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Retrato de una activista libertaria: Gloria Prades (1896 – 1972)

Sabemos que la presencia de las mujeres en la historia ha sido a menudo silenciada incluso en los movimientos más igualitarios y progresistas. Y en el caso de la activista libertaria Gloria Prades Nuño (Almàssera, Valencia, 1896 – Francia, 1972), sea por pertenecer a un linaje republicano y anarcosindicalista compuesto por hombres en su mayoría, sea por haberse afiliado a un partido político, esa losa de olvido parece que se ha hecho más pesada. Gracias sobre todo al trabajo de su nuera, la historiadora Antonina Rodrigo, desde Ser Histórico ayudamos a recuperar su memoria.

Era la hija mayor de una familia acomodada de huertanos de la Alquería de La Capona, finca ubicada en la comarca valenciana de Horta Nord, junto a la ciudad del Turia. Su padre, Miguel, militaba en el republicanismo federal; de su madre nada sabemos. Pronto se traslada a la ciudad, a casa de una tía suya llamada Josefa, situada en la calle de Alboraya, para poder estudiar. En un colegio de señoritas aprende a bordar, música y cultura general.

Los dueños de la casa son los padres de Eduardo Pons Sisternas, su futuro compañero y marido, con quien se casará el día de San José de 1920. A causa de una pelea con el encargado de la fábrica de juguetes donde trabajaba como ebanista, Eduardo es incluido en la lista negra de la Patronal Maderera de Valencia (el conocido como pacto de hambre, otra forma de lucha contra la clase obrera) por lo que en 1915 debe marcharse a Barcelona para poder encontrar empleo en su oficio. Gloria decide acompañarlo y se traslada a Barcelona junto a su tía.

Pronto encontramos a la pareja militando en el recién creado Sindicato Único de la Madera (CNT). En enero de 1918 participa en la revuelta de mujeres contra la subida del precio del carbón, que desembocó en la huelga general por toda la ciudad. Y en agosto de 1920 acude a una protesta protagonizada por un centenar de mujeres en la estación de Francia para impedir que partiera un tren de reclutas con destino a la guerra de África. Pese a no tener ningún familiar en aquella quinta, a la presencia de la Fuerzas de Seguridad y a estar embarazada de cinco meses de su hijo mayor, Eduardo, no duda en tenderse frente a la locomotora del convoy que debía dirigirse a algún puerto del sur peninsular.

En los años 20 nuestra protagonista decide apoyar a los hombres de acción de la CNT, entre los cuales está su hermano Miguel, del Sindicato del Transporte. No obstante la opinión de su marido, contrario a la violencia del pistolerismo, ejerce labores de observación, información y contacto entre los grupos de acción confederales; llega incluso a dar cobijo en su casa a dos jóvenes armados a quienes la policía andaba pisándoles los talones.

Bien entrada la Segunda República, en octubre de 1932, comienza a trabajar de telefonista en la Consejería de Trabajo de la Generalitat de Cataluña gracias a una antigua amistad de su familia con la del Conseller Martí Barrera. Desde su puesto de jefa de centralita ejercerá una labor fundamental durante los prolegómenos y el desarrollo del golpe de Estado de julio de 1936, pues fue nexo de información entre los libertarios que contribuyeron a desbaratar el levantamiento faccioso en Barcelona y Madrid, y entre los gobiernos catalán y central.

Carnet de telefonista

Afiliada al Partido Sindicalista de Ángel Pestaña, en la tarde del día 18 visita al President Companys en compañía de Pestaña, Josep Robusté y Enrique Rueda (a) Rodín. Colabora estrechamente con el capitán de Artillería Eduardo Medrano, quien había mantenido contacto con casi todas las unidades del Ejército desde principios de 1936. Con su trabajo evita que se filtren noticias de importancia, e informa a su partido y a la CNT de todo cuanto cree conveniente. Un medio habitual de traspasar la información es a través de su hijo Eduardo, quien hace de correo al acudir en bicicleta a la Consejería, donde recibe notas que debe repartir en el Sindicato de la Madera, ubicado en la barriada del Poble Sec; en la sede del PS, en Puertaferrisa; y otros lugares indicados, a menudo alguna de las secretarías de la organización confederal.

Cae herida levemente en el hombro y brazo izquierdos en un bombardeo sobre Barcelona. Pese a ello preside, brazo en cabestrillo, la reunión fundacional de la Defensa Pasiva en el Sector Norte del Distrito Quinto de Barcelona, de la que fue Delegada. Desempeña también el cargo de Vicepresidente del Comité catalán de ayuda a Euskadi, y, dentro del partido, preside el Comité Regional y es Secretaria de Propaganda de la Sección Femenina.

Permaneció en su puesto de trabajo hasta finales de enero de 1939 y unas semanas después pasó a Francia, donde logró reunirse con sus tres hijos: José, de 8 años, Eliseo, de 13, y el mencionado Eduardo, ya con 18. Su marido se había suicidado en 1936. Vivió en el pueblo de Blomac, Departamento del Aude, desde donde tuvo que sufrir la incorporación forzosa por parte del Gobierno del mariscal Petain de sus dos hijos mayores a los Grupos de Trabajadores Extranjeros (GTE núm. 42, con sede en Carcasonne). Y su casa volvió a ser refugio de militantes (su hermano Miguel con su familia, la familia de Josep Robusté, Clemente Hellín, Adolfo Montoro, Federico Turrau…) y centralita –estafeta, mejor dicho– desde la que logró localizar a muchos sindicalistas exiliados y ponerlos en contacto, además de seguir el rastro de tantos otros en Francia y América a través del SERE y la JARE, los organismos republicanos creados para la evacuación del exilio español.

Gloria Prades murió en Francia en 1972.

Bibliografía:

BENGOECHEA, Soledad; SANTOS, María-Cruz: “El motí de les dones de 1918: la vaga de subsistències”, Catxipanda, Diari no diari d’Història. Disponible en http://catxipanda.tothistoria.cat/blog/2016/10/05/el-moti-de-les-dones-de-1918-la-vaga-de-subsistencies/. Consultado el 3-1-2019.

PONS PRADES, Eduardo (1974): Un soldado de la República (itinerario ibérico de un joven revolucionario). Madrid: G. del Toro.

PONS PRADES, Eduardo (2005): Mitos no, ¡hechos! Realidades de la Guerra Civil. Madrid: La Esfera de los Libros.

RODRIGO GARCÍA, Antonina: “Estudio de una mujer sindicalista”, en Las mujeres y la Guerra Civil Española, III Jornadas de estudios monográficos, Salamanca, octubre 1989. Madrid: Ministerio de Asuntos Sociales. Instituto de la Mujer (1991).

RODRIGO GARCÍA, Antonina (2002): Una mujer libre. Amparo Poch y Gascón, médica y anarquista. Barcelona: Flor del Viento Ediciones.

SANTOS, María-Cruz (2012): Ángel Pestaña “Caballero de la Triste Figura”. Stuttgart: Editorial Académica Española.

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