La tragedia del puerto de Alicante
Tal como afirma el periodista Julio Merino, en un artículo[1]: “Los últimos días de marzo, hasta el primero de abril de 1939, la tragedia se cebó con los miles de republicanos que esperaban ser rescatados en el puerto de Alicante. Los barcos prometidos por sus líderes nunca llegaron. Algunos republicanos se suicidaron antes de caer en manos del enemigo y quienes no lo hicieron acabaron dando con sus huesos en el campo de concentración de Albatera. Los líderes de la República escaparon al extranjero dejando a miles de compatriotas abandonados a su suerte.
Entre los abandonados estaban Evaristo Viñuales y Máximo Franco, aragoneses y anarquistas, viejos conocidos desde sus inicios de militancia en la CNT en la década de los 30 del siglo pasado, con su bautismo en 1933 al proclamarse el comunismo libertario en las Cinco Villas, compañeros de cautiverio y de evasión de las cárceles de la República, o reunidos por la guerra civil en la Columa Roja y Negra, después 127 Brigada Mixta de la 28 División, son hermanos juramentados para seguir el mismo destino antes de caer en manos de los fascistas: la muerte. Sus vidas como militantes de la CNT concluirán de forma definitiva en el puerto de Alicante, donde cumplieron a rajatabla su juramento, y éstas son sus breves pero intensas vidas, cuyo final abrupto se recoge en el artículo antes citado.
Evaristo Viñuales

Evaristo Viñuales Larroy, Lagunarrota, municipio de Peralta de Alfocea (Huesca) 22-6-1912 – Puerto de Alicante 1 de abril de 1939. Maestro y anarquista ragonés
Viñuales nació en el seno de una familia religiosa y culta: su padre, Evaristo Viñuales Escartín era maestro de Santa Cruz de la Serós (Huesca) y su tía Gregoria, maestra interina de la escuela de niñas de Lagunarrota, dado que ambos eran maestros de la Escuela Normal de Huesca.
Tras la temprana muerte de su padre, ocurrida el 15 de agosto de 1928 a los 45 años, el joven Evaristo completó sus estudios, pasando a estudiar primero en el seminario de Jaca, y después magisterio en la Escuela Normal de Huesca, donde coincidió, entre otros, con José Mavilla, Francisco Ponzán, Miguel Chueca Cuartero, y la que sería su futura compañera, Lorenza Sarsa Hernández y todos ellos alumnos del maestro Ramón Acín Aquilué, hasta convertirse, siguiendo la tradición familiar, en maestro.
En la CNT
En 1931, tras producirse la proclamación de la II República, se unió a la Confederación Nacional del Trabajo. Por sus actividades sindicales y libertarias fue arrestado diversas ocasiones: en febrero de 1932, en abril de 1933 con motivo de la Huelga General de noviembre de ese año, a finales de 1934, acusado injustamente de haber participado el 9 de diciembre de 1933 en el asalto del cuartel de la Guardia Civil de Novales, fue condenado a dos años de prisión en Alcalá de Henares, otra de las acusaciones reiterativa fue que había colaborado junto a otros, en la elaboración de bombas en casa de un compañero, acusación que se demostró falsa.
Tras las elecciones generales de 1936, y con ellas el triunfo del Frente Popular, Viñuales fue puesto en libertad condicional, mudandose a Barcelona donde entró a trabajar como maestro en la escuela racionalista “El Porvenir”. En abril de 1936, fundó, junto con otros compañeros, el semanario de teoría libertaria “Más lejos”. Contando entre los colaboradores de aquella publicación con José Peirats, Federica Montseny, Alexander Shapiro, Emma Goldman, o Jaime Balius.
La Guerra civil
Al iniciarse la guerra, y después de ocupar diversos cargos, en octubre de 1936 fue nombrado maestro en Barcelona de las nuevas escuelas catalanas (CENU), pasando a residir junto con su compañera, en la calle Muntaner de aquella capital. Dos meses más tarde, será nombrado consejero de Información y Propaganda del Consejo de Aragón. En este cargo con la ayuda de Félix Carrasquer fundarían en Monzón la Escuela de Militantes Libertarios de Aragón. En julio de 1937, como secretario del Comité Regional de Grupos Anarquistas de Aragón, tomó parte en el encuentro peninsular de la Federación Anarquista Iberica. A este período pertenecen sus colaboraciones con los diarios libertarios «Cultura y Acción«, «Titán» y «Nuevo Aragón«.
Al producirse la disolución del Consejo de Aragón, llevada a cabo manu militari por las tropas comunistas mandadas por Enrique Lister, empujó a Viñuales a tener que huir hasta Híjar (Teruel) donde se asentaba la 25ª División, y después a Callén (Huesca) donde finalmente se enroló en la 127ª Brigada Mixta, antes columna Roja y Negra, y después 28 División, unidad en la cual su amigo y compañero Máximo Franco Cavero era comandante de la brigada. Nombrado capitán de estado mayor, y después comisario, Viñuales luchó con unidad hasta el final.
Con la guerra ya casi perdida, y después de combatir en Belchite, Teruel, Levante o Extremadura, Evaristo todavía tuvo el sentido de la responsabilidad al decidir formar parte del Comité Nacional del Movimiento Libertario Español, creado en Valencia el 7 de marzo de 1939. Casi un mes más tarde, el 1 de abril, confirmada la derrota republicana y ante la ausencia de la flota prometida para poder partir hacia el exilio, reunido con su amigo Máximo Franco se suicida para no caer en manos de los fascistas; disparándose ambos un tiro en el mismo puerto de Alicante. Afirma la leyenda que antes de suicidarse, sus últimas palabras fueron: “Esta es nuestra última protesta contra el fascismo”. Después el ronco estampido de un disparo y la roja negrura.
La odisea de su compañera Lorenza Sarsa
La compañera de Evaristo Viñuales Larroy, Lorenza Sarsa Hernández, después de resistir los bombardeos fascistas en Barcelona, finalmente consiguió cruzar los Pirineos, y pasar a Francia junto con la hija de ambos, Zeïka Sonia (nacida el 22 de noviembre de 1938). Iniciada la II Guerra mundial ambas fueron capturadas por la Gestapo, a causa de colaborar Lorenza con la resistencia francesa, pero felizmente fueron liberadas durante un traslado, gracias a la intervención del grupo de Ponzán.
Máximo Franco Cavero

Máximo Franco Cavero (1913-1939) Nació en el año 1913 en Alcalá de Gurrea, (Huesca), y falleció el 1 de abril de 1939 en el puerto de Alicante. Militante anarcosindicalista aragonés.
Pertenecía a una familia acomodada. Siendo ya adulto trabajo como barbero, colaborando profusamente en las publicaciones libertarias “Tierra y Libertad” y “El Pueblo de Huesca” con el pseudónimo Éufrates X, recogiendo en sus trabajos las luchas de los anarquistas en su comarca.
En la CNT
Afiliado a la CNT FAI en 1932, en febrero de aquel mismo año fue nombrado secretario del Sindicato y de la Comarcal de Grupos, cargo que ostentará en varias ocasiones, según figura en una ficha franquista (Ver Pares). El 18 de diciembre de 1933 intervino en el movimiento revolucionario que implantó el comunismo libertario en Alcalá de Gurrea, Tormos y Almudevar.
Detenido y encarcelado en la carcel provincial de Huesca, de la que se fugara en septiembre de 1934, junto con otros compañeros. En mayo siguiente, fue apresado de nuevo y condenado, junto con siete compañeros más, por robo y asalto. Al producirse la victoria del Frente Popular en las elecciones generales de febrero de 1936 Máximo Franco fue liberado.
La guerra civil
La sublevación del 18 de julio lo coge en su pueblo natal, y por ello decidió pasarse a la zona republicana, donde se incorpora a las milicias, ingresando concretamente en la Columna Roja y Negra, primero como delegado de grupo, y después como jefe de la 14 Centuria de dicha columna. Al militarizarse las milicias en mayo de 1937, con el grado de comandante pasa a mandar la 127ª Brigada Mixta de la 28 División, cargo que conservará hasta producirse el desastre del frente de Aragón en Marzo de 1938. Momento en que fue destituído, con la excusa de que su unidad se había retirado de varias poblaciones, tal como le sucedió a muchos otros oficiales, que provenían de la CNT, al pasar la unidades bajo el dominio absoluto del PCE.
Según algún autor, al ser Franco rehabilitado, fue destinado al frente de Extremadura, pasando a mandar la 71 División, Al producirse el golpe de Casado, participó con su unidad, en marzo de 1939, en las luchas contra los comunistas en Ciudad Real, luchando en el asalto al palacio episcopal por orden de Antonio Escobar, jefe del ejército de Extremadura, algún testimonio habla que en aquella lucha se le vió montado en un blindado en el momento del asalto final.
Ante la promesa de ser retirados por la flota, Máximo Franco marchó con parte de sus hombres al puerto de Alicante. Pero el 1 de abril de 1939, enterado de la rendición de la República, y al ver que no los embarcaria nadie decidió suicidarse junto con su amigo Evaristo Viñuales, cumpliendo así el pacto que tenían establecido desde el inicio de la guerra, de que si la perdían, se suicidarían. De aquel modo cogidos de la mano y empuñando la pistola, al no desear caer en manos de las tropas de Franco, ambos murieron de un tiro propio. Algún autor apunta que el primero que murió fue Viñuales y después Franco, en este punto la historia a veces difiere.
Colofón
A modo de colofón a la historia anterior, volvemos a dar la palabra al periodista Julio Merino que será el encargado del resumen:
“… y mientras esto sucedía en el Puerto de Alicante, Indalecio Prieto ya estaba en México, Largo Caballero en París, Azaña en Montauban y Negrín con los Ministros de su gobierno, con los generales Hidalgo de Cisneros y Cordón han huido en tres aviones Douglas desde el aeródromo de Monovar y dos días más tarde lo harán los dirigentes del PCE, entre ellos Dolores “La Pasionaría”, Enrique Lister, Rafael Alberti, María Teresa León y otros… ¡¡¡Solo el socialista don Julián Besteiro rechazó el exilio por dignidad y prefirió rendir cuentas ante los vencedores por su gestión como UGT!!!”
Comentario al que añadimos que el único general republicano que rindió en persona sus tropas, fue el antiguo guardia civil Antonio Escobar, el jefe de Máximo Franco en Extremadura, que a pesar de ofrecerle su enemigo Queipo de Llano una avioneta para huir a Portugal, decidió rendirse junto sus hombres. En pago por su valor y hombría fue fusilado por los franquistas en Montjuic.