Al largo de los últimos tiempos han sido numerosos los países y las campañas contra el consumo de alcohol (o el exceso de consumo de alcohol). Estas campañas, que a veces se tradujeron en prohibiciones como la «Ley Seca» en Estado Unidos, pretendían terminar con los problemas que puede llevar el excesivo consumo de alcohol en diferentes contextos: Problemas de salud y aumento del gasto del estado debido a estos problemas, altercados públicos, rupturas familiares y violencia doméstica, marginación, indisciplina en la retaguardia o en el frente de batalla, disminución de la producción entre los trabajadores, etc.
No se se trata de ver el alcohol y otras drogas como atenuante o hasta justificante de estas problemáticas, ya que no todas las personas ebrias se comportan violentamente, ni causan altercados públicos, ni agreden sexualmente, el alcohol no es el único causante de estas problemáticas pero si que las puede incrementar.
En este artículo repasaré las campañas antialcohólicas en Estados Unidos y la «Ley Seca», la propaganda anarquista contra el consumo de alcohol durante la Guerra Civil española y las diferentes campañas y leyes de los gobiernos soviéticos, especialmente la «Ley Seca» de Gorvachov.
Estados Unidos. El movimiento por la Templanza
Se trató de un movimiento social que propugnaba el consumo responsable de alcohol, propugnaba o apoyaba leyes que limitasen el consumo de alcohol o en su tendencia más radical luchaba por la abstinencia total. El movimiento tuvo repercusión sobretodo en los países anglosajones, especialmente en Estados Unidos donde consiguió aplicar la llamada «Ley Seca».
A finales del siglo XVIII y comienzos del XIX se formaron en Connecticut, Virginia y el estado de Nueva York asociaciones por la templanza. Consideraban que el alcohol producía graves daños físicos y psíquicos.
Las asociaciones por la templanza se extendieron en ocho estados más durante la década de 1820. En 1826 se creó la Sociedad Norteamericana por la Templanza (American Temperance Society), que creció rápidamente gracias al interés de la sociedad norteamericana de la época por la moralidad y la religión, el metodismo y más tarde el mormonismo favorecieron el movimiento por la templanza. En 1839 en Estados Unidos existían dieciocho publicaciones que propugnaban la templanza.
El movimiento por la templanza aparte de vincularse a motivos morales y religiosos, también se vinculaba a los derechos de la mujer, a causa de la correlación entre el alcoholismo y la violencia doméstica.
Carrie A. Nation (25 de noviembre de 1846, Garrard County – 9 de junio de 1911, Leavenworth)
La ícona de la parte más radical del movimiento lo representaba Carrie Amelia Nation, una mujer de clase humilde de Kansas que hacha en mano entraba en las tabernas y destruía las botellas de alcohol que encontraba. A Carrie se le atribuye su lucha obcecada por acabar con el consumo de alcohol a que su primer matrimonio terminó fracasando ya que su marido era un alcohólico.
Carrie era una mujer de envergadura (1,82m y 79kg), se describía a sí misma como «un bulldog que corre a los pies de Jesús ladrando a lo que él rechaza», aseguraba seguir órdenes del mismo Dios cuando entraba en los bares para destruir las botellas de alcohol. Actuaba sola o acompañada por otras mujeres que rezaban y cantaban canciones cristianas. Entre 1900 y 1910 fue arrestada treinta veces, pagando las multas que recibía con donaciones, conferencias o gracias a la venta de las hachas que utilizaba en sus ataques.

Murió en Leavenworth (Kansas), el 9 de junio de 1911, y fue enterrada en una tumba sin nombre bajo una placa con la inscripción “Fiel a la causa de la abstinencia, hizo lo que pudo” que erigió la Asociación de Mujeres Cristianas Abstemias.
El incidente de Hull House
Se conoce como incidente de Hull House (1) el episodio que sucedió en 1913 cuando un inmigrante italiano llegó borracho a su casa y quiso tener sexo con su esposa, esta que estaba embarazada, se negó, el hombre la golpeó y el niño nació con malformaciones, la noticia se expandió y se difundió el rumor que el pequeño tenia el aspecto de un demonio. Numerosas mujeres hartas de ver como sus maridos llegaban borrachos a casa y se gastaban su sueldo en alcohol, se empezaron a organizar y surgió el Movimiento por la Templanza que hemos visto anteriormente.
La primera Guerra Mundial fue aprovechada por los activistas de la templanza para empezar una campaña de “patriotismo moral” para acabar con el consumo de alcohol, atacando a las industrias de alcohol de los inmigrantes alemanes y llamando a reducir o acabar cn el consumo de alcohol por el bien de las familias americanas.
La Ley seca
El movimiento por la templanza marcado por el patriotismo excluyente y la defensa de sus valores WASP –de las siglas en inglés Blanco, Protestante y Anglosajón-, veía como un peligro para su raza la llegada de inmigrantes de los países no protestantes de Europa como parte de Alemania, Italia o Irlanda (2). El movimiento alcanzó su gran victoria con la ratificación de la enmienda XVIII a la Constitución, la llamada «Ley Seca» que prohíbia la fabricación, venta y consumo de bebidas alcohólicas.
La «Ley Seca» estuvo influenciada por el movimiento por la Templanza y los líderes religiosos populares (especialmente los protestantes) que criticaban el libre consumo de alcohol y denunciaban sus males contra la salud, la moral y la família. Los predicadores protestantes acusaban a los inmigrantes irlandeses, alemanes y de la Europa Occidental de ser demasiado tolerantes con el consumo de alcohol. A las críticas al consumo de alcohol del movimiento por la Templanza se unieron también las de los sectores más liberales e izquierdistas, intelectuales y sindicalistas que veían el alcohol como un elemento de atraso y pobreza para los trabajadores.
En 1917, el Congreso aprobó una resolución a favor de la Enmienda XVIII de la Constitución que prohibía la venta, importación, exportación, fabricación y el transporte de bebidas alcohólicas en todo el territorio de Estados Unidos. En enero de 1919 la enmienda fue ratificada por 36 de los 48 estados de la Unión, siendo susceptible de imponerse como ley federal (aplicable a todos los Estados). En octubre del mismo año, se aprobó la implementación de la «Ley Seca», su máxime artífice el senador republicano por Minnesota Andrew J. Volstead declaró:
Esta noche, un minuto después de las doce, nacerá una nueva nación. El demonio de la bebida hace testamento. Se inicia una era de ideas claras y limpios modales. Los barrios bajos serán pronto cosa del pasado. Las cárceles y correccionales quedarán vacíos; los transformaremos en graneros y fábricas. Todos los hombres volverán a caminar erguidos, sonreirán todas las mujeres y reirán todos los niños. Se cerraron para siempre las puertas del infierno (3)

La «Ley Seca» pese a no prohibir el consumo de alcohol, dificultó mucho su obtención por parte de la población, al prohibir la manufactura, la venta, y el transporte de bebidas alcohólicas. Sólo algunas pocas bebidas escaparon de las barreras de la «Ley Seca»: el vino de Jérez utilizado para uso medicinal o religioso, o la producción de vino mediante la venta de jugo de uva en forma de «ladrillos» semisólidos llamados bricks of wine.
Si bien es cierto que el consumo de alcohol disminuyó a la mitad en los años 20 y no superó el consumo anterior hasta los años 40, la «Ley Seca» provocó problemas de índole sanitario y criminal. El alcohol se producía clandestinamente sin ningún tipo de garantía sanitaria y era habitual la práctica entre los comerciantes ilegales de adulterar el alcohol para uso industrial, provocando envenenamientos y dolencias entre los consumidores. La demanda de bebidas alcohólicas estimuló la fabricación, importación y venta clandestina y que este adquiriera precios elevados en el mercado negro, atrayendo al crimen organizado, como el caso del famoso gánster Al Capone, él y otros gánsteres consiguieron grandes fortunas mediante el tráfico y venta de alcohol, con la colaboración de funcionarios, y policías corruptos. Gran parte de los robos y asesinatos de los años 20 fueron a causa del negocio clandestino de alcohol, varias bandas de gánsteres lucharon entre ellos para hacerse con el control del tráfico de alcohol.

Ante el incremento de la criminalidad a causa del tráfico ilegal de alcohol, la opinión pública empezó a posicionarse mayoritariamente en contra de la «Ley Seca». Anteriormente a la «Ley Seca», la población de reclusos en Estados Unidos era de 4000, en 1932 la población carcelaria había aumentado hasta llegar a los 26.859 reclusos y la población en las cárceles federales había subido un 366% (4). La «Ley Seca» había aumentado espectacularmente la criminalidad, además el gobierno federal había de gastar ingentes cantidades de recursos para combatir la producción, tráfico y venta de alcohol. A partir de 1930 la opinión pública en Estados Unidos culpaba la «Ley Seca» y no el consumo de alcohol, como la causante del incremento del indice de criminalidad.
El 21 de marzo de 1933 Roosevelt firmó el Acta Cullen-Harrison que legalizaba la venta de cerveza que tuviera hasta 3,2 % de alcohol y la venta de vino de bajo contenido alcohólico, aplicable a partir del 7 de abril de ese mismo año, derogando la Ley Volstead (5). Finalmente el 5 de diciembre la «Ley Seca» fue derogada en el Senado por la Enmienda XXI.
En el estado español durante la Guerra Civil. Propaganda anarquista contra el consumo de alcohol
El anarquismo antes y durante la Guerra Civil era muy crítico con el consumo de alcohol, el bar, la gramola o el prostíbulo eran vistos como lugares promovidos por el capitalismo y el estado para adormecer las aspiraciones revolucionarias de los obreros. Uno de los grandes pensadores del anarquismo, Bakunin, proclamó:
Reducido, intelectual y moralmente tanto como en su condición material, al mínimo de una existencia humana, encerrado en su vida como un prisionero en su prisión, sin horizontes, sin salida, sin porvenir mismo, si se cree a los economistas, el pueblo tendría que tener el alma singularmente estrecha y el instinto achatado de los burgueses para no experimentar la necesidad de salir de ese estado; pero para eso no hay más que tres métodos, dos de ellos ilusorios y el tercero real. Los dos primeros son el burdel y la iglesia, libertinaje del cuerpo y el libertinaje de la mente; el tercero es la revolución social [6].
Solidaridad Obrera, en junio de 1932 con la proximidad del Congreso fundacional de las Juventudes libertarias del 22 al 24 de junio en Madrid, declaraba:
Camaradas jóvenes de todos los sexos: abandonad todos los lugares de corrupción y aquellos otros que os mantienen en las más completa ignorancia. Vuestro es el presente, el porvenir es vuestro. Los bailes, espectáculos brutales, los cabarets, cafés, campos de fútbol,etc. os distancian de la ruta que habéis de seguir para conseguir vuestra emancipación. Los ateneos libertarios de barriada han sido creados para facilitaros medios que precisa vuestra elevación (7)
(…) un rasgo distintivo de los anarquistas fue una moralidad ascética rigurosa que estaba estructuralmente unida a una oposición intransigente ante la religión. La intolerancia del vicio también distinguió a los anarquistas de otras organizaciones proletarias. Diaz del Moral comenta que en el trienio bolchevique en Córdoba los centros anarquistas no tenían bares, los centros socialistas si los tenían (8)
Debemos tener en cuenta la relación entre el anarquismo y el naturismo entre los años 20 y 30, como por ejemplo la figura del pensador naturista y anarquista sabadellense Albano Rosell. El naturismo proponía un modo de vida respetuoso con la naturaleza y el propio, difundía el vegeterianismo, la actividad deportiva, la medicina natural y el contacto con la naturaleza. Helios Monteamor plantea una vieja metáfora entre el organismo vivo y la sociedad al afirmar que:
El anarquista tiende a la regeneración del organismo social y el ideal naturista a la regeneración de la célula el individuo. Para ser anarquista hay que ser consecuente con las leyes de la naturaleza (9)
Durante la Guerra Civil, el alcohol así como otros vicios y sus locales como bares, cafés, y cabarets eran criticados en las publicaciones anarquistas ya que en una situación de Guerra el anarquista debía mostrar más que nunca su moral revolucionaria tanto en el frente como en la retaguardia si se quería ganar la guerra y la revolución.
La publicación Superación de la CNT-FAI Sabadell y su comarca en 1937 opinaba en los siguientes términos sobre los bares, cafés y cabarets:
(…) de origen y promoción puramente fascista y clerical, hace desgastar las energías de los luchadores y provoca escándalo entre aquellos que quieren ganar la guerra y hacerla revolucionaria (10)
El 13 de febrero de 1937 se cierran los únicos dos cabarets de Tarragona y se condiciona la reapertura a cambio de que ofreciesen un «espectáculo decente»:
Un espectáculo socializado de varietés, comedia, etc. completamente artístico, moral y con taquilla, excluyendo lo obsceno y de vicio que consistía en alternar oculta o abiertamente con las personas de distinto sexo, con los consiguientes abusos de bebidas y alcoholes que embrutecen y degradan al hombre
En la vecina localidad de Reus el sindicato de Espectáculos de la CNT permite reabrir el Edén Concert a condición de que se realicen mejoras en la higiene del local y la prohibición de servir consumiciones de cualquier tipo (11)
Durante la guerra y la revolución, los anarcosindicalistas ya no ven el alcohólico como un enfermo víctima del sistema capitalista, sino como un traidor a la revolución:
En estos momentos de inquietudes supremas, no debe tolerarse las borracheras. El borracho es un ser despreciable que hay que aniquilar -afirma el semanario Agitación-. El que se emborracha en estos momentos deja de ser un camarada para convertirse en un enemigo (12)
Cartel del Departamento de Orden Público de Aragón controlado por la CNT, 1937
Las Juventudes Libertarias (FIJL) de Murcia realizaron una activa campaña contra los vicios del alcohol, tabaco y prostitución -concebidos como vicios fomentados por el capitalismo-, encaminada a terminar con el
(…) bochornoso espectáculo de la embriaguez (…). Ni el optimismo ni el pesimismo pueden disolverse en alcohol
Frente a estos vicios, propiciaron las consignas:
Actúa en bien de la nueva moral y la cultura
Lee, estudia, tu mejor compañero es el libro
y desde el Ateneo Libertario de Murcia:
La juventud ha ser dinámica; la juventud que cree ha de ser activa, la juventud ha de ser responsable (13)
El cine era uno de los principales medios junto a los periódicos, la radio y el cartelismo, donde los anarquistas propagaban sus ideas y como debía ser la nueva sociedad. El Sindicato Único de Espectáculos Públicos de la CNT-FAI, mayoritario en el sector, se encargó de la producción y distribución cinematográfica de la República al principio de la guerra. Destaca la película Barrios bajos (1937) que se exhibió en ciento cincuenta y nueve salas de cine de la España Republicana. Se trata de un drama social que prefigura los planteamientos del neorrealismo, ambientado en el barrio chino de Barcelona, muestra las diferencias de clase, así como problemáticas sociales como la droga y la prostitución.
También encontramos La última (1939), de Pedro Puché, película didáctica, llena de humor, contra el consumo excesivo de alcohol:
Junto al cine, también la propaganda mediante el cartelismo es fundamental para concienciar a las masas obreras sobre los peligros de los vicios, el no esforzarse para ganar la guerra y la revolución y la importancia de la disciplina en la retaguardia y el frente:

Para mas información sobre la lucha antialcohólica anarquista durante la Guerra Civil:
Mariano Lázaro Arbués y Manuel Cortés Blanco Editorial: Revista Proyecto Hombre (pag. 17-21, 2005) + Prevención del tabaquismo (vol. 4, nº 1, Enero-Marzo 2002). <http://www.cgtmurcia.org/cultura-libertaria/anarcobiblioteca/memoria-libertaria/de-1936-a-1939/1122-anarquismo-y-lucha-antialcoholica-en-la-guerra-civil-espanola-1936-1939>
En la Unión Soviética
Durante la guerra civil y después de la victoria bolvchevique (1914-1929)
Con el estallido de la I Guerra Mundial en 1914, el aún gobierno zarista al ver que muchos soldados del frente padecían alcoholismo y era frecuentemente verlos ebrios antes de la batalla, promulgó una ley que prohibía el consumo de alcohol para los soldados, la venta al por menor de Vodka y limitaba su consumo en restaurantes y establecimientos alimentarios.
Con la victoria de la revolución bolchevique en 1917, la posterior Guerra Civil rusa y la transformación del país en la Unión Soviética, el nuevo gobierno mantuvo las restricciones al consumo de alcohol hasta 1925. El fin del veto supuso el crecimiento vertiginoso del alcoholismo y el aumento de la criminalidad, pero también el aumento de ingresos para las arcas del estado.
Los diferentes gobiernos soviéticos emprendieron diversas campañas y medidas para limitar el abuso del consumo de alcohol, las primeras medidas tuvieron lugar en 1929, cuando se cerró un gran número de cervecerías y tabernas y se controló el consumo. Así mismo, se puso en marcha una campaña de concienciación a través de publicaciones oficiales, desde donde se llamaba a la población a no excederse con el consumo de alcohol, a llevar una vida saludable mediante el deporte y la cultura.
Las restricciones impulsadas por Jrushov (1958) y Breznev (1972)
Posteriormente. En 1958, bajo la presidencia de Nikita Jrushov en Plena Guerra Fria, el gobierno intentó frenar el alto índice de alcoholismo entre la población, especialmente la subida en el consumo de bebidas alcohólicas entre la juventud. Las medidas antialcohol de Jruchov fueron más suaves que las anteriores: medidas punitivas en el consumo excesivo de alcohol especialmente en los centros de trabajo donde se expedientaba o despedía a los trabajadores que desempeñaban sus tareas bajos los efectos del alcohol. También se limitó la venta de alcohol en determinados espacios: Limitación de la graduación en los espacios cercanos a fábricas, centros educativos, hospitales o lugares donde se celebrara algun evento multitudinario, también se prohibió la venta y consumo de Vodka en todas las estaciones de tren y autobús y en los aeropuertos.
A partir de agosto de 1972, bajo la presidencia de Leonid Bréznev se lanzó la siguiente campaña de concienciación contra el consumo excesivo de alcohol. Se aumentaron las sanciones y multas de las medidas anteriores de Jruchov, se aumentó el precio del Vodka y se fomentó un consumo moderado y saludable de bebidas de más baja graduación (cerveza, vino) y refrescos. Las personas con problemas de alcoholismo debían seguir programas de rehabilitación y se sancionaba o detenia a aquellas personas que no seguían los programas de desintoxicación y causaban problemas de orden público. Se imprimieron y colgaron un gran numero de carteles sobre el daño que provocaba el alcoholismo en la propia salud personal y en la destrucción de familias. Por último, con el fin de no fomentar el consumo, se eliminó de las películas aquellas escenas donde salían personas bebiendo alcohol.
La Ley Seca de Gorvatchov (1985-1988)
La última campaña contra el consumo excesivo de alcohol y la más restrictiva, tuvo lugar en 1985 bajo la presidencia de Míjail Gorvachov, con el título Medidas para superar el consumo de alcohol y el alcoholismo y para erradicar el alcohol embotellado.A Gorvachov se le conoció durante un tiempo con el sobrenombre de ‘Mineral’nyi Sekretar’ (Secretario que bebe agua mineral) en lugar del oficial ‘General’nyi Sekretar’(Secretario General).
La medida obligaba a cambiar la producción de numerosas destilerías a refrescos, a aumentar el precios de las bebidas alcohólicas y a limitar las horas y lugares en los que se podía vender alcohol (las tiendas solo podían vender alcohol de las 2 a las 7h), causando enormes colas de ciudadanos que querían obtener bebidas alcohólicas. Estos incluyeron limitar el tipo de tiendas permitidas para vender alcohol, cerrar muchas destilerías de vodka, destruir viñedos en las repúblicas productoras de vino de Moldavia, Armenia y Georgia, y prohibir la venta de alcohol en los restaurantes antes de las dos de la tarde (14)
Con estas medidas se pretendía aumentar la producción ya que se consideraba el alcohol culpable de una supuesta baja producción de los trabajadores y que el dinero que no se gastara en alcohol se gastaría en bienes de consumo. Igual que con Breznev también se detenía y multaba a aquellos ciudadanos embriagados y se les enviaba a un centro de rehabilitación, las multas suponían una fuente de ingresos importante para el estado, así que la policía se esforzaba para encontrar en la vía pública cualquier ciudadano borracho. Estas medidas solo duraron hasta 1988, cuando Gorvatchov volvió a permitir el aumento de la producción de bebidas alcohólicas debido a que las medidas restrictivas acabaron convirtiéndose en un desastre económico y la compra de bienes de consumo no aumentó ya que la producción tampoco lo hizo y por tanto habían los mismos bienes de consumo disponibles que antes.
Para saltarse las restricciones del gobierno, la población soviética preparaba las bebidas en sus propios hogares. Destilaban el alcohol mediante ingredientes baratos como el azúcar, el almidón, los granos bajos, papas podridas remolachas o desechos orgánicos. Por ejemplo, en 1988 una botella de loción con un porcentaje de alcohol de 64 costaba 98 kopeks, mientras que una botella de vodka costaba más de diez rublos [100 kopeks equivalen a un rublo]. Básicamente se tomaban cualquier cosa que pudiera sustituir el alcohol, por ejemplo: barniz, pegamento, anticongelante, líquido para frenos o insecticida. Incluso el líquido anticongelante de los aviones militares, el personal de la fuerza aérea lo drenaba de los aviones, lo destilaba y se lo tomaban. Después este líquido se reemplazó por agua y por supuesto se congelaba en las altitudes (15)
En una entrevista a Gorvatchov en el Komsomolskaya Pravda el 15 de mayo, este reconocía el fracaso económico de las medidas contra el consumo de alcohol:
En mi opinión, la campaña contra el alcoholismo fue un error, a causa de la manera en que se aplicó. El cierre de tiendas [de licores], especialmente en Moscú, llegó a causar grandes colas, un aumento en la producción ilegal de productos caseros destilados y no había azúcar disponible en las tiendas, Deberíamos haber llevado a cabo una lucha a largo plazo contra el alcoholismo en lugar de esa campaña
Aunque también hacía hincapié en algunos aspectos positivos a nivel de salud:
Es cierto que teníamos deficiencias obvias, como brechas presupuestarias y largas colas. Pero también tuvimos algunos efectos positivos: las tasas de mortalidad disminuyeron y las tasas de natalidad aumentaron. Alrededor de 1,6 millones de personas menos murieron durante los años de la campaña contra el alcoholismo. que en los años anteriores. El número de accidentes laborales y vitales cayó drásticamente (16)
Aparte de las restricciones, el gobierno de Gorvatchov imprimió miles de carteles con propaganda contraria al consumo de alcohol para concienciar a la población sobre las consecuencias de su abuso. Estos carteles mostraban a borrachos atrapados dentro de una botella o estrangulados por una serpiente verde (símbolo ruso del alcohol), así como a borrachos siendo unos parásitos en su sitio de trabajo, descuidando a su familia, comportándose violentamente. Igual que los carteles de la CNT durante la Guerra Civil, destacan por su mensaje contundente y su belleza gráfica:




A Modo de conclusión
Tanto las medidas prohibicionistas de la llamada «Ley Seca» estadounidense como la de la URSS durante Gorvachov, no acabaron con el consumo de alcohol aunque hicieron disminuir el consumo al hacer más difícil obtener alcohol. Pero ambas medidas provocaron otros problemas: sobre la salud al no haber ningún control de la producción, el mercado negro y el aumento del crimen, este último especialmente en Estados Unidos con el gangsterismo y sus conocidos personajes como Al Capone.
La propaganda y acciones de los anarquistas españoles contra el consumo de alcohol no tuvo éxito por varios motivos:
-Una parte del campo español eran tierras vitivinícolas, hubieron algunos intentos de producir alternativas no alcohólicas como la de 1938 por parte de la Federación Regional de Campesinos y Alimentación del Centro del llamado biol-uva. Pero estas alternativas al vino no terminaron de florecer ya que en la situación de guerra interesaba rentabilizar al máximo las explotaciones.
–La consideración social del alcohol igual que ahora, era muy positiva. La tradición del vino en la mesa como un alimento básico más, el ser visto como un euforizante y un buen remedio contra el frío. Todas estas consideraciones lo hacían aún más adecuado en un contexto de guerra donde se pasaba hambre, frío y todo tipo de calamidades.
Aunque por las vehemencia de la propaganda anarquista contra el alcohol y otros vicios la mayoría de anarquistas no estaban a favor de la prohibición sino de un consumo consciente y responsable.
Actualmente el alcohol también es utilizado como modo de financiación en conciertos y fiestas de grupos alternativos, y también es una forma de captar nueva militancia. En estos tiempos que se debate sobre todo tipo de temas, como la oferta y consumo de carne en los actos de organizaciones izquierdistas o anarquistas, no existe un debate sobre si lo más adecuado para financiarse o conseguir nueva militancia debe ser a base de fiestas con alcohol. Personalmente no creo que se trate tampoco de obligar a todo el mundo a vender zumos, sino de ofrecer alternativas aparte del alcohol, reducir los conciertos y fiestas con oferta alcohólica y si bebemos hacerlo con responsabilidad.
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Gracias por este fantástico artículo. En mis estudios sobre el anarquismo en Granada se pueden encontrar varios casos en el periódico Hombres Libres, que luego además plasmaban en la realidad durante la revolución. Por ejemplo, en Guadix convirtieron una taberna en una biblioteca, dentro de una campaña de «Más cultura, menos vino». Algunos artículos eran «Abajo la explotación, el prostíbulo y la taberna». También tenían textos contra el boxeo y los toros donde se lanzaba algún dardo contra las bebidas alcohólicas.
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