El 28 de junio de 1935 las Cortes republicanas, por unanimidad de todas las fuerzas políticas, acordaron la abolición de la prostitución reglamentada que pasaba a ser definida como “un modo de vida no lícito” en el artículo 1. De todas formas, no se trataba de un abolicionismo puro y compartía, de hecho, según Mercedes Arjona, elementos de los tres sistemas tradicionales a la hora de hacer frente al problema: el prohicionismo, el reglamentarismo y el abolicionismo. Tal circunstancia motivó la protesta de feministas, comunistas y socialistas que obligaron al gobierno de Alejandro Lerroux a modificar la ley.[1]
Entre los grupos de izquierda, republicanos, socialistas y los muy minoritarios comunistas no había una postura común -ni tan siquiera en su seno- sobre la cuestión. Esta solamente fue abordada en profundidad, en realidad, por una parte del movimiento libertario. Dentro del mismo, pero manteniendo su autonomía, nació en mayo de 1936 en Madrid la revista Mujeres Libres que se editaría en Barcelona hasta 1938. Concebida como una herramienta de análisis y debate sobre la emancipación de la mujer, se planteaba, asimismo, como un magazín cultural que trabajaba por la educación de la misma.
En relación a la cuestión de la prostitución, que había sido objeto de debate el año anterior en el Parlamento, Mujeres Libres abogaba por su abolición, si bien más adelante, al topar con infinidad de obstáculos para hacerlo, se centró en la dignificación de las condiciones de vida de las llamadas “trabajadoras sexuales.”
Las situaciones de guerra, en las que gran número de hombres son movilizados, suelen conllevar un aumento de la prostitución para satisfacer la demanda de estos.
Un ejemplo de ello es lo que cuenta Juan Eslava Galán en su libro La Segunda Guerra Mundial contada para escépticos (Planeta, 2015) en relación a la política al respecto de los nazis después de la ocupación de París en 1940.
El mando alemán encomienda al Haupstman Haucke, comisario de la Gestapo, la organización de los prostíbulos de París. El Pantaleón alemán [aludo al personaje de Vargas Llosa] muestra un celo ejemplar en el servicio: suministra a sus tropas una lista con los prostíbulos contratados por el ejército (casi todos los existentes), fija las tarifas, alecciona a las madames, requiere los servicios médicos…[2]
En España, en las dos zonas, se produjo el incremento del número de mujeres que la ejercían, aunque no sea comparable para nada la política de las autoridades golpistas con las de la zona republicana en lo que se refiere al modelo. femenino y a sus derechos.
En la España sublevada, a pesar del discurso oficial moralista sobre el papel de la mujer como reposo del guerrero y ama de casa dedicada a los hijos, lo cierto es que la prostitución era vista como una inevitable válvula de escape del hombre que, gracias a ella, se mantenía en su papel de cabeza de familia sin que se supiera nada de sus peripecias extramatrimoniales.
Comentábamos anteriormente que la fuerte concentración de soldados contribuía al desarrollo de la actividad prostitucional. Es el caso de la ciudad de Logroño, donde las tropas expedicionarias italianas del Corpo Truppe Volontarie (CTV) tenían instalado su cuartel general.
¿Qué ocurría en la zona republicana? Según afirma Jean- Louis Guereña en La prostitución en la España contemporánea (Marcial Pons Historia, 2003) dejó, fácticamente, de estar en vigor el Decreto abolicionista de 1935 por ser inaplicable en la práctica y en razón misma de las circunstancias bélicas. La coyuntura supuso, de hecho, la vuelta a la reglamentación y a la práctica tradicional de la prostitución.

¿Cuántas mujeres se dedicaban a este “oficio” en la época? Hay disparidad en las cifras. Así, el neurólogo y psiquiatra Gonzalo Rodríguez Lafora las estima en más de 40 000 en 1933 en Madrid y Barcelona. María Recasens, por su parte, en el artículo “La prostitució “ publicado en L’Obra el 13 de junio de 1931, eleva la cifra a 70 000 solo en la capital catalana.
El estallido revolucionario de julio de 1936 permitió que muchas chicas rompieran con los convencionalismos de su tiempo y que se dedicasen a actividades hasta ese momento consideradas como masculinas. La toma de las armas por parte de algunas de ellas y su lucha en los frentes junto a los milicianos dio la vuelta al mundo, aunque no fuera esta la primera vez que tal cosa sucedía ya que en 1918 habían combatido -no en gran número, eso sí- como partisanas del Ejército Rojo y también dos mil mujeres lucharon en las “Guardias Rojas” de Finlandia. Muchas de ellas serían hechas prisioneras y ejecutadas después de la victoria contrarrevolucionaria en la batalla de Tampere, entre marzo y abril de 1918.[3]
Pocos días antes del golpe militar, en el número tres de la revista Mujeres Libres, Amparo Poch y Gascón (Zaragoza, 1902- Toulouse, 1968) firmaba un artículo bajo el título “Elogio del amor libre” donde, entre otras cosas, decía:
[…] La vida está harta ya de la mujer-esposa, pesada, demasiado eterna que ha pedido las alas y el gusto por lo deliciosamente pequeño y por lo probablemente grande: está harta de la mujer-prostituta, a la que no queda sino la raíz escuetamente animal, está harta de la mujer-virtud, seria, blanca, insípida, muda […] Aprende a desaparecer y a descargar de tu presencia; y a conocer el valor del “yo” libre. Sin nada, ni por dinero ni por la paz, ni por sosiego…!Amor libre![4]
Con estos planteamientos no es de extrañar que la organización hiciese todo cuanto estaba en su mano para acabar con la prostitución. Ya en los primeros meses de la contienda, los medios de la España sublevada trataban sistemáticamente de prostitutas a todas aquellas que habían decidido combatir con las armas a los golpistas. Se trataba de una infamia ya que, aunque sí que hubo meretrices infiltradas entre los milicianos, la mayoría de las mujeres alistadas tenían tanta o más conciencia social y cultura política que muchos de sus camaradas masculinos. Precisamente sobre el papel de las milicianas, publicamos en este mismo portal un artículo en el 2018, titulado “La miliciana en la guerra civil: de heroína a prostituta (1936-1937” por lo cual aquí no vamos a volver sobre la cuestión.
La realidad., sin embargo, no favorecía las reinvindicaciones de Amparo Gascón y de tantas otras como ella. Ya a partir del otoño de 1936 empezó a desarrollarse una campaña en contra de la presencia femenina en el frente que acarrearía el progresivo abandono de las mujeres del mismo y de forma más clara todavía después de la batalla de Guadalajara. Esta tuvo lugar en marzo de 1937 ante el CTV italiano y la propagación masiva de las enfermedades venéreas fue una de las razones para impulsar que ellas ocuparan los lugares de trabajo abandonados por los hombres en la retaguardia. Se tratara de una excusa o no, lo cierto es que se consiguió en gran parte dicho objetivo.
Mientras tanto, las organizaciones feministas expresaban su impotencia y desazón ante la febril actividad de los prostíbulos y demás lugares de esparcimiento sexual.
Los music halls y las casas de prostitución siguen abarrotados de pañuelos rojos, rojos y negros , y de toda clase de insignias antifascistas[5]
En Madrid, al parecer, los burdeles siguieron funcionando con absoluta “normalidad” durante toda la guerra. En su novela San Camilo, 1936 (publicada, sin embargo, treinta años después del fin de la contienda, en 1969), Camilo José Cela describió con relativa precisión los prostíbulos en la capital durante esos años, como la “casa de Madame Teddy Maison française en la calle de la Gravina”.[6]
El establecimiento ya aparecía mencionado en la Guía Madrid de noche publicada por Antonio Aullón Gallego en 1935. En el barrio más pudiente de la capital, el de Salamanca, se hace referencia a “Villa Angelita”, un chalet en la calle de Naciones, cerca de la calle Alcántara. Ahí también se podía encontrar un “hotelito discretísimo”o la “Villa Paca.” Por otra parte, según el autor, “la casa más reservada de Madrid” se encontraba en la calle Chinchilla, en frente de los almacenes “Madrid- París,” los primeros organizados por departamentos que se abrieron en la capital y que se inauguraron en 1924 en el número 32 de la Gran Vía o la “Casa discreta” situada en la calle Pizarro, con su publicidad plurilingüe.
Al margen de los establecimientos citados y aunque se tratase de cafés o de music-halls como el Pelikán Kursaal o el Bataclán, también por ahí se dejaban ver algunas prostitutas e incluso en el lujoso Hotel Palace. [7]
En cuanto a Barcelona, el Barrio Chino seguía manteniendo su actividad principal con algunas modificaciones en el vestuario propias de las circunstancias Así lo cuenta Eulalio Ferrer en su libro Entre alambradas (Grijalbo, 1988):
En Barcelona, cuando estaba en el cuartel Carlos Marx, me llevaron a un burdel de la zona aledaña de las Ramblas. Algunas prostitutas se exhibían desnudas; otras, envueltas en la bandera rojinegra de los anarquistas Había más chulos, la mayor parte en edad militar, que mujeres. Al visitante que no decidía rápido el acostarse se le llamaba fascista o se le echaba una copa de aguardiente en la cara. De todas formas había que pagar.[8]
El mismo testimonio relata la importancia de la oferta fuera del burdel al referirse a las “decenas de jovenzuelas que se situaban a la misma entrada del cuartel Carlos Marx, ofreciéndose por un miserable chusco- nuestro pan diario de provisión-”
Siguiendo el ejemplo de muchos establecimientos industriales, comerciales y de servicios, algunos prostíbulos llegaron a ser “colectivizados”por las organizaciones políticas y sindicales de izquierda.[9]
Al respecto Mary Low en su Cuaderno Rojo de Barcelona, hace referencia a los grandes carteles con el lema: “Acabemos con la prostitución”
La primera vez que vi un cartel en contra de la prostitución iba bajando las Ramblas. Era la primera mención acerca del tema que veía. Me alegré mucho de que se ampliaran las perspectivas. El cartel era enorme y cubría toda una valla. Le llamaba la atención a todo el mundo […]. Las mismas prostitutas empezaron a preocuparse por sus propios intereses. No pasó mucho tiempo antes de que se les ocurriera empezar a hacerse valer. Y un día comprendieron que también ellas tenían cabida en la revolución. Se alzaron contra los patronos a los que pertenecían los prostíbulos y ocuparon los “locales de trabajo.[10]”
Mujeres Libres no veía con buenos ojos tales situaciones ya que, para la organización, la prostitución era la peor de las esclavitudes. Así lo manifestaba en el número 3 de la revista homónima.
La empresa más urgente a realizar en la nueva estructura social es la de suprimir la prostitución. Antes que ocuparnos de la economía o de la enseñanza, desde ahora mismo, en plena lucha antifascista, aún tenemos que acabar radicalmente con esta degradación social. No podemos pensar en la producción, en el trabajo, en ninguna clase de justicia, mientras quede en pie la mayor de las esclavitudes: la que incapacita para todo vivir digno.
Para ello proponían la creación de los llamados “liberatorios de prostitución” que deberían responder al siguiente plan:
MUJERES LIBRES está organizando liberatorios de prostitución que empezarán a funcionar en plazo breve. A este fin se destinan locales adecuados en distintas provincias, y en ellos se desarrollará el siguiente plan:
1º Investigación y tratamiento médico-psiquiátricos.
2º Curación psicológica y ética para fomentar en las alumnas un sentido de responsabilidad.
3º Orientación y capacitación profesional.
4º Ayuda moral y material en cualquier momento que les sea necesaria, aun después de haberse independizado de los laboratorios.[11]
Publicaciones como Solidaridad Obrera, en el verano de 1936 también se pronunciaron por la abolición de la prostitución, al considerarla una forma más de explotación social
La burguesía levanta sus barrios de placer. Los señoritos y los dueños de las fábricas y de los grandes establecimientos financieros, se regodean con la carne de los prostíbulos y los music-halls. El Distrito V [el Barrio chino barcelonés] es el receptáculo de las muchachas y de los invertidos que están al servicio -por imperativo económico- de los explotadores de carne humana.[12]
Algunos autores, sin embargo, cuestionan la utilidad de los liberatorios de prostitución. Así, Michael Seidman en su libro Hacia una historia de la aversión de los obreros al trabajo. Barcelona durante la revolución española, 1936-38 (1991), sostiene que por mucho que se invocara la colectivización y las odas al trabajo en fábricas colectivizadas, no se escapaba de la explotación. Eso explica, según él, que muchas siguiesen trabajando en el comercio del sexo y que abandonasen los laboratorios.
Fernando Díaz-Plaja, por su parte, afirma que “por cada mujer que logró reinsertarse, trabajando en un taller o en una oficina, diez regresaron a su antigua ocupación,” bien de forma autónoma o en prostíbulos.[13]
Francisco Martínez, a su vez, sostiene que “en Barcelona, lo mismo que en Valencia, la FAI se hizo con el control de los prostíbulos del Barrio Chino.” En este caso, su objetivo no fue, por lo que parece, acabar con el comercio sexual sino más bien humanizarlo. Martínez afirma que se procuró concienciar a los clientes para que trataran correctamente a las mujeres, explicando que cada una de ellas podía ser su hermana,o su madre. En cualquier caso, según este historiador, “se trataba de un oficio que cumplía una función social.[14]”
Hay que decir, sin embargo, que en algunas pequeñas localidades se llega a clausurar los prostíbulos en el marco de una campaña auspiciada por ciertas organizaciones anarquistas, por lo menos allí donde estan tenían determinada influencia. En Mieres (Asturias) con tan solo un par de burdeles sitos en el barrio de Gonzalín y “dos casas baratas”, la Comisión Gestora Municipal acordó por unanimidad en noviembre de 1936 “la inmediata clausura de todas las casas de prostitución y de los cafés y bares servidos por camareras existentes en este Consejo.[15]” Es lo que había propuesto diez días antes una moción individual dirigida a la Comisión Gestora Municipal.,
Un baldón de la civilización inherente a un régimen capitalista que agoniza, en su forma actual, por injusto, es la prostitución reglamentada.
Hoy en día, en ningún terreno se puede sostener, ni como mal menor, el sistema de prostitución reglamentada, ni en el de la higiene, ni en el de la moral, ni en ninguno.[16]
Según cuenta Jean-Louis Guereña, en su instancia-desestimada-solicitando la reapertura de su establecimiento, Clotilde Torres, una de las afectadas por la medida, explicaba que “para nosotras nos es demasiado molesto tener que enfrentarnos con las exigencias de los hombres a las puertas de la calle que, de una manera violenta, amenazan con tirarlas abajo y entrar para dentro.[17]”
No obstante, en la práctica, no pocas veces los locales clausurados seguían funcionando clandestinamente y este fue el caso, precisamente del de Clotilde Torres. Efectivamente, unos meses después, en mayo de 1937, el jefe de Sanidad Militar del sector señalaba al alcalde de Mieres el descubrimiento de casos de blenorragia[18]en algunos soldados y que se había procedido, en consecuencia, “al reconocimiento de las mujeres que se dedican al comercio sexual en esta Villa”, cinco de las cuales resultaron infectadas. Tres de ellas procedían de la casa de Clotilde Torres y dos del Regina Bar, establecimientos supuestamente cerrados.[19]

Agustín Guillamón, por su parte, en el libro La revolución de los comités. Hambre y Violencia en la Barcelona Revolucionaria. De junio a diciembre de 1936 (Barcelona: El Grillo Libertario, 2013), citando el Boletín de Información CNT-FAI, número 37, del 29 de agosto de 1936, afirma:
En Puigcerdá, población fronteriza con el territorio francés, residencia estival de “las castas parasitarias de la aristocracia y la plutocracia españolas” numerosos militantes inmigrados de Francia” desarrollan sus actividades, encaminadas a la socialización rápida de las riquezas sociales y naturales. Se han establecido salarios únicos sin distinción de categorías y oficios. No hay obreros en paro forzoso, ni parásitos de ninguna especie.” Se hablaba de Puigcerdá como de un cantón libertario y de Antonio Martín como del gobernador de la frontera, muy elogiado por los libertarios y criminalizado por sus enemigos. En Puigcedá se abolió la prostitución y se “facilitó trabajo a las infelices rameras.” La decisión había sido, pues, mucho más radical y profunda que la lamentable regulación adoptada en Barcelona.[20]
También en Ciudad Real, igualmente situada en zona de retaguardia durante toda la guerra, el gobernador civil Germán Vidal Barreiro, de Izquierda Republicana, ya en octubre de 1936 ordenó cerrar todas las casas de prostitución, así como los cabarets. por no considerar “muy a propósito en los actuales momentos que, mientras miles de hombres mueren en los frentes de combate haya en la retaguardia centros constantes de juerga donde la gente se pierde en plena orgía y abuso de un tiempo que es muy necesario emplear en cosas de bastante más importancia[21]”
Cuenta, a su vez, Vicente Javier Mas, profesor de Historia de la Universidad de Valencia que, a finales del año 1937, cuando tiene lugar la batalla de Teruel, e inicios de 1938, en la ciudad levantina, continuaban celebrándose espectáculos (el llamado frente de Rusafa con sus teatros, clubs y cabarets). En ese contexto, un comité de la UGT censuraba que en la capital se siguiese con tales diversiones mientras las enfermedades venéreas tumbaban a los soldados de la 83 brigada en Vinaroz y la República trataba de prevenirlo con preservativos fabricados en Valencia.
Para ser precisos el episodio citado se produjo, en realidad, en 1937, cuando los hombres de la 83 brigada en Vinaroz cayeron casi todos víctimas de las enfermedades venéreas. En una Orden firmada por el comandante J. Pellicer en junio de ese año se advertía de la necesidad de que el conjunto de las prostitutas que ejercían como tales en el mencionado municipio castellonense tenían que ser reconocidas médicamente.
Tan singular epidemia de enfermedades de transmisión sexual había supuesto la hospitalización y el tratamiento de la práctica totalidad de los soldados que tuvieron que permanecer varios días sin mantener relaciones.[22]
No fue el anterior el único caso que levantó polvareda. Así, por ejemplo, el diario Liberación de Alicante, de tendencia libertaria, del 27 de julio de 1937 advertía: “La prostitución está desatendida por los cuidados que requiere la higiene” y añadía que “la prostitución de menores se efectúa a los ojos de quienes quieran ver las cosas y se desentienden de ellas.[23]”
El corresponsal de este mismo periódico en Elche confirmaba que “ciertas casas o las infelices que vegetan en ellas no se someten a reconocimiento médico y están todas ellas enfermas, sembrando el venéreo en los pobres desgraciados que han venido del frente y están heridos causando más dolor estos focos de infección que las balas.[24]”
Según señala Jean-Louis Guerreña, la prostitución y sus consecuencias habían llegado, al parecer, a tales extremos que en el pleno municipal alicantino José González Prieto, delegado del PCE en la Comisión de Orden Público, llegó a pedir que “se adopten las medidas necesarias para suprimirla, ya que puede ser causa de enfermedades cuya propagación debe de ser evitada.[25]”
En Cataluña, por circular de octubre de 1936 Félix Martí Ibáñez (Cartagena, 1911- Nueva York, 1972), director general de Sanidad y Asistencia Social, había procedido a reorganizar la lucha antivenérea. Dictando nuevas normas para la lucha antivenérea a fin de “corregir la situación creada por las actuales circunstancias”, el decreto de la Generalitat catalana de junio de 1938 pretendía, además, reglamentar la prostitución, sus espacios y sus actores, impidiendo bajo multa “l’estacionament pel carrer o llocs de fàcil accés al públic i l’exhibició de les persones que exerceixin o que instiguin la prostitució” así como prohibiendo la propaganda pública “dels procediments i útils de profilàxia antivenèria o anticoncepcionista.[26]”

Cartel de prevención contra las enfermedades venéreas. Fuente: xsierrav.blogspot.com.
Federica Montseny, Madrid, 1905- Toulouse, 1994) ministra de Sanidad y Asistencia Social desde noviembre de 1936 y mayo de 1937, en un libro publicado el año siguiente Mi experiencia en el Ministerio de Sanidad y Asistencia Social (Valencia: Comisión de Propaganda y Prensa del Comité Nacional de la CNT)consideraba que era imposible abolir entonces la prostitución mediante un mero decreto “porque la prostitución representa un problema de carácter moral, de carácter económico y de carácter social que no se puede resolver radicalmente y que solo será abolida en el momento que las relaciones sexuales se liberen.“[27]
En febrero de 1939, como es sabido, cayó definitivamente Cataluña en manos de las tropas sublevadas y decenas de miles de personas cruzaron la frontera antes de que esta fuese alcanzada por las tropas de Franco. Como es bien sabido, la acogida que les dispensaron no fue precisamente cordial ya que no los trataron como a refugiados políticos sino como a delincuentes. Los instalaron en campos de concentración en condiciones miserables, pasando frío, hambre y toda clase de privaciones.
Si hacemos referencia a este desgraciado episodio es porque, incluso allí, concretamente en la playa de Argelès, en el departamento de los Pirineos Orientales, se reconstituyó una especie de “Barrio Chino.” Decenas de miles de soldados republicanos y de civiles que habían tenido que huir del avance del ejército franquista se hacinaban sobre la arena. En un rincón “más concurrido” del campo, algunos bares se convirtieron así “en cabarets con todo y dependencia femenina.” Una de las chicas que alternaban en el local, según cuenta Eulalio Ferrer en Entre alambradas “no pasa de los veinte años, por más que su aspecto sea el de una verdadera piltrafa humana.[28]”
¿Qué conclusiones podríamos extraer llegados a este punto? En primer lugar, nunca como en el verano de 1936 se había planteado por parte de diversos sectores en favor de los derechos femeninos y, muy particularmente, de Mujeres Libres, una solución integral al problema de la prostitución. La creación de los liberatorios fue una iniciativa que, probablemente, de haber contado con el apoyo real de todas las fuerzas antifascistas, hubiese significado un paso adelante muy importante en la erradicación de la misma.
Por otra parte, pasada la euforia revolucionaria de los primeros meses, Mujeres Libres constató la imposibilidad de aplicar sus planteamientos al no recibir el apoyo esperado incluso dentro del movimiento anarquista.
En tercer lugar, la preocupación por la prostitución de las autoridades y mandos republicanos se limitaba casi exclusivamente a su papel como posibles transmisoras de enfermedades venéreas que pudiesen hacer mella entre los soldados y debilitar las posiciones militares. Aunque hubo algunos intentos de humanización del trato que recibían en los burdeles no pasaron de ser casos aislados.
Finalmente, las-escasas- tentativas de abolición de la prostitución que se dieron no tuvieron éxito ya que esta se continuó practicando clandestinamente como ocurrió, por ejemplo, en Mieres.
BIBLIOGRAFÍA
Abella, Rafael La vida cotidiana durante la guerra civil. La España republicana. Barcelona: Editorial Planeta, 1975.
Alia Miranda, Francisco La Guerra Civil en retaguardia. Conflicto y revolución en la provincia de Ciudad Real (1936-1939). Ciudad Real: Diputación de Ciudad Real, 1994.
Casanova, Julián Una violencia indómita. El siglo XX europeo. Barcelona: Planeta, 2020.
Eslava Galán, Juan La Segunda Guerra Mundial contada para escépticos. Barcelona: Planeta, 2015.
Ferrer, Eulalio Entre alambradas. Barcelona: Grijalbo, 1988.
Gascón, Amparo “Elogio del amor libre.” Mujeres Libres, nº 3
Guereña, Jean-Louis La prostitución en la España contemporánea. Madrid: Marcial Pons Historia,
2003
Guereña, Jean-Louis “ La prostitución en España en 1925 según los informes de Paul Kinsie para la Sociedad de Naciones.” Diálogos. Revista Electrónica de Historia.Vol. 18, nº 2, julio-diciembre 2017. Universidad de Costa Rica.
Mas, Vicente Javier “Los republicanos valencianos derrotados por las prostitutas.” es.diario 24 de noviembre de 2018.
Montseny, Federica Mi experiencia en el Ministerio de Sanidad y Asistencia Social. Valencia: Comisión de Propaganda y Prensa del Comité Nacional de la CNT, 1937.
Ramos, Vicente La Guerra Civil (1936-1939) en la provincia de Alicante, tomo II. Alicante: Ediciones Biblioteca Alicantina, 1973.
Rivas Arjona, Mercedes “II República española y prostitución: el camino hacia la aprobación del Decreto abolicionista de 1935.” Arenal. Revista de Historia de las Mujeres. Vol.20, nº 2, 2013.
Vescovi, Rodrigo “La prostitución durante el proceso revolucionario y la guerra (1936-1939).”
Ekintza Zuzena, nº 44, 11 de mayo de 2018.
WEBGRAFÍA
“Liberatorios de prostitución” Mujeres Libres, nº 5
PRENSA CITADA
Solidaridad Obrera, Barcelona, 16 de agosto de 1936
El Pueblo Manchego, Ciudad Real, 13 de octubre de 1936.
Liberación, Alicante, 31 de julio de 1937.
Liberación, Alicante, 7 de agos
DOCUMENTOS OFICIALES CITADOS
Decreto municipal , 28 de noviembre de 1936. Archivo Municipal de Mieres.
Instancia de 10 de noviembre de 1936 (Archivo Municipal de Mieres).
Decreto de 2 de junio de 1938 [el conseller de Governació i Assistència Social, Antoni M. Sbert,
art 1º y 2º del Diari Oficial de la Generalitat de Catalunya, año VI, vol II, núm 175. Barcelona, 24 de
junio de 1938, p.1058.
NOTAS
1 Mercedes Rivas Arjona “II República española y prostitución: el camino hacia la aprobación del Decreto abolicionista de 1935” En: Arenal. Revista de Historia de kas Mujeres, Vol.20, nº 2 , 2013, pp. 20-21. https://revistaseug.ugr.es/index.php/arenal/article/view/1570/1775#
Para más detalles sobre el contexto en el que tuvieron lugar los debates en el Congreso es recomendable leer el artículo que este portal dedicó al tema el 25 de octubre del 2018.
https://serhistorico.net/2018/10/25/el-debate-sobre-la-prostitucion-durante-la-segunda-republica/
2 Juan Eslava Galán “Boches en París.” En: La Segunda Guerra Mundial contada para escépticos. Barcelona: Planeta, 2015, p. 191.
3 Julián Casanova “La guerra que no acabó en 1918.” En: Una violencia indómita. El siglo XX europeo. Barcelona: Planeta, 2020, p. 115.
4 Amparo Gascón “Elogio del amor libre Mujeres Libres, nº 3. Disponible en: https://cgt.org.es/wcontent/uploads/2017/10/Mujeres-Libres-03.pdf
5 “Manifiesto de Mujeres Libres” enero de 1937, recogido entre otros por Rafael Abella en La vida cotidiana durante la guerra civil. La España republicana. Barcelona: Editorial Planeta, 1975, p.71.
6 Camilo José Cela Vísperas, festividades y octava de San Camilo del año 1936 en Madrid. Madrid- Barcelona: Alfaguara (Alfaguara Literaria, 24), 1969. Citado por: Jean-Louis Guereña, “De la guerra de 1936-1939 a la actualidad” en La prostitución en la España contemporánea, Madrid: Marcial Pons Historia, 2003, p. 403.
7 Jean- Louis Guereña “La prostitución en España en 1925 según los informes de Paul Kinsie para la Sociedad de Naciones” En: Diálogos. Revista Electrónica de Historia.. Vol 18, nº 2, julio-diciembre 2017, pp. 140-159. Universidad de Costa Rica. En: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=6356093
8 Eulalio Ferrer Entre alambradas. Barcelona: Grijalbo, 1988, p, 66.
9 Frank Jelliner The Civil War in Spain, Londres: Victor Gollancz, 1938. Citado por: Jean-Louis Guereña, “De la guerra de 1936-1939 a la actualidad” en La prostitución en la España contemporánea, Madrid: Marcial Pons Historia, 2003, p. 404.
10 Mary Nash; Juan Breá Cuaderno Rojo de Barcelona . Barcelona: Virus, 2019. Citados por: R. Vescovi “La prostitución durante el proceso revolucionario y la guerra (1936-1939)”En: Portal Libertario Loaca 13/05/2019. En: https://www.portaloaca.com/historia/revolucion-social/14318-la-prostitucion-durante-elaa-proceso-revolucionario-y-la-guerra-1936-1939.html
11 “Liberatorios de prostitución”En: Mujeres Libres,nº 5. En: https://cgt.org.es/wp-content/uploads/2017/10/Mujeres-Libres-05.pdf
12 “La ciudad de Barcelona. Los barrios bajos.” En: Solidaridad Obrera, 16 de agosto de 1936, p.14.
13 Fernando Diaz-Plaja. Citado por: Rodrigo Vescovi “La prostitución durante el proceso revolucionario y la guerra (1936-1939).” En: Ekintza Zuzena, nº 44, 11/05/2018. Disponible en:
14 Francisco Martínez. Citado por: Rodrigo Vescovi “La prostitución durante el proceso revolucionario y la guerra (1936-1939).” En: Ekintza Zuzena, nº 44, 11/05/2018. Disponible en:
15 Decreto municipal , 28 de noviembre de 1936. Archivo Municipal de Mieres.
16 Instancia de 10 de noviembre de 1936 (AM de Mieres).
17 Instancia de Clotilde Torres a la Gestora Municipal [AM Mieres, Sanidad] . Citado por: Jean-Louis Guereña, “De la guerra de 1936-1939 a la actualidad” en La prostitución en la España contemporánea, Madrid: Marcial Pons Historia, 2003, pp. 404-405.
18 Flujo mucoso ocasionado por la inflamación de una membrana, principalmente de la uretra. Gonorrea. RAE.
19 Jean-Louis Guereña, “De la guerra de 1936-1939 a la actualidad” en La prostitución en la España contemporánea, Madrid: Marcial Pons Historia, 2003, p. 405.
20 Agustín Villamón La revolución de los comités. Hambre y Violencia en la Barcelona Revolucionaria. De junio a diciembre de 1936. Barcelona: El Grillo Libertario, 2013.Citado por: R. Vescovi “La prostitución durante el proceso revolucionario y la guerra (1936-1939).” En: Portal Libertario Loaca 13/05/2019. En: https://www.portaloaca.com/historia/revolucion-social/14318-la-prostitucion-durante-elaa-proceso -revolucionario-y-la-guerra-1936-1939.html
21 Clausura de las casas de prostitución y cabarets” En: El Pueblo Manchego , núm 8429 , 13 de octubre de 1936, p.4. Citado por: Francisco Alia Miranda , La Guerra Civil en retaguardia. Conflicto y revolución en la provincia de CiudadReal (1936-1939) .Ciudad Real: Diputación de Ciudad Real , 1994, p. 302
22 Vicente Javier Mas “Los republicanos valencianos, derrotados por las prostitutas.” En: es.diario. 24/11/2018.Disponible en: https://www.esdiario.com/262784048/Los-republicanos-valencianos-derrotados-por-lasprostitutas.html
23 Liberación, 31 de julio de 1937. Citado por: Vicente Ramos La Guerra Civil (1936-1939) en la provincia de Alicante, tomo II. Alicante: Ediciones Biblioteca Alicantina, 1973, p. 209.
24 Liberación, 7 de agosto de 1937. Vicente Ramos La Guerra Civil (1936-1939) en la provincia de Alicante, tomo II. Alicante: Ediciones Biblioteca Alicantina, 1973, p. 209.
25 Jean-Louis Guereña, “De la guerra de 1936-1939 a la actualidad” en La prostitución en la España contemporánea,Madrid: Marcial Pons Historia, 2003, p. 406.
26 Decreto de 2 de junio de 1938 [el conseller de Governació i Assistència Social, Antoni M. Sbert, , art 1º y 2º del Diari Oficial de la Generalitat de Catalunya, año VI, vol II, núm 175. Barcelona, 24 de junio de 1938, p.1058.
27 Federica Montseny Mi experiencia en el Ministerio de Sanidad y Asistencia Social. Valencia: Comisión de Propaganda y Prensa del Comité Nacional de la CNT, 1937, p. 27.
[1] Mercedes Rivas Arjona “II República española y prostitución: el camino hacia la aprobación del Decreto
abolicionista de 1935” En: Arenal. Revista de Historia de kas Mujeres, Vol.20, nº 2 , 2013, pp. 20-21.
https://revistaseug.ugr.es/index.php/arenal/article/view/1570/1775#
Para más detalles sobre el contexto en el que tuvieron lugar los debates en el Congreso es recomendable leer el
artículo que este portal dedicó al tema el 25 de octubre del 2018.
https://serhistorico.net/2018/10/25/el-debate-sobre-la-prostitucion-durante-la-segunda-republica/
[2] Juan Eslava Galán “Boches en París.” En: La Segunda Guerra Mundial contada para escépticos. Barcelona: Planeta, 2015, p. 191.
[3] Julián Casanova “La guerra que no acabó en 1918.” En: Una violencia indómita. El siglo XX europeo. Barcelona: Planeta, 2020, p. 115.
[4] Amparo Gascón “Elogio del amor libre Mujeres Libres, nº 3. Disponible en: https://cgt.org.es/wcontent/uploads/2017/10/Mujeres-Libres-03.pdf
[5] “Manifiesto de Mujeres Libres” enero de 1937, recogido entre otros por Rafael Abella en La vida cotidiana durante la guerra civil. La España republicana. Barcelona: Editorial Planeta, 1975, p.71.
[6] Camilo José Cela Vísperas, festividades y octava de San Camilo del año 1936 en Madrid. Madrid- Barcelona: Alfaguara (Alfaguara Literaria, 24), 1969. Citado por: Jean-Louis Guereña, “De la guerra de 1936-1939 a la actualidad” en La prostitución en la España contemporánea, Madrid: Marcial Pons Historia, 2003, p. 403.
[7] Jean- Louis Guereña “La prostitución en España en 1925 según los informes de Paul Kinsie para la Sociedad de Naciones” En: Diálogos. Revista Electrónica de Historia.. Vol 18, nº 2, julio-diciembre 2017, pp. 140-159. Universidad de Costa Rica. En: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=6356093
[8] Eulalio Ferrer Entre alambradas. Barcelona: Grijalbo, 1988, p, 66.
[9] Frank Jelliner The Civil War in Spain, Londres: Victor Gollancz, 1938. Citado por: Jean-Louis Guereña, “De la guerra de 1936-1939 a la actualidad” en La prostitución en la España contemporánea, Madrid: Marcial Pons Historia, 2003, p. 404.
[10] Mary Nash; Juan Breá Cuaderno Rojo de Barcelona . Barcelona: Virus, 2019. Citados por: Rodrigo Vescovi “La
prostitución durante el proceso revolucionario y la guerra (1936-1939)”En: Portal Libertario Loaca
13/05/2019. En: https://www.portaloaca.com/historia/revolucion-social/14318-la-prostitucion-durante-elaa-proceso
-revolucionario-y-la-guerra-1936-1939.html
[11]“ Liberatorios de prostitución”En: Mujeres Libres,nº 5. En: https://cgt.org.es/wp-content/uploads/2017/10/Mujeres-Libres-05.pdf
[12]“La ciudad de Barcelona. Los barrios bajos.” En: Solidaridad Obrera, 16 de agosto de 1936, p.14.
[13]Fernando Diaz-Plaja. Citado por: Rodrigo Vescovi “La prostitución durante el proceso revolucionario y la guerra
(1936-1939).” En: Ekintza Zuzena, nº 44, 11/05/2018. Disponible en:
[14]Francisco Martínez. Citado por: Rodrigo Vescovi “La prostitución durante el proceso revolucionario y la guerra
(1936-1939).” En: Ekintza Zuzena, nº 44, 11/05/2018. Disponible en:
[15] Decreto municipal , 28 de noviembre de 1936. Archivo Municipal de Mieres.
[16] Instancia de 10 de noviembre de 1936 (AM de Mieres).
[17]Instancia de Clotilde Torres a la Gestora Municipal [AM Mieres, Sanidad] . Citado por: Jean-Louis Guereña, “De la
guerra de 1936-1939 a la actualidad” en La prostitución en la España contemporánea, Madrid: Marcial Pons Historia,
2003, pp. 404-405.
[18]Flujo mucoso ocasionado por la inflamación de una membrana, principalmente de la uretra. Gonorrea. RAE.
[19] Jean-Louis Guereña, “De la guerra de 1936-1939 a la actualidad” en La prostitución en la España contemporánea, Madrid: Marcial Pons Historia, 2003, p. 405.
[20] Agustín Villamón La revolución de los comités. Hambre y Violencia en la Barcelona Revolucionaria. De junio a
diciembre de 1936. Barcelona: El Grillo Libertario, 2013.Citado por: R. Vescovi “La prostitución durante el proceso
revolucionario y la guerra (1936-1939).” En: Portal Libertario Loaca 13/05/2019. En:
https://www.portaloaca.com/historia/revolucion-social/14318-la-prostitucion-durante-elaa-proceso
-revolucionario-y-la-guerra-1936-1939.html
[21]“Clausura de las casas de prostitución y cabarets” En: El Pueblo Manchego , núm 8429 , 13 de octubre de 1936, p.4
Citado por: Francisco Alia Miranda , La Guerra Civil en retaguardia. Conflicto y revolución en la provincia de Ciudad
Real (1936-1939) .Ciudad Real: Diputación de Ciudad Real , 1994, p. 302.
[22]Vicente Javier Mas “Los republicanos valencianos, derrotados por las prostitutas.” En: es.diario. 24/11/2018.
Disponible en: https://www.esdiario.com/262784048/Los-republicanos-valencianos-derrotados-por-las
[23]Liberación, 31 de julio de 1937. Citado por: Vicente Ramos La Guerra Civil (1936-1939) en la provincia de Alicante,
tomo II. Alicante: Ediciones Biblioteca Alicantina, 1973, p. 209.
[24]Liberación, 7 de agosto de 1937. Vicente Ramos La Guerra Civil (1936-1939) en la provincia de Alicante,
tomo II. Alicante: Ediciones Biblioteca Alicantina, 1973, p. 209.
[25] Jean-Louis Guereña, “De la guerra de 1936-1939 a la actualidad” en La prostitución en la España contemporánea,
Madrid: Marcial Pons Historia, 2003, p. 406.
[26]Decreto de 2 de junio de 1938 [el conseller de Governació i Assistència Social, Antoni M. Sbert, , art 1º y 2º del
Diari Oficial de la Generalitat de Catalunya, año VI, vol II, núm 175. Barcelona, 24 de junio de 1938, p.1058.
[27]Federica Montseny Mi experiencia en el Ministerio de Sanidad y Asistencia Social. Valencia: Comisión de
Propaganda y Prensa del Comité Nacional de la CNT, 1937, p. 27.
[28]Eulalio Ferrer Entre alambradas. Barcelona: Grijalbo, 1988, p, 66.
Me parece muy interesante y exhaustivo. Hay dos cosas que quiero señalar:
No mencionas los «liberatorios» de Federica Montseny inspirada por el Dr. Ibáñez
y una segunda cosa:
Que yo sepa, la primera vez que las mujeres luchan en un ejército es en la Guerra franco-prusiana de 1870. Algunas, incluso, continuaron carrera después de la guerra y alcanzaron grado de oficiales. También en Rusia la mujer luchó en el ejército en la guerra ruso-japonesa de 1905 y luego en 1914 cuando se formaron batallones exclusivamente femeninos, todos encuadrados bajo una sola denominación de Batallón de la Muerte. No todos entraron en acción pero las últimas defensoras del Palacio de Invierno fueron las componentes de uno de esos batallones, en éste caso de ideología socialista y no bolcheviques.
Me gustaLe gusta a 2 personas
Muchas gracias, María-Cruz. Tienes razón, hubo mujeres que participaron en milicias anteriormente. Yo me refería-y no lo he expresado bien- a aquellas que lo hicieron en bandos digamos «progresistas». También está el caso de Maria Bochkareva que creó en Petrogrado un batallón de la muerte en 1917 y murió ejecutada por los bolcheviques tres años después.
En relación a los liberatorios, el problema es que en un artículo breve no cabe todo. Yo hubiese añadido más detalles, pero el texto se habría alargado mucho y me esfuerzo, últimamente, por hacer escritos más cortos.
Me gustaMe gusta