Colonialismo

A TRÍPOLI, ORA O MAI PIÙ! LIBIA 1911: LA MASACRE OLVIDADA

En 1911 estaba a punto de producirse el cincuentenario del nacimiento del Estado italiano. Italia era una joven monarquía cuyo trono ocuparía durante 46 años (entre 1900 y 1946) Víctor Manuel III (Nápoles, 1869- Alejandría, Egipto, 1947). Se trataba de una joven nación  que ambicionaba ser como las grandes potencias europeas del momento, es decir, el Reino Unido, Francia y Alemania.

En 1885, en Berlín, los estados anteriormente mencionados, junto a otros (de hecho, la mayoría de los europeos como el Imperio austrohúngaro, Bélgica, España, la misma Italia, Portugal, el Imperio Otomano e incluso los Estados Unidos) fueron convocados a la capital alemana por el canciller Otto von Bismark (Schöhausen, Alemania, 1815- Friedrishruh Aumühle, 1898). Si bien el país transalpino

participó en el evento, lo hizo más en calidad de observador, un observador, eso sí, que veía como sus vecinos se repartían el continente africano a su antojo trazando imaginarias fronteras  con regla sobre el mapa de un continente que desconocían.

 

Víctor Manuel III. Fuente: Biografías y vidas.

Un año antes, Francia -que había ocupado Argel mucho antes, en 1830- se hizo con el control de Túnez. Más adelante, la Conferencia de Algeciras de 1906 había dividido Marruecos en dos protectorados, el francés, el más extenso, al sur y el español, al norte. El acuerdo contaba con el apoyo británico que no quería que Alemania (que también ambicionaba un protectorado en la zona) pusiese un pie en la región.

En este contexto, las voces que pedían un pedazo de la tarta colonial para Italia en el Mediterráneo iban in crescendo a fin de restablecer el equilibrio roto por las adquisiciones comentadas de los gobiernos de Londres y París. Durante los primeros años del siglo XX los que se oponen a esta  corriente expansionista anteponen las razones de una moralidad nacional que se refiere a los ideales del Risorgimento o, con mayor realismo, a los peligros de una campaña militar, una nueva Adua.[1]

 

Sin embargo será tan solo en los primeros meses de 1911 cuando empezarán a concretarse las motivaciones de la empresa y a delinearse los bandos sobre la cuestión africana. Para los historiadores Alfio Moratti y Amos Conti, el motor esencial de este aparente despertar de intereses que desembocará en la declaración de guerra de septiembre de aquel año es representado por el vigoroso pronunciamiento del movimiento nacionalista que, con gran energía, pone el foco sobre el tema. Se trataba de una campaña propagandística eficazmente sostenida por la mayor parte de la prensa italiana, incluida la católica, los más destacados intelectuales y por la mayoría parlamentaria.

 

                                         Resultado de las elecciones legislativas de 1909[2]

 

Partido                         Votos                         Porcentaje                        Escaños

Sinistra istorica         995 290                        54’03%                              336

(Izquierda

histórica)

 

 

Partito                        347 625                         18’87%                              41                     

Socialista

Italiano

 

 

Partito                         181 242                         9’84%                               45

Radicale

Italiano

 

 

Destra                          108 0129                       5’86%                              36

istorica

(Derecha

histórica)

 

 

Partito                           81 461                          4’42%                               24

Republicano

Italiano

 

 

 

Unione                          73 015                           3’96%                             16                   

Elettorale

Catolica

Italiana

 

 

Consituzionalisti         41 213                            2’24%                            10

indipendenti

 

 

Votos                          14 322                                 0’78%                             10

dispersos

 

 

Abstención                 102 768                              35’04%                            0

sobre

inscritos

 

La aventura colonial representaba para estos sectores la oportunidad de resarcirse de los errores de Adua, de afirmar la presencia italiana en el Mediterráneo y también una ocasión para resolver o, al menos aliviar, la terrible plaga de la emigración, especialmente en el Mezzogiorno.

De repente, la mayor parte de la opinión pública se manifiesta ampliamente favorable a la operación y solo un pequeño sector de los liberales y una modesta parte de los católicos políticamente progresistas se oponen a la misma. El Estado Mayor, por su parte, está convencido de que tratará de un paseo militar.

El 29 de marzo de 1911, Giovanni Giolitti (Mondovi, Piamonte, 1842- Cavour, Piamonte, 1928) de la Sinistra istorica que ya había encabezado el ejecutivo entre 1906 y 1909, vuelve  a la presidencia del Consejo. Él llega al poder con un programa básicamente orientado a la izquierda que contempla la extensión del derecho de voto a nuevas clases sociales y la nacionalización de los seguros de vida. Su posición en relación a la cuestión líbia, por el contrario, no se hace explícita hasta meses después.

Un acontecimiento que hará virar la posición del primer ministro a favor de la intervención es el envío de un cañonero alemán a Agadir (Marruecos) el 1 de julio de 1911, operación que la prensa bautiza con el nombre de “salto del Panther.” Será el detonante de la segunda crisis marroquí ya que Berlín manifiesta  de nuevo que no acepta la ocupación  francesa de Marruecos. El gobierno germano alega que lo hace para proteger a las empresas del país instaladas allí. En realidad, se trata de acceder a las materias primas de la zona amén de una respuesta a la ocupación francesa de Fez el 21 de mayo.[3]

 

En Italia, la principal oposición procede de la izquierda que llama incluso a una movilización  en todo el reino que se traduce en violentas manifestaciones de protesta de obreros y estudiantes  que culminan en el paro general del 27 de septiembre. Las divisiones internas del campo progresista hacen que no se alcance, sin embargo, el objetivo de obligar al gobierno a desistir de sus intenciones. De hecho, una parte de los republicanos y de los socialistas se declara favorable a la empresa.

Mientras tanto, la fiebre nacionalista iba en aumento. El 8 de septiembre, la cantante Gea della Garisenda (nombre artístico de Alessandra Dudi) en el Teatro Balbo de Turín lanza el himno patriótico A Tripoli vestida en el escenario con la bandera tricolor.[4]

Fuente L’Uovo di Colombo

 

Una de las pocas voces autorizadas disidentes fue la del socialista Gaetano Salvemini para quien Libia no era más que “un montón de arena” entorno al cual se difundía un propagandismo de la peor especie. Afirmaba el político de Bari sobre el particular: “El historiador que, en el porvenir, querrá reconstruir este turbio periodo de nuestra vida nacional tendrá que llegar a la conclusión de que la cultura italiana del primer decenio del siglo XX había caído bastante bajo si fue posible para los grandes rotativos y periodistas hacer creer a todo el país las burdas tonterías con las cuales la empresa libia era justificada y provocada.[5]

La conquista comienza el 29 de septiembre no en África sino en Perversa,un puerto de la actual Grecia, donde dos cazatopederos italianos se cruzan con un torpedero turco y, bajo fuego de artillería, lo obligan a encallar. Se abre así el paréntesis del dominio italiano en Libia que durará hasta 1944.[6]

El 4 de octubre, el primer ministro Giolitti da el pistoletazo de salida al cuerpo expedicionario que alcanzará pronto la cifra de 100 000 hombres, marineros e infantería ligera transportados por centenares de navíos. Es el preludio de la guerra entre Italia y Turquía.

Aunque el Corriere della Sera del día 5 titulaba en portada: Il bombardamento di Tripoli y se interrogaba sobre la rendición de la guarnición otomana en la ciudad africana, lo cierto es que la resistencia fue más intensa de lo esperado en Roma.[7]

En las jornadas sucesivas, bajo la protección de la flota naval, se llevan a cabo diversos desembarcos en las principales ciudades de la costa: en Bengasi, Homs y, finalmente, en Tobruk y Derna.

Los primeros movimientos de los soldados italianos dirigidos por el general Carlo Caneva habían creado una falsa impresión de que la empresa era poco menos que una passeggiata. En menos de diez días Tobruk y Tripoli fueron ocupadas sin encontrar apenas resistencia por parte de los libios.

Sin embargo, un grave e imprevisto peligro amenaza a las tropas italianas en el oasis tripolitano. La población de la vasta región que circunda la ciudad se está preparando para una violenta insurrección contra las fuerzas de ocupación.
El 23 de octubre, después de dos ataques de diversión, a las 8 se desencadena la ofensiva principal  en el perímetro de defensa entre el fuerte Hamidié, los altos de Henni donde está desplegado  el comando del regimiento y el pueblo de Sciara Sciat hasta la costa contra los 2000 soldados de infantería ligera.

 

Nuestros muertos de Sciara Sciat yacen insepultos por todas partes: muchos son clavados a las plantas de dátiles como Jesucristo. A muchos les han cosido los ojos con un cordel; numerosos han sido enterrados bajo tierra hasta el cuello y se les ve solo la cabeza; a una gran cantidad les han cortado las partes genitales.[8]

 

 

Los capturados se llevarán la peor parte ya que serán torturados y masacrados por los árabes en los días posteriores. La llegada de refuerzos permite, finalmente, rechazar a los atacantes. Sin embargo la humillación sufrida por los italianos enciende los ánimos de estos y alimenta la sed de venganza. En efecto, en las últimas horas del mismo 23 de octubre comienzan por parte italiana los arrestos de civiles poseedores de armas. Son los árabes responsables, en buena parte, del ataque por la espalda a los soldados de infantería ligera y de la emboscada, principal causante de la masacre. La presencia de armas en las cabañas de los habitantes del oasis es cosa probada. Desde el principio los arrestos, incluso de personas ancianas y de mujeres, son numerosísimos, pero pronto el hallazgo de los cadáveres despedazados por las torturas provoca en los soldados una excitación extrema que les lleva a furiosos excesos de violencia a y trágicas reacciones. El estado de ánimo de los combatientes, especialmente de los soldados, se resiente mucho por la consternación que suscita el comprobar en sus carnes que el triunfalismo de los mandos militares y de gran parte de la prensa no obedecía a razones objetivas.

El día 26 una nueva emboscada se produce en Sidi- Messri y, según el historiador Nicola Labanca, cerca de 600 militares italianos pierden la vida en esas dos jornadas trágicas.[9]

El comportamiento de los soldados, inicialmente indiferente y hasta benévolo con la población indígena, se transforma en un odio incontenible. Se multiplican los procesos y las ejecuciones sumarias de lo cual se harán eco los periódicos internacionales e incluso algunos nacionales.

Asimismo, muchos millares de libios son deportados a varias localidades de la península y las islas  como Gaeta, Ponza, Ustica, Favigana, las islas Tremiti donde vivían en condiciones higiénicas y de mantenimiento tan horribles que el porcentaje de los que regresaron a Libia después de la firma del Tratado de Ouchy  en 1912 era muy bajo.

Todo ello respondía a las órdenes de Roma de ejercer una represión ejemplarizante, es decir, sangrante. Y es, precisamente, un baño de sangre el que sumerge a Tripoli con tantos ahorcamientos y ejecuciones sumarias. Al respecto, un periodista de La Gazetta di Venezia escribe:

 

El castigo fue administrado de manera ejemplar, no solamente mediante tiroteos masivos sino a través de una medida radical: todo el oasis fue registrado, jardín por jardín, casa por casa y evacuado por la fuerza… Se pueden encontrar aquí y allí algunos habitantes, pero tal descubrimiento es un hecho extraordinario y tiene por inmediato y feliz corolario la ejecución y el ser pasados por las armas.

 

Miles de libios, hombres, mujeres y niños son deportados a las islas italianas desiertas donde morirán de hambre y de sed. De un total de 300 000 habitantes que tenía en la época Libia, 180 000 van a perecer entre 1911 y 1914.[10]

El historiador Angelo del Boca en su libro A un passo dalla forca (Roma: Baldini& Castoldi Dalai, 2007) habla de al menos 4000 árabes muertos y de 3425 deportados a 25 penitenciarías italianas.

Los periodistas del Wetsmister Gazette, Daily Chronicle, Morning Post y Lokalanzaiger, enviados a la zona para seguir al contingente italiano restituyen a Caneva su credibilidad al protestar contra la ferocidad de los soldados de Roma. Otro periodista. Paolo Valera, el único al que se le permitió visitar a los deportados en la cárcel de Ustica, da la cifra de 500 muertos  a causa del cólera y añade:

 

Ningún país ha tratado a  los prisioneros de Estado como Italia. Los ha alimentado como si fueran presos comunes  con 600 gramos de pan y con una sopa de bol nauseabunda. Su jergón era paja en el suelo esparcida sobre las piedras o sobre ladrillos como para los animales.[11]

 

Después de un periodo durante el cual la violencia colonial italiana es ejercida particularmente sobre la Tripolitania sin un marco jurídico real, dando así paso a una verdadera “caza del árabe,” en el oasis de Trípoli, el mes de diciembre de 1911 se caracteriza  por el desencuentro entre el mando militar de Trípoli encarnado por el general Caneva y el gobierno de Roma, presidido por Giolitti en relación al tema de la represión.

Después de la decisiva toma del campo turco de Aïn-Zara por parte de los italianos el 4 de diciembre, el general Caneva deseaba iniciar un proceso de paz con las tribus árabes de la Tripolitania. Habiendo entendido  el importante reto  que constituía esta fuerza de resistencia para la salida de la guerra italo-turca, el mando militar de Trípoli pidió a Giolitti el levantamiento de la ley marcial y de las medidas represivas que habían sido impuestas para hacer frente a las  revueltas árabes. Consciente del gran avance que suponía la toma de Aïn-Zara la cual hacía progresar las líneas del frente a las puertas del desierto, Canevas aspiraba así a pasar página de la violenta represión que había servido para restablecer el equilibrio de fuerzas entre los beligerantes en beneficio de los italianos. Giolitti, no obstante, rechazó su petición, con lo que las medidas coercitivas siguieron aplicándose en la Tripolitania. Este episodio arroja luz sobre el flagrante desencuentro entre los hombres presentes en Trípoli y el mando en Roma. El gobierno rechazó la idea de una pacificación con las tribus árabes mientras que el mando militar de Trípoli, siendo consciente de su importancia, deseaba un proceso de pacificación que le parecía beneficioso para la conquista del país. Canevas tuvo que resignarse y abandonar sus proyectos.

Este rechazo del presidente del Consejo de Ministros italiano condujo a una serie de ahorcamientos en plazas públicas  a lo largo del mes de diciembre.

El primer episodio de estas ejecuciones públicas por ahorcamiento tuvo lugar el 6 de diciembre de 1911 en la plaza del Mercado del Pan de Trípoli. En esta primera ocasión fueron ahorcados 14 hombres con la  asistencia de una multitud de habitantes de la ciudad. Dichas medidas tenían un doble objetivo por parte del gobierno de Roma: había que impresionar a los nativos a la vez que demostrarles, a ellos y también a los otros países, que Italia dominaba la situación con mano de hierro. Según el historiador Pierre Schill, los ahorcamientos públicos del mes de diciembre de 2011 constituyen el elemento central de la represión italiana “entorno del cual se construye un proceso de racionalización y de banalización de la violencia.[12]”Este momento de represión y de ejercicio de la violencia, banalizándola al enmarcarla en una construcción más jurídica, menos “salvaje “que la practicada en Sciarat-Sciat, tiene importancia para los italianos. Las ejecuciones públicas por ahorcamiento son igualmente utilizadas por los ocupantes para humillar a los tripolitanos que, según ellos, preferían morir antes fusilados que pasar por la vergüenza de ser ahorcados en público.

 

Fuente: Ahorcamientos en la plaza del Pan de Trípoli. Fuente: Mission civilisatrice de l’Italie en Libye. En: Leaders.

 

Sobre el particular informaba el diario Le Temps de Ginebra en estos términos:

 

Se acaba de juzgar a una quincena de esos rebeldes encontrados con las armas en la mano y en estado indiscutible de rebelión preparada por anticipado. Han sido condenados a muerte y tendrán que sufrir el suplicio infamante aplicado a los traidores y a los rebeldes, según la costumbre del país; esto significa que serán simplemente ahorcados, pena que, por lo que parece, es infinitamente más sensible para los árabes que la ejecución por fusilamiento.[13]

 

La ejecución es aquí justificada por la oposición entre árabes “rebeldes” y árabes “amigos.” El enviado especial del Temps se encarga de recalcar la peligrosidad de estos rebeldes que son encontrados con “las armas en la mano y en estado indiscutible de rebelión.”

El periodista del rotativo suizo era italianófilo, pero este no era el caso de la mayoría de los reporteros que cubrían la operación. Es el caso del Times de Londres y de la práctica totalidad de la prensa inglesa. Numerosos artículos contra la represión en Trípoli son publicados en  las columnas de los periódicos londinenses e ingleses  firmados por la pluma de profesores o de intelectuales de renombre.

En Alemania, la prensa vehicula el mismo tipo de representación de la guerra “italo-turca,” descripciones de actos extremadamente violentos, de homicidios de niños, de asesinatos de fieles  en el interior de las mezquitas son publicados. Buena parte de la prensa europea y americana adopta la misma óptica que la germana o la británica iniciando asi una vasta campaña de denuncia indignada contra Italia y su proyecto colonial en Tripolitania y Cirenaica.[14]

En los meses y años sucesivos, la ocupación y el control del territorio se revelaron más dificultosos de lo previsto, a causa de la feroz resistencia el ejército turco, en un primer momento y las formaciones irregulares líbicas en la Tripolitania y la Cirenaica, después. Entre 1913 y 1914, la presencia del ejército real se extendió a la Tripolitania septentrional. El estallido de la Primera Guerra Mundial y algunas derrotas sobre el terreno, obligaron, sin embargo, a replegarse a los italianos que se concentraron en determinadas localidades como Trípoli, Zuara y Homs en la Tripolitania y Bengasi, Dema y Tobruk en la Cirenaica.

 

 

 

                                                                    BIBLIOGRAFÍA

 

 

AA.VV “El salto del Panther en Agadir.” En: Crónica del siglo XX. Barcelona: Plaza y Janés, 1999, p.78.

Bac-David, Justin “La mise en place et l’exercice de la violence dans les reportages italophiles.” En: Tripoli 1911: Refaire la guerre. Reportage, italophilie, violences coloniales et représentationsmédiatiques de la guerre “italo-turque.” Mémoire de Master 1: “Sciences humaines et sociales.” Sylvain Venaire (directeur). Anné universitaire 2016-2017. Université Grenoble-Alpes. En: https://dumas.ccsd.cnrs.fr/dumas-01695640/document

Fares, Tewik 1911: la Lybie en guerre, dejà.” En: Libération, 18/03/2011. Disponible en:  Université

https://www.liberation.fr/planete/2011/03/18/1911-la-libye-en-guerre-deja_722497.

Principe, Igor “Il massacro italiano in Libia.” En: Il Post, 24/10/2011. En: https://www.ilpost.it/2011/10/24/il-massacro-italiano-in-libia/

 

 

WEBGRAFÍA

 

“Batalla de Adua.” En: Wikipedia. La enciclopedia libre.

https://es.wikipedia.org/wiki/Batalla_de_Adua

“Elezioni politiche italiane del 1909.”En: Wikipedia. L’enciclopedia libera.

https://it.wikipedia.org/wiki/Elezioni_politiche_italiane_del_1909

 

PRENSA CITADA

 

 

 

Corriere della Sera, 05/10/1911.

Le Temps, 08/12/1911

 

 

OTROS RECURSOS

“Tripoli, bel suol d’amore.”

https://www.youtube.com/watch?v=yslUUVO2Rnc&ab_channel=texvinrot

 

 

 

 

NOTAS

 

1 En esta batalla que tuvo lugar el 1 de enero de 1896 en dicha localidad de Etiopía, los italianos contabilizaron 5 900 bajas mientras que los abisinios perdieron a unos 10 000 hombres.

La cosa terminó mal para los intereses de Roma ya que con la firma del Tratado de Addis-Abeba se reconocía a Abisinia como un estado independiente.

https://es.wikipedia.org/wiki/Batalla_de_Adua

2 “El salto del Panther en Agadir.” En: Crónica del siglo XX. Barcelona: Plaza y Janés, 1999, p.78.

https://www.youtube.com/watch?v=yslUUVO2Rnc&ab_channel=texvinrot

4 Igor Principe “Il massacro italiano in Libia.” En: Il Post, 24/10/2011. En: https://www.ilpost.it/2011/10/24/il-massacro-italiano-in-libia/

5 Igor Principe “Il massacro italiano in Libia.” En: Il Post, 24/10/2011. En: https://www.ilpost.it/2011/10/24/il-massacro-italiano-in-astigolibia/

6 Corriere della sera,  05/10/1911.  

7 Igor Principe “Il massacro italiano in Libia.” En: Il Post, 24/10/2011. En: https://www.ilpost.it/2011/10/24/il-massacro-italiano-in-astigolibia/

8 Justin Bac-David “La mise en place et l’exercice de la violence dans les reportages italophiles.” En: Tripoli 1911: Refaire la guerre. Reportage, italophilie, violences coloniales et représentations médiatiques de la guerre “italo-turque.” Mémoire de Master 1: “Sciences humaines et sociales.” Sylvain Venaire (directeur). Anné universitaire 2016-2017. Université Grenoble-Alpes. En: https://dumas.ccsd.cnrs.fr/dumas-01695640/document

9  Tewik Fares 1911: la Lybie en guerre, dejà.” En: Libération, 18/03/2011. Disponible en: Université.

10 Igor Principe “Il massacro italiano in Libia.” En: Il Post, 24/10/2011. En: https://www.ilpost.it/2011/10/24/ilReportage-massacro-italiano-in-astigolibia/

11 Jérôme Ferrari; Olivier Rohe À fendre le coeur le plus dur [Para destrozar el corazón más duro].Paris: Inculte, 2015, p.81. Citado por: Justin Bac-David “La mise en place et l’exercice de la violence dans les reportages italophiles.” En:Tripoli 1911: Refaire la guerre. Reportage, italophilie, violences coloniales et représentations médiatiques de la guerre “italo-turque.” Mémoire de Master 1: “Sciences humaines et sociales.” Sylvain Venaire (directeur). Anné universitaire

2016-2017. Université Grenoble-Alpes. En: https://dumas.ccsd.cnrs.fr/dumas-01695640/document

12  Le Temps, 8 de diciembre de 1911.

13 Justin Bac-David “La mise en place et l’exercice de la violence dans les reportages italophiles.” En: Tripoli 1911: Refaire la guerre. Reportage, italophilie, violences coloniales et représentationsmédiatiques de la guerre “italo-turque.” Mémoire de Master 1: “Sciences humaines et sociales.” Sylvain Venaire (directeur). Anné universitaire2016-2017. Université Grenoble-Alpes. En: https://dumas.ccsd.cnrs.fr/dumas-01695640/document

[1] En esta batalla que tuvo lugar el 1 de enero de 1896 en dicha localidad de Etiopía, los italianos contabilizaron 5 900 bajas mientras que los abisinios perdieron a unos 10 000 hombres.

La cosa terminó mal para los intereses de Roma ya que con la firma del Tratado de Addis-Abeba se reconocía a Abisinia como un estado independiente.

https://es.wikipedia.org/wiki/Batalla_de_Adua

[2] La Cámara estaba integrada por  508 diputados. En: “Elezioni politiche italiane del 1909”. Wikipedia. L’enciclopedia libera

[3] “El salto del Panther en Agadir.” En: Crónica del siglo XX. Barcelona: Plaza y Janés, 1999, p.78.

[4]  https://www.youtube.com/watch?v=yslUUVO2Rnc&ab_channel=texvinrot

[5] Igor Principe “Il massacro italiano in Libia.” En: Il Post, 24/10/2011. En: https://www.ilpost.it/2011/10/24/il-massacro-italiano-in-libia/

[6] Igor Principe “Il massacro italiano in Libia.” En: Il Post, 24/10/2011. En: https://www.ilpost.it/2011/10/24/il-massacro-italiano-in-astigolibia/

[7] Corriere della sera,  05/10/1911.  

[8] Igor Principe “Il massacro italiano in Libia.” En: Il Post, 24/10/2011. En: https://www.ilpost.it/2011/10/24/il-massacro-italiano-in-astigolibia/

[9] Justin Bac-David “La mise en place et l’exercice de la violence dans les reportages italophiles.” En: Tripoli 1911: Refaire la guerre. Reportage, italophilie, violences coloniales et représentations médiatiques de la guerre “italo-turque.” Mémoire de Master 1: “Sciences humaines et sociales.” Sylvain Venaire (directeur). Anné universitaire 2016-2017. Université Grenoble-Alpes. En: https://dumas.ccsd.cnrs.fr/dumas-01695640/document

[10] Tewik Fares 1911: la Lybie en guerre, dejà.” En: Libération, 18/03/2011. Disponible en:  Université

https://www.liberation.fr/planete/2011/03/18/1911-la-libye-en-guerre-deja_722497

[11] Igor Principe “Il massacro italiano in Libia.” En: Il Post, 24/10/2011. En: https://www.ilpost.it/2011/10/24/ilReportage-massacro-italiano-in-astigolibia/

[12]Jérôme Ferrari; Olivier Rohe À fendre le coeur le plus dur [Para destrozar el corazón más duro].Paris: Inculte, 2015,

p.81. Citado por: Justin Bac-David “La mise en place et l’exercice de la violence dans les reportages italophiles.” En:

Tripoli 1911: Refaire la guerre. Reportage, italophilie, violences coloniales et représentations médiatiques de la guerre

“italo-turque.” Mémoire de Master 1: “Sciences humaines et sociales.” Sylvain Venaire (directeur). Anné universitaire

2016-2017. Université Grenoble-Alpes. En: https://dumas.ccsd.cnrs.fr/dumas-01695640/document

[13]Le Temps, 8 de diciembre de 1911.

[14] Justin Bac-David “La mise en place et l’exercice de la violence dans les reportages italophiles.” En:

Tripoli 1911: Refaire la guerre. Reportage, italophilie, violences coloniales et représentations médiatiques de la guerre

“italo-turque.” Mémoire de Master 1: “Sciences humaines et sociales.” Sylvain Venaire (directeur). Anné universitaire

2016-2017. Université Grenoble-Alpes. En: https://dumas.ccsd.cnrs.fr/dumas-01695640/document

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