El tiempo no cura nada
Casi en el umbral del 90 aniversario de la creación de la Guardia Cívica Republicana en Barcelona, con la esperanza puesta de que aquel nuevo cuerpo sería la semilla del Exercit de Catalunya, me ha venido a la cabeza que en la década de los 80 del pasado siglo conocí en persona al escritor e historiador catalán Manuel Cruells i Pifarrer, antiguo miembro de Estat Català y miembro del desaparecido Front Nacional de Catalunya, del que me quedó en la memoria, entre otras muchas historias, una de sus frases de aquellos días, en la que afirmaba de forma rotunda que: “a Catalunya les revolucions sempre es fan a la barra d’un bar i per escrit”.
Y algo de eso tiene la historia de la Guardia Cívica Republicana apadrinada por Macià en 1931, que a pesar de su breve existencia su historia ha transcendido en el tiempo, ya que muchos de los argumentos que en aquel entonces la justificaron, resultan ser casi idénticos a los que hoy se utilizan en Cataluña con otras intenciones.
Sin embargo en unos momentos que en Cataluña vivimos de rememorar todo tipo de agravios sufrimos de evidentes desmemorias, al advertirse que nadie parece recordar lo ocurrido con “Les capses verdes d’en Macià,” aparecidas de forma casi milagrosa en 19841, en las cuales dormía y sigue durmiendo la documentación de la fracasada invasión del ejército catalán por Prats de Molló en 1926, dado que nadie ha tenido la iniciativa de realizar algún trabajo con ellos, nada más fuera por saber lo que en realidad aconteció en aquellas jornadas.
Historia de desmemoria y abandono documental casi identico al del expediente del proyecto de creación de una Guardia Civíca repúblicana en 1931 y su correspondiente fracaso, que ha llegado al conocimiento del gran público 88 años despues. En su caso gracias a la prensa generalista que hizo pública su existencia en 2019 de la mano de un conocido historiador catalán2, que lo utilizó en un artículo a modo de moraleja, o según se mire de excusa, con la evidente intención de explicar al lector actual la reorganización de la seguridad de la presidència de la Generalitat promovida por el presidente Torra, idea que arrancaba en línea directa, según el autor de aquel trabajo, del proyecto de la Guardia Cívica de 1931.
La República de abril
De hacer memoria, en España con la llegada de la República en 1931, las aspiraciones compartidas por el conjunto de grupos catalanes radicales de una Cataluña independiente parecíeron estar a punto de materializarse. Por su parte, Macià, presidente de la Generalitat, gracias al triunfo electoral de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), un partido creado aquel año mismo tras firmase un pacto tripartito, entre el Estat Català de Macià, el grupo de L’Opinió, de Lluhi i Vallescá y Casanellas y el Partit Republicá Català de Lluís Companys y Marcel.lí Domingo, un modelo político, el tripartito, en la actualidad tan denostado. Victoria republicana que no había logrado superar la desconfianza que Cataluña en general sentía por España, al malpensar que la aparente actitud de tolerancia hacia el Principado por parte del estado español entonces republicano, en un futuro podría torcerse dando al traste con su idea independentista.
Por otra parte, el 14 de abril de 1931 fue en Barcelona un día repleto de acontecimientos, que se iniciaron de forma impensada a las 13,36 horas, cuando Companys después de conocer los resultados electorales, casi en solitario, tomó el Ayuntamiento, izando la bandera republicana en el balcón y proclamando desde el mismo balcón la República, eso sí, cogiendo a todo el mundo de sorpresa. A las 14,5 horas del mismo día, pero desde el balcón de enfrente, el de la Generalitat, fue Macià, el candidato de ERC el que proclamó ante unos escasos viandantes que: “En nom del poble de Catalunya proclamo l’Estat Català, que amb tota cordialitat procurarem integrar a la Federació de Repúbliques Ibèriques. Queda, des d´aquests moments, format el govern de la República Catalana…3”
Coincidencia o no, a las 15,30 horas, Maluquer i Viladot, presidente de la Diputación de Barcelona tras reunirse con Maciá le cedió el mando. A la salida, Maluquer fue acompañado por una veintena de jovenes “escamots” armados con revolveres, escena que no pasó desapercibida entre el público presente. Tras la declaración de Maciá, dentro del mundo separatista se produjo un gran revuelo que en pocas horas se materializó en un pacto de unidad hasta entonces desconocida en el conjunto de aquellos grupos radicales. A la par también se pusieron de acuerdo en la necesidad de dar una respuesta inmediata al inequívoco mensaje lanzado por Macià, pero con la vista puesta en la defensa a ultranza de aquella declaración de principios con la que en principio comulgaban.

De aquel modo, los veteranos líderes más representativos del radicalismo catalán, esperanzados ante lo que parecía la realización de su viejo ideal de independencia, decidieron por el momento abandonar sus antiguas rencillas y poniéndose de acuerdo constituyeron una comisión conjunta4, en la que se agruparon muchos de los impulsores de las distintas iniciativas paramilitares que se venían arrastrando desde los años veinte, entre los que destacaban Daniel Cardona, lider de Nosaltres Sols!, el farmacèutic Miquel Arcàngel Baltà antiguo dirigente de la Societat d’Estudis Militars (SEM), su cuñado Josep Maria Batista i Roca (introductor del escultismo en Cataluña y fundador de Palestra) y el veterinario Pere Màrtir Rossell i Vilar5 que fueron los que tomaron la iniciativa de visitar a Macià con la intención de hacerle ver la perentoria necesidad de crear una fuerza armada con la que blindar la independencia de la República catalana.
Comisión que hizo su aparición por la plaza San Jaime escoltada por un nutrido grupo de más “escamots” armados, en aquel caso pertenecientes a los grupos de Estat Català y a Palestra, en lo que constituyó, cara a la galería, una demostración del acuerdo alcanzado por los principales impulsores de las iniciativas orgánicas de tipo paramilitar y de acción directa, (Bandera Negra6, el SEM7, el SET8, y ORMICA9, etc.), surgidas todas ellas en respuesta a la constante incitación insurreccional que el separatismo había estado promoviendo en Cataluña durante los años anteriores10.
A las 16 horas llegó a la Diputación una camioneta ocupada por el comandante Pérez Farràs, Boladeras y el Dr. Perramón cargada con “Winchesters” y algunos revólveres procedentes del armamento de los serenos y de los guardias de Montjuic, aportación más simbólica que efectiva ya que con ellos no traían la munición correspondiente. Una hora más tarde, Escofet, jefe de la escuadra de mozos de La Garriga y en ausencia de Bufalá, comandante de los Mozos de Escuadra, que se ha refugiado en Capitanía, fue nombrado por Maciá comandante accidental del cuerpo. Eran ya las 18,30 h., cuando ante las presiones de los hermanos Aiguade, que no paraban de gritar que el ayuntamiento tenía que ser para un hombre de Estat Català, Maciá mandó substituir a Companys de su cargo de alcalde de Barcelona, mandando a Aiguade para ocupar su puesto, casi en paralelo Companys fue nombrado por el gobierno provisional de Madrid Gobernador Civil de Barcelona.
La Guardia Cívica Republicana
Con el firme propósito de defender la recién proclamada República Catalana de un hipotético ataque armado por parte del gobierno central de Madrid, del que según rumores se tendría que encargar la Guardia Civil, la comisión de organizaciones radicales propuso a Macià la inmediata creación de una fuerza militar catalana que tendría que denominarse, primero, Guardia de Estat Català, nombre que a posteriori se dulcificó renombrandola Guardia Cívica Republicana (GCR), imitando así el ejemplo que se estaba dando en todo el resto de España, como era el caso de Madrid donde la guardia formada con dicho nombre estaba compuesta por jovenes socialistas y republicanos, guardia que en Cataluña debería estar compuesta de forma mayoritaria por la juventud catalana, siguiendo el proyecto de siempre.
De creer lo que hoy en día corre por la red, la Guardia de Estat Català estaba compuesta por los “escamots” de EC, que fueron los que se alistaron en la llamada Guardia Cívica, que en su caso debería tener la misión de proteger la recién creada república catalana, con el añadido de que aquella guardia cívica, dirigida por Daniel Cardona, tuvo muy corto recorrido. Una manera como otra cualquiera de ocultar de forma pudorosa el fracaso de aquella iniciativa11.

Macià, presidente de facto de la República Catalana, acceptó la formació de dicha Guàrdia Cívica Republicana —o Catalana, depende de quien la citara, lo que no quedó claro si lo hizo por que creía en aquel proyecto, o tal como sugirió el historiador Enric Ucelay-Da Cal en un trabajo de 1978, o fue la excusa que ideó Maciá para poder mantener fuera de las calles a los nacionalistas extremistas, evitando así graves incidentes12. De hecho, la guardia cívica no fue una fuerza de resistencia como se pretendía, sino un servicio informal con el que mantener la vigilancia y protección entorno a la Generalitat, algo que entendió hasta el propio Maluquer, el desposeído presidente de la Diputación13.
Alas 20 h., el lerruxista Emiliano Iglesias Ambrosio ocupó el Gobierno Civil de Barcelona. A las 21h., el Ejército procedió a izar la bandera republicana en Capitanía General. Media hora más tarde, después de grandes discusiones se nombró desde Madrid a López Ochoa Capitán General de Cataluña. Despujol, el anterior Capitán General destituido, estuvo un tiempo pidiendo casi a gritos que se personara alguien en Capitanía para poder constituirse en prisionero, al no estar de acuerdo con su relevo.
Se abren oficinas
Fuera por lo que fuese, Maciá sin dilación alguna nombró a Miguel Baltá jefe de la misma. Baltá había sido el antiguo director del SEM que en 1925 fue encausado por partida doble, por los militares y por la justicia civil, en caso último por el uso indebido de la célula personal (DNI) de su chófer personal llamado Benito Fornell Boix, Tras el nombramiento de Baltá, Maciá firmó también la pertinente autorización de apertura de unas oficinas de reclutamiento, que se situaron las antiguas oficinas de la Ponencia de Beneficencia de la Diputación. A las 23 h. el grupo formado por Baltá empezó a organizarse, ya que aparte de encargarse del reclutamiento, tenían que decidir tanto el color de los uniformes como los diseños de los correspondientes emblemas de aquel nuevo cuerpo, que en el futuro podría ser tanto una guardia de corps como la semilla del soñado ejercito de Cataluña. Mientras tanto los primeros voluntarios armados empezaron a prestar servicio en el patio gótico de la Diputación.
A las 23,15, Companys ocupó el Gobierno Civil después de destituir a Iglesias, y mientras algunos autores afirman que Companys fue al Gobierno Civil acompañado por un grupo de guardias cívicos, otros afirman que lo acompañaban un grupo de anarquistas. Iglesias por su parte durante el tiempo que había ocupado el cargo intentó inutilmente formar otra nueva guardia cívica, que según afirmará el propio Iglesias había alcanzado la respetable cifra de 700 voluntarios. A las 24 h. López Ochoa tomó posesión de la Capitanía General.
A la par Rossell i Vilar planteó a Mació la inmediata necesidad de comprar las armas para dotar a aquella fuerza militar de choque, pero, claro está, en el extranjero y siempre de espaldas a la recién nacida República española, propuesta a la que Macià optó por hacer oidos sordos.
Los primeros pasos
Siguiendo la misma línea radical, Macià nombró a Joan Casanovas, futuro presidente del Parlament de Cataluña, ministro de Defensa, cargo que días más tarde se reconvertiría en el de Consejero de Gobernación, con mando sobre los Mozos de Escuadra, o nombrando a uno de los personajes que había participado en 1925 en el complot de Garraf, en su caso Miquel Badia, “el gran”, bien conocido por su exacerbado extremismo, encargado de organizar un servicio informal de custodia y policía de aquel mismo edificio, personaje que pronto se convertirá en el jefe del “escamot” de más confianza del presidente, creado hipoteticamente para la supuesta protección personal de Macià, frente a un posible atentado español o de los propios anarquistas.
Aquel mismo día llegaron a la Diputación un numeroso grupo armado del Bloc Obrer i Camperol, el BOC, pertenecientes a los Grupos de Defensa creados por Daniel Rebull, alias “David Rey”, que se pusieron sin discusión bajo las órdenes de Macià, y entre los primeros guardias cívicos se vió a un joven Jaume Miravitlles, entonces todavía miembro del BOC que reconoció entre los presentes a muchos de sus compañeros de la aventura de Prats de Mollo, y será el propio Badia en persona el que le hizo entrega de una pistola Smith del siglo XIX, que después nunca funcionó, pero era impresionante. Se empezó a expedir las primeras credenciales, y casi en paralelo se autorizó de forma informal la requisa de armas del somaten o de las armerías particulares.
A Batista i Roca le faltó tiempo para proponer a Macià la urgente necesidad de crear el Exercit de Catalunya. Momento en que Maciá emitió un bando dirigido a todos los ayuntamientos de más de 25.000 habitantes en el cual se les conminaba a formar una Guardia Cívica local. Aprovechando las circunstancias los anarquistas dirigidos por un conocido hombre de acción, posiblemente Juan Peiro, dotado con el carnet de guardia cívico correspondiente se dedicó a la requisa de armas en beneficio de la Confederación.

A la derecha, con pantalón corto, Batista i Roca.
El 22 de abril se conoció por la prensa local que la recién abierta oficina de alistamiento de la GCR, sita en el propio edificio de la Diputación, se había cerrado el día 20 por orden de Macià, con la excusa de que se mantendría cerrada de forma provisional hasta que se elaborara el correspondiente reglamento del cuerpo, el mismo que tendría que regular dicho reclutamiento y que por aquel motivo quedaba todo en suspenso14. Y de aquel modo lo provisional se convirtió en definitivo, ya que de aquella forma tan absurda quedó aparcado para siempre aquel proyecto militar.
Circunstancia que originó un gran disgusto entre los grupos nacionalistas más radicales y hasta aquel momento aliados de Macià. Negando la realidad, el periodico de Nosaltres Sols!, insistía el día 25, de que mientras durase el periodo de confección del Reglamento, sus oficinas de la calle Canuda, 14, principal, seguirían abiertas para todo aquel que quisiera alistarse en la guardia cívica. Banderín de enganche del ejército catalán que continuaba abierto el día 9 de mayo siguiente en el mismo local, como consta en la misma publicación.
El motivo de aquel cierre fue doble. Por un lado, había influido en él la presión del propio Casanovas o la de Lluís Companys, en aquellos días gobernador civil de Barcelona, por nombramiento explícito de Madrid y del presidente de la República Niceto Alcalá Zamora, y por el otro, la importante filtración que se estaba produciendo en la GCR, al intentar alistarse en ella más de 200 militantes del Bloque Obrero y Campesino (BOC) de tendencia marxista, escisión del Partido Comunista de España, formación que cuando se inició la guerra civil se transformó en el Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM), cuyas intenciones lógicamente eran muy distintas a las de los nacionalistas radicales catalanes, y por lo mismo Baltà los despachó a cajas destempladas. Miratvilles afirmaba que la excusa fue: “Hi havia massa obrers que demanaven armas15”.
Un hecho poco conocido es que con indiferencia de la oficina de Barcelona, la Guardia Cívica Republicana estaba autorizada para organizar el mismo cuerpo en los pueblos de la Conca del Baix Llobregat, por mandato explícito de Maciá a Daniel Cardona, según consta en un documento titulado “Acció defensora de la República Federal Española”, documento que se conservas en el Arxiu Historìc de Sant Just Desvern, y en el Fons Daniel Cardona del Arxiu de l ´Institut Municipal d´Historia de Barcelona. Desconociendose el alcance real de la “acciò”.
Con el cierre de aquellas oficinas toda la euforia nacionalista, o el clima de unidad de acción duraron exactamente tres días, clima que Ramón Arrufat calificó de “una gran “moixiganga” sin contrincante”16. Los transcurridos desde la proclamación de la “República Catalana” el 14 de abril, hasta la conocida y discutida “marcha atrás” protagonizada por Macià el día 17 siguiente, tras la llegada de los emisarios de Madrid.
La marcha atrás de Macià
La aceptación de Macià de la fórmula de la Generalitat, y en definitiva la sustitución de la vía federal, proclamada por él tres días antes desde el balcón de la Generalitat, por la simplemente autonomista, fruto de un acuerdo con los representantes enviados a Barcelona por el gobierno provisional de la República desde Madrid, hicieron reaparecer la división existente de siempre entre las filas del movimiento radical, teniendo en cuenta que aquella vuelta atrás de Macià, en puridad, correspondía a la aplicación simple del programa negociado y firmado por el propio Macià en el verano anterior, a raíz del denominado “Pacto de San Sebastián”.
De aquel modo, después de pactar Macià con la República española la futura autonomía de Cataluña, que daría paso al Estatuto de Nuria de 1932, una parte de la juventud catalana y nacionalista, que se había empezado a canalizar de forma casi natural hacía la GCR quedó a merced de los grupos radicales nacionalistas, que aprovechando la ocasión que se les brindaba, se encargaron de convencer a una parte de aquella juventud para que entrara a formar parte de sus distintas organizaciones, que una vez más volvieron a ser paramilitares y secretas.
De ahí, que los renacidos y secretos “escamots” que formó Miquel Badia, más conocido de común por el apelativo de “Capitá collons”, (“Capitán cojones”), el grupo más beneficiado en aquella operación, que empezó con unos cuantos de los más activos que empezaron como guardaespaldas del presidente Maciá, pero que al final darían lugar a una policía paralela, no oficial pero políticamente segura, que con el beneplácito de Macià o con el del propio gobierno catalán, según el caso, jugó hasta la muerte de Macià un importante papel al ser utilizada básicamente, no contra el estado español, su supuesto e hipotético enemigo externo, sino en la lucha y represión del movimiento anarquista interno de Cataluña, con detenciones indiscriminadas y torturas incluidas, en particular durante la huelga de tranviarios que tuvo lugar en Barcelona el año 1933, actitudes dictatoriales que en Cataluña, en general, fueron entendidas como fascistas.
El proyecto Fages
Seis días después del frenazo de Macià, que significó un duro golpe para los grupos radicales, al cambiarse la República Catalana por una República unitaria, y no federal, cambio que aquellos grupos se negaron a aceptar, el día Sant Jordi, Baltá no queda claro si por encargo o de forma inesperada recibe de un conocido suyo llamado Ricardo Fages Olives un primer proyecto para la creación de la Guardia Cívica Republicana, proyecto que Baltá se encargó de presentar a Macià, aunque de hecho el llamado proyecto Fages17, en sus contenidos no dejaba de ser más de lo mismo pero ampliado y de acuerdo siempre con lo ya postulado en 1925 por Macià en sus textos militares18.
Su autor, Ricard Fages Olives, que con el tiempo será militante del Partit Nacionalista Català (PNC), pero que ya apuntaba maneras como avanzadilla de la ideología nazi en Cataluña al estar imbuido de germanofília, dado que al final llegó a ser uno de los principales contactos del nacionalismo radical con la embajada alemana en Barcelona, al haber sido antes instructor atletico en el Instituto Alemán de Barcelona o siendo jefe de los grupos paramilitares del Partit Nacionalista Catalá, en aquel proyecto planeó y cuantificó las armas, los hombres, los lugares a ocupar o el dinero mínimo necesario para iniciar el camino que debería llevar a la independencia de Cataluña de España.
Así en la que fue su primera Propuesta, fechada el 23 de abril de 1931 y redactada en catalán, Fages después de una introducción de tres páginas, que en puridad era su propio curriculum, daba paso a ocho folios más, encabezados por el sugerente título de: “Bases per l’organitzacio d’una milicia republicana”. Pero antes de desgranar su vida, en la introductoria, Fages explicaba los motivos que le habían llevado a idear aquella propuesta, argumentando que al ser él un hombre de pocas palabras pero si de acción había entendido que la “patria catalana” necesitaba de sus servicios, “al tener él conocimientos no soló teoricos sino prácticos por haber organizado durante muchos años el ejército de una nación que ha sufrido el mismo cambio que España”, (se estaba refiriendo a Alemania).

Y tras exponer que el esquema de su plan que adjuntaba se podía modificar, según fueran marchando las circunstancias, se ofrecía a trabajar en él, “sin retribución de ningún tipo”, pero antes de entrar en materia pasaba a exponer unos cuantos datos sobre su propia vida: “Nascut en l’any 1889 a Falset, provincia de Tarragona, de pares catalans, l’avi era jutje de Primera Instancia de aquella vila. El meu pare fa vint anys que es empleat del Ajuntament de Barcelona”. Fages continuaba explicando que había cursado sus estudios en Alemania (Bachillerato y cinco años de Universidad estudiando Filosofía y Letras e Ingeniería).
Y continuaba su discurso afirmando “que por no servir al Rey de España”, y obviando referir que en Alemania entonces reinaba el Kaiser Gillermo II, Fages se había enrolado en el Ejército alemán, y sirviendo en él se había declarado la primera Guerra Mundial. Durante los años 1914-15 había estado encuadrado en el Batallón de Ingenieros nº 5, y con él había hecho la campaña de Rusia, y de 1916-1918, como oficial de compañía de dicho Batallón, había participado en la campaña de Francia: en “Verdún” – “la Somme” – “la Champagtne” – “Chemin des Dames” – “Ofensiva entre Reims y Soissons”. Y en varias ocasiones habia tenido que tomar el mando del Batallón. En 1918 había sido oficial de preparación y organización para la ofensiva que debería tener efecto en el “Chemin des Dames”, preparación que le comportó como recompensa la concesión de la Cruz de Hierro de Primera clase, antes ya había obtenido otra Cruz de segunda clase y la medalla al valor.
Punto seguido explicaba, que como él era de sentimiento ¿republicano?, al estallar la revolución alemana de noviembre se puso inmediatamente al lado del Gobierno republicano y del Ministerio de la Guerra de Berlín donde le adjudicaron la misión de organizar una brigada (2te Landesschuetzen – Brigade) con la que combatir a los “reaccionarios” (sic) Spartakistas (comunistas), en todo el Imperio (sic). Y en la provincia de Brademburgo, en Bremen y en la provincia del Rhin (Rhur) había organizado los Freikorps Bürgerwehren (según él Milicias Republicanas, en realidad cuerpos libres de vigilantes, de extrema derecha), había regresado a Cataluña en 1920, pero sin dar detalles de los motivos de su regreso, que a buen seguro debieron pasar por la disolución de aquellas milicias por parte de la República de Weimar, y desde entonces vivía en Cataluña como propietario e industrial, sin definir nada más.
Y aunque no se definiera en cuanto a sus fuentes económicas todo apunta, que Fages de acuerdo con una noticia periodistica debería ser propietario varios de Salones de Limpiabotas, ya que al haberse constituido: “…la Asociación patronal de Salones de Limpiabotas”, con domicilio en la calle de San Gil, núm. 3, 1°, 1ª. La Junta Directiva la componen: Presidente, don Julián Fernández Baléala; Vicepresidente, don Ricardo Fages Olives; Secretario, don Antonio León Giraldo; Tesorero, don Francisco Arino Sesé, y Vocales: don Emilio Blanch Gil y don Adolfo Álvarez19.”
Pero era evidente que tras el regreso de Fages a Cataluña no implicó de por sí su desvinculación de Alemania. Por otra parte es bien sabido que algunos de los miembros de las Freikorps participaron con Hitler en el putsch de Munic de 1923 y despues se encuadraron en las SA, una milícia del Partido Nacionalsocialista Alemán (NSDAP). Y tal como apuntaen un trabajoNuñez Seixas20,“és possible que Fages arribés a organitzar pràctiques de tir conjuntes” en el Montseny en los años treinta en las cuales concurrían del brazo nacionalistas radicales catalanes y elementos de las Juventudes Hitlerianas de la organitzación exterior del NSDAP.
Bases per l’organitzacio d’una milicia republicana
En la entradilla de sus Bases Fages afirmaba que “l’Estat Català, la República Catalana, la Generalitat Catalana, diguem-ho com volem” había nacido gracias a las ideas de “nuestro estimado Presidente Francesc Maciá” ya que Cataluña “està envoltada d’enemics que ens odien i que no vacilarán en fer-nos tot el mal possible”, y remarcaba que el objetivo era: “… que los catalanes no podamos triunfar en nuestros derechos y nuestros ideales” que eran los de que “Catalunya esdevingui lliure i federada amb les altres Nacions ibèriques.” Copiando así el alegato de Macià.

Tras aquella introducción Fages bajo en apartado titulado Els Enemics pasaba a enumerar, según él, los dos tipos distintos de enemigos que según él habían: 1º El enemigo interior, compuesto, según Fages, por los elementos anti-republicanos tanto si eran catalanes como no. “Y era contra estos enemigos que buscaban perturbar el orden e inyectar dudas en el pueblo sobre el nuevo regimen, es que por ello se debe poner en marcha la Guardia Cívica que deberá actuar en las ciudades, pero como policia hasta que la Generalitat cuente con una policia propia y adicta”. Otro enemigo interior era el que fomentaba los enemigos de la civilización y de la paz interior, sin especificar a quien en concreto se refería.
Tal como comenta Esculies en su artículo, un punto que no era menor era que Fages no tenía en consideración alguna a los Mozos de Escuadra en su papel como policia, fuerza que en aquellos tiempos estaba vinculada a la Diputación de Barcelona, ya que no los tenía en cuenta a la hora de la futura estructura de la Guardia Cívica, contando como contaban los Mozos ya entonces con una larga trayectoria profesional, puesto que fundados por Felipe V en 1714, y disueltos por Prim en 1868 al considerarlos borbónicos, habían sido restablecidos de nuevo por Alfonso XII en 1874, y por tanto llevaban en activo más de dos siglos.
Para Fages había después: El enemigo exterior que según élera el enemigo más formidable representado por la amenaza del Centralismo madrileño, “…ya que la derecha española no dejara nunca que Cataluña se escape de sus garras leoninas, puesto que la única colonia que le queda a España es la Nació Catalana”. Por lo mismo “…no podemos quedarnos de brazos cruzados esperando que las Cortes constituyentes quieran respetar el pacto de San Sebastian, ya que nunca respetaran nuestros derechos históricos, los de una Cataluña que nunca podrá vivir si no es libre”. Después de aquellas negras reflexiones Fages recordaba que otro de los enemigos de la prosperidad de Cataluña, había sido y serían los miembros militares y los conspiradores que habían salido de España junto con el destronado Borbón que no vacilarían en utilizar todos los medios de hacer el mayor mal posible a la República.
Pero el tercer enemigo, según Fages era el Comunismoargumentando que como sus aspiraciones políticas no estarían contempladas por la nueva República española, vaticinaba: que se reanudaría la propaganda comunista, o que intentaría dar un golpe de fuerza para conseguir lo que no es posible solo con palabras o con mitines, notándose en este punto concreto la influencia que Fages había tenido durante su estancia en Alemania y su pertenencia a los Freikorps, encaminados a la misma labor. Recordando la máxima latina de Si vis pacem, para bellum, El que desee la paz que se prepare para la guerra, máxima que más de un grupo radical de entonces hará suya utilizandola en su publicidad.
Por tanto, según Fages, “… el enemigo nos tiene que temer y ha de saber que estamos armados hasta los dientes y que cada catalán “bueno” está decidido a dar su vida por sus ideales y solamente podrá triunfar sobre nuestros cadáveres en todo caso el centralismo madrileño y las ideas extremistas que hoy son los enemigos de la sociedad actual”. Dentro de aquellas soflamas Fages profetizaba un enfrentamiento con España: “Y si las Cortes españolas nos quieren arrebatar nuestra libertad que sepan que no podrán hacerlo con “decretos” sino con una lucha formidable”. A modo de corolario cerraba el apartado con un consejo: “Tenemos que dar la sensación al mundo entero de que estamos preparados para todas las eventualidades.”Con aquellas ideas se preparaba el camino para el 6 de de octubre de 1934, otro nuevo fracaso de nacionalismo radical.
Armem al poble català
Seguidamente, Fages exponía su apartado de Organizació lo que tendría que ser la Milicia Repúblicana, ya que este en concreto era el nombre que se tendría que dar a la nueva fuerza: «para no excitar los ánimos anticatalanistas” (sic). Dicha milicia tendría como misión mantener el orden y hacer respetar la República Federal, institución que de hecho ya había desaparecido al pactar Maciá con Madrid la vía autonomista. Pero puesto a transigir, Fages opinaba que si hacía falta podría quedar el nombre de Guardia Cívica, como si la “milicia” fuera un complemento de dicha Guardia, que en su caso se debería extender hasta el rincón más lejano de Cataluña.
Según aquel plan, en las poblaciones de más de 25.000 habitantes el encargado de organizar la milicia sería el Ayuntamiento el que debería velar para que estuviera integrada por hombres de 20 a 45 años y “dels nostres ideals”. De entre ellos se tendría que escoger a un comandante, que junto con un interventor civil, deberían estar en continuo contacto con el “Estado Mayor de la Milicia” que estaría “format per un organitzador general, dos ajudants i quatre organitzadors provincials “a les ordres del Ministeri de Defensa” de la República catalana”.
En cuanto al armamento, los interventores civiles se tendrían que buscar la vida para poder armar a su milicia, pero, “como muchos de ellos perteneceran al Somaten”honesto” ya tendrán armas (sic)”, que era tanto como fiar en la nada, quedando en nebulosa que quería decir con la del Somaten”honesto”. En cuanto al armamento que faltase: “màusers, carabines, revòlvers” lo tendría que proporcionar el Estado Mayor, sin explicar de dónde saldría. La tropa de cada pueblo debería tener una o varias ametralladoras, según fuera la importancia orgánica o estratégica del lugar, sin especificar quién sería el que volararía aquellas cuestiones. Y la instrucción la tendría que impartir el comandante y el interventor civil. Pero en función de las costumbres de cada pueblo, los domingos se tendrían que organizar “ejercicios de tiro al blanco, paseos por la montaña y movimientos tácticos”, así de sencillo.
En las fronteras: Se debería tener una especial atención en los pueblos fronterizos situados en sus inmediaciones y cerca de las carreteras principales, aprovisionandolos de más ametralladoras, que deberían situarse en los lugares estrategicos, como masías con buenas vistas. Ferrocarriles: Se tendría que instruir a la Milicia en la vigilancia de vías ferreas, túneles, estaciones, así como en la destrucción de puentes, carreteras, vías férreas y túneles, por lo que se tendrá “munición” (sic) en los lugares más convenientes, sin especificar que lugares deberían ser o de donde saldría el material explosivo, o cómo se formaría al personal. Y finalmente El Estado Mayor, que estaría bajo la dirección del Ministerio de Defensa se compondría de: un organizador general (se supone que sería él mismo Fages). Dos ayudantes, y cuatro organizadores más provinciales, En el capitulo de presupuesto, el Estado Mayor y las oficinas costarían 5.000.- pesetas, y para automóviles y otros gastos, 9.000.- pesetas más, sin especificar de dónde saldría el dinero.
A todo esto ni una palabra sobre de dónde saldrían las armas que faltaban o el dinero para comprarlas, pero el Estado Mayor se tendría de preocupar de tener también a su disposición un Aeroplano, así como autos y motos particulares para los días que hicieran falta. Pero Fages también contaba con la posible movilización de los excursionistas y entidades similares, de catalanidad bien probada (sic). Y adelantandose a su tiempo, Fages pensó en la propaganda. Y por ello se debería publicar un semanario o boletín con el que fomentar la conciéncia política y que en paralelo podría servir para propagar los ideales por muchos pueblos catalanes que según él todavía estaban muy alejados de ellos politicamente. Pero el colmo del optimismo era que para levantar y formar toda aquella milicia rural sólo se requerían “Seixanta díes”
La Adición de Fages del 10 de mayo
Días después, se supone que por mediación de Baltà, Fages recibió una “Respuesta oficiosa de Macià y del propio Baltá”, según figura mecanografiado en la portadilla de una Adición a su proyecto Bases del 23 de abril, que de creer el comentario de Fages, éste había entregado en mano a Maciá, y al señor Baltà, respuesta que no pudo ser más fría y pusilánime, al provenir de dos avezados caudillos revolucionarios que sin tapujos admitían que “per ara no es pot fer res per no promoure nous conflictes amb Madrid”.
Respuesta que dejaba fuera de toda duda que Maciá no tenía intención alguna de enfrentarse a Madrid.
Y debió ser a causa de aquella sorprendente respuesta que Fages debió tomar la decisión de redactar, lo que él mismo calificaba como: “Réplica a lo anterior son las siguientes aclaraciones”, queen aquella ocasión no llevaba título alguno, entregó el 10 de mayo de 1931, al seguir pensando que “avui més que mai està Catalunya en perill”, y después unas largas consideraciones, seguía insistiendo que las armas de las que se servían los enemigos emboscados eran el Catalanismo y el Comunismo (sic).
Parrafos más adelante se quejaba del gobierno deMadrid y en particular de Maura, para entrar en la orden de desarmar al Somaten de Barcelona, sin haber tenido en cuenta de: “deixar armats per lo menys als bons elements.”. En resumen que habían desarmado todo el somaten, incluido el “bueno”. Recordando de paso que también se ha ordenado la disolución de la Guardia Cívica. Y por lo mismo Catalunya está avui completament desarmada, y entregada a sus enemigos que eran, 1º Los pistoleros, 2º La Polícia, 3º La Guardia Civil, 4º Las organizaciones sociales extremistas, entre ellas se supone que comunistas y anarquistas. Punto seguido Fages exponía lo que decían “els elements d´iniciativa i d´acció diuen preocupadament: “Que serà de nosaltres i que faren si les Corts no es donem les llibertats que ens corresponen?”
Y por ello “Ens tenim que preparar contra totes les eventualitats”, preguntándose cómo se podían preparar sin promover conflictos con Madrid, entrando a comentar lo que el gobernador Ortega i Gasset decía al redactor de Crónica donde habla de su Guardia Cívica, o lo que se decía en La Rambla sobre lo mismo. Y entonces Fages proponía, tal como ya había hecho en su primer escrito que se hicieran los preparativos necesarios sin perder más el tiempo, pero con la única diferencia de que no se hablara para nada del armamento, ni que no se entregara arma alguna a los afiliados que ahora deberían llevar el nombre de: Defensors de la República Federal pero que actuarían como Guardias Cívicos, al tocarles ser los defensores activos de la República pero sin armas, ya que sus armas serán las espirituales (sic), actuando con la palabra, con escritos, conferencias, con semanarios, y así se podría salvar y fortificar la República Federal, pasando a mejor vida la República Catalana.
Continuando con su mensaje mesianico, Fages proponía que llegado a aquel punto la organización tendría que ser abierta y a la vista de todos, pero callada y secretamente se tendría que hacer lo siguiente: el armamento para la lucha que vendrá y comprarán los delegados de confianza de cada pueblo, se deberá distribuir, para poder repartirlo en caso de ataque. En Barcelona se distribuirá por districtos, y en cada uno de ellos se tendría que hacer un depósito de armas que solo conocería el delegado de districto. “…puix solament amb aquesta força moral i amb la preparació material secreta arribaren a arrancar la notra llibertad que ens costarà mes d´obtenir que lo que ha costat la vinguda de la República”. Y para finalizar ponía como ejemplo a su adorada Alemania, tras su rendición, que ya empezaba a renacer de sus cenizas.
Conclusión
De hacer un resumen es evidente que el amigo Manuel Cruells tenía razón al pontificar que, las conspiraciones en Cataluña se hacían en la barra de un bar y por escrito, que es el comentario que merecen los dos documentos de Fages, al que Baltá y todo el resto de nacionalistas radicales parecen haber dado carta de naturaleza para crear con ellos una milicia o lo que fuera, sin contar con los textos del propio Maciá, y así les fue.
Tal como en su día afirmó Ucelay-Da Cal “Quan es tancà la porta del flamant despatx de la GCR i se’n llençà la clau, es provocà la fúria dels ultracatalanistes”. Furía que se desatará inutilmente en octubre de 1934, pero con Companys a la cabeza, y embrujo que siguió generando expectativas en las generaciones de posteriores nacionalistas catalanes a la espera siempre de un mañana que no acabó nunca de llegar.
Adenda
Pasados los meses, Durruti, más pragmático, en una entrevista en el diario La Tierra de septiembre de 1931, hablando de Maciá decía:
“Maciá, un hombre de toda bondad, un hombre puro e integro, es uno de los culpables de la situación angustiosa que atraviesan los obreros. Si en lugar de situarse, como ha hecho entre el capital y el trabajo, se hubiera inclinado definitivamente hacia el lado obrero, el movimiento libertario de Cataluña, se habría extendido por España, por toda Europa e incluso hasta la América latina habría logrado adeptos. Maciá ha querido hacer una Cataluña pequeña21 y nosotros habriamos hecho de Barcelona la capital espiritual del mundo”.
De la historia anterior, existe un testimonio que da más detalles. Se trata de Jaume Miravitlles que en una de sus obras explicó que en aquellas horas de discusión entre los delegados de Madrid y Maciá, y éste con los nacionalistas radicales, hubo otro grupo que también se aproximó a Maciá, el de los obreros, “que a pesar del narcótico reformista que les servían sus dirigentes, estaban dispuestos a tirar las cosas para adelante”, y Macià rechazó su propuesta. El por qué, lo explicó más tarde: Los obreros, después, me habrían pasado la factura. Era la “factura social” la que espantó a Macíà. Y fue por no pagar aquella factura que Macià prescindió de la única alianza revolucionaria que tenía en aquel momento… (los anarquistas?)22.
Vistos los infantiles planes de Fages, cabe recuperar también la opinión que tenía Maciá al respecto de las insurreciones urbanas al estilo de la de Dublín, en Pascua de 1916, con la que tanto se soñaba en Cataluña y que daría pie a la creación de Nosaltres Sols! Sin olvidar que Maciá, a diferencia de todo el resto de nacionalistas, había sido teniente coronel del ejército español, motivo por el cual se supone que tenía una formación militar efectiva y no “de barra de bar” como decía Cruells.
“Alzamiento dentro de las poblaciones: Otra clase de guerra es el alzamiento dentro de las grandes ciudades industriales. De esta poco se puede hablar; (puesto que) es más apropiada para el elemento obrero y revolucionario. Ya que aunque fuera iniciada por el elemento patriota, al cabo de poco tiempo, de no coincidir con un alzamiento en el campo (el rural), los revolucionarios y los obreros se apoderarían de la dirección(la nuestra), o bien obrarían por su propia cuenta (en contra nuestra). Lo más seguro sería que, al cabo de poco, los elementos conservadores se alejarían del movimiento patriótico, al mirarnos con recelo y finalmente, de manera ostensible o indirectamente, darían su apoyo a nuestros contrarios23.”Comentario que no tuvieron en cuenta los impulsores de la proclamación del Estat Català en octubre de 1934.Sin más comentarios.
Notas
1 “La documentación política de Macià hallada en el archivo de la Diputación. Las “cajas verdes” se extraviaron al acabar la Guerra civil”. La Vanguardia, Cultura, 8-6-1984; Crispín, Les capses verdes d´en Macià, Revolució, Organ dels Col.lectius de Joves Comunistes, nº 9, Juliol-Agost 1984.
2 Joan Esculies, La guardia pretoriana catalana, El País, Catalunya, 5-4-2019.
3 Del mismo discurso hay versiones para todos los gustos, pero en este caso está tomado de Ferran Soldevila, Història de la Proclamaciò de la República a Catalunya, 1977, p. 26.
4La comisión estaba formada por Pere Rosell i Vilar, Josep Maria Batista i Roca, Miquel A. Baltà y Daniel Cardona, y Lluis Soler i Damians y Daniel Girona i Llagostera, en representación de la Unió Catalanista.
5 Ultranacionalista y teorizador del racismo en Cataluña.
6 Suborganización armada secreta de Estat Català
7 La denominada Societat d’EstudisMilitars, más conocida popularmente como el SEM.
8 El Set o el Grup dels Set, era un grupo pequeño que había participando en el Complot de Garraf
9 Organització Militar Catalana, más conocida comoORMICA.
10Fermí Rubiralta, Una història de l’independentisme polític català. De Francesc Macià a Josep Lluís Carod Rovira. Lérida, 2004.
11 Wikipedia, en la voz “Escamots d´Estat Català”.
12 E. Ucelay Da Cal, “La crisis dels nacionalistas radicals catalans (1931-1932)”, Recerques, 8 (1978), p. 165.
13 Maluquer i Voladot, Una mica d´història, 1934, p.177-178.
14 La Vanguardia, “La Guardia Cívica. El desarme del Somaten.”, 22 de abril de 1931.
15 Jaume Miratvilles, Ha traït Maciá?, p. 319.
16 R. Arrufat, Catalunya, poble dissortat, 1933, p.232.
17Arxiu de la Diputació. Signatura 3569, Lligam 921 (Suggestions, Proyectes, carpeta 2ª). Bases per l’organitzaciod’una milicia republicana, Ricard Fages; Existe una copia en el fondo Cardona del Arxiu Històric de la Ciutat de Barcelona.
18 Maciá, la seva actuació a l’estranger, Barcelona, 1978, “Organització de l’Exèrcit Català”, pp. 141-146.
19 La Vanguardia, Martes 29 de mayo de 1928, p. 12.
20 Xosé Manuel Nuñez Seixas en El catalanisme davant del feixisme: 1919-2017, 2018, p.523.
21 Maciá: «que tothom pogués gaudir d’una casa i un petit terreny en propietat»,
22 J. Miravitlles, Ha traït, Macià?, 1932, p. 325.
23 Maciá, la seva actuació a l’estranger, Barcelona, 1978, “Organització de l’Exèrcit Català”, pp. 141-146.
Sr. Gascón, el felicito per l’exposició dels 90 anys de la Guàrdia Cívica republicana,però la fotografia de Daniel Cardona i Civit, no consta font: Familia Cardona.Sant Just Desvern. Demanaria rectificació escrit.
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Rectificat. Ja figura la procedència de la font.
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Gràcies pel seu comentari, però la foto la vaig treure d’internet, memòria nacional.cat, i desconeixia que tingués propietari. ho sento
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