Colonialismo

La colonización de Palestina (1882-1939) Parte II (1914-1921)

Primera parte: 1882-1914

Segunda parte: 1914-1921

El detonante del desencadenamiento de la Gran Guerra en Europa es el asesinato el 28 de junio de 1914 en Sarajevo-capital de Bosnia, entonces provincia austrohúngara- del archiduque Francisco Fernando y de su esposa Sofía de Ghotek. El 23 de julio Viena da un ultimátum a Serbia y el 28 del mismo mes le declara la guerra. El 30, Rusia moviliza sus tropas hacia el sur en un claro gesto de apoyo a Serbia. El 1 de agosto Alemania anuncia el inicio de las hostilidades con Rusia y el 3 hace lo mismo con Francia, aliada de esta. Mientras tanto, el día 2, el Imperio otomano, oficialmente neutral, firma un acuerdo secreto con Berlín y el 28 de octubre-bajo presión germana- ataca los puertos de Odesa y Sebastopol. Estambul hace así su entrada en la conflagración al lado de las potencias centrales.

Alemania, por su parte, aspira al control del muy estratégico canal de Suez frente a una Gran Bretaña que desea evitar el incendio de la región por la que transitan gran parte de las armas y que el 18 de diciembre de 1914 proclamará su protectorado sobre Egipto.

El sultán Mehmed V había proclamado anteriormente -el 11 de noviembre-la jihad, la guerra santa con la esperanza de recibir el apoyo del mundo musulmán.1

Jerusalén en ese momento concentraba la mayor población judía en la zona con 45.000 personas sobre un total de 70.000 habitantes (12.000 musulmanes y 13.000 cristianos).

El estallido del conflicto bélico en Europa tuvo importantes repercusiones en Palestina. Ya en agosto se declaró la ley marcial, cerraron los bancos y la administración otomana expulsó a 15000 ciudadanos de los países enemigos en 1915. Hubo un descenso de la población que pasó de 800.000 habitantes antes del inicio de la contienda a 700.000. En lo que respecta a la judía esta disminuyó desde las 85.000 personas a un total de 50.000.

Estambul lanza una campaña de reclutamiento de todos los hombres de 18 a 45 años que no tuvieran nacionalidad extranjera. Los caballos y las bestias de carga son requisados, así como las carretas. Se confiscan, asimismo, las cosechas de grano y de almendras. El 1º de octubre de 1914 se pone fin al sistema de capitulaciones.2

Con la entrada en guerra de la Sublime Puerta al lado de la Triple Alianza (Alemania, Austria-Hungría e Italia, si bien esta última cambiaría de bando el año siguiente), el reclutamiento se convirtió en uno de los mayores problemas para la comunidad judía. La mayoría de los varones hebreos eran rusos (45.000 al menos). El resto tenía nacionalidades diversas: francesa, inglesa, austríaca, alemana y española. Los cónsules de esos países repatrian a sus ciudadanos, pero no en el caso de los rusos que tenían que “otomanizarse” o irse.3

Por lo que hace referencia a la población palestina, Si Ahmed Taleb considera que en 1914 había perdido la esperanza de ver a las autoridades otomanas tomar decisiones en contra de la expansión sionista. Considera a estos como aliados de Estambul frente al renacimiento árabe y se inquieta de que Max Nordau, cofundador de la Organización Sionista Mundial (OSM) junto con Theodor Herzel en 1897, haya prometido que los sionistas se plantearán la defensa del Imperio otomano contra el mundo árabe con la creación de un Estado judío fuerte en Palestina.4

De hecho, en agosto de 1914, Alexandre Aharonson crea una fuerza combatiente en Zikron-Yaakov, colonia en el monte Carmelo fundada en 1882, los Guidonin, formada por 35 voluntarios, con la intención de demostrar al gobierno turco que la comunidad judía responderá a la llamada a filas por lealtad. Más tarde, en el invierno de 1915, los dirigentes del Hashomer, Israel Shoat, David Ben Gurion e Itzhak Ben Zvi lanzan la idea de crear una legión judía en el seno del Ejército imperial, proposición rechazada por el nuevo gobernador de la región Cemal Baja5

Cemal Bajá. Fuente: Orient XXI

A pesar de todo el gobierno turco no se fiaba de la lealtad de sus súbditos no musulmanes. Entre 1914 y 1915, 12.000 judíos son expulsados hacia Alejandría, en Egipto. En 1915, 744 son trasladados a Ajaccio, en Córcega y ya en 1917 dos mil son enviados a Damasco, Siria.6

Aun así no todas las autoridades otomanas estaban en la misma línea. Mehmet Talaat, por ejemplo, ministro del Interior del gobierno de Estambul, pidió que se implementasen reparaciones para los judíos deportados que se encontraban en Alejandría y Puerto Saíd y más adelante, ya en 1917 que se abriera una investigación sobre las acusaciones de homicidios y torturas que sufrieron militantes sionistas en octubre de ese año.7

Volviendo, sin embargo, a 1915, las hostilidades en la región alcanzan su apogeo en la batalla de Galípoli o de los Dardanelos que se inicia el 19 de febrero y se prolonga hasta el 9 de enero de 1916 constituyendo una verdadera hecatombe, una carnicería para los aliados occidentales (250.000 bajas británicas; otras tantas otomanas y 50.000 franceses).

Londres constata que vencer a los turcos en los frentes de batalla no es tarea fácil e intenta, en consecuencia, desestabilizarlos desde el interior mediante la incitación de las tribus beduinas a rebelarse contra Estambul a cambio de la promesa del establecimiento de un gran estado árabe independiente.

Es en este contexto que se desarrolla la correspondencia entre Sir Henry Mc Mahon, alto comisionado británico en Egipto y Husayn ibn Ali, jerife de La Meca, descendiente del profeta Mahoma y guardián de los lugares santos de Medina y La Meca. Era el padre de Fayçal, futuro rey de Siria (y después de Irak) y de Abdallah que se convertiría años después en soberano de Transjordania. El plan era sublevar la región de Hijaz8 contra los otomanos.

Ya en 1914 el secretario de Estado de Guerra, Horatio Herbert Kitchener, había enviado desde El Cairo a Abdullah, hijo de Hussein,un mensaje en que le prometía la ayuda de Londres. Hussein era, además, el único capaz de contrarrestar el llamamiento del sultán otomano a la yihad.

Como contrapartida a su participación en la guerra, los árabes pedían la creación de un reino que se extendiera desde Cilicia (zona costera meridional de Anatolia) hasta Persia con la exclusión de Adén en Yemen que permanecería en manos británicas así como el califato árabe.

En julio de 1915 Hussein envió una carta a Mc Mahon en la que detallaba las condiciones bajo las cuales consideraría una asociación con los británicos. Como se ha indicado anteriormente, el jerife buscaba la independencia para la totalidad de las tierras de habla árabe al este de Egipto.

La correspondencia no fue en modo alguno un tratado formal y los desacuerdos persistieron sin resolverse. Aun así, Mc Mahon respondió a la misiva con otra fechada el 24 de octubre del mismo año en la que ofrecía al sârïf de La Meca las siguientes garantías:

(1) Con sujeción a las modificaciones anteriores, Gran Bretaña está dispuesta a reconocer y apoyar la independencia de los árabes en todas las regiones dentro de los límites exigidos por el jerife de La Meca.

(2) Gran Bretaña garantizará los Santos Lugares contra toda agresión externa y reconocerá su inviolabilidad.

(3) Cuando la situación lo permita, Gran Bretaña dará su asesoramiento a los árabes y les ayudará a establecer lo que parezcan ser las formas de gobierno más adecuadas en esos diversos territorios.

(4) Por otra parte, se entiende que los árabes han decidido buscar el consejo y la guía de Gran Bretaña únicamente, y que los asesores y funcionarios europeos que puedan requerirse para la formación de una forma sólida de administración serán británicos.

(5) Con respecto a los vilayatos de Bagdad y Basora, los árabes reconocerán que la posición establecida y los intereses de Gran Bretaña requieren acuerdos administrativos especiales para proteger estos territorios de la agresión extranjera, promover el bienestar de las poblaciones locales y salvaguardar nuestros intereses económicos mutuos.9

A pesar de todo, el Reino Unido no confiaba realmente en que el establecimiento de un gran estado árabe favoreciese sus intereses en la región y temía que fuese, al contrario, fuente de inestabilidad. Es por eso que Downing Street empezó a negociar con su aliado en la guerra, Francia, a fin de llegar a un acuerdo con París que garantizase a ambas potencias coloniales el control de la zona. El 16 de mayo de 1916 el teniente coronel Mark Sykes por parte de la Gran Bretaña y el cónsul francés en Beirut, François George Picot firman el acuerdo que lleva su nombre.10 Sykes no tenía más que un vago conocimiento de la zona, según Myriam Jakoubi de la Univesidad de Toulose II, la cual conocía solamente por sus viajes de placer y, además, no hablaba ni árabe ni turco. Picot, por su parte, era miembro del Comité de l’Asie française, un grupo relacionado con los medios coloniales que abogaba por la promoción de la presencia de París en el continente asiático. Desde hace unos años algunos autores-como Louis Le Douarin11– tienden a matizar la idea de que el mapa de la región se dibujó arbitrariamente por europeos sin tener para nada en cuenta las condiciones geográficas ni la distribución étnica, religiosa o cultural. En cualquier caso, es incuestionable la importancia que para el devenir de la zona tuvo el pacto. Al final de los intercambios entre los dos ministros de Asuntos Exteriores, Edward Gray y Paul Cambon, Mark Sykes y François Georges-Picot consiguieron cerrar un acuerdo según el cual las provincias árabes del Imperio Otomano se repartían entre los dos poderes de la siguiente manera, debidamente trazados en un mapa:


–Zona azul: la costa siria y Cilicia, zona costera del sur de Anatolia que domina el golfo de Alejandría, quedan bajo administración francesa.

Zona roja: los wilayets iraquíes de Bagdad y Basora y el puerto de Haifa en la costa palestina se atribuyen a la administración británica.

-Zona marrón: Palestina al oeste del Jordán, excepto Haifa, permanecerá sometida a una forma de administración internacional que se definirá con Rusia lo que, para los ingleses, es una manera conveniente de evitar el control de los lugares santos cristianos codiciados por los franceses.
–La región central situada entre estas tres zonas será transferida “al Estado árabe o a la confederación de Estados árabes” que deberá crearse después de la guerra, una forma de tener en cuenta la correspondencia Hussein. Este estado árabe, sin embargo, no será del todo independiente porque está previsto dividirlo en dos zonas de influencia , una francesa en el norte (el interior de Siria y el wilayet de Mosul, marcada en azul) y otra inglesa en el sur (en la frontera entre Egipto e Irak, encerrada en un círculo rojo).12

Mapa de los acuerdos Sykes- Picot. Fuente: Jacques Leclerc.


En cuanto a Rusia, el acuerdo establecía que el zar mantendría su participación en Estambul, los territorios adyacentes al estrecho del Bósforo y cuatro provincias cercanas a las fronteras del Imperio de Nicolás II en Anatolia oriental. Grecia, por su parte, recibió el control de las costas occidentales de Turquía y a Italia se le concedió el SO de la misma. Cuando Nicolás II fue derrocado en 1917, los bolcheviques liderados por Vladimir Lenin encontraron una copia de los acuerdos en los archivos del gobierno. Leon Trotsky, a la sazón comisario del Pueblo para Asuntos Exteriores de la RSFS de Rusia, publicó una copia de ellos en el diario Izvestia el 24 de noviembre de 1917 y Lenin los calificó como “acuerdo de los ladrones coloniales.13” El 6 de diciembre de 1916 David Lloyd George, liberal, toma posesión como primer ministro del Reino Unido en el marco de una coalición de gobierno con los conservadores. El nuevo premier era un sionista empedernido que admiraba profundamente a Jaim Weizmann, químico bielorruso judío que trabajaba para Londres-él, de hecho, había adquirido la nacionalidad británica- durante la guerra.14 El nuevo jefe del ejecutivo del Reino Unido imprime un claro giro a favor de los defensores de la creación de un hogar nacional judío en Palestina. Se trataba de una posición que marcaría un rumbo inverso al de su predecesor Henry Aquitz que, como ya se ha comentado, había intentado un acercamiento a los árabes a fin de debilitar al Imperio otomano. En este contexto Arthur James Balfour es nombrado secretario de Estado de Asuntos Exteriores y será el encargado de implementar este cambio de estrategia. Ya a principios de 1917 Londres y París habían llegado a un acuerdo en relación al jewish national home y estaban manteniendo conversaciones con los rusos para lograr su consentimiento para tal iniciativa. Al mismo tiempo entró en escena la iglesia católica e Italia, a su vez, pidió una parte de Palestina. Al principio, franceses e ingleses negaron a Roma sus demandas, pero cuando el representante de la Organización Sionista Mundial (OSM), Nahum Sokolow-que había ido a la Ciudad Eterna expresamente a entrevistarse con el papa para obtener su apoyo a un hogar nacional– fue presentado al ministro de Asuntos Exteriores del país transalpino, Sidney Sonnino, se esperaba que pudieran realizarse algunos cambios. Benedicto XV accedió a las peticiones de Sokolow y en el 10 de Downing Street consideraron que se daba con ello un paso más hacia la ocupación de Palestina. Después de su encuentro con Sokolow, Sonnino también se convirtió en un actor en el destino de Palestina. Mientras tanto, el Gobierno de Su Majestad había enviado un despacho a Sir Mark Sykes subrayando su apoyo a las aspiraciones sionistas y dándole instrucciones para que ayudase al enviado ruso en París y Roma. En junio de 1916, Hussein y los beduinos pasan a la acción. Es el inicio de la denominada revuelta árabe. El jerife Husayn escenificó la rebelión con un gesto simbólico y con un texto. El día 10 de junio de 1916 desde su palacio lanzó el primer disparo, una señal de combate. Pero, además, publicó una declaración de guerra contras las autoridades turcas. El texto pretendía justificar la revuelta aludiendo a la impiedad y corrupción de estas. Negaba la legitimidad del sultán sobre los musulmanes porque los otomanos habrían intentado acabar con la lengua árabe, al eliminarla de las escuelas, del uso administrativo y en la justicia, además de haber matado a las figuras del Renacimiento árabe, los que más habían hecho por la Umma, es decir, la Comunidad de los Creyentes.15 El levantamiento en contra del gobierno de Estambul se materializa en el asedio de plazas fuertes (Medina) y en una progresión en dirección al norte hacia la Transjordania y, posteriormente hacia Siria en paralelo a los esfuerzos británicos (tropas australianas y neeerlandesas) a partir del Sinaí rumbo a Palestina. Thomas Edward Lawrence (Lawrence de Arabia) participó en los ataques a la ciudad santa así como a la línea ferroviaria del Hiyaz que unía Medina a Damasco con un ramal hacia Haifa. Este medio de transporte permitía a los otomanos acceder fácilmente a sus guarniciones en el Hiyaz, Asir y Yemen. El 11 de marzo de 1917 efectivos británicos dirigidos por el general Stanley Maude entran en Bagdad, zona que había sido declarada-como ya se ha comentado anteriormente- de obediencia de Londres en los acuerdos Sykes-Picot con lo que se consolida la expansión del Reino Unido por la región. En la zona Palestina constituye una pieza clave que no se puede dejar en manos de otras potencias aliadas pero rivales coloniales, como Francia y menos aún a países enemigos como la Alemania del emperador Guillermo II. A mediados del mismo año, precisamente la prensa del Reich comenzó a publicar artículos en los que se valoraba la relevancia que estaba adquiriendo el movimiento sionista y la importancia de una Palestina judía para Estambul así como del supuesto peligro que representaría para las potencias centrales una Palestina judía bajo control británico. En el número 10 de Downing Street se pensaba que los judíos rusos eran un bloque de crucial importancia en el país alejados del bolchevismo y más en línea con el Imperio británico y el esfuerzo bélico de los aliados occidentales. Esta sería una razón más-aparte de la estratégica ya mencionada- para apoyar al sionismo. Es en este contexto que el 2 de noviembre de 1917 el ministro de Asuntos Exteriores Arthur James Balfour envia al barón Lionel Walter Rothschild, presidente de la British Zionist Federation [Federación Sionista británica] y financiador del movimiento, una carta que el Times publica el día 9 del mismo mes. La misiva de 67 palabras en inglés bajo el título Palestine for the Jews.Official Sympathy [Palestina para los judíos. Simpatía oficial] fue el primer documento de carácter internacional en definir a una entidad política como “hogar nacional” si bien el término ya había sido usado por los sionistas durante su primer congreso en Basilea en 1897. Eso explica que en la época nadie comprendiera el alcance de lo que significaba un “hogar nacional” y en qué se diferenciaba de un Estado. Quizás la ambigüedad se debiera al hecho de que en ese momento y a pesar de su crecimiento, el sionismo seguía siendo minoritario entre los judíos o para no herir las susceptibilidades de los árabes máxime teniendo en cuenta que a ellos sí que se les había prometido explícitamente un Estado. Los sionistas interpretaban el término “hogar” (home) como un hogar para todo el pueblo judío, no solo para aquellos que residían en Palestina en ese momento. La Declaración no establecía fronteras definidas para el territorio si bien entre los líderes británicos existía la convicción prácticamente unánime, según el profesor Kenneth W. Stein, de que los judíos acabarían creando un Estado.16

Declaración Balfour. Fuente: 1914-1918 Online.

He aquí el texto de la Declaración:

Estimado Lord Rothschild

Tengo gran placer en enviarle a usted, en nombre del gobierno de su Majestad, la siguiente declaración de apoyo a las aspiraciones de los judíos sionistas que ha sido remitida al gabinete y aprobada por el mismo.

‘El gobierno de su Majestad ve favorablemente el establecimiento en Palestina de un hogar nacional para el pueblo judío y usará sus mejores esfuerzos para facilitar el logro de este objetivo, quedando claramente entendido que no debe hacerse nada que pueda perjudicar los derechos civiles y religiosos de las comunidades no judías existentes en Palestina, o los derechos y el estatus político que disfrutan los judíos en cualquier otro país’.

Estaré agradecido si usted hace esta declaración del conocimiento de la Federación Sionista.

Arthur James Balfour

En la Declaración no se menciona explícitamente a la población árabe que representaba entonces el

91% de los 670.000 habitantes de la región frente a un 9% de judíos.17Se dice, simplemente, que no se pueden perjudicar “los intereses civiles y religiosos de las comunidades no judías.”

Antes incluso de que se ratificase la Declaración estallaron en Palestina violentas protestas en contra la política “prosionista” del Reino Unido, los árabes decidieron ignorarla y todo cuanto se hiciera en su nombre. La denunciaron como parte del “compló judeobritánico”para adueñarse de su tierra.

Los sionistas, por contra, la presentaron como un reconocimiento oficial de sus aspiraciones por parte del Estado británico. Para el diario Jewish Chronicle del Reino Unidose trataba de un “triunfo judío.”

Y ahora ellos [los sionistas] han obtenido no tan solo un reconocimiento histórico de la justicia y de la pertinencia de su punto de vista sobre la posición judía sino que su actividad-tan a menudo cuestionada por los sectores más potentes de la comunidad judía- era políticamente sensata y éticamente justa.18

Pocas semanas después, el 11 de diciembre, el general inglés Edmund Allenby entraba con sus tropas en Jerusalén poniendo fin así a cuatro siglos de ocupación otomana de la ciudad. David Lloyd George, a la sazón primer ministro, declaró que tal hecho constituía “un regalo de Navidad para el pueblo británico.”

Según afirma el profesor de Berkeley Hatem Bazian, Allenby habría declarado al entrar en la ciudad tres veces santa que “ahora las guerras de las cruzadas han sido completadas.”

La declaración del militar no habría sido aislada como lo ilustran una serie de publicaciones en la prensa y en los libros del Reino Unido en esos días. Un ejemplo de ello es la revista Punch cuyo titular del 19 de diciembre hacía referencia a “la última cruzada.19

Según el historiador James Renton, la Declaración constituía antes que nada “una especie de propaganda de guerra.” La población árabe de Palestina era considerada por el ministerio de la Guerra como un agregado de comunidades religiosas sin importancia y fue menospreciada por los cálculos británicos que tenían como único objetivo la adhesión de los sionistas y de los árabes de la Península.20

El 30 de septiembre de 1918 las tropas aliadas al mando del general Allenby culminan la ocupación de Palestina.

Un mes después, el 30 de octubre se firma el Armisticio de Mudros entre británicos- en representación de todos los aliados- y los otomanos. Pocos días más tarde, el 11 de noviembre se rubrica en Compiègne, Francia otro Armisticio con el Imperio alemán. La guerra ha terminado.

El 3 de enero de 1919 tiene lugar la firma del llamado acuerdo Faisal- Weizmann entre el emir Faisal, el tercer hijo de Husayn ibn Ali, rey del efímero reino de Hiyaz y Jaim Weizmann, a la sazón presidente de la Organización Sionista Mundial (OSM). El texto, que se puede consultar aquí, fue presentado por una delegación al sionista estadounidense Felix Frankfurter junto con una carta de T.E.Lawrence. Ambos documentos pretendían demostrar que los planes sionistas para Palestina contaban con la aprobación plena de los árabes.

A priori puede resultar sorprendente que Faisal aceptara una “emigración a gran escala de judíos” como establecía el artículo 4. Quizás la razón se encuentre, como afirma Christian Nader, historiador mexicano de origen libanés, en la manipuladora traducción de T.E. Lawrence que hacía de intérprete entre ambos.

El 28 de junio de 1919 se firma el Tratado de Versalles (consulta aquí) en la famosa galeria de los espejos del castillo. La parte Iª del mismo establecía la constitución de un organismo internacional, la Sociedad de Naciones, que velaría , supuestamente, por la paz entre los estados, y evitaría las guerras para resolver conflictos entre ellos.

Al principio estaba compuesta por 41 países. En 1925 se admitió en su seno a Alemania y en 1934, a la URSS, año en que el número de integrantes llegaría hasta los 59.

El artículo 22 del pacto organizaba un sistema de mandatos. Un mandato era la potestad que se otorgaba a un Estado para ejercer la tutela de las colonias. Así se estipulaba en el tratado:

A las colonias y territorios que, como consecuencia de la última guerra, han dejado de estar bajo la soberanía de los Estados que antes los gobernaban y que están habitados por pueblos que todavía no pueden valerse por sí mismos en las duras condiciones del mundo moderno, debe aplicarse el principio de que el bienestar y el desarrollo de tales pueblos constituyen un deber sagrado de la civilización y de que las garantías para el cumplimiento de este deber deben estar incorporadas en el presente Pacto.

El mejor método para llevar a la práctica este principio consiste en confiar la tutela de tales pueblos a naciones avanzadas que, por sus recursos, su experiencia o su situación geográfica, puedan asumir mejor esta responsabilidad y que estén dispuestas a aceptarla, y en que esta tutela sea ejercida por ellas como Mandatarios en nombre de la Liga. El carácter del mandato debe diferir según la etapa de desarrollo del pueblo, la situación geográfica del territorio, sus condiciones económicas y otras circunstancias similares.21

En relación a Palestina se podía leer en el mismo artículo:

Ciertas comunidades que antes pertenecían al Imperio turco han alcanzado una etapa de desarrollo en la que su existencia como naciones independientes puede ser reconocida provisionalmente, sujeta a la prestación de asesoramiento y asistencia administrativa por parte de un Mandatario hasta el momento en que sean capaces de valerse por sí mismas. Los deseos de estas comunidades deben ser una consideración principal en la selección del Mandatario.22

La Conferencia de San Remo concedió a Londres plenos poderes legislativos y administrativos sobre Palestina los cuales ya ejercía de facto en aquel momento. Por lo que hace referencia al estatus de los árabes el artículo solamente aludía a sus derechos religiosos “de todos los habitantes de Palestina.” Además se encargaba a la potencia mandataria:

El mandatario será responsable de meter al país en condiciones políticas, económicas y administrativas tales que aseguren la constitución de la nación [Jews National Home] como se dispone en el preámbulo y en el desarrollo de las instituciones de autogobierno así como para la salvaguarda de los derechos civiles y religiosos de todos los habitantes de Palestina sin distinción de raza o religión.

Un punto clave del acuerdo es el relativo a la inmigración judía que se contempla en el artículo 8. En Locarno se dio luz verde a la política sionista en la materia lo cual sería determinante para el futuro de la zona.

La administración de Palestina con el objetivo de garantizar que los derechos y las posiciones de las otras partes de la población no sean perjudicados, facilitará la inmigración hebrea bajo condiciones apropiadas y alentará, en colaboración con la agencia hebrea indicada en el artículo 4, el próximo asentamiento de los hebreos en la tierra incluidas tierras del Estado e incultas no requeridas para fines públicos.

En relación a la agencia hebrea esto es lo que se estipulaba en el artículo 4.

Una agencia hebrea ad hoc será reconocida como persona jurídica con la finalidad de aconsejar y cooperar con la administración de Palestina en cuestiones económicas, sociales y otras referidas a la constitución de la nación hebrea y los intereses de su población en Palestina y siempre sujeta al control de la administración, asistir y tomar parte en el desarrollo del país. La organización sionista siempre que su organización y constitución sean adecuadas en opinión del mandatario, será reconocida como tal agencia. Mantendrá consultas con el Gobierno de Su Majestad británica para asegurar la cooperación de todos los hebreos dispuestos a colaborar en la constitución de la nación hebrea.23

París recelaba de las intenciones del gobierno de Lloyd George en relación al alcance del Jewish National Home. Es revelador a este respecto el mensaje que el presidente del Consejo, Alexandre Millerand. envió a Henri Gouraud, alto comisario de Francia en el Levante.24

El gobierno francés y sus delegados en las diferentes conferencias no han admitido nunca que Palestina pueda convertirse en un Estado sionista ni que un régimen sionista pueda ser instaurado allí. No se ha abordado nada más que la instalación de un foyer national juif [hogar nacional judío], es decir, facilitar el establecimiento y el desarrollo próspero de colonias judías agrícolas, industriales en ciertos puntos del territorio palestino donde los judíos podrían venir de diferentes partes del mundo para encontrar un hogar sobre la antigua tierra natal. Siempre se ha especificado de la manera más explícita que los grupos israelitas no gozarían en ningún grado de derechos políticos, civiles o religiosos superiores a los de otras poblaciones cristianas o musulmanas y que no estarían en disposición de ir en contra del libre desarrollo o de disminuir las garantías dadas a todas las comunidades que viven en Palestina. Por último, en la Conferencia de San Remo el intercambio de explicaciones entre lord Cuzon [Ministro de Asuntos Exteriores del Reino Unido] y yo no me han dejado ninguna duda al respecto.25

De izquierda a derecha, el embajador japonés, Keishoro Matsui; David Lloyd George, premier británico; Alexandre Millerand, presidente del Consejo francés y su homólogo italiano, Francesco Severio Nitti. Conferencia de San Remo, abril 1920.Fuente: Wikipedia


Lo acordado en San Remo no contribuyó, precisamente, a calmar unos ánimos cada vez más exaltados entre árabes y judíos. De hecho, dos semanas antes, se produjeron violentos enfrentamientos en Jerusalén durante la celebración de la procesión de Nabi Musa entre el 4 y el 11 de abril . La festividad de Nabi Musa era una celebración musulmana de primavera que comenzaba cada viernes anterior al Viernes Santo y que consistía en una procesión al santuario de Nabi Musa (tumba de Moisés), cerca de Jericó. Entre 60.000 y 70.000 personas se concentraron en Jerusalén el domingo 4 de abril. La multitud entre gritos independentistas y eslóganes antijudíos saqueó el barrio hebreo de la ciudad. A pesar de la imposición de la ley marcial continuaron durante días los robos, violaciones y asesinatos amén de la quema de casas. El balance de los enfrentamientos fue de 5 muertos y 216 heridos entre los judíos y 4 muertos y 23 heridos entre los árabes. En mayo las autoridades de Londres enviaron a la zona una comisión de investigación sobre los sucesos, la Comisión Palin, la cual elaboró un informe que se firmó en julio (si bien no se hizo público nunca) que repartía las responsabilidades entre los dos bandos enfrentados. Estas fueron las conclusiones a las que llegó sobre los motivos de la revuelta.

(a) La decepción árabe por el incumplimiento de las promesas de independencia que aseguraban haber recibido durante la guerra.

(b) La creencia árabe de que la Declaración Balfour implicaba una negativa al derecho de autodeterminación, y su miedo a que el establecimiento de un Hogar Judío significase un gran aumento de la inmigración judía y llevara a su subordinación económica y política ante los judíos.

(c) El agravamiento de estos sentimientos, por un lado debido a la propaganda que venía desde el exterior de Palestina en relación con la proclamación del emir Faisal como rey de una Siria reunificada y al crecimiento de las ideas panárabes y panislámicas, y por otro lado a las actividades de la Comisión Sionista apoyada por los recursos y la influencia de los judíos del resto del mundo.

La inmigración a Palestina era vista por la mayoría de sus habitantes como el mayor de los peligros mientras que dentro del movimiento sionista había divergencias sobre el modo de hacer frente al “problema árabe”, esto es, al desequilibrio demográfico entre los diferentes grupos en la zona. Israel Zangwill, exdirigente de la JTO, Jewish Territorial Organization [Organización Territorial Judía] disuelta en 1917 consideraba que el traslado de poblaciones era algo legítimo con vistas a la instauración del hogar nacional judío. Afirmaba que, de hecho, era lo que habían hecho los franceses al expulsar a millares de alemanes de Alsacia y Lorena.

Sus 600.000 árabes, cuya presencia desproporcionada constituye el más grave obstáculo a la emergencia de un Estado judío no ha creado más que problemas allí [en Palestina] para las colonias judías y tendrían que ser gradual y amistosamente trasladados al reino árabe que debe ser restablecido justo al lado y con el cual el Estado judío cooperaría cordialmente. La redistribución de las razas redunda en el interés de la felicidad mundial general y, estoy convencido de ello, una de las funciones de la Sociedad de Naciones es la ejecución de numerosas decisiones que afectan a varias partes de Europa.27

El 15 de junio de 1920, Vladimir Zeev Jabotinsky crea una organización paramilitar de defensa, la Haganah que se nutrirá de los miembros de los kibutz y de los moshavim.28 Se le condenó a 15 años de cárcel y a 3 años a otros integrantes del embrionario grupo, pero serían liberados en julio, un mes después. Jabotinsy fue un personaje muy controvertido y aún lo es en la actualidad. Representante del llamado sionismo revisionista, abogaba por volver a los límites geográficos del Israel de la antigüedad y se oponía al sionismo socialista de David Ben-Gurion. Era, además, un admirador declarado de Benito Mussolini. Quince días después, el 1 de julio, Herbert Louis Samuel toma posesión del cargo de alto comisionado del Mandato británico de Palestina si bien este no entraría en vigor hasta el 29 de septiembre de 1923 a raíz de la ratificación del Tratado de Lausana. El 10 de agosto del mismo año 1920 se firmó en Francia, en una localidad situada al sur de París el Tratado de Sèvres. En su artículo 129 en lo relativo a la nacionalidad de los judíos del territorio se decía:

Los judíos de nacionalidad distinta de la turca que residan habitualmente, al entrar en vigor el presente Tratado,, dentro de los límites de Palestina, determinados de conformidad con el artículo 95, se convertirán ipso facto en ciudadanos de Palestina, con exclusión de cualquier otra nacionalidad.29

En 1921, entre la Conferencia de San Remo y el Mandato de la Sociedad de Naciones, el Reino Unido atribuyó el 80% de Palestina (al este del río Jordán) al emir Abdalá, hijo de Hussein Ben-Ali, el jeque de La Meca no dejando al “hogar nacional judío”más que el 20% del territorio sobre el cual se le había reconocido el derecho de establecerse.30 Aunque el rey Jorge V continuaba apoyando a los judíos, Londres temía una reacción árabe más violenta y eso podría explicar su errática política en la región. Además, Winston Churchill, fue nombrado secretario de Estado para las Colonias y, aunque en su visita a Palestina no aceptase una petición para prohibir la emigración a la zona, no era tan filosionista como su predecesor. El monarca inglés, por su parte, se desplazó a la región en la primavera y allí rechazó la petición que le hicieron los árabes de suprimir la Declaración Balfour. Los temores britanicos no eran infundados. El sentimiento antibritánico y antisionista estaba liderado por las élites árabes con el gran muftí de Jerusalén, Amin Al-Husayni, a la cabeza. Había sido designado para el cargo por Herbert Samuel, el alto comisionado de Londres.31

Territorio del Mandato británico de Palestina. Fuente: Jewish Virtual Library.


Si bien la resistencia palestina a la colonización fue en su mayoría no-violenta y tuvo un carácter no armado, ya se han mencionado los disturbios de Nabi Musa del año anterior. Más graves todavía fueron los enfrentamientos que se produjeron entre el 1 y el 7 de mayo de 1921. El origen de los altercados se encuentra en el choque entre dos manifestaciones de judíos-una de socialistas y otra de comunistas- para celebrar el Primero de Mayo, pero pronto se convirtieron en ataques de árabes contra judíos y, a continuación, en represalias de estos contra aquellos. El balance fue trágico: 47 muertos y 146 heridos entre los judíos y 48 muertos y 73 heridos entre los árabes.32

*Este artículo es la segunda parte de La colonización de Palestina (1882-1939) Primera parte (1882-1914)

BIBLIOGRAFÍA

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1 Yossef Charvit “La Première Guerre Mondiale et le Yishouv” En:Tsafon. Revue d’études juives du Nord. Nº 67, 2014. p.127. Disponible en: https://journals.openedition.org/tsafon/9691

2 Las capitulaciones fueron un conjunto de concesiones o privilegios que el Imperio otomano concedió a los naturales de las potencias europeas que residían en su territorio, con el fin de promover el comercio y mantener aliados en el Viejo Continente. No obstante, con la pérdida de poder relativo del Imperio y la creciente influencia europea, las capitulaciones se convirtieron en una herramienta de intervención en territorio otomano, que vulneraba su soberanía y los propios acuerdos de las mismas.

Gadea Carpintero García “El sistema de capitulaciones en el Imperio otomano (1535-1923).” En: ResearchGate, junio 2021. Disponible en:

3 Jacob Markowitzsky “Conflict of loyalties: The Enlistmen of Paslestinian Jews in the Turkish Army” [Conflicto de lealtades: El enrolamiento de los judíos palestinos en el Ejército turco]. Citado por: Yossef Charvit La Première Guerre Mondiale et le Yishouv.” en: Tsafon. Revue d’études juives du Nord, nº 67, 2014, p.132. Disponible en: https://journals.openedition.org/tsafon/9691

4 Hassan Ali Allak The attitude of the ottoman empire toward the zionist movement, 1897-1909 [ La actitud del Imperio otomano hacia el movimiento sionista, 1897-1909]. Beirut, 1980, p.425, 257-258. Citado por Si Ahmed Taleb, en La colonisation de la Palestine (1835-1914),p.183.

5 Yossef Charvit La Première Guerre Mondiale et le Yishouv.” en: Tsafon. Revue d’études juives du Nord, nº 67, 2014, p.133. Disponible en: https://journals.openedition.org/tsafon/9691

6 Ibidem, p.135.

7 Thomas Vescovi, “Les Palestiniens et le projet sioniste” [Los palestinos y el proyecto sionista]. En: Les clés du Moyen-Orient. 06/05/2016. En:

8 Región histórica del NE de la Península arábiga

9 “Gran Bretaña. Documentos parlamentarios, 1939, Misc, Nº 3, Cmd 5957. Fuente citada en: Recortes de Oriente Medio. Disponible en:

10 Los verdaderos signatarios son Edward Grey, secretario de Estado británico de Asuntos Exteriores y Paul Cambon, embajador de Francia en

Londres según sostiene Louis Le Douarin. Louis Le Douarin “Carte à la une. Déconstruire un récit impérial: le mythe Sykes-Picot.” [Mapa en portada:

desmontar un relato imperial] En: Géo confluences. Ressources de géographie pour les enseignants. Disponible en:

11 Le Douarin afirma que pocas de las fronteras actuales se corresponden con las supuestamente trazadas en el acuerdo y que su implementación efectiva tiene lugar entre 1920 y 1932 e implica a actores británicos, franceses, turcos, pero también locales.

Ibidem.

12 Yara El Khoury “Centenaire des accords Sykes-Picot: historique et perspectives “ [Centenario de los acuerdos Sykes-Picot: historia y perspectivas] En: Les clés du Moyen-Orient, 28/04/2016. Disponible en: https://www.lesclesdumoyenorient.com/Centenaire-des-accords-Sykes-Picot-historique-et-perspectives.html

13A century on: Why Arabs resent Sykes-Picot” En: Interactive.aljazzeera. [Un siglo después: ¿Cómo abordan los árabes Sykes-Picot?], 2016. Disponible en: https://interactive.aljazeera.com/aje/2016/sykes-picot-100-years-middle-east-map/index.html

14 Se hizo famoso porque logró obtener acetona, un disolvente cuya carencia amenazaba la producción de cordita, que era un explosivo utilizado por los cañones de la Armada.

“Jaim Weizmann” en : Wikipedia. La enciclopedia libre.(consulta 11/10/2024). En https://es.wikipedia.org/wiki/Jaim_Weizmann

15 Eduardo Montagut “La Revuelta Árabe comienza.”En: Nueva Tribuna, 07/12/2015. Disponible en:

16 Kenneth W. Stein “La Declaración Balfour.” En: CIE. Center for Israel Education, 2007. Disponible en:

17 Entre los árabes había unos 100.000 beduinos, además de los del Hiyaz, rusos, sirios, egipcios, sudaneses, griegos, judíos (sefarditas y askenazíes), junto con otros residentes de diversas confesiones y nacionalidades.

18 Olivier Rota “La Déclaration Balfour, du “triomphe juif” au réveil du nationalisme arabe (1917-1920). Entre illusions et malentendus?” [La Declaración Balfour, del “triunfojudío” al despertar del nacionalismo árabe (1917-1920) ¿Entre ilusiones y malentendidos’] En : Tsafon. Revue d’études juives du Nord, nº 74, 2017. Disponible en: https://journals.openedition.org/tsafon/400

19 Hatem Bazian “La conquista británica de Jerusalén.” En: Rebelión, 17/12/2014. Disponible en: https://rebelion.org/la-conquista-britanica-de-jerusalen/#:~:text=El%2011%20de%20diciembre%20de,se%20convirti%C3%B3%20en%20territorio%20ocupado.

20 Citado por Olivier Rota “La Déclaration Balfour, du “triomphe juif” au réveil du nationalisme arabe (1917-1920). Entre illusions et malentendus?” [La Declaración Balfour, del “triunfojudío” al despertar del nacionalismo árabe (1917-1920) ¿Entre ilusiones y malentendidos’] En : Tsafon. Revue d’études juives du Nord, nº 74, 2017. Disponible en: https://journals.openedition.org/tsafon/400

21 “Tratado de paz de Versalles [1919] en español. En: Dipublico.org. Derecho Internacional.06/0672010. Disponible en:

22 Ibidem.

23 Marcelo CiccheseLa risoluzione di San Remo nell’aprile 1920” [La resolución de San Remo en abril de 1920] En: Notizie su Israele. (consulta 02/11/2024). Disponible en: http://www.ilvangelo-israele.it/archivio/Conferenza_San_Remo.pdf

24 El Levant designaba tradicionalmente en francés las regiones costeras de la costa mediterránea asiática. En 1920 Francia aprovechándose de la dislocación del Imperio otomano envía sus tropas a Siria y Líbano. El general Henri Gouraud es designado alto comisario de la zona.

25 Henry Laurens Conférence de San Remo. Un base légale à la création d’un état juif en Palestine? [Conferencia de San Remo. Una base legal para la creación de un Estado judío?] En: Orient XXI, 15/05/2020. Disponible en: https://orientxxi.info/magazine/conference-de-san-remo-une-base-legale-a-la-creation-d-un-etat-juif-en,3875

26 Full Palin Report [Informe completo sobre Palin]. En. Balfour project. (consulta 2/11/2024). Disponible en:

27 Olivier Rota “La Déclaration Balfour, du “triomphe juif” au réveil du nationalisme arabe (1917-1920). Entre illusions et malentendus?” [La Declaración Balfour, del “triunfojudío” al despertar del nacionalismo árabe (1917-1920) ¿Entre ilusiones y malentendidos’] En : Tsafon. Revue d’études juives du Nord, nº 74, 2017. Disponible en: https://journals.openedition.org/tsafon/400

28 Movimiento de asentamiento de judíos en el que los miembros cooperativos se organizaban en moshav, término hebreo que se refiere a una aldea agrícola en la que las familias forman unidades económicas que administran su propia parcela de tierra. El primer moshav se estableció en el valle de Jezreel en 1920. “Movimiento moshav.” en: Wikipedia.. Disponible en: https://ar.wikipedia.org/wiki/%D8%AD%D8%B1%D9%83%D8%A9_%D8%A7%D9%84%D9%85%D9%88%D8%B4%D8%A7%D9%81%D8%A7%D8%AA

29 “Tratado de Sèvres.” En:dipublico.og. Derecho internacional.Disponible en: https://www.dipublico.org/3680/tratado-de-sevres-1920/

30 Emmanuel Navon La France vue d’Israël:illusions perdues” [Francia vista desde Israel: ilusiones perdidas]. En: Outre-Terre, nº 3, 2003, p.253-268. Disponible en: https://shs.cairn.info/revue-outre-terre1-2003-2-page-253?lang=fr

31 Diego Checa Hidalgo “”Una historia en construcción: resistencias no-violentas al colonialismo en Palestina durante el siglo XX”, Universidad de Granada. En: Ayer, nº 124, 2021,p.163-189. Disponible en: https://www.revistasmarcialpons.es/revistaayer/article/view/717/907

32 Mark Levine; Mathias Mossberg “Why the events in Jaffa on May 1, 1921 are important today?” [¿Por qué los acontecimientos en Jaffa el 1º de Mayo de 1921 son importantes hoy?] En: https://www.aljazeera.com/opinions/2021/5/2/why-the-events-in-jaffa-of-may-1-1921-are-important-today

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