con ella, el inicio de la guerra civil española. Conflicto que en el caso de Lina concluirá el 14 de septiembre de 1936, al morir por su propia mano junto al pantano de Cubillas, en Granada.

Otro de los misterios que envuelven aquel suceso y que su Partido, el PCC, no se molestó en investigar a la llegada de la democracia, fue si su muerte acaeció tal como se recogió en 1936, es decir por suicidio, o si por el contrario cabía alguna posibilidad de que fuera apresada viva, y torturada e interrogada fuera finalmente asesinada por el enemigo, al existir un expediente militar que parecía apuntar directamente en aquella dirección.

Del mismo modo que conociéndose el lugar exacto de su enterramiento, y al no reclamar nadie su cuerpo, ni su propia familia, ni el partido, o en su defecto el propio PSUC, el cuerpo de Lina Ódena pasó en 1986 a una fosa común, lugar donde por lo general acaban enterrados los héroes. 12

Comentarios al aire

Puesto a sincerarme, cuando escribí junto con Manuel Moreno la primera biografía de Lina Ódena, en apariencia tenía a mi disposición los testimonios más representativos del PCC, como era el caso de Pere Ardiaca, de Rafael Vidiella, de Margarita Abril, o de Josep Serradell (Román), al menos esa fue mi idea.

Pero en la práctica cada uno de ellos, y por motivos de lo más variados, incluidos los personales, todos de un modo u otro se negaron a hablar abiertamente del caso de Lina. Es más, a la inversa me preguntaron a mí lo que yo sabía al respecto de los Hechos de Octubre de 1934, (Ardiaca), o de los Hechos de Mayo de 1937 (Vidiella) o de Figueras (Ardiaca), y el único personaje que se abrió un poco a hablar abiertamente de Lina fue Agustín Arcas Merlos13, un antiguo dirigente de la UGT cuando la guerra.

Y justamente por él supimos del calvario de Lina en Madrid a manos de Carrillo. Algo parecido a lo que me sucedió a mí en otro asunto con Santiago Carrillo o con Romero Marín, y es que el PCE se ha llevado muchas historias a la tumba. A la inversa, el “bruto” del comunista gallego Enrique Lister se calló muy poco.

En resumen, un triste final para una heroína de la República. Pero más triste aún fue que en el segundo intento biográfico de Lina, el autor se plegara a la historia oficial del PCC, justificando de forma descarada desde la “deserción” de Pere Ardiaca en octubre de 1934, hasta la política de misoginia que imperaba en el seno del PCC de los años 30, o en épocas tan recientes como fue en 1996. Eso sí, escrita la obra en catalán preceptivo, siguiendo la moda del partido en aquel momento.

Conclusión

De ahí que se pueda llegar a conclusión de que la reescritura de la historia de Lina Ódena en 2008, por parte de Manuel Moreno Sanjuán, pone de relieve el hecho de que casi nunca acostumbran a ser buenas las segundas partes de la misma historia, como ha sido ha sido el caso que hemos estado comentando.

Salvo para descubrir a estas alturas de la historia que hasta las últimas fotos en vida de Lina fueron convenientemente retocadas por los fotógrafos del momento, dándose con ello una imagen física de Lina que no se correspondía con su autentica realidad física. Detalle muy propio del estalinismo, el alterar las imágenes.

Nimiedad que también se le “escapó” a su último biógrafo, pues no resaltó la imagen cambiante de la joven que estuvo apareciendo en los años de la guerra civil y a posteriori, tras su muerte, incluso con la llegada de la democracia, al crearse escuelas de formación para la Juventud nominadas como Lina Ódena, con su correspondiente imagen en el banderín de enganche.

Un ejemplo de lo anterior, es la propia imagen de la portada del libro de Manuel Moreno, donde se aprecia la efigie de Lina, digna de una señorita de casa buena con posibles, que contrasta con la foto que aparece en la de su ficha policial de 1935, al ser detenida por ser militante del Socorro Rojo Internacional, ficha policiaca que recuperó Ángel Estivill,14 o con la foto de su última visita a Barcelona en agosto de 1936, acompañando a Antonio Pretel, conocido dirigente comunista, en su periplo por conseguir armas para su columna granadina, y que no consiguió ni en Madrid ni en Barcelona, donde luce en su mono de miliciana la insignia de las alas de la Aviación.

Otra cuestión que tampoco resaltó es que los falangistas que recogieron su cadáver, no repararon en quién era, al fiar que el coche en que iba correspondía probablemente a una periodista de Mundo Obrero, tal como se podía leer en la vidriera delantera del automóvil, tal como se aprecia en la foto que apareció en el Ideal de Granada el 15 de septiembre de 1936. Donde destaca la pintada de la puerta con un significativo UHP.

La muerte como fuente de propaganda

Un hecho indudable fue que la proyección de la muerte De Lina Ódena fue muy potente: dada su condición de joven mujer dirigente fallecida en la guerra. Elementos que fueron utilizados como base de la propaganda por parte del PCE. Así se imprimieron tarjetas postales con su efigie, pasando por calendarios o sellos, e incluso se creó un batallón integrado únicamente por mujeres con el nombre de Batallón Lina Ódena. Pero lo que es menos conocido es que su recuerdo estuvo presente ni más ni menos que en el Pabellón Español de la Exposición Universal de París de 1937, más conocido como Pabellón de la República.

Dentro de las obras de artistas más o menos conocidos, o directamente ignotos, que también fueron expuestas, en general de calidad muy desigual debido a la combinación de prisa y voluntarismo; en ese contexto se imponía dar una rotunda respuesta con eco internacional por parte del gobierno de la República.

Entre este segundo nivel de obras se envió un retrato al óleo de Lina Ódena vestida con su mono de miliciana, empuñando una pistola, y con un fondo de tropas africanas, historia directamente falsa, y en el que era bien visible la insignia de la aviación, al ser en su caso la responsable política de dos compañía de soldados de aviación de Granada. La obra aparece firmada como “J. Pons” y en la actualidad forma parte de las colecciones del Museu Nacional d´Art de Catalunya.15 Publicidad ante la cual no sabemos como hubiera reaccionado la joven comunista catalana. Pero eso sería otra historia.

1 El primer PCC existió entre 1932 y 1936, siendo su primer secretario Ramón Casanellas al que sucedió Pere Ardiaca, tras un discutido accidente de circulación en los Bruchs, en el cual perdió la vida Casanellas. A. Gascón, Ramón Casanellas, bajo la sombra de dos banderas, Serhistorico, 6/7/2020.

2 Julio Belza, Así murió Lina Ódena, Historia y Vida, Extra nº4, 1974, pp. 156.-157.

3 Eduardo Molina Fajardo, Los últimos días de García Lorca, Barcelona, 1983, p. 412. Entre los documentos que Molina Fajardo reproduce en ‘Los últimos días de García Lorca’ está el listado de las 2.069 personas fusiladas en los meses posteriores al golpe de estado de 1936 extraído del libro de Registro del cementerio de Granada, y entre ellas Lina Ódena.

4 La prueba del interés, son las propias publicaciones que hablan de ella y de su trayectoria: Ángel Estivill. Lina Ódena: la gran heroína de las juventudes revolucionarias de España, Barcelona, [1938?]; Antonio Gascón y Manuel Moreno: Lina Ódena. Una mujer, Barcelona, 1996; Manuel Moreno: Abono Inagotable. Historia del P.C.C. 1932-1936, Barcelona, 1997; Manuel Moreno: Lina Ódena, lluita de dona, Barcelona, 2008; Soledad Bengoechea Echaondo, Les dones del PSUC, Barcelona, 2013.

5 El motivo fue el haber participado en un tiroteo contra los anarquistas, en el cual hubo víctimas, y por lo mismo el partido decidió sacarlo de circulación, enviándolo a la URSS, con la excusa de los estudios.

6 Manuel Moreno Sanjuán, Pere Ardiaca, Materials per una biografia, Barcelona 2009.

7 Josep (Serradell (Román), Clandestinos. Una historia que no se borrará, Barcelona, 1995.

8 Moreno está hablando del envío de Lina a Madrid.

9 Sesé estaba casado con Elisa Úriz,  fue una maestra, pedagoga i activista política navarra, hermana de Josefa Úriz Pi, consideradas ambas precursoras de la escuela moderna en España.

10 El día de la entrevista con Margarita Abril, su compañero Serradell, que estaba presente en la misma, la interrumpió en este punto concreto, afirmando de forma taxativa “que aquellos temas no interesaban a nadie, y menos aun a los historiadores “, señalando a nosotros.

11 Manuel Moreno, Lina Ódena,Lluita de dona, Barcelona, 2008, Fundació Pere Ardiaca, pp. 63 y 64.

12 Granada, memoria histórica: Ódena García, Paulina, BARCELONA 25 años Profesión No Consta. 14-sep-36 SUICIDIO – Causa Juzgado Militar, (Cementerio Granada, Fosa 122, Patio Ermita, Libro Enterramientos, Juez, Rafael Salmerón.

13 A. Gascón Ricao, Agustín Arcas Merlos, un hombre arrastrado por los vientos de la Historia, Serhistorico, 07/06/ 2023.

14 Estivill, Ángel, Lina Ódena. La gran heroína de las juventudes revolucionarias de España. Su vida, su obra y su trabajo entre el proletariado en lucha, su muerte gloriosa frente al fascismo. S/f.

15 Eduard Valles, Lina Ódena, la leyenda de la miliciana suicida y el alcalde del Prat, Museu Nacional d´Art de Catalunya , 12/1/2023.

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