Antropología General LDD Lucha de clases

Las Armas de los Débiles. Los dominados y el arte de la resistencia [La Linterna de Diógenes]

Esta semana nos adentramos en  el trabajo del antropólogo James Scott, y sus estudios sobre las armas  de los débiles, las resistencias cotidianas, Aquellas que a menudo pasan desapercibidas, porque, en buena medida pretenden eso. O, al menos, ser compartidas sólo entre los dominados. Estrategias de resistencia desde el subterfugio, desde lo oculto, escondidas bajo una posible imagen pública de servilismo y deferencia.

Lo haremos de la mano del antropólogo Beltrán Roca Martines, con quien hablaremos de los trabajos de Scott, de su aportaciones al concepto de hegemonía, de sus estudios de las relaciones de poder en las clases subordinadas. Desde las plantaciones esclavistas, las comunidades agrarias e incluso en el mundo laboral contemporáneo.

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3 comentarios

  1. En la revolución bolchevique no fue el campesinado el que llevó a cabo esa revolución sino el proletariado, parte del ejército y los revolucionarios, pero el campesinado no. Sólo hay que abrir un libro de historia. En la revolución española son los campesinos guiados por militantes de movimientos comunistas y anarquistas los que promueven la revolución en el campo, no los campesinos mismos. Los campesinos eran una clase atrasada, como pensaba Marx.
    La ideología dominante es la ideología de la clase dominante, eso no significa que no haya otras ideologías sino que la dominante es la de la clase dominante. Marx y los marxistas no dicen que la clase trabajadora sea tonta y sumisa sino que necesita organización, no meras burlas, chistes y estrategias para fastidiar al poder. El activismo no es suficiente para subvertir la hegemonía, eso lo demuestran nuestros actuales momentos y circunstancias.
    Por lo demás, excelente el artículo. Gracias.

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    1. Si cambiamos lo de «Revolución bolchevique» por revolución Rusa y, ateniéndonos a los libros…Veremos que el regímen zarista, en último término, cayó por masas populares no organizadas desde un partido, que la quiebra previa de la autocracia zarista y la crisis del Estado desde febrero-marzo (y sobretodo julio) hasta octubre, estuvo protagonizada por rebeliones masivas en el campo, invasiones y expropiaciones de tierras, epxulsiones de terratenientes, guerrillas campesinas autónomas, congresos de comunas rurales donde se organizaban y coordinaban delegados de un territorio inabarcable…Desde 1905, el campo ruso fue crecientemente cada vez más ingobernable y fue laminando el zarismo (y posterior regimen democrata-liberal). Literalmente, el campo ruso ardió en aquellos años (inlcuyendo las propias mansiones de los terratenientes)
      Ateniéndonos a los libros, también nos encontramos, que salvo algunos sectores, la mayor parte del «proletariado», era recién llegado (primera generación) a la ciudades o, incluso que trabajaba temporalmente en el ámbito fabril y luego volvía a sus aldeas. Encontraremos que el ejercito (que fue clave en todo esto) que terminó dejando de apoyar al regímen zarista, salvo sus oficiales era mayoritariamente de origen campesino, etc, etc.

      En el caso español, ni entro, porque aún está más documentado. Pero empezaría diciendo que los comunistas (el PCE, PSUC, etc) no guiaron ninguna revolución, sino que, siendo organizaciones minoritarias sin apenas influencia en el proletariado y el campesinado, sólo medraron tras su alianza con la pequeña burguesía y los partidos liberal-republicanos. Y su papel y demandas fueron más en la linea de «devolver las tierras y las fabricas a sus propietarios», disolver colectividades (a punta de pistola en bastantes ocasiones), etc. Por supuesto, en nombre de ganar la guerra y una futura revolución socialista. Supongo que el proletariado y el campesinado revolucionario español disponía de una «falsa» o insuficientemente desarrollada conciencia de clase o entendimiento del materialismo dialéctico y, por eso, trataron de hacer la revolución y expropiar los medios de producción a la clase capitalista.

      Por otro lado, «las resistencias cotidianas» y su puesta en valor, no plantea que esa sea la estrategia definitiva, sino, entre otras cosas, un pequeño contrapoder sobre el que se pueda asentar una revuelta o rebelión informal, o incluso una organización formal. Sin esa «contracultura», poco podría hacer la propaganda o la actuación de una militancia «consciente». Como se señala en el programa, esa cultura de resistencias cotidianas es el caldo de cultivo que posibilita el asentamiento posterior de un posicionamiento organizado más fuerte. Sin eso como base, sin ese humus, nada más organizado se puede fortalecer.

      Como lo demuestran nuestros actuales momentos y circunstancias

      Por lo demás, muchas gracias por el comentario

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  2. Habría que preguntar a Miguel Hernandez si los comunistas del PCE eran solo lacayos subalternos de la burguesía imperante. Lo digo por la labor de alfabetización en el mundo rural que llevaron a cabo tanto los comunistas como los anarquistas, ¿cuando acabarán los chismes? En Rusia los anarquistas de renombre estaban exiliados, excepto Kropotkin que era demasiado mayor para salir a la calle, a pesar de eso, socialrevolucionarios y anarquistas acompañaron en la revolución rusa a la mayoría bolchevique, aunque luego esta mayoría les traicionara y les recluyera en cárceles o en el gulag. El ejército optó por hacer la vista gorda mayoritariamente aunque un sector partipara en la toma del palacio de invierno, todo ello debiedo al vacío de poder. Un poquito de objetividad, que en España hemos sido los reyes del chiste con Gila, pero nos siguen gobernando los mismos. A seguir difamandonos unos a otros, total para lo que va a servir.

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