Guerra civil Española Historiografía Reseñas

‘El pueblo en llamas. De las milicias a la 43 División’; Recensión [Antonio Gascón Ricao]

Imagen destacada: Regimiento Pirenaico en Barcelona, 1936. Fotografía de la familia Escudé.

Justificación

En estos últimos años, propicios para la recuperación de la Memoria Histórica aprobada en 2007, se hace necesario matizar determinados aspectos de dicha recuperación. En concreto, los referidos a la evidente ligereza con la que algunos autores hacen afirmaciones al calor de cada momento y, en el caso que nos ocupa, sobre la supuesta existencia de determinadas milicias republicanas en el frente de Aragón. Ligereza a la que se suma el confundir a los principales protagonistas de las milicias auténticas, con otros que en realidad tuvieron en ellas un papel secundario.

Otra cuestión a destacar en la obra referida es que en ella no se guardan las normas elementales en todo lo que hace a citas, notas, pies de fotos, o referencias bibliográficas pertinentes, ya que las únicas obras citadas son las propias del autor del trabajo, que de forma curiosa olvida citar las ajenas, cuestión que soslaya dando al lector el apellido del autor utilizado en su provecho, pero sin citar la obra concreta de la que ha extraído la referencia. Por tanto unos usos formales que se han perdido por el camino.

De pensar de buena fe, dichos “olvidos” pudieron obedecer al primar más el entusiasmo divulgativo, que el puramente histórico, que supuestamente se pretendía, dejando de ese modo al lector huérfano de otras fuentes complementarias, que en algunos casos pueden resultar fundamentales.

Siendo sintéticos, resulta evidente que el principal objetivo de la edición de la obra, El pueblo en armas. De las milicias a la 43º División1, editada por la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Aragón (ARMHA) y la Diputación de Huesca, cuyo autor principal es Herminio Lafoz Rabaza, fue la de publicar un gran Anexo, en el cual se aportaba un listado incompleto de los combatientes de la 43ª División republicana. Complemento que abarcaba en la obra un total de 112 páginas, a las que se sumaban 10 páginas más de dibujos, notas y fotos, quedando así reducido el texto de acompañamiento, que era de suponer sería el principal, a tan sólo 44 páginas, de las cuales 20 son la Presentación y la Introducción propiamente dicha.

Una lista incompleta, objetivo de la obra

Es por ello que se hace evidente, que con indiferencia del apartado de Introducción y los otros tres apartados siguientes, que el objetivo final de la obra no fue explicar o aclarar la historia de la Milicias Aragonesas en toda su extensión, tal como se puede pensar por el subtítulo de la obra, sino la publicación de un listado alfabético de los combatientes de la 43º División republicana.

Anexo que no mereció ni una explicación simple sobre cuál había sido el marco temporal utilizado a la hora de elaborar aquella “radiografía”, dejando además en el tintero el poner al lector en antecedentes sobre el trasiego de personal que tuvo aquella unidad, durante casi tres años, por bajas, reemplazos, fusiones, ampliaciones forzosas o traslados, tanto voluntarios como obligatorios.

Listado que hubiera tenido un cierto sentido histórico si hubiera correspondido a una foto fija del personal militar que, por ejemplo, quedó embolsado en Bielsa en abril de 1938, o del que pasó a luchar en el Ebro tras la retirada de Bielsa, algo más reducido su núcleo primitivo, dado que muchos hombres o muchos mandos veteranos fueron trasladados a otras brigadas o a otras divisiones, tras el paso de la 43 División por Gerona, en junio de 1938, pasando muchos de ellos a ser encuadrados en la 55º División. Motivo por el cual resulta hasta cierto punto incongruente la realización de semejante listado general.

Prueba de que dicho listado no tiene sentido, es que la mayoría de los nombres es un totum revolutum, al estar extraídos de diferentes boletines oficiales, mezclándose de aquel modo las churras con merinas, pero sin explicar, por ejemplo, que eran los Batallones de Retaguardia, tantas veces mencionados en dicha relación, o metiendo en ella aleatoriamente los destinos corridos al final de la guerra por algunos de los personajes citados, sin explicar los motivos de aquel añadido curricular. Del mismo modo que se citan a los heridos condecorados, pero no a los fallecidos, o dejando en el olvido los enterrados en Francia, tras pasar heridos desde Bielsa, o a los desaparecidos, o los pasados al enemigo, que como en botica, de todo hubo.

Del mismo modo que se echa a faltar una nota del autor explicando con claridad meridiana que pretendía con dicho listado, al ser un hecho insólito en la larga bibliografía existente sobre la guerra civil española, donde a nadie se le ha ocurrido hasta la fecha intentar rehacer, por ejemplo, una lista nominal del 5º Regimiento, o la de la columna Durruti, sin que lo valide el afirmar su autor que la supuesta pretensión fue: “el poner nombres a la memoria”, o sentenciando que “en la medida que hay nombres existe una biografía”2, biografía que en general queda reducida a la fría información de un Diario Oficial del Ministerio de Defensa, cuando en algunos casos concretos se la merecen con creces, con el estilo de la obra “Todos los nombres. Víctimas y victimarios”3.

Es por ello que se pueda llegar a pensar que la divulgación actual ha podido obedecer a la simple pretensión de fomentar la venta de la obra. Un Listado que después se ha reproducido en la página principal de ARMHA4, sin que en ella se explique si se trata del mismo listado que aparece en el libro, si es anterior al mismo, o si está más ampliado.

Las supuestas “Milicias Aragonesas de Jaca”

Por otra parte, entrando en el plano histórico, se hace imprescindible aclarar algunas cuestiones que hasta hace cuatro días parecían suficientemente documentadas y estudiadas después de casi cuatro décadas de trabajos sucesivos, y que en la actualidad no sabemos si a causa de las prisas o por un cierto interés regionalista, se han trastocado al darse por buena sin más, la existencia de más de una supuesta unidad republicana, que ahora se pretende hacer emblemática. Unidad en concreto que el autor de la obra referenciada denomina sin más como: Milicias Aragonesas de Jaca.

De buscar antecedentes que justifiquen semejante nombre, se debe avisar que la existencia de dicha unidad está sustentada en un único comentario. De hecho dicha referencia apareció dentro un artículo que formaba parte de una publicación multidisciplinar, que en su día constituyó un merecido libro de Homenaje que se hizo al político y historiador catalán Josep Benet i Morell 5 en 1991, articulo que llevaba por título: “Las tropas de montaña republicanas en los primeros meses de la Guerra Civil6.

En dicho artículo, en el cual no vamos a entrar al detalle, al ser una mera colaboración de compromiso, en su caso dedicada a las tropas republicanas de montaña, y más en concreto a las tropas de montaña catalanas, no vendrá mal advertir que el mismo estaba plagado de múltiples errores7, o que muchas de las informaciones que aparecieron en él, en apariencia novedosas, provenían directamente de cuatro trabajos anteriores del actual autor, tres de ellos realizados en aquella época en comandita con otro compañero, y de otro más de elaboración propia8.

Trabajos que el autor de aquel escrito de 1991, se aprovecho en la medida de sus propios intereses, siempre citándolos, pero sin comentar previamente nada a los autores que tan profusamente citaba, cuando los tres compartíamos un mismo espacio laboral, al colaborar él y nosotros en una conocida publicación barcelonesa dedicada a la Historia9.

Comentario aquel de 1991, del amigo Alcofar  Nassaes, que en la actualidad ha servido de punto de apoyo para que Herminio Lafoz haya podido dar por buena la existencia de una unidad militar republicana, denominada según dicho autor: Milicias Aragonesas de Jaca. Unidad que jamás existió más que en aquel desafortunado comentario de 1991, y que por lo mismo aquel nimio detalle no ha tenido más recorrido divulgativo desde aquellas lejanas fechas que el equívoco actual de 2018.

Es por ello que con la pertinente documentación en la mano, vamos a dar luz sobre el entuerto, dando a conocer el autentico origen de las Milicias Aragonesas como entidad única y sin calificativo geográfico que valga. Unidad que no empezó su andadura en Jaca o en Barcelona, sino en Madrid, tal como se podrá comprobar.

Las olvidadas Milicias Aragonesas de Madrid

A falta de otra documentación pertinente, si tomamos como referencia la prensa de la época, en fechas tan tempranas como fue el 8 de agosto de 1936, en un artículo publicado en La Vanguardia de Barcelona aparece por vez primera una unidad denominada de forma simple: “voluntarios aragoneses”.

En dicha noticia se explicaba que:

“ […] Uno de los contingentes que marchan al frente de combate del Este, se nutre, principalmente, de milicianos alistados en el cuartel situado en un convento de la calle Príncipe de Vergara. Allí están instaladas parte de las Milicias ferroviarias y el primer batallón devoluntarios aragoneses…”.

Comentario final voluntarioso en exceso ya que un batallón de la época lo componían, por lo general, un total aproximado de cuatro compañías, es decir algo más de 500 hombres, sin contar en ellos las armas de apoyo pertinentes o los servicios correspondientes. Motivo por el cual se entenderá lo exagerado de aquel comentario, al dar por hecho que era una unidad orgánica.

Por otra parte, en dicha noticia destacan dos detalles fundamentales. El primero pasaba por la simple cuestión de que aquella calle en concreto, de Príncipe de Vergara, no ha existido jamás en el nomenclátor de Barcelona. El segundo, que se desprende del primero, es que si no ha existido la calle mentada en dicha noticia mal podría existir en ella ningún convento, y menos aún la supuesta base de aquel primer batallón de voluntarios aragoneses. Detalles que hacen entrar en sospecha de que existe una confusión en la redacción de la noticia, al hablarse en ella de la marcha de aquellos hombres con destino al frente del Este, es decir al de Aragón.

Pero de ubicar aquella calle y con ella la existencia del correspondiente convento, todo apunta a que el redactor se está refiriendo a Madrid, donde si existía dicha calle, en la cual había existido un convento hasta 1931, el de Nuestra Sra. de las Maravillas, situado en concreto en el número 23 de la calle Príncipe de Vergara. Lugar semiderruido donde debió tener lugar la creación de forma espontanea del primer núcleo de lo que después serían las Milicias Aragonesas, perosin apellido distintivo alguno, que estaba compuesto por 173 milicianos, que sabemos fueron organizados por el diputado socialista a Cortes por Zaragoza Eduardo Castillo10 .

Grupo que al tomar forma orgánica el 8 de agosto de 1936 pasó a denominarse, ahora sí, de forma oficial: “Milicias Aragonesas”. Unidad compuesta entonces por 330 hombres que fueron puestos bajo el mando de un militar profesional, en aquel caso el comandante de infantería José Valdés Oroz11. Milicia que entrará en combate el 19 de agosto de 1936, al tocarle en suerte participar en la llamada batalla de Sigüenza12.

Al final de aquel mismo mes, a dichas “Milicias Aragonesas” se incorporaron, procedentes de Aranjuez, 238 milicianos más. Por aquel motivo, en octubre y poco antes de que la unidad fuera enviada al frente alcarreño, más en concreto a Guadalajara, la cifra de combatientes alcanzó la respetable cifra de 800 hombres. Uno de sus primeros jefes, concretamente el del batallón “Zaragoza”, será el aragonés Juan Ignacio Mantecón Navasa, en aquellos días afiliado a Izquierda Republicana, pero no tardó mucho en pasar a la órbita del PCE. De ahí que después fuera comisario político de la 72ª Brigada Mixta en Huesca y más tarde delegado gubernativo en Aragón, supervisando la disolución del Consejo de Aragón, en agosto de 1937, momento en que su actuación fue controvertida en opinión de los anarquistas13.

Más noticias

Confirmando nuestra hipótesis sobre la existencia de aquellas milicias con base en Madrid, en La Vanguardia del día 28 de agosto de 1936, dentro del apartado de Madrid vuelven a ser citadas, apareciendo la noticia de que: “las Milicias Aragonesas han ocupado varios sectores (está hablando de la Sierra de Madrid), disponiéndose para decisivas empresas”. Comentario del que se desprende que dichas milicias, a la fuerza, eran las mismas que en su día había creado en Madrid el zaragozano Eduardo Castillo.

El día 1 de noviembre de 1936, vuelve a aparecer en La Vanguardia otra noticia sobre el mismo asunto, en esta ocasión con carácter luctuoso, ya que se trataba de la muerte en combate de un capitán de las Milicias Aragonesas llamado Cándido Guzmán Luengo, personaje del cual únicamente se sabe que en abril de 1926 era soldado del I Regimiento de la Reserva de Caballería, Regulares Tetuán I. Con lo cual es de dudar que 10 años después tuviera semejante graduación, salvo que hubiera sido, como era lo común, un improvisado oficial de Milicias. En la misma noticia tampoco consta en qué lugar en concreto había muerto. Por ello la única certeza es que fue inhumado en el cementerio barcelonés de Pueblo Nuevo.

Redundando en lo mismo, las Milicias Aragonesas de Madrid vuelven a aparecer, en La Vanguardia del día 3 de diciembre de 1936, pero dentro de un comunicado oficial del Ministerio de la Guerra, titulado de forma rimbombante: El Ejército de la Libertad. Comunicadoque corresponde a un parte oficial facilitado por el gabinete de información del Ministerio de la Guerra que decía así:

Frente del Centro.—“En Aranjuez, en el subsector de Algodor, hallándose nuestras fuerzas emboscadas a orillas del Tajo, frente a Afiover, sorprendieron al enemigo, causándoles seis bajas vistas. Los fascistas contestaron con ametralladoras y fuego de cañón, infructuosamente. En Guadalajara, en el sector de Taracena14, esta mañana atacó fuertemente el enemigo la posición de Saelices, tratando de cortar la comunicación con Esparraguera (sic).Después de un duro combate, fue rechazado bravamente por las Milicias aragonesas, que hicieron a los facciosos varios muertos y más de cuarentaheridos. Nosotros tuvimos dos heridos leves. En el sector de Madrid y en la noche de ayer, el enemigo intensificó su fuego de fusil, ametralladora y mortero en el sector de la Moncloa y en el tercer sector. En este último, nuestras tropas se rehicieron valientemente, conquistando a los rebeldes ocho casas en la carretera de Carabanchel”.

Parte oficial que ponía de relieve que aquellas Milicias Aragonesas de Madrid se continuaban fogueando en el frente del Centro (Madrid), y por lo tanto muy lejanas del frente del Este.

De las milicias a la 72ª Brigada Mixta

Con el paso del tiempo aquella misma unidad ganó más entidad al incrementarse el número de nuevos milicianos, llegando a alcanzar el necesario para que se pudiera formar con ellos tres Batallones, que en primera estancia fueron bautizadoscon los simbólicos nombres de Aragón, Marlasca y Zaragoza, conjunto de fuerzas que seguirá recibiendo el nombre de Milicias Aragonesas. Cabe destacar que así como los nombres de Aragón o Zaragoza, no requieren mayores explicaciones sobre su origen, el nombre del tercer batallón Marlasca requiere una breve explicación.

Cartel de alistamiento al Batallón Marlasca. Biblioteca Digital Hispánica

Nombre que obedece a la memoria del militar liberal José Marlasca, asesinado por los absolutistas en 1923, nombre que promovió el ex alcalde socialista de la ciudad de Guadalajara15, lugar donde estaba enterrado. Nombre que se ve refrendado con un oportuno cartel de reclutamiento de dicha unidad, en el cual se puede ver a un campesino armado con un fusil y un arado, que con el puño inhiesto grita: “¡Campesinos! Ingresar en el Batallón MARLASCA”, Oficina de Reclutamiento: GUADALAJARA: Cuartel de Milicias nº 30 (antigua Academia de Ingenieros).

Nombresignificante de Milicias Aragonesas que se perderá de forma definitiva al formarse con sus tres batallones la 72ª Brigada Mixta, que en junio de 1937 marchará destinada a cumplir una misión en la proyectada ofensiva republicana sobre Huesca. Concluida la misma, la Brigada pasó destinada a la 43ª División, que en aquel momento todavía estaba en periodo de formación.

Por cerrar la cuestión de las Milicias Aragonesas, Lafoz afirma que Mariano Bueno afincado en Boltaña estaba al frente de una pequeña unidad, según él, llamada Milicias Aragonesas de Jaca, y que a dichas milicias se unieron “un grupo de universitarios y excursionistas catalanes”. Comentario general sin fundamento alguno, al no haber existido ninguna milicia bautizada con semejante nombre, del mismo modo que los supuestos universitarios o excursionistas, en realidad eran voluntarios catalanes militarizados bajo el nombre genérico de las Milicies Pirenenques de Catalunya, al mando de Josep Benet, más tarde Regimiento Pirenaico de Catalunya, nº 1.

Coronel Mariano Bueno. Archivo del autor.

Es más, si Bueno estaba destinado en Boltaña fue porque justo allí se encontraba el cuartel general al mando del coronel Villalba, en su caso jefe del sector, por lo tanto Bueno mal podría estar mandando milicia alguna. De hecho Bueno tardará todavía un tiempo en aparecer en escena por el frente aragonés y cuando lo haga será para hacerse cargo de la recién creada 130ª Brigada Mixta. A la inversa que él, los que tomaron protagonismo en aquellos primeros tiempos de guerra fueron: Julián Mur, el ex alcalde republicano de Jaca y después, Antonio Beltrán Casaña, el Esquinazau, sin olvidar al teniente de asalto Nicanor Felipe, procedente de Barcelona16.

Interpretaciones interesadas

En la obra objeto de reseña17 dentro todavía de la Introducción, pero con la idea de redondear aun más la teoría de la supuesta existencia de las Milicias Aragonesas de Jaca, Lafozutilizacomo argumento a su favor que en los días posteriores a la sublevación fascista aparecieron por Barcelona, procedentes de Jaca y Canfranc un grupo de vecinos de aquellas poblaciones que acabaron reunidos en la barcelonesa plaza del Palau, cerca del puerto, y lugar cercano al local del Comité de Milicias Antifascistas de Barcelona.

Dentro de aquel grupo destacaban, entre otros, Julián Mur, ex alcalde republicano de Jaca, el diputado Julián Borderas, Alfonso Rodríguez, el Relojero18, Antonio Beltrán, el Esquinazau, administrador del poblado de los Arañones, su primo Lázaro Beltrán, Francisco Cavero, el Taxista de Canfranc,19Hilario Borau20, Ripalda, Lalana, Sampietro21 y así hasta un total de veintiún civiles jacetanos.

Información que aunque Lafoz no lo diga en su trabajo está extraída de una obra del autor que subscribe titulada: Beltrán, el Esquinazau22. Y el motivo de critica en esta ocasión pasa por el hecho inverosímil de que dicha lista Lafoz la ha alterado en su orden original en la publicación citada, haciendo desaparecer de ella, de forma misteriosa, a Alfonso Rodríguez, “el Relojero”, y por supuesto sin citar el origen primero del detalle de aquel grupo.

Es de suponer que dicha desaparición, se debió a la idea de Lafoz de hacer encajar al personaje desaparecido unos párrafos más adelante, y en otra historia posterior que el autor de El pueblo en armas sacó como nosotros de las páginas de La Vanguardia del día 8 de agosto de 1936, y que aparece dentro de una noticia titulada “Llegada de 180 milicianos procedentes de Francia23.

En dicha noticia el periodista de turno afirma que con junto con aquellos milicianos recién llegados también había llegado a Barcelona Alfonso Rodríguez, “el Relojero”, y tres tenientes: “Emilio Ramiro, Nicanor Felipe y Arturo Rodríguez24.

Ahora bien, se debe resaltar que Herminio Lafoz, autor del trabajo reseñado, aparenta en su trabajo desconocer que Alfonso Rodríguez, “el Relojero” llegó con el primer grupo, el de los 2125, desconociendo de paso quiénes son los dos primeros personajes citados en la misma noticia, ya que dos de ellos evidentemente no podían acompañar a Alfonso Rodríguez, “el Relojero en su llegada a Barcelona, al tratarsede los tenientes de la Guardia de Asalto, Emilio Ramiro y Nicanor Felipe, puesto que ambos habían estado luchado en las calles de Barcelona el 19 de julio, y por lo mismo mal podían llegar procedentes de Francia acompañando al “el Relojero, si estaban de hecho destinados de guarnición en Barcelona. Lo que nos lleva a la meridiana conclusión que aquella noticia, por muy interesante que sea, es cuando menos falsa en los dos extremos comentados26.

Más confusiones

A todo esto mal podrían partir de Barcelona aquel mismo grupo, tal como afirma Lafoz, “tras una cena de despedida realizada en el Casal de Esquerra Republicana del Distrito VI”27, según figura en la misma noticia, cuando se tiene conocimiento de que dicho grupo de aragoneses, si eran los mismos, salieron de Barcelona unas semanas después, en concreto el día 1 de septiembre.

Siguiendo con el capítulo de “alteraciones”, en la misma obra Lafoz explica que de los 21 vecinos de Jaca, con la excepción de Ripalda, que era de la CNT, el resto decidió afiliarse al PSUC28. Pero sin advertir antes al lector que el grupo aragonés tomó aquella decisión de alistarse en el PSUC el día 22 de julio mediante una votación democrática, y como medio directo de evitar con ello las molestias que estaban padeciendo en cada barricada o en cada control, donde de forma constante se les pedían papeles que no poseían.

Por ello la causa principal de su alistamiento al PSUC fue la falta de acreditaciones sindicales o políticas y por tanto sin que mediara en ello simpatía política alguna. Una vez obtenidas las credenciales pudieron circular libremente y sin estorbos por la Barcelona revolucionaria, e incluso dormir a pierna suelta algunas noches encima de los lujosos billares del exclusivista Círculo Ecuestre de Barcelona, situado en aquel entonces en el señorial paseo de Gracia29.

Otro detalle a desmentir dentro de la misma Introducción, es el de la existencia de una foto de Beltrán tomada supuestamente en el cuartel Carlos Marx30 el día 19 de agosto31 que es un camelo. De hecho la misma “foto” en la actualidad se está utilizando con profusión y como relleno en determinadas páginas web nacionalistas radicales y por supuesto muy distorsionadas32. Detalle que desmentimos rotundamente dado que el personaje en cuestión que aparece en dicha foto no es Beltrán.

Es más, aquel mismo mes Beltrán andaba tan ricamente calzado con botas altas de caballería y cinturón de la misma arma33, con correaje y pistola al cinto, y con un chaquetón a juego, tal como se puede apreciar en una foto tomada en Cervera en aquellas mismas fechas, en casa de una parienta. Foto que se conserva en el archivo de la familia Beltrán, instantánea que apareció impresa en 1981 en “El Esquinazau, perfil de un luchador34.

Todas estas anomalías comentadas parecen apuntar a que el objetivo final del autor del trabajo era explicar, pero alegando antes, por aquello de curarse en salud, que “las informaciones difieren”35, que en aquel grupo de Jaca había dos facciones diferenciadas: la de Alfonso Rodríguez, “el Relojero”, y el resto, o sea, 1 fraccionista contra 20.

Dando así por buena aquella supuesta noticia del 8 de agosto, por lo mismo Lafoz afirma sin más que el teniente de Asalto Nicanor Felipe le entregó al grupo del Relojero dos fusiles, uno de ellos ametrallador, y con ellos y un camión requisado marcharon al frente el día 8 de agosto36.

Afirmación que no se sostiene cuando todos los testimonios de aquel momento afirmaban en vida que dicha entrega sirvió para armar al grupo de Jaca, con Mur a la cabeza, o que fue también el grupo de Mur el que requisó un camión al tener entre sus filas, cuando menos, dos conductores veteranos, Beltrán y Cavero. Del mismo modo que las aventuras que Herminio Lafoz adjudica al grupo de “el Relojero”, corresponden en realidad al grupo de Mur, según nos consta por varios testimonios, incluidos entre ellos el de Roentgen Beltrán hijo de “el Esquinazau”.

De lo que se desprende que la información en cuestión, la recogida en el libro reseñado, no es veraz, ya que según el testimonio personal de Hilario Borau, el grupo de Jaca estaba mandado por Julián Mur, el último alcalde republicano de Jaca, y en aquel momento máxima autoridad moral para ejercer el mando. Teniendo en cuenta que el mismo Borau abandonó aquel grupo tras decidir alistarse en la expedición que se estaba preparando desde Barcelona para invadir Mallorca y que para allí se fue.

El Relojero”

Resaltando a la vez que la supuesta popularidad del Relojero, que le adjudica la prensa barcelonesa, a causa de su participación en la Sublevación de Jaca de 1930, era cuando menos idéntica a la de Beltrán, participante igual que el anterior en los mismos hechos, con la salvedad de que Beltrán fue durante aquella sublevación el responsable del elemento civil de Jaca y además el responsable de conseguir el transporte necesario para los revolucionarios. A la inversa del Relojero que fue un mero comparsa, al ser sus únicos meritos el haber servido el escaparate de su tienda de relojería, para dar la hora concreta de las citas de los conspiradores o el leer en público el famoso bando dado por Galán el día de la sublevación.

Hecho al que se unen las informaciones que sobre el Relojero dio Emilio Mola, sobre su actuación en los días anteriores a la Sublevación de Jaca, cuando Mola era director General de Seguridad, afirmando que “el Relojero” había sido una de sus fuentes de información secundaria más importante sobre los preparativos que se estaban haciendo en la plaza de Jaca, al tener el personaje la lengua muy suelta en bares y prostíbulos locales, donde no paraba explicar a quien quisiera oírlo, todos los detalles sobre la conspiración, incluidas las propias fechas de su realización.37

Por lo mismo la supuesta partida de Alfonso Rodríguez, “el Relojero” el día 8, recogida en la obra citada no es cierta. Y la prueba de cargo reside en una noticia posterior de la misma La Vanguardia del 1 de septiembre de 1936, donde se advierte que fue justamente aquel mismo día cuando el Relojero” marchó camino de Aragón, pero formando parte de una unidad creada a la sombra del Partido Socialista Unificado de Cataluña (PSUC) denominada en la jerga de aquel momento Columna 19 de julio.

En ella van milicianos del Alto Aragón, con Alfonso Rodríguez, “el Relojero”, Acín (¿) y otros destacados militantes socialistas y comunistas, mandados por unos oficiales de Asalto que desde el primer día lucharon contra el fascismo…”

No deja de sorprender que el autor de dicho trabajo, el amigo Herminio Lafoz, corte en este punto concreto las andanzas de Alfonso Rodríguez, “el Relojero” en Aragón, cuando en realidad aquellas andanzas continuaron corriendo por la prensa tal como se advierte en una noticia de La Vanguardia del día 1 de octubre, Titulada: El Relojero de Jaca manda una Columna, noticia que procede de Barbastro, cuartel general republicano en aquel frente.

Fantasías de la prensa

En dicho artículo y después de un par de párrafos laudatorios, a nuestro entender exagerados, se explica que al estallar la guerra “el Relojero”, huyo a Francia y en Oloraux (sic)38 empezó a formar una columna integrada con refugiados que como él habían huido de Jaca, llegando a reclutar hasta cien hombres, con los que el personaje constituyó una columna, que según él se llamó Alto Aragón.

Dicho nombre será homónimo al que se dará a otra unidad que formará parte de la génesis autentica de la 43ª División. Pero nombre que muy probable se trate de una confusión del periodista ya que lo que se dice en la noticia del 1 de septiembre es que en la columna del PSUC “van milicianos del AltoAragón”, refiriéndose a su lugar de su procedencia, pero no al nombre propio de aquel grupo en concreto. Un error más, salvo que fuera el propio Relojero el que se encargará por interés propio de hinchar más la noticia.

También en la misma noticia del 1 de octubre se seguía explicando que una vez enrolados aquellos hombres pasaron a España, entrando seguidamente en campaña en el frente de Huesca o que en aquellas fechas la columna contaba con 314 hombres equipados con los pertrechos necesarios. Y aunque habían tenido la intención de luchar en el sector de Jaca, las necesidades de la campaña habían hecho que actuaran donde fuera preciso. Al final del mismo artículo “el Relojero” se continuaba explayando en una serie de opiniones que ya no vienen al caso.

Pues bien lo que “el Relojero” explica, y que recogió el periodista de turno, entra en contradicción con lo que explicaban el resto de los miembros del grupo principal llegado a Barcelona, el de los 21, y por lo mismo queda claro que el afán de protagonismo de “el Relojero” le perdió, dado que el grupo creado en Francia por él no existió más que en su imaginación, al haber llegado aquel personaje formando parte del grupo de los 21 evadidos, y no formando parte del grupo supuestamente llegado a Barcelona el 8 de agosto.

Cosa distinta podría haber sido que el grupo que se cita en el artículo sobre la marcha de aquella columna del PSUC, se hubiera formado un tiempo más tarde de su llegada a Barcelona y que a su cabeza alguien hubiera decidido poner como mandamás al “el Relojero”. De haber sido así, aquel grupo fue el mismo que partió de Barcelona el día 1 de septiembre, pero formando parte de una columna del PSUC, llamada 19 de julio, columna que al final se acabara fusionando con otra columna mayor también del PSUC: la Carlos Marx.

La columna Carlos Marx se había creado en Barcelona en julio de 1936, organizada por el PSUC y la UGT, contaba inicialmente con unos 2.000 efectivos. ​ Entre los mandos de la columna estuvieron José del Barrio​ y Manuel Trueba, contando con el comandante de infantería Enrique Sacandell como asesor militar. ​ La columna partió de Barcelona el 25 de julio, ​dirigiéndose al Frente de Aragón.

El 29 de julio la columna ocupó Almudévar, un importante centro de comunicaciones en la zona, pero se vio frenada cuando intentó infructuosamente la conquista de  Zuera. ​ Desplegada en el sector de Huesca, aquella unidad tuvo su cuartel general en la localidad de Tardienta. ​Posteriormente dicha columna se vio reforzada por otras columnas menores, entre ellas la 19 de julio, en la cual marchaba “el Relojero” y un supuesto grupo de gente del Alto Aragón.​

Nuevas reestructuraciones

Próximo ya el invierno, junto a la “Primera Brigada Aragonesa”, nombre orgánico con el cual se bautizó desde Barcelona al futuro Batallón “Alto Aragón” el auténtico, formaba línea una centuria autodenominada “Los Saltamontes”, creada tras la fusión de la primitiva cuadrilla jacetana de Mur con otra procedente de una pequeña columna barcelonesa de la CNT, autodenominada “Los Nibelungos39. La nueva unidad quedó al mando de Julián Mur cargo que, a su vez, simultanea con el de responsable político. En las proximidades de Guara, por las mismas fechas, actuaba otra centuria conocida con el ecológico nombre de “Los Ciervos” de la cual tenemos incluso testimonio.40

Centuria «Los Saltamontes» en Broto, 1936. Archivo del autor.

Según el testimonio de Antonio Casaus, natural de la Gesera: “En Gesera, en agosto de 1936, como no tenían ni luz, ni subía el cartero no sabían nada en absoluto de la guerra. Al final de aquel mes aparecieron por el pueblo un grupo de gente armada y después de pedirle al alcalde las llaves del ayuntamiento, sacaron todos los papeles que había y los quemaron, después fueron a la iglesia con intención de quemarla, pero como había una casa adosada, desistieron de hacerlo, y por ello fueron sacando las imágenes ropas y archivos y les pegaron fuego, el cura hacía días que se había marchado a Jaca. Y después de esto se marcharon. Aquel grupo pertenecía a otro mayor que estaba acampado en Laguarta, a unos 20 Km. valle arriba” 41.

Según también el mismo testigo “a finales de octubre el Batallón de voluntarios llamado Los Ciervos que llevaba un tiempo acampado en Laguarta, avanzó ocupando Gesera, cavaron trincheras que dominaban la carretera del rio, y desde allí vigilaban por si venía el enemigo, que estaba establecido en el rio Gallego, defendiendo el ferrocarril que unía Huesca con Sabiñánigo, Jaca y frontera francesa”.

Un informe posterior del comisario del Regimiento Pirenaico nº 1 de Catalunya, del cual dependía aquel frente aragonés, confirma la existencia de aquellas mismas unidades más la del Batallón Alpino, nombre que corresponde al dado al primitivo grupo denominado Alpino de Sabadell, que por orden del coronel Villalba, jefe del sector, mandaba Antonio Beltrán, “el Esquinazau”: “La Compañía Saltamontes que opera en Cotefablo, el Batallón Alpino que opera en Aso de Sobremonte, el Batallón los Ciervos que opera en la Sierra de Guara”42.

Coronel Villalba. Internet

El intento republicano sobre Gavín: la muerte de Julián Mur

Como consecuencia de la toma del pueblecito de Yésero por los republicanos, a finales de agosto de 1936, el mando nacional mediado el mes de octubre decidió reforzar el sector situando entre Biescas y Gavín, donde entre carabineros, falangistas y voluntarios de Acción Ciudadana alcanzan un total de más de 200 hombres, fortificó los entornos con blocaos y casas aspilladas, tras sufrir el día 10 una infiltración republicana que había destruido una pequeña central eléctrica que suministraba fluido eléctrico a Sabiñanigo, tal como recogió el parte de guerra republicano de aquel día.43

Por su parte, ante la proximidad del invierno, y con vistas a reducir aquel entrante nacional, los republicanos deciden planear el atacar la primera de aquellas posiciones, en su caso Gavín. La idea parte del cuartel general de Barbastro, y para ejecutarla se envía al todavía teniente Nicanor Felipe del batallón “Alto Aragón” para que la ejecute.

El grupo asignado para aquella misión fue la centuria “Los Saltamontes”, en su caso compuesta por aragoneses y catalanes, y que en aquellos momentos está bajo el mando del antiguo alcalde de Jaca Julián Mur, que ejerce a su vez también el cargo de comisario. Según testimonios la orden general fue antológica: o se cumplía con el objetivo asignado o el pelotón de ejecución.44

Lo que desconocen los asaltantes es que en Gavín les esperan un total de 110 hombres, mayoritariamente militares del Regimiento Galicia, a los que siguen en entidad los miembros de la Compañía de Voluntarios del Valle de Tena, popularmente conocidos como las “Panteras del Valle de Tena” según el escritor catalán José M. ª Gironella, los hombres del batallón de Voluntarios de Jaca y los carabineros. Con lo que, en principio, las fuerzas estaban muy equilibradas.

El plan de asalto es muy simple: consiste en infiltrarse sigilosamente por la noche para, aprovechando la oscuridad, lanzar botellas de líquido inflamable, de las que se han provisto previamente en Barbastro, sobre las casas aspilladas del pueblo, los pajares y las trincheras del perímetro. Como cobertura cuentan con dos ametralladoras Hotchkis servidas, a falta de peines metálicos, con cintas que confecciona un sastre en plan casero, con tela de camisa caqui, según comentario de Hilario Borau.

La madrugada del 27 de noviembre, inicia el primer ataque la sección del canfranero Hilario Borau, y pronto se generalizará la lucha con la muerte de dos carabineros y el incendio de 6 casas. Con las primeras luces los rebeldes se repliegan a la segunda fila de defensa y se atrincheran en el lugar más fuerte: la iglesia. A la vez solicitan refuerzos a Biescas y a Jaca. Los republicanos mientras continúan el ataque dirigidos por Mur, que próximo en unas eras daba las órdenes pertinentes mediante el uso de un altavoz. Al iniciarse el combate de Biescas, rumbo a Gavín, parte el resto de la compañía de los Voluntarios del Valle de Tena, y desde Jaca la reserva del Regimiento Galicia.

La subida desde Biescas a Gavín se convierte para los rebeldes en un verdadero calvario, pero a las cinco de la tarde consiguen alcanzar su objetivo, obligando a retirarse a los republicanos. Las bajas nacionales son importantes: catorce muertos y numerosos heridos.45 Por su parte los republicanos, según informa la revista “Jaca” del 4 de diciembre, en una nota firmada por el propio Nicanor Felipe, sufren tres muertos: Agustín Flores García, brigada de carabineros, José García Viscasillas, un voluntario catalán de 18 años, y Julián Mur, el antiguo alcalde de Jaca. De los 16 heridos republicanos, dos fallecerán posteriormente: Félix Biniés, cabo del primer pelotón, que vivía en Barcelona y Saturnino Pascual46.

En el mismo número de la revista se da una visión muy particular de aquel mismo combate, aduciendo que habían sido los fascistas los que lo iniciaron, al tratar de tomar Yésero, y que al fracasar en su intento fueron perseguidos hasta Gavín, donde se atrincheraron y consiguieron hacerles: “115 bajas vistas, de los cuales 91 muertos”.

Lo que también se olvida de relatar la revista es el destino final sufrido por el cadáver del malogrado Mur, que abandonado en el sitio por sus camaradas, fue recogido por los rebeldes y trasladado a Jaca junto con la columna volante del Regimiento Galicia. Una vez allí, se le despojó de la ropa de oficial, y cubierto de harapos fue expuesto a la curiosidad pública en la puerta del mismo ayuntamiento, obligando a los vecinos a desfilar delante del cadáver de su antiguo alcalde. Algunos de ellos incluso le escupieron, despreciativamente, en la cara.47

La dependencia del frente del Serrablo de Cataluña

Un detalle que Herminio Lafoz pierde de vista en su trabajo es que el frente del Serrablo, dependía directamente de la Generalitat de Catalunya, y más concretamente de la Conserjería de Defensa, y que este de forma progresiva fue ocupado poco a poco por núcleos de milicianos catalanes. Unos porque por iniciativa propia así lo han decido, y otros porque son destinados allí por un mandamiento específico de las autoridades catalanas.

Este último ejemplo es el caso del “Grupo Alpino” de Sabadell, una pequeña unidad de setenta voluntarios, que encuadrada por Ateneo Sindicalista de aquella ciudad, llegan a Caspe enviados por orden específica de Josep M. ª Benet Caparà-Rotés, jefe del Regimiento Pirenaico nº 1 de Cataluña48.

Advertir que todo lo que aparece en el libro reseñado bajo el apartado de “Milicias catalanas. Los voluntarios alpinos”49, está sacado, pero no referenciado, de una obra que recogimos varios autores50, lo que para Lafoz no es óbice para utilizar también sin cita de la fuente, publicaciones escritas en catalán procedentes de páginas nacionalistas radicales, que a su vez, han copiado de las mismas fuentes que Lafoz, y también sin cita51. Dios los cría y ellos se juntan.

El Exèrcit de Catalunya

16 de diciembre de 1936, y con motivo de la formación del nuevo gobierno catalán presidido por Josep Tarradellas, se hizo cargo de la Consejería de Defensa, substituta del disuelto Comité de Milicias Antifascistas, el cenetista Francisco Isgleas. Al mes siguiente apareció en el Boletín Oficial de la Generalitat el decreto de creación del denominado “Exèrcit de Catalunya”.

Con motivo de ello las distintas unidades republicanas asentadas hasta entonces en el frente de Aragón pasaron a adaptarse a las nuevas plantillas divisionarias, y por aquel motivo con las fuerzas existentes se decidió crear cinco divisiones y dos agrupaciones de montaña. Así de norte a sur, el frente aragonés quedó cubierto con la Agrupación Alpina, y las Divisiones Ascaso, Lenin, Carlos Marx, Durruti, y Jubert y finalmente por la Agrupación Maciá-Companys.

El discontinuo frente del Serrablo, cubierto hasta aquel momento por la denominada Agrupación Alpina, anteriormente llamada I Sector Pirenaico, continuó al mando del recién ascendido a teniente coronel Mariano Bueno Ferrer, que contaba como jefe de estado mayor al capitán Pascual Miñana de la Concepción y como comisario político al diputado por Huesca el socialista jaqués Julián Borderas Pallaruelo, más conocido por el apelativo de el Sastre, otro de los héroes de la Sublevación de Jaca de 1930 que propició la proclamación de la República al año siguiente.

Dicha Agrupación Alpina bajo el mando de Bueno, estaba compuesta por el batallón “Alto Aragón”, que operaba en la frontera al norte de Jaca, una compañía con el nombre de los “Saltamontes”, situada en el sector de Cotefablo -Yésero, el denominado “Batallón Alpino”, que en el plano real al principio solo eran dos cortas compañías de guarnición en Aso y Nerín, y finalmente el batallón “Los Ciervos”, al que le había tocado en suerte formar línea en la sierra de Guara.

El 26 de diciembre, José María Benet, jefe de los pirenaicos catalanes, desde la Consejería de Defensa de la Generalitat redactó una orden dirigida al delegado político-militar del Parque de Artillería de Barcelona, para que se hiciera entrega a los portadores de la misma de una batería de montaña de 105 mm., la 9ª, que se tenía preparada para la milicia pirenaica, pero a nombre del capitán Bueno que en su caso era hermano menor de Mariano Bueno, personaje que estaba destinado en el Cuartel General de Boltaña. De aquel modo dicha batería pasará a formar parte orgánica de la Agrupación Alpina.

Unos días antes, el 12 diciembre de 1936, en el sector norte aragonés operan diversas fuerzas republicanas confirmadas con documentación, entre ellas estaba el famoso Batallón Alto Aragón, en su caso situado en el subsector norte, con cuartel general en Broto, que estaba al mando, no de Mariano Bueno Ferrer como siempre se afirma, sino del teniente Nicanor Felipe Martínez, antiguo oficial de asalto de Barcelona, el mismo que había dotado de armas en dicha ciudad al primitivo grupo de los 21 jacetanos. Nicanor Felipe contaba como comisario político con el navarro Carlos Alonso Burgui, que a su vez era secretario político del Radio comunista del Batallón “Alto Aragón” en Yésero y además miembro de la FETE. Unidad también denominada Primera Brigada Aragonesa.

El Batallón Alto Aragón contaba en aquellas fechas con 696 hombres, pobremente dotados con 228 Máuser, 180 Wínchesteres y 60 vetustos Remington, 5 fusiles ametralladores y una única ametralladora. En cuanto hace a munición, no andaban mucho mejor al tener tan solo 13.000 balas para máuser y 23.760 para Winchester, y de granadas o bombas nada en absoluto52.

El batallón Alto Aragón

Conocido ahora lo anterior, tres reflexiones al caso. La primera es que al parecer y de fiar de las noticias aparecidas en la prensa catalana, es posible que en el frente de Aragón pudiera haber existido dos batallones con el mismo nombre de Alto Aragón, el de la División Carlos Marxsituada en Huesca, en su caso al supuesto mando de “el Relojero”, y el otro situado en Broto bajo el mando del teniente Nicanor Felipe, que será el que al final prevalecerá llevando con orgullo aquel nombre que alcanzará la gloria.

La segunda es que dicho batallón, al estar al bajo el mando del teniente Nicanor Felipe, no podía estar como siempre se ha supuesto, al mando del capitán Mariano Bueno Ferrer. Y la tercera es que aquel batallón denominado Alto Aragón perteneciente a la División Carlos Marx debió disolverse dentro de las unidades de la propia división, pero todavía pervivía como tal en las postrimerías del mes de marzo de 1937, tal como veremos.

Según La Vanguardia del día 29 de abril de 1937 y dentro del apartado titulado “El Comité de Ayuda Permanente” se dice: “El Batallón Alto Aragón de la División Carlos Marx, sector Pirineo, ha hecho un donativo al Comité de Ayuda Permanente a Madrid de la respetable cantidad de 12.017 pesetas, además de otro donativo de mercancías…”. Noticia que da fe de la existencia en abril de 1937 del grupo que al parecer pudo dirigir en algún momento dado “el Relojero”, y a todo esto ni una sola palabra sobre las controvertidas Milicias Aragonesas de Jaca.

Según un informe anterior, fechado el 2 de marzo de 1937, a la misma Agrupación Alpina pertenecían otras unidades que, no se sabe por qué, estaban situadas en la lejana retaguardia catalana. En su caso dos compañías de alpinos de servicio fronterizo en el Valle de Aran, otra compañía del mismo servicio afincada en el pueblo de Bellver de Cerdanya, cercano a Puigcerdá, una cuarta compañía igualmente de servicio fronterizo, acuartelada en Sant Llorenç de Morunys, en la comarca catalana del Bergeda, así como varias “centurias” más diseminadas, y que, aunque no se cite en explicito por su nombre, pertenecientes todas ellas al “Regiment Pirinenc” que estaba bajo el mando del capitán José María Benet i Capará.

Pero antes de que llegue a aquel frente la 72ª BM, anteriormente en Madrid, el nombre de las Milicias Aragonesas, aparece en enero de 1937 en la cabecera de un documento administrativo del Batallón Alto Aragón, bajo el epígrafe de Milicias Aragonesas, sin calificativo alguno. En dicho documento se especificaban los lugares o las personas a las que dicha unidad estaba dando de comer bajo la condición de simples refugiados, es decir de no combatientes.

El Batallón Cinco Villas

De creer a Lafoz, la idea de la creación del Cinco Villas, salió de Jacinto Longás, alcalde de Tauste, y Antonio Garulo, alcalde Zuera, militantes del Partido Socialista y de la UGT, que fueron los que pensaron en octubre de 1936 organizar en Caspe una segundas Milicias Aragonesas, imitando el ejemplo de las creadas por el diputado Eduardo Castillo en Madrid53, pero ya fueran estos personajes o el mando, la cuestión fue que el 3 de febrero de 1937 apareció en La Vanguardia el siguiente suelto:

El Ejército Republicano. “La Segunda Brigada Aragonesaprimer Batallón Cinco Villas, ha sido debidamente autorizado por la superioridad a instalar una oficina en Barcelona para el reclutamiento de milicias aragonesas a fin de cooperar en el aplastamiento del fascismo. Las oficinas han quedado instaladas en la calle Lauria 86-88 primero, 1ª.”

Anuncio que era la plasmación del esfuerzo del mando republicano empeñado en reforzar el sector del Serrablo, y por ello había decido abrir unas oficinas de reclutamiento en Caspe y en el Centro Aragonés de Barcelona, con la intención de crear una nueva unidad que debería llevar por nombre “Cinco Villas”. Dicha unidad al alcanzar que se alistase en ella el personal suficiente para formar con él cuatro compañías, logró con ello la entidad de batallón, y siguiendo en numeración al batallón “Alto Aragón” que le precedía como 1ª Brigada, el “Cinco Villas” pasó a denominarse 2ª Brigada Aragonesa.

Cuando a finales de febrero se envíe al batallón “Cinco Villas” al Pirineo, concretamente a su primer emplazamiento en el pueblecito de Ipiés, de los cuatros compañías que lo componían con un total de –479 hombres–, al mando respectivo de los capitanes Juan Castillo, Chacón, Pedro Castillo y Giménez, la cuarta de ellas, la más numerosa, dada la precariedad del momento marcha al nuevo destino sin armar. Pero eso sí, cuentan con servicio médico, con una sección de ametralladoras –75 hombres, dos ametralladoras y dos fusiles ametralladores– y con una sección de transmisiones. Detalles que aparecieron mucho antes de que Lafoz los utilizara en su obra, como siempre sin cita54.

Elena Legaz Remón, la Rubia

En Caspe, donde en aquellas fechas está destinado Antonio Beltrán, éste conoce a una combativa miliciana, maestra de profesión y aguerrida militante comunista, natural de Sofuentes: Elena Legaz Remón, más conocida, en correspondencia con el color de su cabello, con el apelativo de “la Rubia”, apodo que ahora por gracia de Lafoz se ha transformado en el machista apelativo de: “la chica del Esquinazau55, apodo que jamás tuvo entre sus compañeros, ya que ni su hermano Esteban Legaz, ni Beltrán lo hubieran permitido.

Miliciana que aquellos días está desempeñando tareas administrativas en las oficinas de reclutamiento del batallón “Cinco Villas” de Caspe, unidad que se había empezado a formar el mismo día en que partió de aquel pueblo la columna Ortiz y el batallón de la FETE (Federación Española de Trabajadores de la Enseñanza), organizado en Barbastro por universitarios y maestros de ese sindicato adscrito a la UGT, y que al final acabará al mando de un maestro de Canfranc, Telmo Monpradé Castán. Curiosamente el nombramiento de capitán de Momprade se hizo efectivo el mismo día y en la misma orden en que se ascendía a capitán a Nicanor Felipe, y mientras Nicanor Felipe quedaba asignado a las Milicias Aragonesas, Momprade, lo fue a la 26ª Brigada Mixta, una brigada afincada en Somosierra???56.

A la llegada a su destino, el puesto de mando del batallón se instaló provisionalmente en la Casilla de Atós, y para allá marcha una desesperada Elena Legaz, más conocida como “La Rubia” que se ve así, por imperativos del servicio, privada de su “comandante”. Unos días más tarde, y para alegría suya, llega para hacerse cargo de la nueva unidad su adorado comandante: Antonio Beltrán, más conocido como “el Esquinazau57.

Los Pirenaicos

Dentro de aquel trasiego de fuerzas y mandos, Vicente Guarner, jefe del frente Aragón, decide reagrupar y destinar nuevas unidades catalanas al sector norte-aragonés, con la intención de reforzar en su caso la Agrupación Alpina al mando de Mariano Bueno. De hecho, en aquella decisión confluyeron varias cuestiones. La primera la pura necesidad militar de reforzar aquel sector, necesidad que de paso podría servir de excusa para acabar de una vez por todas con las veleidades revolucionarias de algunos grupos nacionalistas, muy en particular con las de los pirenaicos de Benet, que no tardaron en entrar en conflicto con los anarquistas de Puigcerdá, liderados por el viejo militante anarquista Antonio Martín Escudero, enfrentamientos que provocaran su expulsión forzosa, manu militari, de la Cerdaña58.

Al regreso forzoso de compañía de esquís a Barcelona, el Estado Mayor catalán no pudo por menos que replantearse el futuro del Regiment Pirinenc en su conjunto, cuestión que tras los continuos incidentes de Puigcerdá llevó a Vicente Guarner a la firme decisión de de enviarlo al frente del Serrablo.

Así el 7 de marzo el Estado Mayor catalán dio orden de que al día siguiente saliera con destino al frente de Aragón el 2º Batallón Pirenaico, que en aquel momento está de guarnición en Barcelona. De esta forma, las compañías mandadas por Galobardes, Millet, Pons y Rodés tomaran posiciones en Yésero, Linás de Broto, Vio y Frajén respectivamente, mientras que los esquiadores, expulsados de La Molina por los anarquistas, quedaron acuartelados en la Ciudad Condal en espera de destino, con el tiempo dicha compañía y el 1º Batallón Pirenaico, no tardarán en seguir el mismo destino59 .

Para más detalles sobre las unidades que se agruparon en la 43 División, como por ejemplo los Ciervos o el Batallón Alpino, o el Alto Aragón, se puede ver el trabajo del presente autor: Los Ciervos Rojos en el embrión de la 43 División republicana en la página de la Asociación Memoria Histórica Batallón Cinco Villas60.

Ante leyendas, documentos

Un hecho evidente es que en el momento actual se tienen noticias que hace unos años se desconocían, como por ejemplo el estado de la 130 Brigada Mixta, al mando de Mariano Bueno, en octubre de 1937. La prueba está en un estudio realizado por el propio Bueno titulado; “Informe reservado sobre la 130 Brigada Mixta”, actualmente depositado en el Pabellón de la República de Barcelona, procedente del archivo de la familia Benet Capará.

En dicho informe Bueno daba por supuesto que era “Harto conocido el origen y formación de la línea de Frente de Aragón y siendo esta Brigada la primera que cubrió este Sector, la base de la misma fue el voluntariado que desde los 17 a los 50 años hubo de admitir hasta tanto se organizaba la gestación del Ejército Popular Regular”. En resumen se acogió a todo el mundo, sin discriminación alguna. Por ello dicha Brigada: “Fue incrementada y complementada con los evadidos que pudieron escapar desde el principio de la guerra hasta Marzo del corriente año de 1937”.

Posteriormentela brigada se vio incrementada: “…con reclutas del reemplazo del 1930 (unos 200 de la provincia de Gerona y de la montaña de Lérida) y unos 470 reclutas finalmente de Almería, sólo útiles para trabajos auxiliares pero verdaderamente inútiles para esta Brigada por ser de climas cálidos y llanos.”. O sea 670 jóvenes que no eran aragoneses.

Por otra parte en octubre de 1937: “Los efectivos actuales de la Brigada han quedado reducidos por las bajas sufridas a las siguientes cifras: los cuatro batallones de Infantería a 1.265 hombres.” Y por tanto la suma total de faltas para completar las plantillas era, según Bueno, de 1.664 hombres.

Y entrado en el capítulo de los hombres descartables por diversos motivos, Bueno decía en su informe que la brigada tenía :

“… de 200 a 300 voluntarios que tanto por su edad como por las enfermedades contraídas o agudizadas durante el tiempo que llevan en campaña (reuma, asma, bronquitis aguda) es imposible que puedan continuar prestando servicio otro invierno entre estos fríos y humedades, ni hay motivo suficiente para que no se les conceda la baja que tienen solicitada desde hace largo tiempo”.

Teniendo en cuenta demás que: «aparte se hallan agrupados por inútiles unos 450 reclutas de Servicios Auxiliares que después de haber sido repartidos a los Batallones han tenido que separarse por su imposibilidad física para combatir.”

En resumen, de los 1265 hombres que mandaba Bueno, 750 eran inútiles para el combate. De ahí que desde Barcelona decidiera enviar otros tantos 750 hombres más del Regimiento Pirenaico, con la intención evidente de cubrir aquellas bajas, hombres a los cuales Bueno no citó ni de lejos en su informe, cuando constan asimilados en la plantilla de la 130 brigada desde el 15 de junio de 1937, y el informe está redactado cuatro meses más tarde en octubre del mismo año.

Daños colaterales actuales en la página de ARMHA

Es de suponer que como consecuencia colateral de la obra reseñada, es que en la propia página de ARMHA aparece un apartado titulado: “130 Brigada mixta”, que de abrirlo se presta a confusión al decirse: “130 Brigada Mixtas, fuerzas agregadas, (Brigada en Organización. 2º Batallón, 3º Compañía) Junio 193”. (Y un deseo) “Posiblemente se trate de Pirenencs nº 1”.

Subtítulo mal referenciado y peor explicado. Dado que dicha relación de personal corresponde a una compañía concreta del 2º Batallón del Regimiento Pirenaico nº 1 de Cataluña, unidad que estaba en periodo de liquidación con la intención de disolverla en la 130 Brigada Mixta. Si se entra al detalle el 2º Batallón de pirenaicos estaba compuesto por 4 compañías, con un total de 436 hombres, que el día 7 de marzo de 1937 se desplegaron por Yésero, Linás de Broto, Vio, Fragen. Unidad que el día 15 de junio de 1937 solo conservaba 340 hombres, es decir, que en 3 meses se habían dado de baja de ella un total de 96 hombres61.

Historia casi idéntica a la del 1º Batallón pirenaico de guarnición en Figueras, que marchó para Aragón en los principios de 1937 con 465 hombres, pero que en junio de 1937, tanto solo eran 241 hombres, es decir, habían desaparecido 224 hombres, casi la mitad de la unidad. Historia que se repetirá el 15 de junio de 1937, pues de los 241 llegados en junio a Aragón solo quedaban 203, es decir habían desaparecido 38 hombres más. Al final el refuerzo de aquellos 2 batallones pirenaicos, supuestamente unos 1.200 hombres aproximadamente, en realidad se plasmó en 543, a los que sumarían 160 hombres más pertenecientes a la compañía de esquís. Compañía de esquiadores que una vez disuelta, se tuvo la idea de recrearla de nuevo con el material recuperado, objetivo que nunca se cumplió62. Cifras de hombres, las dadas, que desmienten las recogidas sobre los pirenaicos en la propia página de ARMHA, al afirmarse en el apartado de la Columna Alpina que eran unos 2000, sin citar la fuente.

Por aclarar la 3ª compañía recogida en la página de ARMHA continuaba todavía al mando del capitán Francisco Millet Simón, tal como figura en la propia relación, y por tanto era una compañía de pirenaicos. Personaje que fue condenado a muerte en un juicio sumarísimo el 5 de noviembre de 1937, tras perder una posición frente al enemigo. Unidad de la que se desconoce cuántos hombres quedaron al final en la 43º División, dado que muchos de sus componentes solicitaron su baja de la división, con la excusa de querer engrosar el batallón Vasco Pirenaico que se estaba formando en la Ciudad Condal63 .

También en la misma página de ARMHA se menciona al “Batallón de Montaña nº 4”, unidad que en principio nada tuvo que ver con la 43ª División, al corresponder dicha nomenclatura al “Batallón de Montaña Ciudad Rodrigo nº 4” de Barbastro. Batallón que se mantuvo leal a la República en julio de 1936, bajo el mando del coronel Villalba. Unidad de la que se ignora casi todo, al no tenerse noticias concretas de ella, y sin que se sepa si fue disuelta o no, unidad que no llegó a formar parte nunca de la 43 División. Advertencia anterior que no se ha referido al relacionar una serie de personas que deberían estar haciendo el servicio militar o que eran mandos veteranos de dicha unidad, y posiblemente anteriores al inicio de la guerra, y sin avisar al lector a que obedece dicha relación, salvo que sea a título de curiosidad.

De izquierda a derecha: el primero con gorro Joaquín Terrades, el tercero, Mariano Bueno, 1936. Archivo del autor.

En la misma página aparece un apartado titulado: “Columna Alpina. Centuria Saltamontes, Según las planillas depositadas en el Museo Etnológico de Bielsa”. Sin embargo es imposible que la plantilla recogida pertenezca a los Saltamontes, correspondiente al 28 de julio de 1936, al parecer en ella un tal Joaquín Terrades Pascual, un personaje que continuaba en Barcelona el 15 de septiembre de 1936. Terrades era conocido un nacionalista catalán, al haber participado en la invasión de Prats de Mollo de 1926 acompañando Macia, socio del Casal Espartacus y del CADCI, y además jefe de las Milicias Alpinas del Grupo Campalans del PSUC en agosto de 1936, y el mismo personaje que aparece en una foto, de fecha indefinida, junto a Mariano Bueno, luciendo un gorro cuartelero de Estat Catalá. Personaje que acabó fusilado por los franquistas en Barcelona, el 18 de octubre de 1940, cuando tenía 36 años.

En resumen: Un trabajo poco cuidado en citas, notas, pies de fotos o bibliografía. Mucho listado nominal sin aparente sentido, testimonios sueltos discrepantes e interesados y casi en exclusiva de militantes socialistas, cuando por ejemplo en la 43ª División los mandos eran mayoritariamente del PCE, o en Caspe gobernaba el Consejo de Aragón. Por otra parte poca enjundia, al intentar meter nombres regionalistas con calzador, como justificante de la tierra. Un intento peculiar de tener la intención de recuperar la Memoria Histórica, y más aún cuando las propias milicias fueron un ejemplo de amalgama de nacionalidades, tanto españolas como extranjeras.

Notas

  • 1 Herminio Lafoz Rabaza: El pueblo en armas. De las milicias a la 43º División, Huesca, 2018.
  • 2 Óp. cit., p. 51.
  • 3 Victor Pardo Lancina, Raúl Mateo Otal:”Todos los nombres. Víctimas y Victimarios, 1936-1945”. II Vol. Huesca, 2016.
  • 4 Ver en: 43ª División del Ejército Popular de la República,https://www.armharagon.com/combatientes-ejercito-popular-de-la-republica/
  • 5 Ver en: http://dbe.rah.es/biografias/8409/josep-benet-i-morell
  • 6 José Luis Alcofar  Nassaes (1921-2006), pseudónimo de José Luís Infiesta Pérez. Médico de profesión dedicado en sus ratos libres a la investigación histórica; Miscel´lànea d´homenatge a Josep Benet, Barcelona, 1991. Alcofar Nassaes, “Las tropas de montaña republicanas en los primeros meses de la Guerra Civil”, p. 461-484.
  • 7 Por poner ejemplos, confunde el Batallón Marlasca, con el Merlasca (sic), o a la 72 Brigada Mixta con la 43 División, p.464, nota 10. También confunde la 42 División, con la 43, nota 11, p. 466, se renuncia seguir enumerando errores.
  • 8 R. Ferrerons, A.Gascón Ricao: El Esquinazau. Perfil de un luchador. Zaragoza, 1981; A. Gascón: La Bolsa de Bielsa (1938). Historia y Vida, núm. 184. Barcelona, 7-1983; R. Ferrerons, A.Gascón Ricao:Les Milícies Pirinenques, nacionalisme armat”,Revista L’Avenç, núm.91, Barcelona, 3-1986;R. Ferrerons, A.Gascón Ricao:Huesca: La Bolsa de Bielsa. DPH, Zaragoza, 1991
  • 9 Historia y Vida, del grupo Godo desde 1968.
  • 10 Ver página: https://fpabloiglesias.es/entrada-db/3954_castillo-blasco-eduardo/
  • 11 Jesús Valdés Oroz (18961963) Militar español nacido en Sangüesa (Navarra). En la Guerra Civil Española luchó en el Ejército Popular de la República, al mando de Brigadas y Grupos de Asalto. Alcanzó el grado de Teniente Coronel.
  • 12 La batalla de Sigüenza tuvo lugar al inicio de la guerra, desde el 7 de agosto al 15 de octubre de 1936. El episodio más importante fue el sitio a su catedral, donde se refugiaron cerca de 800 personas, entre milicianos y civiles, con la intención de resistir a los sublevados y en espera de refuerzos que nunca llegaron. La batalla finalizó con la destrucción parcial de la ciudad.
  • 13. Perdido su cargo tras la caída de Aragón a manos de Franco, substituyó a Eduardo Castillo como comisario del Ejército del Este. Exiliado en Méjico murió en 1982. Para más detalles ver: Ramón Salaberría, “Vicéns y Mantecón, el siglo XX de dos bibliotecarios republicanos”, Trébede, núm. 43, 10- 2000.
  • 14 Taracena es una pedanía del municipio de Guadalajara, situada al nordeste de la capital.
  • 15 Ver memoria histórica de Guadalajara: https://memoriaguadalajara.es/tag/iv-cuerpo-de-ejercito/
  • 16 Nicanor Felipe, el 19 de julio, estuvo luchando al frente de fuerzas de Seguridad, en el cerco al Convento de los Carmelitas de la Diagonal, intentado que se rindieran los sublevados.
  • 17 El pueblo en armas. De las milicias a la 43º División
  • 18 Alfonso Rodríguez Subirana, el Relojero, era propietario de una pequeña relojería en la calle Mayor de Jaca. Miembro de la Agrupación Socialista de Jaca, participó junto a otros civiles jacetanos en la sublevación republicana de 1930, que protagonizo Fermín Galán. Durante la guerra civil fue comisario político del Cuerpo de Carabineros. Apresado a la conclusión de la guerra fue uno de los últimos fusilados en la Ciudadela de Jaca en 1942.
  • 19 Ver en: http://dbe.rah.es/biografias/58741/francisco-cavero-tormo
  • 20 Ver en: http://dbe.rah.es/biografias/93439/hilario-borau-diez
  • 21 José Sampietro Gracia, maestro en Canfranc, de la FETE, capitán de la 43 División, y miembro del PCE.
  • 22 A. Gascón, Beltrán, el Esquinazau, Jaca 2002.
  • 23 La Vanguardia, 8-8-1936.
  • 24 Op. cit., p.15.
  • 25 La famosa lista nos la proporcionó en su día Hilario Borau, gran amigo y vecino y capitán ayudante de Beltrán durante la Bolsa de Bielsa
  • 26 Federico, Escofet, De una derrota a una victoria: 6 de octubre de 1934 – 19 de julio de 1936, Barcelona 1984, Ambos tenientes aparecen repetidamente tanto en el texto como en el índice onomástico.
  • 27 Op. cit., p.15.
  • 28 Op. cit., p.16.
  • 29 Testimonio al autor de Hilario Borau; la misma información también aparecía en Beltrán, el Esquinazau, de 2002, o en El Esquinazau, perfil de un luchador, de 1981.
  • 30 Actualmente sede de la Universidad Pompeu Fabra (UPF).
  • 31 Op. cit., p.16.
  • 32 “Els pirinencs i l´assassinat del capitá Millet”, http://ja-acops.blogspot.com/
  • 33 Vestimenta que pudo salir de los almacenes del Regimiento de caballería de Montesa, acuartelado en el cuartel de la calle Tarragona, o del cuartel de los Dragones de Santiago, situado en la Travesera de Gracia.
  • 34 R. Ferrerons, A. Gascón: El Esquinazau, perfil de un luchador, Unali, Zaragoza, 1981, foto nº 17.
  • 35 Op. cit. p. 15
  • 36 Op. cit. p.16.
  • 37 Para más detalles ver Emilio Mola. El derrumbamiento de la Monarquía- Memorias de mi paso Por la D.G.S., Madrid 1933; Historia de locuacidad del personaje que se alargó al Proceso por los hechos de Jaca, momento en que ”el Relojero” dio a las autoridades todos los nombres de los conspiradores que conocía, detalles que E. C. Gómez pudorosamente se calló en su obra: La Insurrección De Jaca – Los hombres que trajeron la República, Barcelona, 2005.
  • 38 Probablemente se debe referir a Oloron Ste Marie, un municipio francés situado en el Bearne y en el departamento de los Pirineos Atlánticos, lugar donde muchas gentes de Canfranc tenían familiares y conocidos
  • 39 Testimonio de Hilario Borau, y de Ricardo Sánchez “el de Bayona”.
  • 40 J. L. Alcofár, “Las tropas de montaña republicanas”, en Miscel.lania d’Homenatge a Joseph Benet, pp. 46-484, Barcelona, 1991.
  • 41 Antonio Casaus Santamaria: Recuerdos del Abuelo, Recuerdos de un exilio vivido y narrado, Barcelona, 2010, (Manuscrito inédito)
  • 42 Plan de organización del Regimiento Pirenaico nº 1, marzo de 1937. Inventari del Fons FP, Subsèrie José Luis Infiesta Pérez, en la Biblioteca del Pavelló de la República de la Universitat de Barcelona.
  • 43 José Carlos Castán Ara, El frente de Serrablo (1936-1938), Huesca, 1996, p.69 (Cuadro).
  • 44 Testimonio de H. Borau
  • 45 J. C. Castán, El frente…, pp. 76-77. R. Ferrerons y A. Gascón, El asalto a Gavín del 36, El Día de Huesca, 4 febrero de 1992.
  • 46 Curiosamente Lafoz, fusila el texto, pero no cita la fuente. R. Ferrerons, A. Gascón, El asalto a Gavín de noviembre del 36. El Día de Huesca, Huesca, 4 de febrero de 1992.
  • 47 Testimonio de T. Bescós.
  • 48 Ver en: http://dbe.rah.es/biografias/93442/jose-maria-benet-i-capara-rotes.
  • 49 Op. cit. p.17
  • 50 A. Gascón, et allis, Guerra Civil. Aragón. Pirineo, Zaragoza, 2008.
  • 51 Francesc Millet Simon, http://webs.xadica.cat/danielcardona/militancia/el-seu-entorn/persones/francesc-millet.html
  • 52 Archivo de la familia Benet
  • 53 Op. cit, p. 21.
  • 54 J. C. Castán Ara, El frente del Serrablo (1936-1938), 1996; A. Gascón, «El veterano batallón Cinco Villas, en la toma de Gavín«, noviembre 2017,facebook.com/amhbatallon5villas/photos/segunda-parte-del-artículo-el-veterano-batallón-cinco-villas-en-la-toma-de-gavín/1922198091379815/. Lafoz, op. cit. p.30
  • 55 Op. cit. p. 22
  • 56 Ascenso a capitán: Nicanor Felipe, 4º Div. Milicias Aragonesas, Arturo Rodríguez Salobre, Idem, Telmo Momprade Cantan, 26 BM. Diario Oficial, Ministerio de Defensa Nacional, nº 154, p. 747.
  • 57 Testimonio de Elena Legaz al autor.
  • 58 A. Gascón y A. Guillamón, Nacionalistas contra anarquistas en la Cerdaña, 1936-37, Antonio Martín, la experiencia libertaria de Puigcerdá, y el sagrado mito de Bellver. Barcelona, 2018.
  • 59  A. Gascón: “La disolución del Regiment Pirinenc nº 1 de Catalunyaluces y sombras”,
  • www.sbhac.net › Colabora › AGascon › GCE_Agascon_RegimientoEnAragon
  • 60 Ver en: https://batalloncincovillas.blogspot.com/2020/06/losciervos-rojos-en-el-embrion-de-la-43.html
  • 61 Archivo familia Benet Capará.
  • 62 Archivo familia Benet Capará.
  • 63 Ver en: https://serhistorico.net/2020/01/11/nacionalistas-vascos-y-catalanes-en-la-guerra-civil-espanola-antonio-gascon-ricao/

1 comentario

  1. Buenas noches.
    Soy hijo de un militar Barcelonés Republicano ( D.O. nombrado sargento ), perteneciente a la 43 División. Tengo 58 años. En estos momentos estoy realizando una memoria sobre sus inicios y en general, su vida en la Guerra Civil y posteriormente en el servicio militar. Murió en el año 1986 a la edad de 69 años. Cuantas cosas me quedaron por preguntarle !!
    Me ha sido de gran utilidad leer su artículo. Me ha ayudado a ir acercándome a datos que desconocía.
    Muchas gracias por su contribución a preservar la Memoria Histórica
    Un saludo.
    Sergi Solsona

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